Leer:
Con la ayuda de otras personas, usted puede lograr grandes cosas. Por ejemplo, los misioneros cuentan con el apoyo de los compañeros. En nuestros grupos tenemos compañeros de acción. Los compañeros de acción se ayudan mutuamente a cumplir los compromisos de las maneras siguientes:
Llamarse por teléfono, enviarse mensajes de texto o visitarse durante la semana.
Hablar sobre lo que aprendieron en las reuniones del grupo.
Animarse mutuamente a cumplir los compromisos establecidos.
Deliberar juntos sobre los desafíos.
Orar el uno por el otro.
Analizar:
¿De qué maneras lo ayudó otra persona a lograr algo difícil en el pasado?
Leer:
Ser un compañero de acción no es difícil ni requiere mucho tiempo. Para empezar la conversación, podría preguntar lo siguiente:
¿Qué le gustó de nuestra última reunión de grupo?
¿Qué cosas buenas le han sucedido esta semana?
¿Cómo ha utilizado el principio de Mi fundamento esta semana?
La parte más importante del análisis consistirá en ayudarse mutuamente a cumplir los compromisos. Podría preguntar:
¿En qué medida está cumpliendo sus compromisos?
Si no ha cumplido algunos, ¿necesita ayuda?
¿Cómo puedo apoyarlo mejor en sus esfuerzos?
Desarrollar fortaleza emocional en el Señor
Ejercer fe en Jesucristo
¿Qué es la resiliencia emocional?
Aceptar los desafíos como parte del plan de Dios para nosotros
Usar el albedrío para actuar con responsabilidad
Las bendiciones del cambio
Expresar gratitud a diario
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
---|
A Actuaré de una manera para fortalecer mi fe en Jesucristo. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con mis familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Ofrezcan una oración para comenzar.
Preséntense. Cada uno de ustedes tomará un minuto para decir su nombre y algo personal.
Leer:
Debido a que su Padre Celestial lo ama, Él envió a Su Hijo Jesucristo para fortalecerlo durante cualquier situación que usted afronte en la vida.
Este grupo lo ayudará a aprender habilidades espirituales y prácticas para que cada uno de nosotros cuide mejor nuestro cuerpo, mente, emociones y relaciones. Al asistir a este curso, trabaje con el Padre Celestial y Jesucristo para saber cómo poner en práctica lo que aprende en su vida y en la de sus seres queridos. Estas reuniones serán un lugar seguro para compartir con sinceridad, ya que este grupo sigue el principio de confidencialidad y utiliza un lenguaje y un comportamiento que invitan al Espíritu. Se lo invita a compartir experiencias personales; en lugar de centrarse en los problemas, comparta las soluciones que haya encontrado o que le gustaría probar.
Leer:
Este grupo solamente tiene fines educativos. No se trata de terapia de grupo ni de un tratamiento profesional para abordar problemas de salud mental. Si cree que está experimentando problemas crónicos de depresión, estrés y ansiedad, ira, adicción u otros problemas de salud mental, debe buscar ayuda profesional.
Leer:
Los grupos de autosuficiencia funcionan como un consejo, no hay maestros ni expertos. En lugar de ello, se siguen los materiales tal como se han redactado. Cada reunión de grupo dura de 90 a 120 minutos. Su capacidad de conectarse unos con otros los ayudará a sentir el Espíritu y a llegar a ser más resilientes emocionalmente. Con la guía del Espíritu, se ayudarán los unos a los otros de las siguientes maneras:
Contribuyendo por igual a los análisis y las actividades. Nadie debe dominar la conversación, en particular el facilitador.
Se debe respetar el tiempo asignado para compartir.
Brindándonos amor y apoyo los unos a los otros. Demostrando interés, haciendo preguntas y siendo sensibles ante los sentimientos de los demás.
Compartiendo comentarios positivos y relevantes y evitando compartir detalles explícitos.
Haciendo compromisos y cumpliendo con ellos.
Ver:
“Mi grupo de autosuficiencia”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [4:01]. (¿No tiene el video? Lea la siguiente sección, “Sin un maestro, ¿cómo sabremos lo que hay que hacer?”).
Analizar:
¿Qué fue lo que hizo que el grupo del video tuviera éxito? ¿Qué haremos como grupo para aumentar la posibilidad de tener una experiencia que nos cambie la vida?
Leer:
Es fácil. Solo tienen que seguir los materiales. Cada capítulo del cuaderno de ejercicios tiene cinco partes:
Informar: Analizar el progreso realizado durante la semana con sus compromisos.
Mi fundamento: Repasar un principio del Evangelio que conduzca a una mayor autosuficiencia espiritual.
Aprender: Aprender habilidades prácticas que conducirán a una mayor autosuficiencia temporal.
Meditar: Escuchar la inspiración del Espíritu Santo sobre cómo actuar de acuerdo con lo que se ha aprendido.
Comprométase: Prometer cumplir compromisos durante la semana que lo ayudarán a progresar. También compartirá con familiares o amigos lo que aprenda en cada reunión de grupo.
Cuando vea estos mensajes, siga estas instrucciones
Leer |
Ver |
Analizar |
Meditar |
Actividad |
---|---|---|---|---|
Una persona lee en voz alta a todo el grupo. |
Todo el grupo ve el video. |
Los integrantes del grupo comparten ideas de dos a cuatro minutos. |
En silencio, los participantes consideran, meditan y escriben durante dos o tres minutos. |
Los integrantes del grupo trabajan en forma individual o con otras personas durante el tiempo especificado. |
Leer:
Aunque este manual se utiliza a menudo en grupos de autosuficiencia organizados por una estaca o un barrio, también se puede utilizar en cualquier momento con familiares, amigos o vecinos que deseen revisarlo juntos.
Leer:
Recuerde que lo que se comparte durante las reuniones de grupo es confidencial. Las opiniones expresadas en nuestro grupo son opiniones personales y no representan los puntos de vista ni la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Leer:
Para llegar a ser como el Salvador, todas las personas tendrán que afrontar desafíos y dificultades durante esta vida. Lidiar con éxito con los desafíos de la vida requiere fe en Jesucristo y resiliencia emocional. La resiliencia emocional es:
La capacidad de adaptarse a los desafíos emocionales con valor y con la fe centrada en Jesucristo.
Ayudarse a sí mismo y a los demás lo mejor que pueda.
Buscar ayuda adicional cuando sea necesario.
Este curso se ha diseñado para fortalecerlo espiritualmente y enseñarle algunas habilidades básicas para lidiar con los desafíos y las desilusiones de la vida. También aprenderá de las experiencias y de la ayuda de otros miembros del grupo.
Meditar:
Pregúntese: ¿Por qué desea ser más fuerte emocionalmente? Escriba la respuesta a continuación.
Leer:
Como Padre de nuestros espíritus, Dios es perfecto y omnipotente y sabe todas las cosas. Él nos ama a cada uno de nosotros y nuestro progreso es Su obra y gloria. Su plan para nosotros es que crezcamos y cambiemos hasta que lleguemos a ser como Él. El Señor permite que experimentemos desafíos y, si respondemos con fe, nos fortalecerá y nos ayudará a crecer para llegar a ser más semejantes a Él. Ser resilientes emocionalmente nos ayuda a ser pacientes y a progresar partiendo de esos desafíos.
“Ningún dolor que padezcamos, ninguna prueba por la que pasemos es en vano, ya que contribuye a nuestra educación y al desarrollo de virtudes como la paciencia, la fe, la fortaleza y la humildad. Todo lo que sufrimos y todo lo que soportamos, sobre todo cuando lo hacemos pacientemente, edifica nuestro carácter, nos purifica el corazón, nos magnifica el alma y nos hace más sensibles y más caritativos […]. Y no es sino a través de los pesares y el sufrimiento, de las dificultades y las tribulaciones, que adquirimos la educación que hemos venido aquí a adquirir” (élder Orson F. Whitney, citado en “Un día desastroso y horrible”, Liahona, septiembre de 2002, pág. 24).
Ver:
“Está construyendo un palacio”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [1:19].
Analizar:
¿Cómo lo han ayudado a crecer las experiencias difíciles de su vida?
Leer:
Aunque sucedan cosas malas a nuestro alrededor, podemos elegir la manera en que reaccionamos. Asumir la responsabilidad de nuestras reacciones, incluso cuando enfrentamos desafíos, brinda paz y poder.
“Los hijos y las hijas de nuestro Padre Celestial hemos sido bendecidos con el don del albedrío moral, la capacidad de actuar y de escoger independientemente. Habiendo sido dotados del albedrío, ustedes y yo venimos a ser agentes, y ante todo hemos de actuar y no permitir tan solo que se actúe sobre nosotros. El creer que alguien o algo podrá hacernos sentir ofendidos, irritados, lastimados emocionalmente o amargados disminuye nuestro albedrío moral y nos transforma en objetos sobre los cuales se actúa. Sin embargo, en calidad de agentes, ustedes y yo tenemos el poder de actuar y de escoger la forma en la que reaccionaremos” (véase David A. Bednar, “Y no hay para ellos tropiezo”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 90).
Los desafíos o los cambios inesperados pueden parecer injustos. Tal vez nos sintamos tentados a reaccionar de maneras improductivas y que no son cristianas, como las siguientes:
Culpar a los demás
Poner excusas
Rebelarse
Quejarse
Criticar
Dudar
Rendirse
Procrastinar
Enojarse
Compadecerse de uno mismo
Dejarse dominar por el temor
Justificarse
Llegar a ser resiliente emocionalmente implica reconocer esas reacciones en nosotros mismos y utilizar nuestro albedrío para elegir una respuesta más adecuada.
Analizar:
¿En qué ocasiones ha utilizado su albedrío para actuar con responsabilidad? ¿De qué manera lo ayudó esto?
Ver:
“Alto me eleva”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [5:05].
Analizar:
A pesar de sus desafíos, ¿qué hicieron las personas del video para permitir que el Señor las ayudara?
Leer:
“Tener fe en Jesucristo es confiar en que, gracias a Su sacrificio expiatorio, Él corregirá todas las injusticias, restaurará todo lo que se haya perdido y reparará todo lo que se haya quebrantado, incluidos los corazones. Él enmendará todas las cosas, sin descuidar ningún detalle” (Lynn G. Robbins, “Be 100 Percent Responsible”, devocional de la Universidad Brigham Young, 22 de agosto de 2017, speeches.byu.edu).
Analizar:
¿Cómo puede ayudarnos la fe en Jesucristo a sobrellevar bien los desafíos?
Leer:
“En algún momento, todos hemos escuchado de una forma u otra el conocido dicho: ‘Nada es tan constante como los cambios’. A lo largo de nuestra vida debemos hacer frente a los cambios; algunos son bienvenidos, otros no. Hay cambios en la vida que son repentinos, como la muerte de un ser querido, una enfermedad inesperada, la pérdida de bienes que atesoramos, pero la mayoría de los cambios se producen lenta y sutilmente” (Thomas S. Monson, “Encontrar gozo en el trayecto”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 84).
El Señor nos asegura que, si nos humillamos ante Él, puede ayudarnos a cambiar para bien: “y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Éter 12:27).
Leer:
Durante estas reuniones de grupo, uno de sus compromisos cada semana incluirá escribir al menos una cosa por la que se siente agradecido cada día. Expresar gratitud no significa que niegue ni ignore los sentimientos de dolor o desánimo; significa que reconoce las bendiciones que el Padre Celestial le ha dado. Por ejemplo, podría ser una ocasión en la que alguien fue amable con usted o en la que apreció algo que vio, olió, oyó, tocó o probó.
Ver:
“Agradecidos en cualquier circunstancia”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [1:06].
Analizar:
¿En qué momento la gratitud lo ha ayudado a usted, o a otras personas, a experimentar felicidad?
Meditar:
Pregúntese: “¿En qué maneras me ayuda mi fe en Jesucristo a afrontar los momentos difíciles?”.
Ver:
“Ejerza fe en Jesucristo”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [1:43]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Ejerza fe en Jesucristo”).
Ejerza fe en Jesucristo
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Élder David A. Bednar:
La acción es el ejercicio de la fe. Los hijos de Israel llevan el arca del convenio. Llegan al río Jordán. La promesa es que lo cruzarán sobre tierra seca. ¿Cuándo se divide el agua? Cuando sus pies se mojan. Ellos entran en el río, actúan. Y llega el poder: las aguas se dividen.
A menudo creemos lo siguiente: “Bueno, voy a tener este entendimiento perfecto y luego lo voy a hacer”. Yo sugeriría que tenemos suficiente para empezar. Tenemos una idea de la dirección correcta. La fe es un principio, el principio de acción y de poder. La fe verdadera se centra en el Señor Jesucristo y siempre conduce a la acción.
(Véase “Buscar conocimiento por la fe”, Liahona, septiembre de 2007, pág. 19).
Leer:
Este pasaje de las Escrituras y las declaraciones siguientes de los líderes de la Iglesia:
“Y en ningún tiempo persona alguna ha obrado milagros sino hasta después de su fe; por tanto, primero creyeron en el Hijo de Dios” (Éter 12:18).
“La fe en Dios incluye fe en Sus propósitos, así como en Su tiempo. No podemos aceptarlo a Él plenamente y a la vez rechazar Su tiempo” (Neal A. Maxwell, That Ye May Believe, Salt Lake City: Bookcraft, 1992, pág. 84).
“La fe en Jesucristo nos impulsa a hacer cosas que de otro modo no haríamos. La fe que nos motiva a actuar nos da más acceso a Su poder. También aumentamos el poder del Salvador en nuestra vida cuando hacemos convenios sagrados y guardamos dichos convenios con precisión. Nuestros convenios nos unen a Él y nos dan poder divino” (Russell M. Nelson, “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida”, Liahona, mayo de 2017, pág. 41).
“¡Podemos sentir gozo aun cuando tengamos un día malo, una semana mala o hasta un año malo!
“Mis queridos hermanos y hermanas, el gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene mucho que ver con el enfoque de nuestra vida.
“Si centramos nuestra vida en el Plan de Salvación de Dios […] y en Jesucristo y Su evangelio, podemos sentir gozo independientemente de lo que esté sucediendo —o no esté sucediendo— en nuestra vida. El gozo proviene de Él, y gracias a Él. Él es la fuente de todo gozo” (Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 82).
Analizar:
¿Por qué es necesaria la fe para que Dios nos fortalezca temporal, emocional y espiritualmente?
Comprométase:
Escogeré una cosa que debo hacer esta semana para fortalecer mi fe en Jesucristo.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Mediante su fe, Jesucristo aumentará la capacidad de ustedes para mover los montes que haya en su vida, aunque sus desafíos personales puedan ser tan grandes como el monte Everest” (Russell M. Nelson, “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 102–103).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Leer el Libro de Mormón a diario.
Demostrar mi fe al asistir a la Iglesia y tomar la Santa Cena.
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Aunque esta sea nuestra última reunión, usted puede seguir haciendo compromisos para desarrollar su resiliencia emocional. Lea los siguientes compromisos. Decida cuál de los compromisos que se indican a continuación establecerá. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
---|
A Fijaré una fecha para asistir al templo o, si no tengo una recomendación para el templo, renovaré mi recomendación o me prepararé para recibir las ordenanzas del templo. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Compartiré lo que aprendí con familiares o amigos. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
¡Enhorabuena! Durante las últimas diez semanas ha establecido nuevos hábitos y se ha vuelto más autosuficiente. El Señor desea que continúe mejorando esas habilidades y desarrolle otras nuevas. Cuando oramos y escuchamos, el Espíritu Santo nos puede ayudar a saber qué aspectos de nuestra vida debemos mejorar.
Comprométase:
Comprométase a hacer las siguientes tareas durante las próximas diez semanas. Marque la casilla al completar cada tarea:
Repasar y seguir viviendo los diez principios y hábitos de la autosuficiencia de Mi fundamento.
Compartir con otras personas lo que ha aprendido acerca de la autosuficiencia. Seguir ayudando a los integrantes de su grupo u ofrecerse a ser el facilitador de un nuevo grupo de autosuficiencia.
Desarrollar sus habilidades participando en otro grupo de autosuficiencia.
Estudiar los principios doctrinales de la autosuficiencia que aparecen a continuación.
Principios doctrinales de la autosuficiencia
La autosuficiencia es un mandamiento |
El objetivo del Señor es proveer para Sus santos y Él tiene todo el poder para hacerlo |
Lo temporal y lo espiritual son una sola cosa |
---|---|---|
Doctrina y Convenios 104:15; Juan 10:10; Mateo 28:18; Colosenses 2:6–10 |
Leer:
“Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no; porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar […]; debéis seguir adelante con firmeza en Cristo” (2 Nefi 31:19–20).
“El Señor se preocupa por guiarnos para que sepamos cómo debemos servir y nos da la oportunidad de desarrollar autosuficiencia. Sus principios son constantes y no cambian nunca” (Marvin J. Ashton, “El fundamento de los Servicios de Bienestar”, Liahona, febrero de 1982, pág. 164).
Leer:
Con la fuerza del Señor y por medio de Su gracia, podemos ser bendecidos para poder hacer todas las cosas, soportarlas y superarlas. En las últimas semanas, hemos hallado fortaleza en el Señor y hemos aprendido muchas habilidades para mejorar nuestra resiliencia emocional.
Analizar:
Comparta con el grupo algunas de las ideas que escribió en la actividad anterior. ¿Qué salió bien?
¿Qué desafíos afrontó en sus esfuerzos por cambiar y cómo progresó a lo largo de esos desafíos?
Leer:
Los contratiempos son una parte normal de la vida y una parte prevista de cualquier esfuerzo por cambiar. Los contratiempos pueden enseñarle maneras de continuar su progreso. Cuando afronte contratiempos, resulta útil centrarse en mejorar y no en la perfección. El élder Kim B. Clark enseñó: “Ninguno de nosotros es perfecto. A veces nos quedamos estancados; nos distraemos o nos desalentamos; tropezamos; pero si miramos hacia Jesucristo con un corazón arrepentido, Él nos levantará, nos purificará del pecado, nos perdonará y nos sanará el corazón. Él es paciente y bondadoso; Su amor redentor jamás cesa y nunca deja de ser” (“Mirar hacia Jesucristo”, Liahona, mayo de 2019, pág. 56).
Las Escrituras enseñan: “Muchas son las aflicciones del justo, mas de todas ellas le libra Jehová” (Salmo 34:19).
Al acudir al Salvador cuando experimente contratiempos, puede desarrollar una perspectiva de progreso en lugar de una de perfección. Una manera de lidiar con los contratiempos es compararlos con hacer un viaje. Por ejemplo, imagine que está viajando a una población cercana y por el camino se pincha un neumático. ¿Comienza su viaje desde el principio para arreglar el neumático? No, busca la manera de solucionarlo donde está y prosigue su viaje. Del mismo modo, cuando experimenta un contratiempo, tal vez sienta que todo su progreso se ha perdido y tiene que comenzar de nuevo, pero eso no es cierto. Puede encontrar formas de solucionar el problema donde está y seguir adelante. Además, los contratiempos incluso pueden revelarle aspectos en los que quizás necesite mejorar.
Analizar:
¿Qué ha aprendido de sus contratiempos personales?
Leer:
En la vida terrenal debemos aprender a vivir con desafíos y aflicciones. Tal vez deseemos estar libres de desafíos emocionales y esforzarnos por lograr la perfección, pero incluso con nuestros mejores esfuerzos, los síntomas de los desafíos emocionales permanecen; no obstante, no tenemos que rendirnos. Debemos aprender a vivir con esos desafíos a medida que avanzamos con fe. El hacerlo nos ayudará a sentir paz y a ser más resilientes.
El élder Dieter F. Uchtdorf enseñó: “Aquí tenemos un concepto importante: la paciencia no es ni una resignación pasiva, ni es dejar de actuar por causa de nuestros temores. Ser paciente significa esperar y perseverar de forma activa. Significa persistir en algo y hacer todo cuanto podamos: trabajar, tener esperanza, ejercer la fe y enfrentar las dificultades con fortaleza, incluso cuando los deseos de nuestro corazón se ven demorados. ¡La paciencia no es simplemente sobrellevar las cosas, sino hacerlo bien!” (“Continuemos con paciencia”, Liahona, mayo de 2010, pág. 57).
Ver:
“Venga lo que venga, disfrútalo”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:31].
Analizar:
¿Qué consejo de este video puede poner en práctica en su vida?
Leer:
A lo largo de este curso aprendió habilidades que lo ayudarán a hacer cambios en su vida. Ha fijado metas para practicar esas habilidades, ha trabajado en ellas y ha rendido cuentas al respecto. El presidente M. Russell Ballard enseñó: “Establezcan metas a corto plazo que puedan alcanzar; metas bien equilibradas; no demasiadas ni muy pocas, y no muy altas ni muy bajas. Pónganlas en una lista y trabajen por alcanzarlas según su orden de importancia. Al fijarnos metas, siempre debemos pedir la guía divina” (véase “El equilibrio en las exigencias de la vida”, Liahona, julio de 1987, pág. 13).
El presidente Heber J. Grant decía a menudo “Aquello en lo cual perseveramos se vuelve más fácil de realizar, no porque su naturaleza haya cambiado, sino porque nuestra capacidad para realizarlo ha aumentado” (autor y fuente desconocidos).
Leer:
“[N]uestra labor en esta vida no es el ir por delante de los demás, sino el ir por delante de nosotros mismos. El batir nuestro propio récord, el vivir más rectamente de lo que vivimos en el pasado, el soportar nuestras pruebas de forma más hermosa de lo que jamás soñamos, el dar como nunca antes hemos dado, el hacer nuestro trabajo con más ahínco y con mejores resultados que nunca, ese es el verdadero objetivo” (véase Thomas S. Monson, “El faro del Señor: Un mensaje para la juventud de la Iglesia”, Liahona, mayo de 2001, pág. 6).
Analizar:
¿En qué forma el fijar metas forma parte del plan que Dios tiene para nosotros?
Leer:
El hermano Tad R. Callister enseñó lo siguiente acerca del Señor:
“[L]a expiación del Salvador nos da vida en lugar de muerte, ‘gloria en lugar de cenizas’, sanación en lugar de heridas y perfección en lugar de debilidad. Es el antídoto del cielo para los obstáculos y las luchas de este mundo.
“En su última semana en la vida terrenal, el Salvador dijo: ‘En el mundo tendréis aflicción. Pero confiad; yo he vencido al mundo’ [Juan 16:33]. Gracias a que el Salvador efectuó Su expiación, no hay ninguna fuerza externa, ni acontecimiento ni persona —ni pecado, ni muerte, ni divorcio— que pueda evitar que alcancemos la exaltación, siempre y cuando guardemos los mandamientos de Dios. Con ese conocimiento, podemos seguir adelante con buen ánimo y absoluta certeza de que Dios está con nosotros en esta búsqueda celestial” (“La expiación de Jesucristo”, Liahona, mayo de 2019, pág. 87).
El Señor desea consolarnos y apoyarnos. Él ha prometido: “Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones” (Doctrina y Convenios 112:10). Las siguientes son algunas formas en las que puede buscar ayuda divina:
Perdónese a sí mismo y a los demás.
Ore con fe, humildad y gratitud.
Deléitese en las Escrituras y en las enseñanzas de los profetas vivientes.
Asista al templo.
Acuérdese del día de reposo y santifíquelo.
Participe de la Santa Cena y recuerde siempre al Salvador.
Dese cuenta de que tener preguntas y hacerlas es una parte importante de recibir revelación.
Recuerde que el Salvador desea ayudarlo con sus metas.
Analizar:
¿Cómo ha sido fortalecido usted en el Señor durante este curso?
Leer:
Dios no desea que pasemos nuestras pruebas solos. Por lo general, Él atiende nuestras necesidades por medio de otra persona. Dios ha puesto, y seguirá poniendo, a personas en nuestra vida para que nos ayuden y apoyen durante las pruebas. Los recursos y personas a los que podemos recurrir para obtener ayuda incluyen:
Familiares y amigos de confianza.
Líderes de la Iglesia y hermanas o hermanos ministrantes.
Recursos de la comunidad.
Ayuda profesional.
Analizar:
¿Cómo lo han ayudado otras personas durante este curso?
Leer:
Es difícil saber si se debe buscar ayuda profesional o no. Las situaciones siguientes son señales de advertencia que podrían indicar la necesidad de ayuda profesional.
Usted experimenta sentimientos persistentes de ira incontrolable, tristeza, temor, dolor emocional o desesperanza. Haga lo que haga, esos sentimientos permanecen y a menudo son debilitantes mental y físicamente.
A pesar de que los sentimientos van y vienen, los problemas siguen durante muchos meses.
Se siente físicamente incapacitado y su apetito y sus patrones de sueño cambian.
Tiene un sentimiento incontrolable de preocupación y ansiedad.
Piensa en lastimarse a sí mismo o a los demás.
Su capacidad para funcionar a diario se ve afectada, lo cual limita su productividad.
Si está experimentando algunas de estas señales de advertencia y le preocupa su salud, hable con un profesional de la salud o con alguien en quien confíe.
Nota: Puede encontrar más información sobre cómo elegir el profesional de atención de salud adecuado para usted en la sección “Recursos”, al final de este capítulo.
Leer:
¡Felicitaciones por haber completado este curso! Muchas de las cosas que hemos analizado no se lograrán en diez semanas. Sin embargo, es posible que haya desarrollado algunos hábitos que lo pueden ayudar a progresar hacia una mayor resiliencia emocional. Repase los capítulos de este cuaderno de ejercicios con frecuencia para recordar y poner en práctica estos principios y habilidades.
Analizar:
En grupo, compartan voluntariamente sus experiencias de este curso. Consideren compartir las habilidades más útiles que hayan aprendido, las experiencias espirituales que hayan tenido, las maneras en que han cambiado o la forma en que el Señor los ha bendecido durante este curso.
Leer:
Después de completar este curso, algunos grupos deciden continuar reuniéndose con menos frecuencia. A algunos les parece valioso aprender juntos de manera constante, apoyarse mutuamente y trabajar para superar los desafíos. Otras personas han utilizado mensajes de texto o las redes sociales para ofrecer aliento y compartir artículos, videos y otros contenidos edificantes con regularidad.
Analizar:
En grupo, analicen si les gustaría mantenerse en contacto. Si es así, ¿cómo quisieran hacerlo?
Avanzar con fe
Recibir las ordenanzas del templo
Reconocer nuestro progreso
Aprender de nuestros contratiempos
Sobrellevar bien nuestros desafíos
Fijar metas personales para cambiar
Buscar ayuda por medio del Salvador
Procurar la ayuda de otras personas
Conclusión
Meditar:
¿Cuáles son algunas de las cosas que más le importan?
Ver:
“Hacer lo más importante”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Hacer lo más importante”).
Hacer lo más importante
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Narrador:
Una oscura noche de diciembre, un avión se estrelló en Florida, Estados Unidos. Murieron más de cien personas, a solo 32 kilómetros de un aterrizaje a salvo.
Presidente Dieter F. Uchtdorf:
Después del accidente, los investigadores trataron de determinar la causa. De hecho, el tren de aterrizaje había descendido correctamente. El avión estaba en perfectas condiciones mecánicas; todo funcionaba debidamente, todo, excepto una cosa: una bombilla o un foco que se había fundido. Aquella pequeña bombilla, que costaba unos 20 centavos, dio comienzo a la cadena de acontecimientos que condujeron a la trágica muerte de más de cien personas.
Naturalmente, la bombilla que no funcionaba no causó el accidente; este se produjo porque la tripulación centró su atención en algo que por el momento parecía importante, haciéndoles perder de vista lo que tenía más importancia.
La tendencia a centrarse en lo insignificante a costa de lo profundo no solo les sucede a los pilotos, sino a todos. Todos corremos ese peligro […].
¿Están sus pensamientos y su corazón centrados en lo efímero que solo tiene importancia en ese momento, o acaso están centrados en lo que es más importante?
(Véase “Estamos haciendo una gran obra y no podemos ir”, Liahona, mayo de 2009, págs. 59, 60).
Analizar:
¿Qué cosas insignificantes nos distraen e impiden que progresemos?, ¿de qué modo nos pueden ayudar las ordenanzas del Evangelio?
Leer:
Este pasaje de las Escrituras y las declaraciones siguientes de los líderes de la Iglesia:
“…[E]n sus ordenanzas se manifiesta el poder de la divinidad” (Doctrina y Convenios 84:20).
“Haríamos bien en estudiar la sección 109 de Doctrina y Convenios y seguir la admonición del presidente [Howard W.] Hunter de ‘establecer el templo del Señor como el símbolo supremo de [nuestra] condición de miembros’” (Quentin L. Cook, “Véanse en el templo”, Liahona, mayo de 2016, pág. 99).
“El fin por el que cada uno de nosotros se esfuerza es ser investidos con poder en una Casa del Señor, ser sellados como familias, ser fieles a los convenios hechos en el templo que nos hacen merecedores del don más grande de Dios, que es la vida eterna. Las ordenanzas del templo y los convenios que ustedes hagan allí son clave para fortalecer su vida, su matrimonio y su familia, y su habilidad para resistir los ataques del adversario. Su adoración en el templo y el servicio que presten allí por sus antepasados los bendecirá con mayor revelación personal y paz, y los fortalecerá en su compromiso de mantenerse en la senda de los convenios” (véase Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, Liahona, abril de 2018, pág. 7).
Analizar:
¿Cómo podrían la adoración en el templo y la obra de historia familiar aumentar nuestra resiliencia emocional?
Comprométase:
Si tengo una recomendación para el templo, fijaré una fecha para asistir al templo. Si no tengo una recomendación para el templo, me reuniré con mi obispo o presidente de rama para renovar la recomendación o para evaluar cómo puedo prepararme para recibir las ordenanzas del templo.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea el pasaje de las Escrituras y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Porque yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice: No temas, yo te ayudaré” (Isaías 41:13).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Buscar la ayuda adecuada para obtener apoyo.
Practicar cómo responder a los factores desencadenantes de maneras saludables.
Averiguar qué recursos están disponibles en su comunidad.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo le fue al brindar fortaleza a los demás?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
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Cuando decida buscar ayuda profesional, reconozca que se convierte en usuario de un servicio y tiene derecho a hacer preguntas. Considere buscar a un profesional que reúna las siguientes características:
Comprende y respeta sus valores. Si decide buscar ayuda, usted puede contribuir a establecer los resultados deseados. Busque un profesional que respete la autosuficiencia del cliente o su capacidad para elegir lo que desea obtener de la terapia, el tratamiento u otras formas de ayuda.
Puede explicar su capacitación y experiencia, y cómo se relacionan estas con sus necesidades. Algunos profesionales calificados incluyen terapeutas matrimoniales y familiares autorizados, trabajadores sociales clínicos autorizados, psiquiatras, psicólogos, terapeutas profesionales, etc.
Tiene sesiones que son las más adecuadas para usted. Tenga en cuenta la duración, el costo y la frecuencia de cada sesión y otros factores al decidir lo que se ajusta a sus necesidades.
Está dispuesto a consultar con su líder de la Iglesia sobre su progreso, si usted así lo desea. Esto incluye ofrecer sugerencias sobre cómo el profesional y su líder pueden trabajar juntos para ayudarlo.
Es más probable que alcance sus metas cuando comprenda la naturaleza y las limitaciones de la terapia. La finalidad de la terapia es ayudarlo a aprender a entender sus pensamientos, sentimientos y comportamientos, y cómo influir en ellos. Muchas personas experimentan mejoras o resuelven sus inquietudes por medio del proceso de terapia. En última instancia, establecer una relación de confianza será vital para progresar por medio de la terapia. Preste atención a sus primeras reacciones emocionales cuando hable con el profesional. Confíe en usted y en su buen juicio al buscar a alguien que sea adecuado para sus necesidades y personalidad. Si no se siente cómodo, siga buscando. Aunque los resultados de la terapia no se pueden garantizar, su compromiso con el proceso influirá enormemente en los beneficios que esta le aporte.
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Encontraré una manera de recordar mi identidad divina esta semana. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con mis familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Cuadro de control del pensamiento
Modelos de pensamiento saludables
Nuestra identidad y nuestro propósito divinos
Nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones
Reconocer modelos de pensamiento incorrectos
Responder a los factores desencadenantes
Crear modelos de pensamiento más precisos
Para cambiar nuestro pensamiento se requiere práctica
Mi fundamento: Nuestra identidad y nuestro propósito divinos
Leer:
Sus pensamientos son importantes. La forma en que habla de usted mismo y cómo piensa en las cosas influye en su forma de sentirse y en lo resiliente que puede ser. Sus pensamientos también desempeñan una función muy importante en la forma en que usted interactúa con los demás y en cómo percibe el mundo que lo rodea. Las Escrituras enseñan: “[…] porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7).
Tanto el Salvador como el adversario procuran influir en los pensamientos de usted, porque saben cuánto poder tienen los pensamientos sobre sus emociones. El Salvador nos pide que miremos hacia Él “en todo pensamiento” con fe, sin duda ni temor (Doctrina y Convenios 6:36).
Ver:
“¿Soy lo suficientemente bueno?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:28].
Analizar:
¿De qué manera el mirar al Salvador “en todo pensamiento” le recuerda que es lo suficientemente bueno?
Leer:
Con frecuencia, podríamos encontrarnos centrando nuestros pensamientos en lo que está mal o es negativo. Los modelos de pensamiento incorrectos pueden llevarnos a ver los peores resultados posibles de una situación. Esos pensamientos distorsionados nos hacen sentir mal acerca de nosotros mismos y de los demás. Todos tenemos pensamientos negativos, pero a veces nos quedamos estancados en ellos y no vemos el modelo de pensamiento incorrecto y cómo perjudica nuestra salud emocional. Lea la lista “Modelos habituales de pensamiento incorrectos” y luego analice la pregunta que aparece después de la lista. Podría seleccionar uno o dos de estos modelos de pensamiento que más utilice.
Modelos habituales de pensamiento incorrectos
Modelos de pensamiento |
Explicación |
Ejemplo |
---|---|---|
Todo o nada |
Considerar que algo o alguien es completamente bueno o malo. Busque frases con palabras como siempre y nunca. |
“Siempre digo algo inapropiado”. |
Etiquetas erróneas |
Tomar algo que sucedió y hacer una afirmación general o incorrecta al respecto. |
“La relación terminó, así que no soy lo suficientemente bueno”. |
Llegar a conclusiones precipitadas |
Interpretar los pensamientos de los demás o dar por hecho el peor resultado posible. |
“Apuesto a que todos se están riendo de mí”. |
Personalizar |
Culparse a sí mismo o a otra persona por una situación que, en realidad, implicaba muchos factores. |
“No me llamaron, así que deben estar enfadados conmigo”. |
Razonamiento emocional |
Juzgar una situación basándose en cómo se siente usted. |
“Me siento culpable. Debo haber hecho algo malo”. |
Generalización excesiva |
Aplicar una experiencia y generalizarla a todas las experiencias. |
“Hice mal esta asignación, así que ¿por qué debería quedarme en la clase?”. |
Filtro mental negativo |
Centrarse en un detalle negativo y obsesionarse con él. |
“Parece que hoy no salió nada bien, tuve un fracaso tras otro”. |
Descartar lo positivo |
Rechazar todas las experiencias positivas porque considera que no cuentan. |
“No importa si mi hija desayunó o no, ¡tuvo muchas rabietas durante el resto del día!”. |
Magnificar |
Exagerar sus debilidades o compararlas con las fortalezas de los demás. |
“Muy pocas veces preparo la cena para mi familia y, cuando lo hago, no se compara con las cenas de ella”. |
Expresiones del tipo “debería” |
Decirse a sí mismo cómo deberían o no deberían ser las cosas. |
“No debería haberme equivocado así”. |
Analizar:
¿Por qué a veces pensamos de esas maneras?
Leer:
Un factor desencadenante es algo que provoca una reacción automática en nuestros pensamientos, sentimientos y conducta. Los factores desencadenantes pueden incluir cosas que usted vea, piense, sienta y experimente. En ellos pueden influir su estado de ánimo, la hora del día, el nivel de energía, las relaciones, los lugares, los acontecimientos u otras situaciones. Cuando su reacción automática a un factor desencadenante sea inapropiada, puede aprender maneras mejores de reaccionar.
Analizar:
¿De qué manera el ser conscientes de nuestros factores desencadenantes nos ayuda a reaccionar mejor?
Leer:
Después de determinar sus modelos de pensamiento incorrectos, el siguiente paso consiste en tratar de cambiarlos por pensamientos más precisos y verídicos. Puede invitar la influencia del Salvador al cuestionar sus pensamientos y preguntarse si son ciertos (véase Juan 8:32). A continuación se encuentran algunas preguntas que puede utilizar para cuestionar sus pensamientos incorrectos:
Teniendo en cuenta todas las evidencias, ¿el pensamiento que tengo es cien por ciento correcto?
¿Es esto algo que el Salvador desea que yo piense o sienta?
¿Es este pensamiento del tipo todo o nada, todo bueno o todo malo, ganar o perder, verdadero o falso?
¿Me ayuda o me hace daño pensar de esa manera?
¿Cómo me siento cuando tengo este pensamiento?
¿Qué sé de mí mismo y de otras personas que me indica que este pensamiento no es cierto?
¿Qué le diría a mi mejor amigo, o a alguien a quien respeto, si esa persona pensara así?
Analizar:
¿Por qué es importante cuestionar los errores de pensamiento y crear pensamientos más precisos?
Analizar:
¿Qué podemos hacer para recordarnos a nosotros mismos que cuestionemos y reemplacemos nuestros modelos de pensamiento incorrectos por pensamientos más exactos?
Leer:
El último paso para cambiar nuestros pensamientos es practicar, que es algo que requiere tiempo y paciencia.
Aunque los errores de pensamiento nos impiden cambiar y limitan nuestra felicidad y capacidad de crecer, el cuestionar los errores de pensamiento y cambiarlos por pensamientos más precisos “[nos] hará libres” (Juan 8:32). Crear pensamientos más precisos nos ayudará a aumentar nuestra confianza a medida que nos veamos a nosotros mismos y a los demás de una manera más saludable.
Esta semana puede practicar modelos de pensamiento saludables completando el “Cuadro de control del pensamiento” que se encuentra al final de este capítulo. Podría compartir su cuadro completado con un familiar o con su compañero de acción.
Meditar:
¿Qué valor tiene mi alma para Dios?
Leer:
“Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios; porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él” (Doctrina y Convenios 18:10–11).
Ver:
“Nuestra verdadera identidad”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:39]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Nuestra verdadera identidad”).
Nuestra verdadera identidad
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Dieter F. Uchtdorf:
Gran parte de la confusión en esta vida proviene simplemente de no entender quiénes somos.
Uno de los narradores de cuentos más admirados de todas las épocas fue el escritor danés Hans Christian Andersen. En una de sus historias, “El patito feo”, una mamá pata descubre que uno de sus patitos recién nacidos es demasiado grande y poco agraciado. Los otros patitos no lo dejan en paz y lo tratan de forma despiadada.
Entonces el patito feo decide abandonar a su familia, porque piensa que eso sería lo mejor para todos. Un día ve volar una bandada de pájaros majestuosos, así que comienza a volar y los sigue hasta un hermoso lago. Cuando el patito feo mira en el agua, ve el reflejo de un magnífico cisne. Entonces se da cuenta de que la imagen es de sí mismo y descubre quién es realmente.
Piensen en de dónde vienen ustedes. Son hijos e hijas del ser más grandioso y glorioso del universo. Él los ama con un amor infinito y desea lo mejor para ustedes. Ese conocimiento lo cambia todo. Cambia el presente, puede cambiar su futuro y puede cambiar el mundo.
Si solo comprendiésemos quiénes somos y lo que nos espera, nuestro corazón rebosaría de tanta gratitud y felicidad que iluminaría aun los pesares más sombríos con la luz y el amor de Dios.
Claro que siempre habrá voces que les digan que es una tontería el pensar que son un cisne e insistirán en que solo son un patito feo y que no pueden llegar a ser otra cosa, pero ustedes saben que eso no es verdad. Ustedes no son seres comunes, sino gloriosos y eternos.
¡Les ruego que se miren en el agua y vean su verdadero reflejo! Es mi oración y bendición que, al ver su reflejo, puedan ver más allá de sus imperfecciones y dudas, y reconozcan quiénes realmente son: hijos e hijas gloriosos del Dios Todopoderoso. En el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.
Leer:
Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:
“Son hijos de Dios; Él es el Padre de su espíritu. Espiritualmente ustedes son de noble linaje, la estirpe del Rey de los Cielos. Graben esta verdad en la memoria y aférrense a ella” (véase Boyd K. Packer, “A los jóvenes”, Liahona, julio de 1989, pág. 67).
“Ten cuidado de cómo te defines a ti mismo; no te describas ni te definas a ti mismo valiéndote de alguna cualidad temporal. La única cualidad que debe caracterizarte es que eres hijo o hija de Dios. Ese hecho trasciende todas las demás características, incluidas la raza, la ocupación, las características físicas, los honores o aun las afiliaciones religiosas” (Dallin H. Oaks, “How to Define Yourself”, New Era, junio de 2013, pág. 48).
“Ustedes son muy especiales; son únic[o]s en su tipo, hech[o]s de una inteligencia eterna que les da la total posibilidad de alcanzar la vida eterna.
“No deben tener ninguna duda acerca de su valor individual. La intención primordial del plan del Evangelio es la de proveer a cada un[o] de ustedes la oportunidad de alcanzar sus más altos potenciales, los cuales significan el progreso eterno y la posibilidad de alcanzar la divinidad” (véase Spencer W. Kimball, “Privilegios y responsabilidades de la mujer de la Iglesia”, Liahona, febrero de 1979, pág. 145).
Analizar:
¿Por qué es tan importante recordar nuestra verdadera identidad y nuestro potencial?
Leer:
“No podemos calcular el valor de otra alma así como no podemos medir la extensión del universo. Toda persona que conocemos es de suma importancia para nuestro Padre Celestial. Una vez que lo entendamos, podremos comenzar a comprender cómo debemos tratar a nuestros semejantes” (Dieter F. Uchtdorf, “Ustedes son mis manos”, Liahona, mayo de 2010, pág. 69).
Analizar:
¿Por qué es importante ver a los demás como los ve Dios? ¿Cómo podemos desarrollar ese don espiritual?
Comprométase:
Esta semana pensaré en una manera de recordar mi identidad divina.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Nuestro enfoque debe estar anclado en el Salvador y Su evangelio. Es mentalmente riguroso esforzarnos por mirar hacia Él en todo pensamiento, pero cuando lo hacemos, nuestras dudas y temores desaparecen” (Russell M. Nelson, “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida”, Liahona, mayo de 2017, págs. 40–41).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Completar el “Cuadro de control del pensamiento” (en la sección “Comprométase”).
Practicar cómo cuestionar mis errores de pensamiento con pensamientos resilientes.
Encontrar modelos de pensamiento incorrectos en los que pueda trabajar.
Orar sinceramente y preguntar al Padre Celestial qué siente Él por mí.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo llegó a aceptar mejor los cambios?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
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Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Elegiré una manera en la que trataré mejor mi cuerpo como un templo. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con mis familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
Su amoroso Padre Celestial le proporcionó el don de un cuerpo para albergar su espíritu (véanse Doctrina y Convenios 88:15; Abraham 5:7). Un cuerpo sano es importante para ser emocionalmente resiliente. A medida que cuide mejor su salud física, su salud emocional también mejorará, y viceversa. Algunas maneras en las que puede cuidar mejor el cuerpo que el Padre Celestial le ha dado incluyen el ejercicio regular, mucho descanso, higiene personal y una alimentación saludable.
Leer:
El ejercicio regular puede beneficiar en gran manera su salud emocional. La actividad física estimula el cerebro y libera sustancias químicas que lo ayudan con sus emociones y la capacidad de ver las situaciones con claridad. El dedicar tiempo a estar activo puede hacer que se sienta más feliz, más relajado y menos ansioso. La actividad física también puede ser una oportunidad para usar su cuerpo y relacionarse con familiares y amigos en un entorno social y divertido.
Leer:
Si no ha hecho ejercicio desde hace mucho tiempo, tiene problemas de salud crónicos como enfermedades cardíacas, diabetes o artritis, o tiene otras dudas, consulte a un profesional médico antes de comenzar un nuevo plan de ejercicio.
Leer:
A menudo nos olvidamos de la necesidad de dormir y descansar. El élder Jeffrey R. Holland dijo: “ La fatiga es un enemigo común para todos nosotros, así que disminuyan el ritmo, descansen, repongan energías y recobren fuerzas. Los médicos nos aconsejan que si no nos tomamos el tiempo para cuidarnos, lo más seguro es que después lo tomaremos cuando estemos enfermos” (“Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 41). Un sueño de calidad puede ayudar a proteger su salud mental, su salud física, su calidad de vida y su seguridad. Cuando está cansado, tal vez le resulte difícil tomar decisiones, resolver problemas, controlar las emociones y el comportamiento, y manejar los cambios.
Leer:
Descansar es algo más que dormir lo suficiente. El Libro de Mormón enseña: “… no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten” (Mosíah 4:27). A lo mejor siente la presión de seguir el ritmo de un mundo acelerado. Tal vez se encuentra en una etapa de la vida que parece abrumadora, porque está criando a hijos pequeños o cuidando de un ser querido enfermo. También puede verse afectado por las dificultades emocionales que lo hacen sentirse cansado y desear dormir más de lo necesario. Permanecer demasiado tiempo en la cama puede ser perjudicial para su salud mental y emocional. El Señor lo ama y conoce sus circunstancias únicas. Él puede guiarlo a ideas y recursos que le resulten útiles para su situación.
Analizar:
¿Cómo influye la fatiga en nuestro bienestar espiritual, físico, social y emocional?
Leer:
Si con frecuencia duerme demasiado o muy poco, considere buscar ayuda médica.
Leer:
Mostramos respeto por nuestro cuerpo cuando lo tratamos y hablamos de él de manera positiva. Dar prioridad a las cosas pequeñas, como lavarnos las manos, bañarnos con regularidad, cepillarnos los dientes y mantener limpia la ropa, mejorará nuestra salud y nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos.
Analizar:
¿Qué cambios observa en usted mismo cuando practica una buena higiene personal?
Leer:
El Salvador enseñó al profeta José Smith acerca de la vida saludable en 1833, en una revelación que llegó a conocerse como la Palabra de Sabiduría (véase Doctrina y Convenios 89). Esta revelación proporciona guía en cuanto a lo que debemos comer y beber y lo que debemos evitar. El Señor promete buena salud, energía, protección, conocimiento y sabiduría a quienes obedezcan la Palabra de Sabiduría.
En uno de sus últimos discursos de conferencia general, el presidente Thomas S. Monson dijo: “[C]uidemos de nuestro cuerpo y de nuestra mente al guardar los principios que están en la Palabra de Sabiduría, un plan dado por los cielos. Con todo mi corazón y mi alma, testifico de las gloriosas bendiciones que nos aguardan si lo hacemos” (“Principios y promesas”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 79).
Analizar:
¿Cuáles son algunas maneras en que podemos cuidar mejor del cuerpo que el Padre Celestial nos ha dado?
Leer:
Asegúrese de beber mucha agua potable a lo largo del día. Ingiera la cantidad de comida adecuada para alimentar su cuerpo y así obtener la energía que necesita para llevar a cabo sus tareas diarias. En general, valore comer más verduras, fruta, granos integrales, legumbres y frutos secos. Asimismo, considere reducir el azúcar refinado, la sal, las bebidas con azúcar y las grasas saturadas.
Si lo desea, hable con alguien que conozca acerca de sus hábitos alimentarios y analicen algunas maneras de alimentar mejor su cuerpo. Al esforzarse por llevar una vida más saludable, es posible que no vea resultados de inmediato, pero puede saber que está haciendo todo lo posible por cuidar del cuerpo que Dios le ha dado.
Leer:
Uno de los síntomas de un trastorno alimentario es centrarse en la comida y el ejercicio hasta el punto de no poder enfocarse en otros aspectos de su vida.
Si descubre que sus hábitos alimentarios limitan sus actividades o afectan a su salud, busque ayuda médica.
Leer:
Su cuerpo experimenta emociones fuertes. Llegar a ser emocionalmente resiliente requiere que reconozca, acepte y reaccione a sus emociones de un modo saludable. Las emociones son una parte normal de nuestra experiencia terrenal. A veces, sus emociones pueden ser fuertes y puede resultarle difícil responder a ellas. Cuando permite que sus emociones decidan su conducta, se rinde a esas emociones en lugar de usar el albedrío para controlarlas.
Analizar:
¿De qué manera el esforzarnos por controlar nuestras emociones nos ayuda a llegar a ser más semejantes a Cristo?
Leer:
El primer paso para controlar las emociones es tomar conciencia de ellas. Una herramienta que puede ayudarlo es llevar un diario de emociones, donde puede reflexionar sobre las emociones que ha sentido. En un diario de emociones, usted registra la emoción que siente, la situación en la que se encontraba y las acciones que llevó a cabo a causa de esa emoción. Medite en esos sentimientos y situaciones y luego anote sus ideas. Al hacer un seguimiento de sus emociones, busque patrones y tendencias. Considere escribir todos los días en su diario de emociones. Vea el ejemplo siguiente.
Emoción |
Situación |
Acciones efectuadas a causa de la emoción |
Meditar |
---|---|---|---|
Ejemplo Hoy me sentí enojado y ofendido, |
Tuve una fuerte discusión con mi padre. |
Me molesté mucho, le grité y arremetí contra mis amigos, y me sentí mal por ello. |
Debería hablar con mi padre sobre cómo me siento en lugar de enojarme con él. |
Ejemplo Hoy sentí gozo y amor. |
Escuché una oración sincera que me conmovió. |
Le agradecí al Padre Celestial Su amor y pensé en mi forma de orar. |
Deseo volver a sentirme así al tratar de conectarme mejor con el Padre Celestial por medio de la oración. |
Leer:
El élder Richard G. Scott enseñó: “[C]eder a las emociones como la ira, el malestar o el ponerse a la defensiva alejará al Espíritu Santo” (“Cómo obtener revelación e inspiración en tu propia vida”, Liahona, mayo de 2012, pág. 45). Por supuesto, todos experimentaremos ira y nos sentiremos ofendidos en ocasiones. A veces, estamos incluso justificados al sentir esas emociones. Sin embargo, es importante que resolvamos esos sentimientos si queremos conectarnos mejor con el Señor y sentir el Espíritu.
El élder Scott también sugirió una manera en que la emoción puede ayudarnos a sentir el Espíritu y a ser más resilientes: “El buen sentido del humor ayuda a la revelación […]. El buen sentido del humor es una válvula de escape para las presiones de la vida” (“Cómo obtener revelación”, pág. 46).
Analizar:
¿De qué manera el aprender a controlar sus emociones puede ayudarlo a sentir más fácilmente el Espíritu?
Leer:
Cuando afronte desafíos, debe hacer todo lo posible por cuidarse. Hacer todo lo que pueda quiere decir utilizar los recursos que tiene a su alcance como apoyo ante cualquier desafío que enfrente. A continuación hay una lista de ideas para el cuidado personal.
Dormir una siesta
Pasar tiempo con un amigo
Aminorar el ritmo
Ducharse o bañarse
Hacer ejercicio
Leer un libro
Escuchar música
Crear algo
Orar
Dar un paseo
Hacer una lista de cosas por las cuales esté agradecido
Disfrutar de una buena comida
Bailar
Cantar
Usar técnicas de relajación (véanse la actividad del apartado 3 en la sección “Aprender” del capítulo 4 y la sección “Recursos” del capítulo 4)
Meditar:
¿Qué bendiciones ha recibido por el hecho de tener un cuerpo?
Ver:
“La mayor creación de Dios”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [2:51]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “La mayor creación de Dios”).
La mayor creación de Dios
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Russell M. Nelson:
Cualquiera que estudie las funciones del cuerpo humano seguramente ha “visto a Dios obrando en su majestad y poder” [Doctrina y Convenios 88:47].
Cada ojo tiene un lente que puede autoenfocarse. Hay nervios y músculos que controlan los dos ojos para crear una imagen tridimensional. Cada oído está conectado a un equipo compacto, diseñado para convertir ondas de sonido en tonos audibles.
El corazón es una bomba increíble. Tiene cuatro delicadas válvulas que se abren y se cierran más de 100 000 veces al día. Piensen en el sistema inmunológico del cuerpo. Percibe el dolor; genera anticuerpos. El cuerpo renueva sus propias células dañadas y regula los niveles de sus propios ingredientes vitales.
Los muchos atributos admirables de su cuerpo atestiguan su propia “naturaleza divina” [2 Pedro 1:4]. El apóstol Pablo lo describió como un “templo de Dios” [1 Corintios 3:16]. ¿Por qué? Porque su cuerpo es el templo de su espíritu y la manera en que utilizan su cuerpo afecta a su espíritu. Dios es el Padre de nuestros espíritus. Somos parte de Su propósito divino. Cuando nos creó físicamente, fuimos creados a Su imagen.
El desarrollo del espíritu tiene una importancia eterna. Cuando verdaderamente conocemos nuestra naturaleza divina, controlamos nuestros apetitos. Enfocamos nuestros ojos en imágenes, nuestros oídos en sonidos y nuestras mentes en pensamientos que sean de beneficio para nuestra creación física como templos de nuestro Padre Celestial. Por esos dones físicos, ¡demos gracias a Dios!
Analizar:
¿De qué forma el tener un cuerpo físico nos prepara para llegar a ser como nuestro Padre Celestial?
Leer:
Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:
“Dado que nuestro cuerpo físico es tan fundamental en el plan de felicidad del Padre y en nuestro progreso espiritual, Lucifer pretende frustrar nuestro progreso al tentarnos a usar nuestro cuerpo de forma indebida” (David A. Bednar, “Continuamente prontos para orar”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 34).
“La única seguridad definitiva en esta vida consiste en nunca dar el primer paso tentador hacia donde no debemos estar ni para hacer lo que nunca debiéramos hacer […]. [Como seres humanos, todos tenemos apetitos físicos que son necesarios para nuestra supervivencia]. Esos apetitos son absolutamente esenciales para la perpetuación de la vida. Entonces, ¿qué es lo que hace el adversario? […]. Nos ataca por medio de nuestros apetitos. Nos tienta a que comamos lo que no debemos comer, a que bebamos lo que no debemos beber y a que amemos como no debemos amar” (Russell M. Nelson, en “Advice from the Prophet of the Church to Millennials Living in a Hectic World”, 18 de febrero de 2018, newsroom.ChurchofJesusChrist.org).
Analizar:
¿De qué manera el tratar mal nuestro cuerpo puede afectar a nuestra resiliencia emocional?
Leer:
Los pasajes de las Escrituras:
“El alma será restaurada al cuerpo, y el cuerpo al alma; sí, y todo miembro y coyuntura serán restablecidos a su cuerpo; sí, ni un cabello de la cabeza se perderá, sino que todo será restablecido a su propia y perfecta forma” (Alma 40:23).
“Y él saldrá, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo […] y sus debilidades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos” (Alma 7:11–12).
Analizar:
¿Cómo puede Jesucristo fortalecernos para que podamos perseverar bien o incluso superar cualquier limitación física que podamos tener?
Comprométase:
Escogeré una manera de tratar mejor mi cuerpo, como un templo.
Nuestro cuerpo y nuestras emociones
Nuestro cuerpo es un don de Dios
Nuestro cuerpo es un don de Dios
Ejercicio regular
Dormir y descansar
Higiene personal
Comer de manera saludable
Comprender nuestras emociones
Cuidado personal
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea el pasaje de las Escrituras y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos; y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos; y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar. Y yo, el Señor, les prometo que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará. Amén” (Doctrina y Convenios 89:18–21).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Seguir un plan de ejercicio.
Descansar y dormir más.
Practicar una buena higiene personal.
Hablar con un amigo o familiar sobre mis hábitos alimentarios.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo mejoró sus modelos de pensamiento?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Escogeré una cosa que haré para mejorar mi uso del tiempo y le rendiré cuentas al Padre Celestial cada noche en mis oraciones. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con mis familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
El estrés y la ansiedad son partes normales de la vida. Estas palabras describen maneras en las que el cerebro y el cuerpo reaccionan ante cualquier exigencia, tal como un problema en el trabajo, un examen en la escuela o una decisión importante. Los niveles normales de estrés y ansiedad pueden ayudarlo a concentrarse, alcanzar sus metas y proteger su cuerpo. Por ejemplo, si siente un poco de estrés en cuanto a su empleo, es probable que vaya a trabajar preparado y centrado en sus tareas.
El estrés y la ansiedad lo ayudan a mantenerse vivo, pero sentir estrés y ansiedad con demasiada frecuencia o durante demasiado tiempo puede causar problemas importantes y llevarlo a sufrir enfermedades mentales. Si está lidiando con demasiado estrés y ansiedad, podría enfermarse con frecuencia, tener dolores de cabeza, sentirse enojado, tener cambios drásticos del apetito o experimentar falta de concentración.
Podría comenzar a sentirse abrumado por su trabajo, o quizás no desee ir a trabajar porque teme que algo malo vaya a ocurrir o que usted no es lo bastante bueno. Estas son señales de que está sintiendo angustia o niveles debilitantes de estrés y ansiedad.
El estrés y la ansiedad pueden afectar a su capacidad de sentir el Espíritu o distorsionar su comprensión de las impresiones espirituales. La hermana Reyna I. Aburto dijo: “[S]i constantemente estamos tristes y si el dolor no nos permite sentir el amor del Padre Celestial y Su Hijo, y la influencia del Espíritu Santo, entonces quizá suframos de depresión, ansiedad u otra afección emocional” (“En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 57).
Este capítulo se centra en aprender a sobrellevar mejor los niveles normales de estrés y ansiedad. Puede aprender a reconocer las situaciones en las que siente demasiado estrés o ansiedad y buscar la ayuda adecuada.
Analizar:
¿De qué manera el estrés y la preocupación lo ayudaron o le hicieron daño?
Leer:
Al igual que los indicadores que se encuentran en el panel del automóvil le recuerdan que debe reducir la velocidad, cargar combustible o revisar el motor, los síntomas de estrés son señales que le recuerdan que debe aminorar el ritmo, llenar su “depósito” espiritual y buscar nuevas soluciones. Al esforzarse por controlar el estrés eficazmente, podría resultarle de ayuda clasificar el estrés en cuatro niveles diferentes (véase el cuadro de la siguiente actividad).
Leer:
Aquellos a quienes les resulta difícil lidiar con el día a día quizás tengan un problema de salud. Una emergencia puede causar que usted pase de repente a un nivel de estrés naranja o rojo. Las personas deben buscar ayuda profesional de inmediato si sienten que no pueden enfrentar sus problemas o si están consumiendo sustancias dañinas. Las personas que tengan pensamientos suicidas deben ir a la sala de urgencias del hospital más cercano y comunicarse con su familia, un amigo, su obispo u otro líder de la Iglesia. En suicide.ChurchofJesusChrist.org puede consultar las líneas telefónicas de ayuda y otros recursos.
Cualquier persona en Norteamérica puede llamar a la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255.
Leer:
El estrés y los modelos de pensamiento incorrectos pueden dominar y distorsionar sus pensamientos. Su atención puede divagar o usted puede desconectarse y centrarse en cualquier cosa que no sea lo que está ocurriendo a su alrededor.
La atención plena es una habilidad que lo ayudará a ser más resiliente emocionalmente. Consiste en prestar atención a lo que su cuerpo le está diciendo aquí y ahora. Puede ayudarlo a reducir el estrés y la ansiedad, y aumentar su sensación de bienestar y confianza. La atención plena también lo ayuda a evitar reaccionar en exceso o a abrumarse por lo que esté sucediendo a su alrededor.
Analizar:
¿Qué lo ayuda a centrarse, aunque esté estresado?
Meditar:
En una escala del 1 al 10, ¿cuán estresado me siento en este momento?
Analizar:
¿Ayudó el ejercicio de atención plena a reducir sus niveles de estrés?
Sugerencia:
Puede hacer el ejercicio de atención plena por su cuenta en cualquier momento. Considere la posibilidad de aprender más acerca de la atención plena y otras técnicas de relajación utilizando los recursos que se encuentran al final de este capítulo.
Ver:
“Acudir a Él con fe”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:54].
Leer:
El presidente Dallin H. Oaks enseñó sobre la capacidad que tiene Cristo para fortalecernos en cualquier situación que afrontemos: “Por consiguiente, Él conoce nuestros problemas, dolores, tentaciones y sufrimientos, porque por voluntad propia los padeció todos como parte esencial de Su expiación. Gracias a ello, la Expiación lo faculta para socorrernos, para darnos la fortaleza a fin de soportarlo todo[…].
“La expiación del Salvador hace más que garantizarnos la inmortalidad mediante una resurrección universal y brindarnos la oportunidad de ser limpios del pecado por medio del arrepentimiento y del bautismo. Su expiación también nos brinda la oportunidad de acudir a Él, quien ha sufrido todas las dolencias de la vida terrenal, para darnos la fuerza a fin de sobrellevar las cargas de esta vida. Él conoce nuestra angustia y desea ayudarnos. Así como el buen samaritano, cada vez que nos encuentre lastimados a la orilla del camino, Él vendará nuestras heridas y nos cuidará (véase Lucas 10:34). El poder sanador y fortalecedor de Jesucristo y de Su expiación es para todos los que pidamos” (“Fortalecidos por la expiación de Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 61–62, 64).
Analizar:
¿De qué manera recordar siempre al Salvador puede ayudarlo a controlar mejor el estrés y la ansiedad?
Leer:
El perfeccionismo es la creencia en que si no somos perfectos en todo, hemos fracasado y no somos lo suficientemente buenos para Dios ni para nadie más. Sin embargo, sabemos que el Señor nos ha dado debilidades para ayudarnos a mantenernos humildes y dispuestos a aprender (véase Éter 12:27).
Con respecto a la perfección, el élder Jeffrey R. Holland enseñó:
“Nuestra única esperanza para tener la verdadera perfección es recibirla como un regalo de los Cielos; no podemos ‘ganárnosla’. Por tanto, la gracia de Cristo nos ofrece no solo salvación del pesar, el pecado y la muerte, sino de nuestra persistente autocrítica[…]
“Hermanos y hermanas, todos nosotros aspiramos a una vida más cristiana de la que frecuentemente logramos vivir. Si admitimos con sinceridad que estamos tratando de mejorar, no somos hipócritas, somos humanos […]. Si perseveramos, en algún momento de la eternidad nuestro refinamiento habrá terminado y será completo, que es lo que en el Nuevo Testamento significa la perfección (“Sed, pues, vosotros perfectos… con el tiempo”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 41, 42).
Leer:
Estos son cuatro principios para aumentar la autocompasión y disminuir el perfeccionismo:
Ser conscientes del perfeccionismo en nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Cuestionar esos pensamientos, sentimientos y acciones.
Aceptar nuestros errores como parte de la vida y no tener miedo a cometer errores.
Desarrollar autocompasión; aceptarse y amarse a uno mismo, incluidas las imperfecciones.
Ver:
“Perfectionism: Will I Ever Be Good Enough?” [Perfeccionismo: ¿Alguna vez seré lo suficientemente bueno?], disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [4:34].
Analizar:
En el video, ¿cómo consiguió Olivia volverse más autocompasiva y cuestionar su perfeccionismo?
Analizar:
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra experiencia en el grupo?
Manejar el estrés y la ansiedad
Utilizar el tiempo sabiamente
¿Qué son el estrés y la ansiedad?
Comprender los niveles de estrés
Utilizar la atención plena para reducir el estrés
Lograr acceso al poder de Dios
Perfeccionismo
Meditar:
¿Por qué es el tiempo uno de los mayores dones que Dios nos ha dado?
Ver:
“El regalo del tiempo”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [2:27]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “El regalo del tiempo”).
El regalo del tiempo
Si no le es posible ver el video, escojan los distintos roles y lean el siguiente guion.
Kofi: Hola, hermana Benkosi. ¿Cómo está?
Hermana Benkosi: ¿Estás bien, Kofi?
Kofi: Oh, hermana Benkosi. Estoy tan ocupado. Tengo que trabajar, prestar servicio, ayudar a mi familia… y además, el fútbol. ¡No tengo tiempo!
Hermana B.: Kofi, tienes todo el tiempo del mundo.
Kofi: ¿Qué?
Hermana B.: Mira hijo, Dios nos ha dado un gran regalo: nuestro tiempo. Debemos usarlo en las cosas más importantes.
Kofi: Pero, ¿cómo, hermana Benkosi? Usted ha logrado tantas cosas. Le va bien con su familia y con su negocio. Ha servido y bendecido a muchas personas, entre ellas yo. No sé cómo lo hace.
Hermana B.: ¿De veras quieres saber cómo lo hago? Si te sientas y escuchas, te diré mi secreto.
Cada mañana me levanto antes de que salga el sol. Me visto y me lavo la cara y las manos.
Leo las Escrituras. Luego hago una lista de lo que debo hacer ese día.
Pienso en alguien a quien puedo servir. Oro para saber la voluntad de Dios y escucho.
A veces me vienen a la mente los nombres o los rostros de ciertas personas. Los agrego a mi lista.
Kofi: ¿Es por eso que siempre sabe quién necesita de su servicio?
Hermana B.: Sí, Kofi. Oro para obtener fortaleza y sabiduría. Oro para que Dios “consagre [mis acciones]”. Así lo dice en 22 Nefi 32.
Le doy las gracias. Le prometo hacer lo mejor que pueda. Le pido que Él haga lo que yo no puedo hacer.
Luego, miro mi lista. Escribo un 1 en lo más importante, luego un 2.
Kofi:¿Cómo determina las prioridades?
Hermana B.: Cada vez que oro, ¡escucho! Después me pongo a trabajar. Miro el número 1 y trato de hacerlo primero, luego el 2.
A veces los planes cambian. El Espíritu Santo me indica que haga otra cosa. No hay problema.
Me esfuerzo mucho, pero siento paz. Sé que Dios me ayudará.
Así que, con mi lista y el Espíritu, hago las cosas más importantes, Kofi.
Kofi: Eso parece ser sencillo y a la vez difícil.
Hermana B.: ¡Tienes razón! Cuando me preparo para ir a dormir, ofrezco una oración. Le doy un informe al Padre Celestial. Le cuento cómo me fue durante el día. Le hago preguntas. Le pregunto en qué puedo mejorar. Escucho. A menudo siento Su amor. Sé que Él magnifica las cosas que trato de hacer. Después siento paz, Kofi, y me duermo.
Kofi: Qué lindo, mamá Benkosi. Yo quiero sentir esa paz. Quiero utilizar mi tiempo. Quiero trabajar y servir mejor.
Analizar:
¿Qué aprendió de la hermana Benkosi en el video?
Leer:
Este pasaje de las Escrituras y las declaraciones siguientes de los líderes de la Iglesia:
“Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra” (Alma 34:32).
“[E]l tiempo es todo el capital que tenemos en la tierra […]; si lo emplean debidamente, les incrementará su tranquilidad, comodidad y satisfacción. Considerémoslo y dejemos de permanecer sentados con las manos cruzadas, malgastando el tiempo” (Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Brigham Young, 1997, pág. 144).
“La rutina y los asuntos cotidianos de la vida terrenal pueden saturarnos con facilidad. Dormir, comer, vestirnos, trabajar, jugar, hacer ejercicio y muchas otras actividades habituales son necesarias e importantes. No obstante, en definitiva, lo que llegamos a ser es el resultado de nuestro conocimiento del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y de nuestra disposición a aprender de Ellos; no es simplemente la suma total de nuestras actividades diarias durante el curso de una vida” (David A. Bednar, “Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 93).
Comprométase:
Practicaré estos pasos todos los días para utilizar mi tiempo más sabiamente. Cada noche, en mis oraciones, daré un informe al Padre Celestial.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“No es tan malo como a veces creen que es. Todo saldrá bien; no se preocupen. Me lo digo a mí mismo todas las mañanas. Todo saldrá bien. Si dan lo mejor de sí, todo saldrá bien. Pongan su confianza en Dios y sigan adelante con fe y confianza en el futuro. El Señor no nos abandonará; Él no nos abandonará” (Gordon B. Hinckley, “Excerpts from Addresses of President Gordon B. Hinckley”, Ensign, octubre de 2000, pág. 73).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Poner en práctica mi plan para reducir el estrés y la ansiedad (del apartado 4 de la sección “Aprender”).
Probar uno de los ejercicios de relajación de la sección “Recursos” del capítulo 4.
Practicar la atención plena o vivir en el presente.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo cuidó mejor su cuerpo?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
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Ideas para relajarse
Música |
Se ha demostrado que la música puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés. Cuando se sienta estresado o desanimado, cante o escuche una obra musical favorita. “[L]os himnos [y otra música edificante] nos dan ánimo, valor y empuje para que actuemos correctamente; nos llenan el alma de pensamientos celestiales y nos dan paz espiritual” (“Prólogo de la Primera Presidencia a Himnos”, Himnos, 1992, pág. X). |
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Ejercicio de relajación progresiva |
La relajación profunda ayuda al cuerpo a recuperarse del estrés. Haga este ejercicio por la noche, antes de irse a dormir, a fin de que su cuerpo se acostumbre a relajarse. Haga una versión más breve de este ejercicio durante el día, en cualquier momento en que se sienta estresado. Acuéstese o siéntese cómodamente y cierre los ojos. Busque cualquier tensión que pueda sentir, concentrándose en una parte del cuerpo a la vez: en la cabeza y el rostro, los ojos, la mandíbula, el cuello, los hombros y la espalda, los brazos, las manos y los dedos, el pecho y el abdomen, las piernas, los pies y los dedos de los pies. Relaje conscientemente cada parte del cuerpo. Sienta cómo toda la tensión empieza a desaparecer como si fuera arena que se escurre entre los dedos. Si sigue sintiendo tensión, tense esa parte del cuerpo durante 10 segundos y luego relájela durante otros 10 segundos. Tómese su tiempo. Recorra mentalmente su cuerpo a fin de localizar cualquier tensión que pudiera haber quedado y luego relájese por completo. Céntrese en un recuerdo o en un entorno imaginado que le brinde paz y gozo. Trate de imaginar la escena lo más vívidamente posible hasta que se sienta listo para abrir los ojos de nuevo. |
La atención plena mediante los cinco sentidos |
El centrarse en sus sentidos puede ayudarlo a practicar la atención plena. Durante varios minutos, observe su entorno en silencio. Al hacerlo, intente hacer lo siguiente: Fíjese en cinco cosas que puede ver. Mire a su alrededor y preste atención a cinco cosas que puede ver. Elija algo que normalmente no perciba, como una sombra o una pequeña grieta. Fíjese en cuatro cosas que puede sentir. Preste atención a cuatro cosas que siente ahora mismo: la textura de su ropa, la sensación de la brisa sobre la piel o la superficie lisa de una mesa en la que apoya las manos. Fíjese en tres cosas que puede oír. Tómese un momento para escuchar y anote tres cosas que escuche de fondo. Podría ser el canto de un pájaro, el murmullo de un frigorífico o los tenues sonidos de tráfico de una carretera cercana. Fíjese en dos cosas que puede oler. Preste atención a dos olores que, por lo general, ignora, ya sean agradables o desagradables. Quizás perciba el olorcillo de unos pinos si está al aire libre, o la ropa que lleva puesta. Fíjese en una cosa que puede probar. Céntrese en algo que puede probar ahora mismo, en este momento. Puede tomar un sorbo de una bebida, mascar chicle, comer algo o paladear el sabor que nota ahora en la boca. |
Visualización |
En esta técnica de relajación, formará imágenes mentales para realizar un viaje visual a un lugar o situación apacible y relajante. Comience imaginando un lugar que lo haga feliz; puede ser un lugar real o imaginado. Durante la visualización, trate de utilizar todos los sentidos que pueda, incluidos el olor, la vista, el sonido y el tacto. Si se visualiza relajándose junto al mar, podría pensar en el olor del agua salada, el sonido de las olas que rompen y la calidez del sol sobre el cuerpo. Si lo desea, cierre los ojos, siéntese en un lugar tranquilo y asegúrese de que su ropa sea cómoda. |
Nota: También puede utilizar la actividad de atención plena de este capítulo.
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Actuaré de acuerdo con mi idea de aportar más equilibrio a mi vida. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré lo que aprendí hoy con mis familiares o amigos. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
La depresión afecta a toda nuestra vida de una manera u otra. Pensar y conversar sobre el análisis de hoy podría ser difícil para usted u otras personas. Animamos a todos a que sean compasivos cuando estudien este capítulo. Si se siente abrumado, no dude en solicitar un descanso.
Leer:
La tristeza y la depresión se describen como sentimientos de pesar, desdicha y aflicción, y son una parte normal de nuestra experiencia aquí en la tierra. La tristeza y la depresión pueden aparecer por las dificultades derivadas de un rechazo, las relaciones interpersonales, las desilusiones y otras aflicciones. Son elementos difíciles, pero esenciales, de nuestro crecimiento. El élder Bruce C. Hafen enseñó que el Padre Celestial quería que tuviéramos experiencias dolorosas en la vida para que, en última instancia, pudiéramos experimentar el gozo más plenamente (véase “A Willingness to Learn from Pain”, Ensign, octubre de 1983, págs. 64, 66).
El trastorno depresivo mayor, o la depresión grave, es diferente. Es un estado o condición emocional que afecta a nuestros pensamientos, emociones, percepciones y comportamientos. El élder Jeffrey R. Holland habló de la diferencia entre la tristeza normal y la depresión y el trastorno depresivo mayor: “Cuando hablo de esto, no estoy hablando de tener un mal día, ni de vencimientos tributarios u otros momentos de desaliento que todos tenemos. Todos sentiremos ansiedad o desánimo en alguna ocasión […]. Pero hoy hablo de algo más serio, de una aflicción tan severa que restringe de modo significativo la capacidad de la persona para funcionar plenamente” (“Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 40).
El trastorno depresivo mayor puede ocurrir sin una explicación clara de su causa, o puede ser el resultado de reacciones poco saludables a acontecimientos dolorosos. Cuando experimentamos una depresión grave, a menudo nos sentimos insensibles o ajenos a nuestras emociones. Es posible que experimentos sentimientos de vergüenza, culpa u odio hacia nosotros mismos, los cuales probablemente interfieran en nuestro funcionamiento todos los días. La depresión grave también interfiere en nuestra capacidad de lidiar positivamente con los desafíos a medida que surgen.
Además, tal como leímos en nuestra última reunión, la tristeza y la depresión pueden afectar a nuestra capacidad de sentir o entender las impresiones del Espíritu (véase Reyna I. Aburto, “En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 57–60).
Analizar:
¿En qué se diferencian la tristeza y la depresión?
Ver:
“Like a Broken Vessel Part 1” [Como una vasija quebrada, Parte 1], disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [1:38].
Leer:
El ser conscientes de por qué tenemos esos sentimientos puede ayudarnos a ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás. Sentimientos como la tristeza o la depresión pueden deberse a varios factores, entre ellos los siguientes:
Factores que pueden conducir a desafíos emocionales
Biológicos: factores físicos relacionados con nuestro cuerpo |
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Psicológicos: sucesos emocionales |
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Psicológicos: interacciones sociales con otras personas, que generan fuertes emociones |
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Espirituales: sucesos difíciles que ponen a prueba nuestra fe |
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Analizar:
¿De qué manera el saber de dónde provienen los sentimientos difíciles nos ayuda a ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás?
Leer:
Los siguientes síntomas pueden ser signos de un trastorno depresivo grave o una depresión clínica. La mayoría de las personas experimentarán estos síntomas a veces a lo largo de su vida, pero si usted experimenta varios síntomas durante períodos prolongados, eso podría indicar que tiene problemas más profundos. Si tres o más de estos síntomas persisten durante un período de tiempo, limitan su capacidad para funcionar o resultan difíciles de superar a pesar de los esfuerzos personales y familiares, usted debe buscar ayuda profesional.
Síntomas de depresión
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Analizar:
¿De qué manera el ser consciente de los síntomas de depresión nos ayuda a medida que nos volvemos más resilientes emocionalmente? ¿Cómo puede ayudarnos a apoyar a los demás?
Leer:
* Si usted u otras personas piensan en la muerte o el suicidio, busque ayuda profesional de inmediato y acuda a la sala de urgencias del hospital más cercano y comuníquese con su familia, un amigo, su obispo u otro líder de la Iglesia. Los pensamientos suicidas siempre se deben tomar en serio.
En suicide.ChurchofJesusChrist.org o mentalhealth.ChurchofJesusChrist.org puede consultar las líneas telefónicas de ayuda y recursos.
Cualquier persona en Norteamérica puede llamar a la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255.
Leer:
La hermana Reyna I. Aburto enseñó: “Como otras partes del cuerpo, el cerebro está sujeto a enfermedades, traumas y desequilibrios químicos. Si nuestra mente padece, es apropiado que procuremos ayuda de Dios, de las personas que nos rodean y de profesionales médicos o de la salud mental […];
“es normal sentirnos tristes o preocupad[o]s de vez en cuando. La tristeza y la ansiedad son sentimientos humanos naturales. No obstante, si constantemente estamos tristes y si el dolor no nos permite sentir el amor del Padre Celestial y Su Hijo, y la influencia del Espíritu Santo, entonces quizá suframos de depresión, ansiedad u otra afección emocional” (“En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 57).
Leer:
Casi todas las personas pasarán por un duelo en algún momento de su vida, ya sea debido a la muerte de un ser querido, a otra pérdida o a grandes cambios en la vida, como la pérdida de un empleo o la ruptura de una relación. Gracias al Evangelio, nuestros convenios y el conocimiento de que volveremos a ver a nuestros seres queridos, es posible que pensemos que no deberíamos tener problemas con el duelo. Sin embargo, no es así. Incluso el Salvador lloró cuando murió Lázaro, porque lo amaba (véase Juan 11:35–36). El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Ese llanto es una de las más profundas expresiones de amor puro; es una reacción natural de completo acuerdo con el mandamiento divino: ‘Viviréis juntos en amor, al grado de que lloraréis por los que mueran’ [Doctrina y Convenios 42:45]” (“Las puertas de la muerte”, Liahona, julio 1992, pág. 80).
Todas las personas sufrirán el duelo de manera diferente y en momentos distintos. Mientras pasan el duelo, la mayoría de las personas experimentan las emociones que se enumeran a continuación, aunque sin un orden o momento específico.
Negación: No podemos creer que eso haya sucedido. Podríamos encontrarnos en un estado de conmoción o fingir u olvidar por un tiempo lo que esté sucediendo.
Ira: Podríamos sentirnos enojados con nosotros mismos, con nuestros seres queridos e incluso con Dios. La ira es una expresión del valor que le damos a lo que hemos perdido.
Negociación: Tal vez pensemos que se trata de una pesadilla y tratamos de negociar con Dios para revertir las cosas. Es posible que nos hagamos preguntas tipo “Y si…”, por ejemplo, “¿Y si voy al templo cada semana?”, a fin de obtener un resultado específico.
Tristeza: Experimentamos una profunda tristeza por nuestra pérdida. Esa tristeza puede ser poderosa y abrumadora, pero no es necesariamente una depresión clínica; es una parte normal del proceso de duelo.
Aceptación: La aceptación consiste en admitir que la pérdida ha ocurrido. No significa que nos sintamos felices por la pérdida o que traicionemos el recuerdo de lo que hemos perdido; simplemente aceptamos la realidad de la pérdida para poder comenzar a seguir adelante.
Analizar:
¿Cómo puede ayudarnos el comprender las emociones más frecuentes del duelo?
Leer:
Todas las personas sufren de manera diferente. Es posible que a algunos les resulte difícil dormir y comer. Otros tal vez quieran estar con otras personas, mientras que otros tal vez deseen estar solos. Hay quienes puedan sentir emociones intensas y otros quizás no. Algunos podrían superar el duelo rápidamente y a otros podría llevarles mucho tiempo. No existe una manera correcta de vivir el duelo.
Las sugerencias siguientes pueden ayudarlo a entender mejor el duelo y a sobrellevarlo, o le permiten ayudar a otras personas que lo estén viviendo:
Permítase sentir, llorar y experimentar todo lo que pueda o no sentir como parte del proceso.
Cuídese. Coma de manera saludable, duerma lo suficiente y trate de hacer ejercicio.
Descubra los sentimientos que esté experimentando y reconozca que son normales y saludables.
Establezca expectativas realistas sobre cuánto tiempo podría necesitar y dé un paso a la vez.
Reconozca que los sentimientos de felicidad, gozo y paz no suponen deslealtad al recuerdo de lo que ha perdido.
Exprese sus pensamientos y sentimientos al escribir sobre su pérdida, así como su esperanza para el futuro.
Si esos sentimientos se vuelven abrumadores, quizás necesite buscar la ayuda de un profesional.
Leer:
No tiene por qué pasar el duelo solo y puede recurrir a los demás en los momentos de necesidad. Puede encontrar apoyo en familiares, amigos, líderes de la Iglesia y, lo más importante, en el Salvador.
La hermana Sharon Eubank enseñó acerca de cómo puede ayudarnos el Salvador: “Cuando nos agobian las tragedias, cuando la vida es tan dolorosa que no podemos respirar, cuando hemos recibido una serie de golpes, como el hombre en el camino a Jericó, y se nos da por muertos, Jesús se presenta y echa aceite en nuestras heridas, nos levanta con ternura, nos lleva a un mesón y nos cuida [véase Lucas 10:30–35]. A aquellos de nosotros que estamos afligidos, Él dice: ‘… aliviaré las cargas que pongan sobre vuestros hombros, de manera que no podréis sentirlas sobre vuestras espaldas […] para que sepáis de seguro que yo, el Señor Dios, visito a mi pueblo en sus aflicciones’ [Mosíah 24:14]. Cristo sana las heridas” (“Cristo: La luz que resplandece en las tinieblas”, Liahona, mayo de 2019, pág. 74).
A medida que experimentamos el duelo, puede parecernos insoportable y tal vez sintamos el deseo de aislarnos de otras personas. Sin embargo, recuerde que podemos encontrar apoyo por medio de otras personas.
Ver:
“El amor expiatorio de Cristo sana los corazones acongojados”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:22].
Analizar:
¿Qué podemos aprender del relato del video sobre cómo superar el pesar?
Leer:
Tal vez conozca a alguien que haya perdido a un ser querido, que esté pasando por un momento difícil o que haya sido diagnosticado con depresión u otra enfermedad. Puede ser difícil saber qué decir o hacer cuando esté con esa persona. Es posible que se sienta avergonzado o incómodo al mostrar emoción o estar cerca de alguien que esté manifestando sus emociones. A continuación, en la columna izquierda, hay varios ejemplos de frases que no son demasiado útiles, que tal vez haya escuchado usar a algunas personas al tratar de ayudar a alguien que está viviendo un duelo. En la columna derecha hay frases útiles que podría usar en su lugar.
Menos útil |
Más útil |
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Leer:
Cada persona es única y tendrá diferentes necesidades. Aunque usted diga todas las cosas correctas, la otra persona podría seguir sintiéndose mal. El sentirse dolido y disgustado es una parte natural de estar triste o deprimido. Lo más importante que puede hacer es presentarse, escuchar y ofrecer amor y bondad.
Sugerencia:
En la sección “Recursos” que se encuentra al final de este capítulo puede consultar una lista de recursos para lidiar con diversos desafíos de la vida.
Analizar:
¿Cómo podría ayudar a alguien que esté pasándolo mal emocionalmente?
Meditar:
¿Cómo mantengo el equilibrio en las exigencias de la vida cotidiana?
Ver:
“Lamentos y resoluciones”, disponible en srs.lds.org/videos [1:25]. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Lamentos y resoluciones”).
Lamentos y resoluciones
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Dieter F. Uchtdorf
¿No es verdad que a menudo estamos muy ocupados? Y, es triste decirlo, exhibimos el estar ocupados como símbolo de honor, como si el estar ocupado fuera en sí un logro o signo de una vida superior.
¿Es realmente así?
Pienso en nuestro Señor y Ejemplo, Jesucristo, y en Su corta vida entre la gente de Galilea y de Jerusalén. He intentado imaginarlo corriendo entre reuniones o haciendo muchas tareas a la vez para terminar una lista de cosas urgentes.
Pero no me lo imagino.
Más bien, veo al compasivo y solidario Hijo de Dios viviendo cada día con un propósito. Cuando Él interactuaba con Su prójimo, ellos se sentían importantes y queridos. Él conocía el valor infinito de las personas con que se encontraba; las bendecía y les ministraba; las elevaba, las sanaba; les daba el precioso regalo de Su tiempo.
(Véase “Lamentos y resoluciones”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 22).
Analizar:
¿Qué podemos aprender de la vida del Salvador para ayudarnos a lograr una vida equilibrada?
Leer:
Los siguientes pasajes de las Escrituras y declaraciones de líderes de la Iglesia:
“Y mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten” (Mosíah 4:27).
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré” (Isaías 41:10).
“[D]en lo mejor de sí cada día. Cumplan con lo básico y, antes de que se den cuenta, su vida se llenará de entendimiento espiritual que les confirmará que nuestro Padre Celestial los ama. Cuando una persona sabe eso, la vida estará llena de propósito y significado, lo cual hace que sea más fácil mantener el equilibrio” (véase M. Russell Ballard, “Cómo mantener el equilibrio en la vida”, Liahona, septiembre de 2012, pág. 50).
“En gran medida, el equilibrio consiste en saber qué cosas se pueden cambiar, en ponerlas en la perspectiva apropiada y en reconocer aquellas que no van a cambiar” (James E. Faust,“La necesidad del equilibrio en nuestra vida”, Liahona, marzo de 2000, pág. 7).
Analizar:
¿Qué cosas se pueden simplificar o eliminar de nuestra vida para que podamos experimentar más gozo?
Comprométase:
Actuaré de acuerdo con mi idea de aportar más equilibrio a mi vida.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Aunque sintamos que somos ‘como una vasija quebrada’ […], debemos recordar que esa vasija está en las manos del Alfarero Divino. Las mentes quebradas se pueden curar de la misma manera que se curan los huesos y los corazones rotos. Mientras Dios trabaja haciendo esas reparaciones, el resto de nosotros puede ayudar siendo misericordiosos, imparciales y amables” (Jeffrey R. Holland, “Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 42).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Probar una de las ideas para el apoyo personal esta semana (del apartado 4 de la sección “Aprender”).
Practicar frases útiles que podría utilizar al apoyar a alguien (del apartado 6 de la sección “Aprender”).
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo controló mejor el estrés y la ansiedad?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
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Salud mental
Recursos de terapia: Salud mental
Recursos de terapia: Cuidadores
Autosuficiencia: Blog del Canal Santos de los Últimos Días
Para la Fortaleza de la Juventud: La salud física y emocional
Cómo encontrar el especialista en salud mental adecuado
Comprender la tristeza y la depresión
Llevar una vida equilibrada
La diferencia entre la tristeza y la depresión
Factores que pueden conducir a desafíos emocionales
Síntomas del trastorno depresivo mayor
Maneras de obtener ayuda
El duelo o pesar
Maneras de ofrecer ayuda
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos
A Daré los pasos que analizamos para intentar resolver mi problema. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
Todos experimentamos ira. Existen innumerables razones para sentirse enojado. No siempre podemos controlar los sentimientos de ira y es fácil que nos sintamos justificados. Incluso podríamos sentirnos mejor justo después de expresar ira de forma agresiva. Pero expresar enojo no nos ayuda a sentirnos mejor a largo plazo y puede dar lugar a relaciones tensas, enfermedades físicas, pérdidas económicas y daños espirituales, o incluso físicos, tanto para uno mismo como para los demás.
El Salvador enseñó a los nefitas: “… no habrá disputas entre vosotros […]. Porque en verdad, en verdad os digo que aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo, que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros. He aquí, esta no es mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el otro; antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas” (3 Nefi 11:29–30).
Meditar:
Piense en una ocasión en que sintió ira; luego complete el cuadro que aparece a continuación.
Situación |
¿Cómo reaccioné? |
¿Cuál fue el resultado? |
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Ejemplo Compré unos zapatos nuevos para mi hijo. Anoche los dejó fuera y los robaron. |
Me molesté mucho con mi hijo y le grité por ser irresponsable y dejar los zapatos fuera. |
Mi hijo me tenía miedo y no quería hablar conmigo. Le encantaban esos zapatos y se siente muy mal por su error. |
Analizar:
¿De qué manera el controlar la ira nos ayuda a llegar a ser mejores discípulos de Jesucristo?
Leer:
Cuando dejamos que la ira domine nuestros pensamientos, nuestro cuerpo también reacciona. Las reacciones físicas del cuerpo aumentan nuestro “nivel de temperatura emocional”. Ciertas conductas pueden intensificar la ira, por lo que aprender habilidades que nos ayuden a “calmarnos” es una parte importante del control de la ira.
Analizar:
¿Qué otras cosas lo han ayudado a “calmarse”?
Leer:
Para controlar su ira, determine cuáles son las diferentes emociones subyacentes. A menudo, es más fácil enojarse que lidiar con los sentimientos reales subyacentes. A continuación se encuentra una lista de emociones y experiencias subyacentes que podrían resultar en que sienta ira.
Emociones y sentimientos subyacentes |
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Analizar:
¿Cómo puede la oración ayudarnos a calmar nuestra ira?
Leer:
Es importante entender la relación que hay entre la ira y el albedrío. A medida que suceden cosas en nuestra vida, podríamos sentir ira, pero podemos elegir cómo responder a ese sentimiento: enojarnos o volvernos caritativos, bondadosos y generosos.
El élder Lynn G. Robbins describió una situación en la que un joven con talento deportivo intentó entrar en un equipo. En el primer día de entrenamiento, el entrenador hizo que el joven compitiera contra otro jugador mientras el resto del equipo observaba. “Cuando él perdió un tiro fácil, se enojó, pateó el piso y se quejó. Se le acercó el entrenador y le dijo: ‘“Si actúas así otra vez, jamás jugarás en mi equipo’. Durante los siguientes tres años jamás volvió a perder el control. Años más tarde, al pensar en el incidente, se dio cuenta de que el entrenador le había enseñado ese día un principio que cambió su vida: que la ira se puede controlar” (“El albedrío y la ira”, Liahona, julio de 1998, pág. 87).
Analizar:
¿Puede pensar en una ocasión en la que decidió no reaccionar con ira?
Leer:
Una forma en que puede decidir reaccionar es por medio del humor. El élder Jeffrey R. Holland enseñó: “Jesús encontró gozo y felicidad especiales en los niños, y recalcó que todos deberíamos ser como ellos: inocentes y puros, prestos para reír, amar y perdonar” (“Haced esto en memoria de mí”, Liahona, enero de 1996, pág. 78). El poder reírse de uno mismo o encontrar humor en una situación lo ayudará a lidiar mejor con las frustraciones y desilusiones inesperadas de la vida. El humor edificante puede servir para mejorar su actitud, las relaciones y la salud. Este tipo de humor no ofende ni avergüenza a los demás. Como se dice en Proverbios: “El corazón alegre hace bien como una buena medicina” (Proverbios 17:22). Aunque no es apropiado reírse todo el tiempo, a la mayoría de las personas les vendría bien reír más.
Analizar:
¿Cómo puede el humor apropiado ayudarnos a controlar la ira?
Leer:
Vivir en unidad con Jesucristo puede ayudarlo a sentir paz en lugar de ira. El “potente cambio” de corazón (Alma 5:14) que proviene de estar unidos a Jesucristo puede ayudarlo a querer perdonar a los demás, a “hacer lo bueno continuamente” (Mosíah 5:2) y a “espera[r] en Jehová” (Salmo 37:9). El Espíritu Santo lo llenará de “amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre [y] templanza” (Gálatas 5:22–23).
Ver:
“El perdón aligeró mi carga”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [8:24].
Analizar:
¿De qué maneras somos bendecidos al volvernos al Salvador para controlar la ira?
Leer:
La ira puede conducir a conductas violentas o abusivas. La violencia doméstica es diferente de las pequeñas discrepancias. No se espera que nadie soporte conductas abusivas ni violencia. En abuse.ChurchofJesusChrist.org puede consultar las líneas telefónicas de ayuda en caso de emergencia (solo disponible en inglés) y otros recursos.
Si usted es víctima de violencia doméstica, obtenga ayuda de inmediato e incluso comuníquese con las autoridades pertinentes. La Iglesia no tolera el abuso ni el maltrato en ninguna de sus formas. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Condenamos enérgicamente el maltrato de cualquier tipo. Reprobamos el maltrato físico, sexual, verbal o emocional a la esposa o a los hijos” (“¿Qué pregunta la gente acerca de nosotros?”, Liahona, enero de 1999, pág. 84). Ya sea que usted sea víctima o agresor, busque ayuda ahora si se encuentra atrapado en una telaraña de abuso o maltrato. Su obispo u otros líderes de la Iglesia pueden ayudarlo a sanar.
Mi ejercicio de concientización sobre la ira
Describa algunas situaciones que desencadenen su ira. (Por ejemplo, una discusión con su cónyuge o un amigo, lidiar con problemas económicos o tener la casa desordenada). |
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Describa el razonamiento o los pensamientos que le aumentan la ira. (Por ejemplo: “Solo se preocupan de sí mismos” o “Mi amigo es muy irresponsable”). |
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Describa los sentimientos subyacentes a su ira. (Por ejemplo, sentir que le faltan al respeto, que lo usan o lo ignoran). |
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Describa las reacciones físicas que piensa que son señales de enojo. (Por ejemplo, las palmas sudorosas, el latido del corazón acelerado, tensión o irritabilidad). |
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Describa cómo actúa cuando siente ira, incluso su peor comportamiento. (Por ejemplo, gritar, dar portazos o golpear algo). |
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Describa una habilidad que calme su enojo. (Por ejemplo, contar hasta diez o hacer ejercicios de respiración). |
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Describa cómo reaccionará la próxima vez que sienta ira. |
Informar:
Comparta brevemente con el grupo una tarea difícil que consiguió finalizar la semana anterior.
Meditar:
¿Por qué permite el Padre Celestial que afrontemos problemas y desafíos?
Ver:
“¿Un camión más grande?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “¿Un camión más grande?”).
¿Un camión más grande?
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Dallin H. Oaks:
Dos hombres formaron una sociedad. Construyeron un pequeño cobertizo junto a un transitado camino. Consiguieron un camión que condujeron hasta el campo de cultivo de un agricultor, donde compraron una camionada de melones a un dólar por melón. Condujeron el camión cargado hasta el cobertizo que habían hecho junto al camino, donde vendieron los melones a un dólar cada uno.
Regresaron al campo del agricultor y compraron otra camionada de melones a un dólar cada uno. Los transportaron hasta el mismo lugar junto al camino, y de nuevo vendieron los melones a un dólar por unidad. Al volver en el camión al campo del agricultor, uno de los socios dijo al otro: “Oye, no estamos ganando mucho dinero en este negocio, ¿no te parece?”. “No, nada”, le contestó el socio, “¿será que necesitamos un camión más grande?”.
(Véase “Enfoque y prioridades”, Liahona, julio de 2001, pág. 99).
Analizar:
¿Cuál era el verdadero problema en este relato? ¿Qué opciones tenían esos dos hombres?
Leer:
El siguiente pasaje de las Escrituras y la declaración del élder Hales:
“He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme.
“Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien.
Mas si no estuviere bien, no sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un estupor de pensamiento que te hará olvidar lo que está mal” (Doctrina y Convenios 9:7–9).
“[E]l Señor espera que ayudemos a resolver nuestros propios problemas […]. Somos seres humanos que razonamos y pensamos, y tenemos la habilidad de identificar nuestras necesidades, de planear, fijar metas y resolver nuestros problemas” (Robert D. Hales, “Los mejores dones”, Liahona, diciembre de 1984, págs. 39, 40).
Leer:
Los siguientes pasajes de las Escrituras:
“Ahora bien, si el Señor tiene tan grande poder, y ha hecho tantos milagros entre los hijos de los hombres, ¿cómo es que no puede enseñarme a construir un barco?” (1 Nefi 17:51).
“Ahora bien, yo, Nefi, no labré los maderos en la forma aprendida por los hombres, ni construí el barco según la manera del hombre, sino que lo hice según el modo que me había mostrado el Señor; por lo tanto, no fue conforme a la manera de los hombres.
“Y yo, Nefi, subía con frecuencia al monte y a menudo oraba al Señor; por lo que el Señor me manifestó grandes cosas” (1 Nefi 18:2–3).
Analizar:
¿Cómo fue Nefi capaz de construir un barco?
Comprométase:
Actuaré de acuerdo con los pasos que analizamos en la actividad para trabajar a fin de resolver mi problema. (Recuerde: ¡No se dé por vencido! Se necesita tiempo para resolver los problemas y hacer cambios).
Dominar la ira
Resolver los problemas
Comprender la ira
Darse cuenta de cómo se intensifica la ira
Comprender las emociones que hay detrás de la ira
Decidir reaccionar a la ira de diferentes maneras
Controlar la ira como discípulos de Jesucristo
En forma individual, piense en lo que aprendió el día de hoy y considere lo que el Señor desea que usted haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Muchos de nosotros hacemos un gran escándalo por pequeñeces; ¡nos ofendemos tan fácilmente! Feliz es el hombre que puede pasar por alto los comentarios ofensivos de otra persona y sigue adelante” (Gordon B. Hinckley, “Tardos para airarse”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 63).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Completar el “Mi ejercicio de concientización sobre la ira” (en el apartado 5 de la sección “Aprender”).
Practicar una habilidad para “calmarse” (en el apartado 2 de la sección “Aprender”).
Determinar cuáles son las emociones y experiencias subyacentes cada vez que sienta ira (en el apartado 3 de la sección “Aprender”).
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Qué técnicas practicó en cuanto a la tristeza y la depresión?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
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Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Me esforzaré por ser más honrado. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré lo que aprendí hoy con mis familiares o amigos. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
El albedrío es un don divino del Padre Celestial. El adversario desea distraernos y limitar nuestra capacidad para tomar buenas decisiones. Una de las maneras en que lo hace es por medio de las adicciones. Alguien puede convertirse en adicto a muchos tipos distintos de conductas o sustancias. Estas incluyen, entre otras, el alcohol, las drogas ilegales, la pornografía, el sexo, el tabaco, la comida, la tecnología y los juegos de azar.
Ver:
“¿Qué es la adicción?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [1:31].
Analizar:
¿Cómo definiría la palabra adicción?
Leer:
Las conductas adictivas y compulsivas no solo son un desafío espiritual, sino también físico. El élder M. Russell Ballard enseñó: “Hay estudiosos que dicen que hay un elemento del cerebro llamado el centro del placer [véase National Institute on Drug Abuse, Drugs, Brains, and Behavior—The Science of Addiction, 2010, pág. 18, drugabuse.gov/scienceofaddiction/sciofaddiction.pdf]. Al activarlo con ciertas drogas o comportamientos, domina la parte del cerebro que gobierna nuestro juicio, fuerza de voluntad, lógica y moralidad. Eso conduce al adicto a abandonar lo que él o ella sabe que es correcto” (“¡Oh ese sutil plan del maligno!”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 108). Aunque tal vez estemos haciendo todo lo necesario para sanar espiritualmente de una adicción, la sanación podría seguir siendo necesaria para nuestro cuerpo, y específicamente para nuestro cerebro. Si trabajamos en nuestras conductas adictivas, nuestro cerebro puede cambiar y sanar.
En Predicad Mi Evangelio se da un ejemplo de esto al describir los desafíos de los nuevos conversos, pero este consejo se aplica a cualquier persona que esté involucrada en una adicción: “El arrepentimiento tal vez implique un proceso emocional y físico […]. Por lo tanto, el arrepentimiento y la recuperación pueden tomar bastante tiempo […]. Pero el bautismo y la confirmación no eliminan por completo los impulsos emocionales y físicos que acompañan a esas conductas. Aunque una persona pueda tener cierto éxito inicial, es posible que sea necesaria una curación emocional mayor a fin de arrepentirse y recuperarse totalmente” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2018, págs. 187, 188).
Ver:
“¿Por qué cuesta dejarlo?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [2:01].
Analizar:
¿Por qué es importante entender que la adicción es un desafío tanto físico como emocional?
Leer:
Aunque el proceso de recuperación puede resultar difícil, las Escrituras brindan esta esperanza: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). A continuación se encuentran algunos principios generales que pueden contribuir, con la ayuda del Señor, a que se recupere de un comportamiento o hábito adictivos.
Ore para pedir ayuda. Siempre puede pedir ayuda a Dios. Él está ahí y contestará su oración.
Encuentre esperanza. Sepa que el Salvador puede sanarlo si usted hace su parte.
Sea honesto. La adicción adquiere poder en el secretismo, pero se debilita con la honestidad.
Conéctese con los demás. La conexión puede satisfacer las necesidades que las adicciones suelen compensar.
Haga un plan. Considere, con espíritu de oración, los cambios que debe hacer, evite las situaciones difíciles y aprenda de sus errores. Piense en Moroni y en los muchos niveles de protección contra los lamanitas que hizo que su pueblo edificase (véase Alma 49).
Rinda cuentas. Pida ayuda a alguien en quien confíe, elabore un plan de seguimiento junto con su persona de confianza y revise regularmente su progreso.
Obtenga apoyo. No tiene por qué hacerlo solo; hable con sus familiares, obispo, líderes o amigos.
Recuerde que es hijo o hija de Dios. No se defina por su adicción. Tenga compasión por usted mismo y por los demás.
No se dé por vencido. Aunque recaiga, no se desperdicia ningún esfuerzo. Sanar requiere tiempo; sea paciente consigo mismo.
Véase el capítulo 2, “Modelos de pensamiento saludables”, para obtener ideas adicionales.
Leer:
Es posible que algunas personas necesiten dar pasos más significativos para sanar. Esto incluye buscar ayuda médica, asistir a una reunión de los doce pasos para recuperarse de las adicciones, trabajar con un terapeuta o un programa de tratamiento, o una combinación de varios métodos.
Ver:
“¿Qué es la recuperación de las adicciones?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [2:08].
Sugerencia:
Para obtener más información, repase otros recursos de la Iglesia, tales como los siguientes.
“Adicción”, en la sección “Ayuda para la vida” de la aplicación Biblioteca del Evangelio
Leer:
Las personas que luchan contra una conducta o un hábito adictivos necesitan el apoyo y la ayuda de las personas de su entorno. Si alguien le pide ayuda, agradézcale que tenga el valor de ser sincero con usted y escuche atentamente lo que dice. Ore pidiendo ayuda para mantener bajo control sus emociones, tales como la ira, el dolor o el resentimiento. Dígale a la persona que usted la ama y que desea ayudarla. Aliente a la persona a trabajar con los líderes de la Iglesia y con otras personas que puedan apoyarla.
Si cree que un ser querido necesita ayuda, pero no se ha confiado a usted, háblele de su preocupación. Exprese su amor, comparta sus inquietudes y dígale que desea ayudarlo. Aunque la persona rechace su ofrecimiento de ayudar, continúe demostrando su amor y no se dé por vencido.
A medida que su ser querido intente sanar, puede que se sienta desanimado y desesperanzado. Usted puede brindar aliento y apoyo al reconocer el progreso que su ser querido está haciendo, así como testificar que sigue habiendo esperanza y que el Señor lo ama.
Leer:
Usted puede apoyar a su ser querido reafirmando sus esfuerzos de venir a Cristo y sanar. En algunos casos, su ayuda puede ser muy beneficiosa e incluso puede salvar una vida. Sin embargo, debe tener cuidado de no apoyar a su ser querido cuando este tome malas decisiones ni consentir que cometa pecados. Si usted cae en la trampa de rescatar constantemente a su ser querido, podría entorpecer su recuperación y demorar que la persona se vuelva al Señor en busca de ayuda. La situación de cada persona es diferente y podría requerir una respuesta distinta. Ore para que el Espíritu lo guíe y considere pedir ayuda a otras personas con experiencia o conocimientos especializados en la materia.
La estructura y las reglas pueden ayudar a alguien que lidia con una adicción a salir adelante en el proceso de recuperación. Una persona involucrada —el padre o la madre, o el cónyuge, por ejemplo— puede establecer y comunicar claramente límites, establecer reglas y hacer a su ser querido responsable de sus decisiones, ya que experimentar las consecuencias puede proporcionar a su ser querido una mayor motivación para sanar. Estas medidas no se toman para controlar a su ser querido o amigo, sino para minimizar el impacto negativo de sus decisiones en su vida personal y en la vida de otros seres queridos de su entorno.
Leer:
Puede ser devastador descubrir que un ser querido está luchando contra una conducta compulsiva o adictiva. Es posible que esa persona se culpe erróneamente a sí misma, se enoje o le preocupe que no haya esperanza. Un cónyuge, un familiar o un amigo necesita el poder sanador del Salvador tanto como su ser querido que se encuentra atrapado en una conducta o hábito compulsivo o adictivo.
A continuación se dan varias sugerencias para el cónyuge, los familiares y los amigos de alguien que lucha contra la adicción:
Este no es solo el problema de su ser querido. No es justo, pero también le afecta a usted. Lleve sus cargas al Señor y busque sanación para usted mismo.
Ore para recibir ayuda y guía. Busque al Señor. Esté cerca de personas que lo aman.
Usted no causó la adicción, no puede controlarla y no puede solucionarla. Este es el desafío de su ser querido.
Obtenga apoyo. Hable con otras personas en las que confíe y con las que se sienta seguro; no tiene por qué sufrir en silencio.
Sugerencia:
Para obtener más información, puede consultar la Guía de apoyo: Ayuda para el cónyuge y los familiares de las personas en proceso de recuperación o asistir a un grupo de apoyo para el cónyuge y los familiares (AddictionRecovery.ChurchofJesusChrist.org/spouses-and-families).
Facilitador
Elija uno de los videos siguientes para verlos en grupo.
Ver:
“Lo que sé ahora: Cónyuges”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:52].
O bien
“Lo que sé ahora: Padres”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [3:55].
Meditar:
¿Qué aprendió del video que podría ayudarlo?
Leer:
La mayoría de las adicciones se pueden prevenir si uno se comprende bien a sí mismo y comprende las cosas que podrían atraerlo a las conductas adictivas. Para muchas personas, los patrones adictivos a menudo comienzan al final de la adolescencia. Los principios del cuadro siguiente pueden ayudar a prevenir la adicción.
Principio |
Descripción |
---|---|
1. Educación |
Aprenda sobre las cosas que son adictivas y lo que la adicción provoca en una persona. Conocer los efectos que la adicción puede tener en su cuerpo, mente y espíritu puede ser un factor disuasorio útil. |
2. Moderación |
A lo largo del tiempo, los profetas han enseñado la importancia de la moderación. El establecer límites en sus conductas y decidir lo que hará y lo que no hará puede protegerlo de caer en una adicción. |
3. Conexión |
Tener una fuerte conexión con el Salvador y otras personas puede ser un factor de protección importante para evitar las conductas adictivas. Las buenas personas de su vida pueden ayudarlo a sentir el amor de Dios y a ser más resiliente. |
4. Transparencia |
Ser sincero con alguien sobre sus acciones puede ayudarlo a evitar conductas que a menudo se relacionan con la adicción, entre ellas mentir, engañar y justificarse. Ser transparente hace que resulte más difícil que las conductas adictivas se arraiguen. |
5. Supervisión |
En el caso de los padres, saber quiénes son los amigos de sus hijos, saber en qué actividades participan y establecer reglas claras pueden protegerlos contra la adicción. Tenga conversaciones regulares con sus hijos sobre estos temas. |
Ver:
“Adicción en la adolescencia”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [2:18].
Meditar:
Piense en sí mismo o en alguien que sea importante para usted. ¿Cuáles de los principios del video y del cuadro querría incorporar a esta relación? Considere compartir su plan con su compañero de acción.
Manejar las conductas adictivas
Demostrar integridad
Niveles de adicción
La adicción es un desafío tanto espiritual como físico
Hacer su parte
Apoyar a las personas que luchan contra la adicción
El cónyuge, los familiares y los amigos
Prevenir las adicciones
Meditar:
¿Por qué ama el Señor a los que tienen “integridad de corazón” (Doctrina y Convenios 124:15)?
Ver:
“¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?”).
¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Élder Robert C. Gay:
En una ocasión, el Salvador preguntó a Sus discípulos: “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?”.
Esta es una pregunta en la cual hace años mi padre me enseñó a reflexionar detenidamente. De pequeño, mis padres me asignaban tareas en la casa y me daban dinero por ese trabajo. A menudo utilizaba ese dinero, un poco más de 50 centavos a la semana, para ir al cine. En aquel entonces, una entrada al cine costaba 25 centavos para un niño de once años. Me quedaba con 25 centavos para gastar en golosinas, las cuales costaban 5 centavos cada una. ¡Una película y cinco golosinas! No podía haber nada mejor.
Todo iba bien hasta que cumplí los doce años. Una tarde, mientras estaba en la fila, me di cuenta de que el precio de la entrada para un niño de doce años era 35 centavos, y eso significaba dos golosinas menos. Sin estar dispuesto a hacer ese sacrificio, pensé para mis adentros: “Tienes el mismo aspecto que hace una semana”. Me acerqué y pedí la entrada de 25 centavos. El cajero ni se inmutó y yo compré mis cinco golosinas de siempre en vez de tres.
Encantado con mi logro, más tarde corrí a casa para contarle a mi papá sobre mi gran hazaña. Mientras le contaba los detalles, él no dijo nada. Cuando terminé, simplemente me miró y dijo: “Hijo, ¿venderías tu alma por una moneda?”. Sus palabras traspasaron mi joven corazón; esa es una lección que nunca he olvidado.
(Véase “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 34).
Analizar:
¿Qué significa tener integridad? ¿Cuáles son algunas maneras simples en que las personas entregan su alma para obtener cosas en esta vida?
Leer:
“Creemos en ser honrados” (Artículos de Fe 1:13).
“… [H]asta que muera, no quitaré de mí mi integridad” (Job 27:5).
Leer:
El siguiente pasaje de las Escrituras y la declaración del élder Wirthlin:
“Y quisiera que recordaseis que el que de entre vosotros pida prestado a su vecino, debe devolver aquello que pide prestado, de acuerdo con lo que prometa; pues de lo contrario, cometeréis pecado y tal vez hagáis que vuestro vecino peque también” (Mosíah 4:28).
“Creo que el ser íntegro es hacer siempre lo bueno y correcto, sean cuales sean las consecuencias inmediatas; es ser justo desde lo más profundo del alma, no solo en las acciones sino, y más importante aún, en los pensamientos y el corazón […]. El mentir un poco, hacer un poco de trampa o sacar injustamente un poco de ventaja no son hechos aceptables ante el Señor […]. La recompensa máxima de la integridad es la compañía constante del Espíritu Santo […]; si hacemos lo bueno, estará con nosotros y nos guiará en todo” (véase Joseph B. Wirthlin, “La integridad”, Liahona, julio de 1990, págs. 38, 39, 41).
Analizar:
¿Por qué es necesario ser honrado para llegar a ser más resiliente emocionalmente?
Comprométase:
Seré más honrado en uno de los nueve aspectos que califiqué anteriormente.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“[C]on excepción de unos pocos que optan por la vía de la perdición, no existe hábito, adicción, rebelión, transgresión, apostasía ni delito para los que no se cumpla la promesa de un perdón completo. Esa es la promesa de la expiación de Cristo” (véase Boyd K. Packer, “La luminosa mañana del perdón”, Liahona, enero de 1996, pág. 22).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Apoyar a un ser querido en un cambio que esté tratando de hacer esa persona (véase el apartado 4 de la sección “Aprender”).
Orar para pedir ayuda con un hábito que está intentando cambiar.
Elegir un comportamiento en el que quiera trabajar y fijar límites saludables.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo puso en práctica el comprender los sentimientos de ira?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
---|---|---|---|---|---|---|
Establecer relaciones saludables
Comunicarse
Las relaciones son importantes
Establecer relaciones
Ser comprensivo y no juzgar
Comunicarse con mensajes tipo “Yo”
Ser caritativo
Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Haré mis oraciones personales y familiares cada mañana y cada noche. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
A medida que desarrollamos relaciones amorosas con los demás, nuestra salud física, emocional y espiritual se fortalece. El Padre Celestial desea que lo amemos a Él y también a las personas de nuestro entorno. Nuestra familia y amigos nos aman y pueden brindar el apoyo, el aliento y los comentarios sinceros que necesitamos para hacer frente con éxito a los desafíos de la vida. El adversario desea aislarnos de los demás y desea que nos sintamos privados de las bendiciones que provienen de las relaciones.
“El profeta José Smith enseñó que ‘la amistad es uno de los grandes principios fundamentales del mormonismo’ [Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 493]. Ese pensamiento debe inspirarnos y motivarnos porque creo que la amistad es una necesidad fundamental de nuestro mundo. Pienso que todos añoramos profundamente la amistad, la satisfacción y la seguridad que solo brindan las relaciones estrechas y duraderas” (véase Marlin K. Jensen, “La amistad: un principio del Evangelio”, Liahona, julio de 1999, pág. 74).
Analizar:
¿Qué beneficios han visto en las relaciones estrechas y amorosas?
Leer:
Al establecer relaciones, debemos tomar la iniciativa de acercarnos a los demás y ser tolerantes con las diferencias. Podemos establecer relaciones por medio de medios pequeños y sencillos (Alma 37:6). El dedicar tiempo a entablar relaciones de calidad es más importante que la cantidad. Descubriremos que sentimos más gozo en la vida a medida que desarrollamos relaciones estrechas con algunas personas de confianza en lugar de tener muchas relaciones superficiales. No hay nada malo en tener muchos amigos, pero no debemos suponer que tener más amigos equivale a la felicidad.
Lea la siguiente lista de maneras adicionales de crear y establecer relaciones con los demás.
Interésese sinceramente por otras personas. Descubra qué les gusta a otras personas o qué las hace disfrutar. No tienen por qué tener los mismos intereses, pero puede aprender a interesarse por lo que les gusta.
Sonría. La felicidad no depende de lo que esté sucediendo a su alrededor, sino más bien de cómo reaccione usted a sus circunstancias. Sonreír es gratis y puede ser una manera excelente de hacer que los demás se sientan mejor.
Recuerde los nombres de las personas. El nombre de una persona es el sonido más importante para él o ella, se dé cuenta de ello o no. Aprender el nombre de alguien puede ayudar a esa persona a sentirse valorada e importante.
Escuche a los demás. Aliente a los demás a hablar de ellos. Las personas se sienten apreciadas cuando alguien las escucha. La manera más fácil de que alguien quiera hablar con usted es convertirse en una persona que sabe escuchar. Para conseguirlo, debe interesarse sinceramente por lo que los demás tengan que decir.
Intente con sinceridad hacer que los demás se sientan importantes. La regla de oro consiste en tratar a los demás como le gustaría que lo trataran a usted. A las personas les gusta sentirse importantes, que lo que digan o hagan sea importante para los demás. Usted puede hacer todo lo posible por ayudar a las personas a sentirse importantes poniendo en práctica las ideas que se enumeran aquí.
Leer:
“Establecemos esta relación con una persona a la vez, al ser sensibles a las necesidades de los demás, al servirles y al brindarles nuestro tiempo y talentos. Quedé profundamente impresionado con una hermana que estaba agobiada por las dificultades a causa de su edad y la enfermedad, pero que decidió que aunque no podía hacer mucho, podía escuchar. Así que cada semana buscaba personas que parecían preocupadas o desanimadas y pasaba tiempo escuchándolas. ¡Qué bendición fue en la vida de tantas personas!” (Dieter F. Uchtdorf, “De las cosas que más importan”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 22).
Meditar:
Piense en alguien con quien pueda establecer una relación más sólida. Considere las ideas anteriores de esta sección y el consejo que se encuentra en las palabras del presidente Uchtdorf, y escriba maneras en las que puede poner en práctica lo que aprenda para edificar esa relación.
Leer:
Todos juzgamos las situaciones y a las personas, incluso las acciones de los miembros de la familia. El presidente Uchtdorf explicó: “Cuando nos sentimos heridos, enojados o llenos de envidia, es muy fácil juzgar a otras personas y a menudo achacarles a sus acciones motivaciones tenebrosas a fin de justificar nuestros propios sentimientos de rencor” (“Los misericordiosos alcanzan misericordia”, Liahona, mayo de 2012, pág. 70). Sin embargo, el Libro de Mormón declara: “… en vista de que conocéis la luz por la cual podéis juzgar, la cual es la luz de Cristo, cuidaos de juzgar equivocadamente; porque con el mismo juicio con que juzguéis, seréis también juzgados” (Moroni 7:18).
Analizar:
¿Cómo influye en nuestra felicidad el ser comprensivos y el juzgar menos?
Leer:
Imagine que ve a un padre o una madre con cuatro hijos pequeños. Los niños hacen ruido y los molestan a usted y a quienes están a su alrededor. Parece que el padre o la madre no se da cuenta y se distrae, ajeno a lo mucho que afecta a los demás la conducta de sus hijos. Después de un rato, el padre o la madre habla con aspereza a los niños y les dice que se callen.
Analizar:
En grupo, analicen cuál sería una reacción crítica. Piensen en explicaciones compasivas de por qué los padres podrían actuar de esa manera. ¿Qué podrían hacer ustedes para ser más comprensivos y menos críticos?
Leer:
Los desacuerdos y las diferencias con los demás son una parte natural de las relaciones. Pueden suceder debido a las diferencias de valores, opiniones, percepciones, motivaciones, deseos e ideas. Aprender a abordar esas diferencias de manera saludable puede fortalecer su relación con los demás y ayudarlo a desarrollar empatía y paciencia. Es probable que la resolución de conflictos de manera saludable ocurra cuando las personas se sientan seguras y valoradas. Aunque las diferencias son normales, no tienen por qué conducir a la contención. Es la contención durante un conflicto lo que causa problemas.
Cuando se produzcan diferencias personales, es posible que tenga dificultades para comunicar claramente su punto de vista sin que el conflicto empeore. El uso de mensajes tipo “Yo” puede ayudarlo a expresar sus inquietudes, sentimientos y necesidades de manera que sea más fácil que su interlocutor los escuche y entienda. El mensaje tipo “Yo” se centra en sus sentimientos y experiencias personales, en lugar de su opinión sobre lo que la otra persona ha hecho o ha dejado de hacer.
La primera parte del mensaje tipo “Yo” identifica y expresa sus sentimientos personales, algo crucial para abordar el conflicto o el desacuerdo. Ayuda a disminuir los sentimientos de ponerse a la defensiva y hace que sea más fácil escucharse unos a otros. Lea los ejemplos siguientes sobre cómo traducir un comentario tipo “Tú” a un mensaje tipo “Yo”.
Ejemplos de mensajes tipo “Tú” |
Ejemplos de mensajes tipo “Yo” |
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“Nunca escuchas a nadie y la verdad es que no me estás escuchando ahora”. |
“Me desanimo cuando no me siento comprendido. Mantener el contacto visual me ayuda a sentir que te importo”. |
“Eres muy desconsiderado y descuidado por no venir a cenar y no llamar para avisar”. |
“Me siento desatendido cuando no vienes a cenar y no avisas. También me preocupa que te haya pasado algo”. |
Analizar:
¿Cuáles son las diferencias entre los mensajes tipo “Tú” y “Yo”?
Leer:
Cuando dedica tiempo a comunicar sus sentimientos a alguien, tal vez suponga que es responsabilidad de la otra persona cumplir con los deseos de usted, pero aunque comunique sus sentimientos a los demás, sus sentimientos y deseos siguen siendo responsabilidad suya, no de la otra persona. Cuando su mensaje tipo “Yo” no produzca el resultado deseado, puede actuar con amor para obtener el resultado que desea en lugar de sentir resentimiento.
Leer:
“Cualesquiera que sean los problemas que enfrente su familia, sea lo que sea lo que deban hacer para solucionarlos, el principio y el fin de la solución es la caridad, el amor puro de Cristo. Sin ese amor, hasta las familias que parecen perfectas sufren. Con él, hasta las familias con grandes dificultades salen adelante” (Dieter F. Uchtdorf, “Un elogio a los que salvan”, Liahona, mayo de 2016, págs. 79–80).
Ver:
“Amor duradero”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos [4:16].
Meditar:
¿A quién conocen que pueda beneficiarse de su caridad? ¿Por qué?
Leer:
El Señor nos ha dado consejos sobre cómo establecer relaciones mediante el documento inspirado “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. Esta proclamación enseña que las relaciones que logran tener éxito “se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las actividades recreativas edificantes” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org).
Meditar:
¿En qué ocasiones ha respondido a mis oraciones el Padre Celestial?
Ver:
“Creando propulsión”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Creando propulsión”).
Creando propulsión
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Dieter F. Uchtdorf:
A fin de lograr que un avión despegue, debe producirse la fuerza propulsora. En aerodinámica, la fuerza propulsora se produce cuando el aire pasa sobre las alas de un avión de manera tal que la presión que hay debajo del ala sea mayor que la presión que hay sobre ella. Cuando la fuerza propulsora supera a la fuerza de la gravedad, el avión se levanta del suelo y empieza a volar.
De manera semejante, nosotros podemos crear una fuerza propulsora en nuestra vida. Cuando la fuerza que nos empuja en dirección al cielo es mayor que las tentaciones y la aflicción que nos arrastran hacia abajo, podemos ascender y remontarnos al reino del Espíritu.
Si bien hay muchos principios del Evangelio que nos ayudan a lograr la fuerza propulsora, quisiera centrarme en uno en particular.
¡La oración!
La oración es uno de los principios del Evangelio que nos ayuda a elevarnos. Puede elevarnos por encima de las preocupaciones del mundo, llevarnos más allá de las nubes de desánimo y oscuridad, hacia un horizonte brillante y despejado.
Una de las más grandes bendiciones, privilegios y oportunidades que tenemos como hijos de nuestro Padre Celestial es que podemos comunicarnos con Él a través de la oración. Podemos hablar con Él de las experiencias, pruebas y bendiciones de nuestra vida. Podemos escuchar para recibir guía celestial por medio del Espíritu Santo, en todo momento y en todo lugar.
(Véase “La oración y el horizonte azul”, Liahona, junio de 2009, págs. 3, 4).
Analizar:
¿Por qué el escuchar es una parte esencial de la oración?
Leer:
El siguiente pasaje de las Escrituras y la declaración del presidente Nelson:
“… [H]ablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón” (Doctrina y Convenios 8:2).
“Su alma será bendecida al aprender a escuchar, y luego al escuchar para aprender de los niños, los padres, los cónyuges, los vecinos y los líderes de la Iglesia, todo lo cual aumentará su capacidad para escuchar el consejo de Dios” (véase Russell M. Nelson, “Escuchad para aprender”, Liahona, julio de 1991, pág. 26).
Analizar:
¿Cómo podemos aprender a reconocer mejor las respuestas a nuestras oraciones?
Leer:
Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:
“Nuestro Padre Celestial escucha las oraciones de Sus hijos en toda la tierra pidiendo comida para alimentarse, ropa para cubrir sus cuerpos y la dignidad que viene de poder proveer de lo necesario para sí mismos” (Henry B. Eyring, “Oportunidades para hacer el bien”, Liahona, mayo de 2011, pág. 22).
“Debemos pedir ayuda a nuestro Padre Celestial y buscar la fortaleza por medio de la expiación de Su Hijo Jesucristo. Tanto en los asuntos temporales como espirituales, [esto] nos permite ser proveedores providentes para nosotros mismos y para los demás” (Robert D. Hales, “Seamos proveedores providentes temporal y espiritualmente”, Liahona, mayo de 2009, pág. 8).
Comprométase:
Haré mis oraciones personales y familiares cada mañana y cada noche. Después de cada oración, dedicaré tiempo a escuchar reverentemente para obtener guía.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea el pasaje de las Escrituras y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
La Biblia enseña: “… amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Practicar el utilizar los mensajes tipo “Yo” esta semana (del apartado 4 de la sección “Aprender”).
Centrarme en ser más caritativo en una de mis relaciones.
Escoger una manera de estar más presente en una relación.
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Qué habilidades practicó en cuanto a las conductas adictivas?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
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Cada semana hacemos compromisos. Su respuesta en la sección “Meditar” podría convertirse en su compromiso personal para la semana. Cuando nos reunamos la próxima semana, comenzaremos con un informe de nuestros compromisos. Lea los siguientes compromisos. Además de comunicarse con su compañero o sus compañeros de acción y apoyarlos, decida cuál de los siguientes compromisos hará. Lea cada uno de sus compromisos en voz alta a su compañero de acción. Haga la promesa de cumplir con sus compromisos y luego firme abajo.
Mis compromisos |
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A Actuaré de acuerdo con el plan que elaboré para servir a alguien. |
B Cada día, escribiré algo por lo que estoy agradecido y le daré las gracias a Dios por ello. |
C Trabajaré en mi compromiso personal de la sección “Meditar”. |
D Me pondré en contacto con mi compañero de acción y lo apoyaré. |
E Compartiré con familiares o amigos lo que he aprendido. |
Mi firma
Firma del compañero de acción
Mi firma
Firma del compañero de acción
Leer:
El Señor nos ha pedido que ministremos a quienes nos rodean. El relato de Alma y Amulek tiene un gran interés. Alma se dio cuenta de que Amulek en verdad estaba sufriendo emocionalmente y, de manera individual, “lo llevó a su propia casa, y lo atendió en sus tribulaciones y lo fortaleció en el Señor” (Alma 15:18).
Meditar:
¿Cómo lo han ayudado a usted otras personas a ser “fortaleci[do] en el Señor?”.
Analizar:
¿En qué maneras podemos fortalecer a los demás en el Señor?
Leer:
Hay varios mitos frecuentes acerca de ayudar a los demás que usted quizás crea. Al leer los mitos siguientes, evalúe si alguna vez se ha sentido de esa forma o no.
Soy cien por ciento responsable de proporcionar a los demás la ayuda que necesitan.
El Salvador es el único sanador verdadero de almas, pero usted puede formar parte de una comunidad sanadora para bendecir a los demás. Llegará a ser parte de esta comunidad sanadora a medida que ofrezca sus fortalezas y perspectivas únicas y dé lo que pueda.
Debo ser experto en resolver los problemas de los demás.
Incluso los terapeutas profesionales creen que su función es simplemente ayudar a una persona a cambiar, en lugar de proporcionarle un manual de instrucciones. Su función es amar y ministrar a las personas, y el Salvador llevará a cabo la sanación.
Hay soluciones rápidas para los problemas de la vida.
Vivimos en una cultura de gratificación instantánea en la que se prometen soluciones rápidas para casi todo, pero rara vez hay soluciones rápidas para los problemas de la vida. Trabajar por medio del cambio es un proceso y casi siempre lleva más tiempo de lo que se cree. El verdadero cambio es un proceso de refinamiento por el que usted o sus seres queridos tienen que pasar.
No sé lo que debo decir, así que es mejor que no diga nada.
La buena noticia es que a menudo no tiene que decir mucho. El mayor don que puede dar a los demás es mostrar interés en ellos, hacer preguntas, escuchar con amor y ayudarlos a sentirse seguros al compartir con usted.
Si los ayudo, ellos siempre dependerán de mí.
Al prestar servicio, puede establecer límites saludables para asegurarse de que se cuida a sí mismo y cuida a su familia. El Señor puede guiarlo para que sirva de maneras que fortalezcan la autosuficiencia de la otra persona. Nunca subestime el impacto que los pequeños y sencillos actos de amor pueden tener en la vida de las personas, y no tenga miedo de invertir tiempo y amor en alguien.
Analizar:
Con un compañero, analicen uno de estos mitos con los que podrían tener dificultades y cómo pueden superarlo.
Leer:
Sean cuales sean sus mejores intenciones, resulta fácil decir cosas que no son muy útiles al tratar de ayudar a alguien en momentos difíciles, pero eso no debe atemorizarlo para seguir intentando ser útil. Dios desea que ame y ayude a Sus hijos. Tenga en cuenta los sentimientos de aquellos a quienes está intentando ayudar y asegúrese de no decir ni hacer nada que minimice su dolor y sus dificultades.
Analizar:
¿Cuáles son otras frases que haya escuchado y que sean útiles o no sean útiles?
Leer:
La hermana Reyna I. Aburto enseñó: “Aunque no podamos identificarnos con lo que los demás estén pasando, el validar la realidad de su dolor puede ser un gran primer paso para hallar comprensión y sanación” (“En sol y sombra, Señor, acompáñame”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 58). Validar los sentimientos de las personas significa, en primer lugar, aceptar sus sentimientos y luego entenderlos.
A continuación se indican algunos pasos para ayudarlo a validar a alguien que esté enfrentando un desafío:
Escuche. Esté presente y escuche con atención lo que la persona le está diciendo. No se ponga a la defensiva si ha contribuido al problema de la persona.
Trate de comprender; quizás deba hacer preguntas compasivas para entender mejor lo que esa persona siente. Haga todo lo posible por entender qué le ocurre a esa persona.
Acepte los sentimientos de la persona. No intente cambiar a la persona ni diga que está equivocada por sentirse así. Al hacerlo, tenga cuidado de no fomentar modelos de pensamiento perjudiciales o dañinos.
Exprese compasión. Exprese que le interesa lo que siente la persona. Aunque no pueda identificarse con la situación o la causa de sus sentimientos, puede validar los sentimientos de la persona diciendo cosas así: “Usted siente que le han faltado al respeto [o se siente ansioso, desesperanzado, inútil, enojado, y así sucesivamente]. Tiene que ser difícil sentirse así”.
Muestre amor. Dígale a esa persona que usted se preocupa por ella y que tiene confianza en su capacidad para resolver o superar el problema.
Leer:
Este es un ejemplo de cómo podría validar a alguien que esté pasando por momentos difíciles:
Jill es una madre soltera cuyo hijo falleció recientemente a causa de una sobredosis de drogas. Vive sola y no tiene familia cerca. María fue a hablar con ella y le preguntó cómo estaba. María tuvo la tentación de interrumpir a Jill, pero no lo hizo, se limitó a escuchar. Cuando sintió que era apropiado, formuló preguntas como estas: “¿Cómo se siente en este momento?” y “¿Qué es lo más difícil para usted?”. En lugar de decir: “Al menos ahora él está con Dios”, entendió que Jill solo extrañaba a su hijo. María decidió expresar empatía diciendo: “Puedo ver que lo echa mucho de menos y mi corazón se conmueve con usted”. Luego demostró amor al sentarse y llorar con ella.
Sugerencia:
El sitio web de la Iglesia sobre la ministración incluye más ideas que podrían ayudarlo a entender cómo mostrar compasión. Véase ministering.ChurchofJesusChrist.org.
Leer:
El Padre Celestial ha dado a todos el don del albedrío y las personas son responsables de sus propias decisiones, independientemente de la ayuda que usted ofrezca. Al tender la mano a los demás, recuerde que usted no es responsable de resolver sus problemas ni de controlar las decisiones que tomen. Es importante que establezca sus propios límites saludables cuando ayuda a los demás.
El Salvador desea que honre el albedrío de sus seres queridos, pero eso no significa necesariamente que deba mantenerse pasivo. Procure que el Espíritu lo ayude a entender cómo puede servir a los demás de maneras que honren su albedrío y que no hagan que los demás piensen que no se los escucha.
A continuación se encuentran ideas de cosas que podría hacer, además de validar los sentimientos y escuchar:
Ayunar y orar por ellos.
Consagrar su tiempo en el templo a favor de ellos.
Buscar ayuda y consejo profesional.
Aprender en cuanto a la salud emocional.
Enviar notas de aliento o compartir mensajes graciosos para que sonrían.
Pedir bendiciones y consejos del sacerdocio.
Unirse a un grupo de apoyo para familiares y amigos.
Ponerse a disposición de ellos y, a la vez, mantener límites saludables.
Prestarles servicio en la manera que ellos pidan o acepten, de forma que no infrinja su albedrío ni los haga sentir que no se los escucha.
Analizar:
Comparta una experiencia edificante que tuvo cuando otras personas lo fortalecieron a usted o cuando usted proporcionó fortaleza a los demás.
Leer:
Cuidar de los seres queridos puede resultar difícil y abrumador. Al procurar cuidar de los necesitados, intente ser comprensivo y evite juzgarlos. Puede seguir el consejo de las Escrituras y “pedi[r] al Padre con toda la energía de [su corazón], que se[a] lleno de este amor”, que es la caridad, o el amor de Cristo (Moroni 7:48).
Si tiene un ser querido con problemas de salud emocional, con frecuencia podría estar tan centrado en cuidar de esa persona que se olvide de cuidar de sí mismo. Usted puede recibir ayuda y apoyo. Los grupos de apoyo pueden ayudar a los miembros de la familia a aprender sobre los problemas de salud, maneras de ayudar y estrategias para afrontar los síntomas. Pida ayuda a sus amigos de confianza y a profesionales de la salud para que los ayuden a usted y a su ser querido. El apoyo de familiares y amigos puede tener un impacto positivo en el tratamiento de problemas graves de salud social y emocional.
El élder Jeffrey R. Holland aconsejó: “Para quienes cuidan de una persona afligida: En su esfuerzo devoto por cuidar de la salud de otra persona, no destruyan la suya. En todas esas cosas, sean prudentes; no corran más aprisa de lo que sus fuerzas les permitan [Mosíah 4:27]. Sin importar lo que sean o no sean capaces de proporcionar, pueden ofrecer sus oraciones y pueden brindar un ‘amor sincero’ [Doctrina y Convenios 121:41]” (“Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 42).
Analizar:
¿Qué lo ha ayudado a mantener el equilibrio al cuidar de los demás y de sí mismo?
Meditar:
¿De qué manera me salva el hecho de perderme en el servicio a los demás?
Ver:
“A la manera del Señor”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “A la manera del Señor”).
A la manera del Señor
Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.
Presidente Henry B. Eyring:
Los principios básicos del programa de bienestar de la Iglesia no son solo para una época ni para un lugar; son para todas las épocas y todo lugar […].
La manera de hacerlo es clara. Quienes han acumulado más deben humillarse para ayudar a los necesitados. Quienes tienen mucho deben sacrificar voluntariamente su comodidad, tiempo, destrezas y recursos para aliviar el sufrimiento del necesitado. La ayuda debe facilitarse a fin de incrementar el poder de los receptores para cuidar de sí mismos y luego de otros. Al hacer esto a la manera del Señor, puede ocurrir algo notable: el que da y el que recibe son bendecidos.
(Adaptación de un discurso pronunciado por el presidente Eyring en la dedicación del Centro de Servicios de Bienestar de Sugarhouse, Utah, junio de 2011, LaIglesiadeJesucristo.org).
Presidente Dieter F. Uchtdorf:
Hermanos y hermanas, cada uno de nosotros tiene una responsabilidad bajo convenio de ser sensible a las necesidades de los demás y de prestar servicio como lo hizo el Salvador, tender una mano de ayuda, bendecir y elevar a quienes nos rodean.
A menudo, la respuesta a nuestra oración no viene cuando estamos de rodillas sino cuando estamos de pie sirviendo al Señor y a quienes están a nuestro alrededor. Los actos de servicio desinteresado y la consagración purifican nuestro espíritu, quitan las escamas de nuestros ojos espirituales y abren las ventanas de los cielos. Al convertirnos en la respuesta a la oración de alguien, con frecuencia hallamos la respuesta a la nuestra.
(“A la espera en el camino a Damasco”, Liahona, mayo de 2011, págs. 75–76).
Analizar:
¿De qué manera el prestar servicio a los demás puede abrir las ventanas de los cielos en su vida?
Leer:
Algunas personas creen que se merecen lo que otros ya tienen, y esto puede provocar resentimiento. Otras personas se creen con derecho a tener cosas que no se han ganado. Esas dos trampas ciegan a la gente e impiden ver una verdad vital: todo le pertenece a Dios. El resentimiento y el creerse con derecho se pueden superar si nos centramos en las necesidades de los demás.
Leer:
Los siguientes pasajes de las Escrituras relacionados y la declaración del presidente Hinckley:
Lea los siguientes pasajes de las Escrituras relacionados y la declaración del presidente Hinckley:
“…[C]uando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
“Y ahora bien […], a fin de retener la remisión de vuestros pecados de día en día […], quisiera que de vuestros bienes dieseis al pobre, cada cual según lo que tuviere, tal como alimentar al hambriento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, y ministrar para su alivio, tanto espiritual como temporalmente, según sus necesidades” (Mosíah 4:26).
“Cuando están unid[o]s, su poder no tiene límites; pueden lograr lo que quieran” (véase Gordon B. Hinckley, “Madre, tu más grande desafío”, Liahona, enero de 2001, pág. 113).
Leer:
Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:
“El propósito de la autosuficiencia temporal y espiritual es ubicarnos en un terreno más alto para poder elevar a otras personas que lo necesiten” (Robert D. Hales, “Volver en sí: La Santa Cena, el templo y el sacrificio al servir”, Liahona, mayo de 2012, pág. 36).
“Cuando trabajamos juntos de forma colaborativa […] podemos lograr cualquier meta. Al hacerlo, eliminamos la debilidad de una persona sola y la sustituimos por la fortaleza de muchas personas sirviendo unidas” (Thomas S. Monson, “Church Leaders Speak Out on Gospel Values”, Ensign, mayo de 1999, pág. 118).
Comprométase:
Actuaré de acuerdo con el plan que elaboré para servir a alguien.
Piense de forma individual en lo que aprendió hoy y en lo que Dios desea que haga. Lea la cita y escriba sus respuestas a las preguntas que aparecen a continuación.
“Testifico del día en que nuestros seres queridos que sufrían discapacidades en la vida terrenal se presentarán ante nosotros glorificados y grandiosos, asombrosamente perfectos en cuerpo y mente. ¡Qué momento maravilloso será! No sé si sentiremos mayor felicidad por ser testigos de tal milagro o porque ellos serán totalmente perfectos y ‘libres al fin’. Hasta que llegue aquella hora en que el consumado don de Cristo sea evidente para todos nosotros, ruego que vivamos por fe, nos aferremos a la esperanza y seamos ‘compasivos’ el uno con el otro [1 Pedro 3:8]” (Jeffrey R. Holland, “Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 42).
¿Cuáles son las cosas más valiosas que aprendí hoy?
¿Qué haré como resultado de lo que aprendí hoy? (Este podría ser su compromiso personal para la semana. Si no se le ocurre ningún compromiso, a continuación se enumeran varias posibles ideas).
Ideas de compromiso:
Proporcionar fortaleza a alguien que conozca que necesite apoyo.
Practicar el uso de respuestas útiles al brindar apoyo a otras personas (véase el apartado 3 de la sección “Aprender”).
Brindar fortaleza a los demás
Ser uno, servir juntos
Ministrar como el Salvador
Mitos sobre ayudar a los demás
Responder a los demás de manera adecuada
Validar a los demás
Honrar el albedrío de los demás
Perseverar con los demás con paciencia
Dedique unos minutos a pensar en cómo cumplió sus compromisos la semana pasada. Dibuje un círculo alrededor del color que represente lo que cree que hizo con respecto a cada compromiso. Por ejemplo, el círculo rojo significa que hizo muy poco esfuerzo, el círculo amarillo representa algo de esfuerzo y el círculo verde corresponde a mucho esfuerzo. Comparta su evaluación con su compañero de acción.
En grupo, compartan lo que aprendieron la semana pasada mientras trabajaban en sus compromisos. Las preguntas siguientes podrían contribuir al análisis.
Analizar:
¿Qué experiencias tuvo al practicar el principio de Mi fundamento?
¿Cómo le fue al edificar relaciones saludables?
Elija un compañero de acción del grupo para la semana siguiente. Idealmente, los compañeros de acción son del mismo sexo y no son familiares.
Dedique unos minutos a conocer a su compañero de acción. Preséntense y analicen cómo se comunicarán durante la semana.
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Nombre del compañero de acción
Información de contacto
Anoten cómo y cuándo se comunicarán el uno con el otro esta semana.
Dom |
Lun |
Mar |
Mié |
Jue |
Vie |
Sáb |
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Gracias por su disposición a servir como facilitador. En esta función, va a formar parte de algo maravilloso. Su labor ayudará a un pequeño grupo de personas a volverse más resilientes emocionalmente al vivir los principios del Evangelio y al aprender nuevas habilidades prácticas. No tiene que ser experto y no es responsable de lo que digan los demás; simplemente siga los materiales y confíe en la inspiración del Espíritu y del grupo.
Ser facilitador de este grupo es diferente a hacerlo en otros cursos de autosuficiencia. Aunque este curso puede funcionar con grupos de distintos tamaños, la experiencia ha demostrado que el tamaño ideal del grupo en este curso es de ocho a diez participantes. Los temas de este manual son delicados, por lo que algunos participantes podrían conmoverse mucho. Si eso ocurre, sea lo más comprensivo posible. La mayoría de los participantes del grupo también se apresurarán a prestar apoyo a los demás.
Si estos materiales se utilizan con grupos de jóvenes, se recomienda que los participantes tengan al menos dieciséis años y que estén presentes dos adultos. Si tiene inquietudes en cuanto a la seguridad de un joven debido a algo que él o ella comparta en una reunión, tenga a bien informar a los padres o al tutor legal.
A continuación se presentan algunas situaciones que podría encontrar y varias respuestas posibles.
Situación |
Respuesta posible |
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Al compartir se supera el tiempo designado. |
Elija a un miembro del grupo para que controle el tiempo. “Valoro lo importante que esto es para ustedes, pero debemos seguir adelante para mantenernos dentro del tiempo asignado”. |
Un participante comparte demasiado o domina el análisis en grupo. |
“Gracias por compartirlo. Debemos dar oportunidades a otras personas para que compartan también”. |
Un participante utiliza detalles explícitos para describir una situación o un desafío. |
“Esa parece una situación difícil. Me gustaría recordarles a usted y a todos nosotros que en realidad no tenemos tiempo ni capacitación para tratar ese asunto”. |
Si las emociones continúan intensificándose durante una reunión, considere sugerir un breve descanso. Aparte al participante a un lado. Podría preguntarle: “¿Está bien? Parece muy alterado. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlo?”. El facilitador debe comprobar que todos los participantes se encuentren bien antes de marcharse de la reunión. Si el participante llega a amenazar o dañar a alguien, pida a la persona que se vaya, llame a las fuerzas del orden público y notifique a los líderes del sacerdocio de inmediato. Familiarícese con las Pautas de seguridad para los centros de reuniones, las cuales puede obtener por medio de su obispo.
Leer:
Este grupo solamente tiene fines educativos. No se trata de terapia de grupo ni de un tratamiento profesional para abordar problemas de salud mental. Si le preocupa la seguridad de alguien del grupo, trate de comunicarse con esa persona para garantizar su seguridad. Si no puede hacerlo, quizás tenga que ponerse en contacto con las autoridades locales para asegurarse de que el miembro del grupo esté a salvo.
LO QUE DEBE HACER |
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ANTES DE CADA REUNIÓN
DURANTE CADA REUNIÓN
DESPUÉS DE CADA REUNIÓN
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LO QUE NO DEBE HACER |
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ANTES DE CADA REUNIÓN
DURANTE CADA REUNIÓN
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Después de cada reunión del grupo, repase las declaraciones siguientes. ¿Qué tan bien se desempeña?
¿Cómo me estoy desempeñando como facilitador? |
Nunca |
A veces |
A menudo |
Siempre |
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1. Todos participan por igual. |
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2. Dejo que los miembros del grupo respondan a las preguntas en lugar de responderlas yo mismo. Hablo menos que los demás miembros del grupo. |
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3. Sigo el cuaderno de ejercicios tal como está escrito y completo todas las secciones y actividades. |
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4. Me comunico con los miembros del grupo durante la semana. |
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5. Comparto mi entusiasmo y amor por cada miembro del grupo. |
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6. Respeto el tiempo recomendado para cada sección y actividad. |
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7. Dedico tiempo a la sección “Meditar” para que el Espíritu Santo guíe a los miembros del grupo. |
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8. Ayudo a garantizar que cada integrante del grupo que lo desee dé un informe de sus compromisos. |
¿Cómo le va a mi grupo? |
Nunca |
A veces |
A menudo |
Siempre |
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1. Los miembros del grupo se alientan y se demuestran apoyo unos a otros. |
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2. Los miembros del grupo cumplen con sus compromisos. |
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3. Los miembros del grupo están logrando resultados tanto temporales como espirituales. |
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4. Los compañeros de acción se comunican a menudo y se alientan mutuamente durante la semana. |
para la autosuficiencia
Yo, , he participado en un grupo de autosuficiencia facilitado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y he cumplido con los requisitos necesarios para su finalización de la siguiente manera:
Asistí al menos a ocho de las diez reuniones.
Completé los diez principios y se los enseñé a mi familia.
Llevé a cabo una actividad de servicio.
He practicado y desarrollado un fundamento de habilidades, principios y hábitos de autosuficiencia. Continuaré utilizándolos a lo largo de mi vida.
Nombre del participante
Firma del participante
Fecha
Nombre del participante
Fecha
Certifico que este participante ha cumplido con los requisitos mencionados anteriormente.
Nombre del facilitador
Firma del facilitador
Fecha
Nombre del facilitador
Fecha
Nota: El comité de autosuficiencia de estaca o distrito podrá emitir un certificado de Ensign College en una fecha posterior.
¿Perseverará en su camino para lograr la autosuficiencia?
“… Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy”.
Estimados hermanos y hermanas:
“El Señor declaró: “… es mi propósito abastecer a mis santos” (Doctrina y Convenios 104:15). Esa revelación es una promesa del Señor de que Él proveerá bendiciones y abrirá la puerta de la autosuficiencia, la cual es la capacidad de proveernos los elementos indispensables para sostener nuestra vida y la de los miembros de nuestra familia.
Este cuaderno de ejercicios se ha preparado para ayudar a los miembros de la Iglesia a aprender y a poner en práctica los principios de la fe, la educación, el trabajo arduo y la confianza en el Señor. El aceptar y vivir esos principios le permitirá recibir la fortaleza prometida por el Señor.
Lo invitamos a estudiar y aplicar esos principios con diligencia y a enseñarlos a los miembros de su familia. Al hacerlo, su vida será bendecida. Aprenderá a desenvolverse en su camino hacia una mayor autosuficiencia. Será bendecido con más esperanza, paz y progreso.
Tenga la certeza de que usted es un hijo de nuestro Padre Celestial. Él lo ama y nunca lo abandonará. Él lo conoce y está dispuesto a brindarle las bendiciones espirituales y temporales que ofrece la autosuficiencia.
Atentamente,
La Primera Presidencia
Publicado por
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Salt Lake City, Utah, EE. UU.
© 2021 por Intellectual Reserve, Inc.
Todos los derechos reservados.
Versión: 1/20
Traducción de Finding Strength in the Lord: Emotional Resilience
Spanish
PD60013152 0002
Impreso en los Estados Unidos de América.