Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Libro de Mormón 2024

Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia: Libro de Mormón 2024

Ven, sígueme —
Para el hogar y la Iglesia

Libro de Mormón 2024

Vivir, aprender y enseñar el evangelio de Jesucristo

Ven, sígueme —
Para el hogar y la Iglesia

Libro de Mormón 2024

Vivir, aprender y enseñar el evangelio de Jesucristo

Publicado por
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Salt Lake City, Utah, EE. UU.

Índice de temas

Nuestra meta es la conversión

Padre e hijas alimentando a un cordero

El propósito de toda enseñanza y todo aprendizaje en el Evangelio es profundizar la conversión y llegar a ser más como Jesucristo. Por esta razón, cuando estudiamos el Evangelio, no nos limitamos a simplemente procurar nueva información, sino que queremos llegar a ser una “nueva criatura” (2 Corintios 5:17). Eso significa confiar en el Padre Celestial y en Jesucristo y depender de Ellos para cambiar nuestro corazón, nuestra visión, nuestras acciones y nuestra naturaleza misma.

Sin embargo, el tipo de aprendizaje del Evangelio que fortalece nuestra fe y conduce al milagro de la conversión no ocurre en forma inmediata, sino que se extiende más allá del salón de clases hasta el corazón y el hogar de las personas. Exige esfuerzos diarios y constantes por entender y vivir el Evangelio. La verdadera conversión requiere la influencia del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo nos guía a la verdad y da testimonio de ella (véase Juan 16:13). Nos ilumina la mente, nos vivifica el entendimiento y nos toca el corazón mediante la revelación de Dios, que es la fuente de toda verdad. El Espíritu Santo nos purifica el corazón. Inspira en nosotros el deseo de vivir conforme a la verdad y nos susurra la manera de hacerlo. Ciertamente, “el Espíritu Santo […] [n]os enseñará todas las cosas” (Juan 14:26).

Por estas razones, en nuestro esfuerzo por vivir, aprender y enseñar el Evangelio, debemos ante todo procurar la compañía del Espíritu. Ese objetivo debe regir nuestras decisiones y guiar nuestros pensamientos y acciones. Debemos procurar todo lo que invite a tener la influencia del Espíritu y rechazar cualquier cosa que aleje dicha influencia, pues sabemos que si somos dignos de la presencia del Espíritu Santo también podemos ser dignos de vivir en la presencia del Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo.

Cómo utilizar Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia

Una familia estudia las Escrituras

¿Para quién es este material?

Este material es para cualquiera que desee aprender del Libro de Mormón, ya sea en forma individual, en familia o en las clases de la Iglesia. Si no has estudiado las Escrituras con regularidad anteriormente, este material te ayudará a comenzar. Si ya tienes el buen hábito de estudiar las Escrituras, este material te ayudará a tener experiencias más significativas.

Personas y familias en el hogar

El lugar ideal para aprender el Evangelio es el hogar. Tus maestros de la Iglesia pueden apoyarte, y otros miembros del barrio pueden alentarte, pero para sobrevivir espiritualmente, tu familia y tú necesitan ser nutridos a diario por “la buena palabra de Dios” (Moroni 6:4; véase también Russell M. Nelson, “Observaciones iniciales”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 6–8).

Utiliza este material de cualquier manera que te resulte útil. Las reseñas señalan algunas verdades eternas que se encuentran en el Libro de Mormón y proponen ideas y actividades para ayudarte a estudiar las Escrituras de forma individual, con tu familia o con amigos. Al estudiar, sigue la guía del Espíritu para hallar las verdades eternas que sean significativas para ti. Presta atención a los mensajes que Dios tenga para ti, y sigue las impresiones que recibas.

Maestros y alumnos en la Iglesia

Si enseñas una clase de la Primaria, una clase de la Escuela Dominical para jóvenes o adultos, a un cuórum del Sacerdocio Aarónico o a una clase de las Mujeres Jóvenes, te sugerimos que utilices las reseñas de este material al prepararte para enseñar. Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia es el curso de estudio de las clases del domingo. Las ideas para el aprendizaje de este material tienen como objetivo aprender en el hogar y en la Iglesia. Al prepararte para enseñar, comienza por tener tus propias experiencias con las Escrituras. Tu preparación más importante tendrá lugar al escudriñar las Escrituras y al procurar la inspiración del Espíritu Santo. Busca verdades eternas que te ayuden a llegar a ser más semejante al Padre Celestial y a Jesucristo. Ven, sígueme puede ayudarte a reconocer algunas de esas verdades y a comprender el contexto de las Escrituras.

Ten en cuenta que, en su máxima expresión, el aprendizaje del Evangelio se centra en el hogar y cuenta con el apoyo de la Iglesia. En otras palabras, tu mayor responsabilidad es apoyar a quienes enseñas en sus esfuerzos por aprender y vivir el Evangelio en el hogar. Concédeles oportunidades de compartir sus experiencias, pensamientos y preguntas sobre los pasajes de las Escrituras. Invítalos a hablar de las verdades eternas que hayan encontrado. Eso es más importante que abarcar cierta cantidad de material.

La Primaria

Tu preparación para enseñar en la Primaria comienza al estudiar el Libro de Mormón de forma personal y con tu familia. Al hacerlo, presta atención a las impresiones espirituales y a la inspiración del Espíritu Santo con respecto a los niños de tu clase de la Primaria. Ora a menudo, y el Espíritu podrá inspirarte con ideas para que los ayudes a aprender el evangelio de Jesucristo.

En tu preparación para enseñar, podrías recibir inspiración adicional al explorar las ideas para la enseñanza de este recurso. Cada reseña de Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia tiene una sección titulada “Ideas para enseñar a los niños”. Considera esas ideas como sugerencias para despertar la inspiración. Tú conoces a los niños de tu clase de la Primaria, y los conocerás todavía más al relacionarte con ellos en la clase. Dios también los conoce, y Él te inspirará con las mejores maneras de enseñarles y bendecirlos.

Es posible que los niños de tu clase ya hayan realizado algunas de las actividades de Ven, sígueme con sus familias. Pero está bien. La repetición es algo bueno. Considera invitar a los niños a hablar entre sí de lo que hayan aprendido en el hogar, aunque también deberías planificar maneras de que los niños participen aunque no estén aprendiendo en casa. Los niños aprenden las verdades del Evangelio con más eficacia cuando esas verdades se enseñan repetidamente mediante diferentes actividades. Si observas que una actividad de aprendizaje es eficaz para los niños, considera repetirla, en especial si enseñas a niños pequeños. Quizás también desees repasar alguna actividad de alguna lección anterior.

En los meses que tienen cinco domingos, se alienta a los maestros de la Primaria a reemplazar la reseña programada de Ven, sígueme del quinto domingo por una o más de las actividades de aprendizaje del “Apéndice B: Para la Primaria: Cómo preparar a los niños para toda una vida en la senda de los convenios de Dios”.

Clases de la Escuela Dominical para jóvenes y adultos

Una de las principales razones por las que nos reunimos en clases de la Escuela Dominical es apoyarnos y alentarnos el uno al otro a medida que nos esforzamos por seguir a Jesucristo. Una manera sencilla de hacerlo es hacer una pregunta como “¿Qué les ha enseñado el Espíritu Santo esta semana al estudiar el Libro de Mormón con Ven, sígueme?”. Las respuestas a esta pregunta podrían dar pie a conversaciones significativas que edifiquen la fe en Jesucristo y Su evangelio.

Luego podrías comenzar un análisis basado en las sugerencias para el estudio de Ven, sígueme. Por ejemplo, cierta idea para el estudio podría proponer buscar Alma 36 y hacer una lista de las palabras que enseñen en cuanto a la función del Salvador en el arrepentimiento. Quizás podrías pedir a los miembros de la clase que mencionen las palabras que hayan encontrado y que hablen al respecto. O bien, podrían dedicar tiempo a hacer la lista todos juntos, como clase.

Cuórums del Sacerdocio Aarónico y clases de las Mujeres Jóvenes

Cuando los cuórums del Sacerdocio Aarónico y las clases de las Mujeres Jóvenes se reúnen los domingos, tienen un propósito un tanto diferente al de las clases de la Escuela Dominical. Además de ayudarse mutuamente a aprender el evangelio de Jesucristo, estos grupos también se reúnen para deliberar en consejo sobre cómo llevar a cabo la obra de salvación y exaltación (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días1.2). Lo hacen bajo la dirección de las presidencias de clase y cuórum.

Por esa razón, al comienzo de cada reunión de cuórum o clase, un miembro de la presidencia de cuórum o clase dirige un análisis sobre los esfuerzos por, por ejemplo, vivir el Evangelio, ministrar a los necesitados, compartir el Evangelio, o participar en la obra del templo y de historia familiar.

Luego de ese tiempo de deliberación en consejo, un maestro dirige a la clase o al cuórum para aprender juntos el Evangelio. Se puede asignar la enseñanza a líderes adultos o a miembros de la clase o del cuórum. Tras consultar con los líderes adultos, la presidencia de clase o cuórum hace esos arreglos.

Las personas que reciban la asignación de enseñar deben prepararse utilizando las sugerencias para el aprendizaje que aparecen en la reseña semanal de Ven, sígueme. En cada reseña, este ícono indica las actividades que son especialmente relevantes para los jóvenes. Sin embargo, cualquiera de las sugerencias de la reseña pueden utilizarse como actividades de aprendizaje para los jóvenes.

Para ver un ejemplo de agenda para las reuniones de cuórum o clase, consulta el apéndice D.

1 – 7 enero: Otro Testamento de Jesucristo

Páginas de introducción del Libro de Mormón

Mormón escribiendo en las planchas de oro

Aun antes de comenzar a leer 1 Nefi, capítulo 1, notarás que el Libro de Mormón no es un libro común y corriente. En sus páginas de introducción, se describen acontecimientos sin igual que abarcan visitas de ángeles, un antiguo registro enterrado durante siglos en una colina y un joven que lo traduce por el poder de Dios. El Libro de Mormón no es meramente una narración sobre civilizaciones antiguas de las Américas, sino que procura convencer a todos “de que Jesús es el Cristo” (portada del Libro de Mormón), y Dios mismo dirigió la forma en que se escribió, se preservó y llegó a estar a nuestro alcance. Este año, al leer el Libro de Mormón, orar al respecto y aplicar sus enseñanzas, invitarás el poder del Salvador a tu vida, y tal vez te sentirás inspirado a decir, al igual que los Tres Testigos expresaron en su testimonio: “… es maravilloso a [mi] vista”.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Portada del Libro de Mormón

Estudiar el Libro de Mormón puede fortalecer mi fe en Jesucristo

La portada del Libro de Mormón ofrece mucho más que una simple portada. Entre otras cosas, menciona varios propósitos de este registro sagrado. Busca dichos propósitos en la portada. Preguntas como las siguientes pueden ayudarte a meditar al respecto: ¿Por qué tenemos el Libro de Mormón? ¿En qué sentido el Libro de Mormón es diferente de otros libros?

Ahora podría ser un buen momento para trazar un plan de lectura personal o familiar del Libro de Mormón durante este año. ¿Cuándo y dónde leerás? ¿De qué modo invitarás al Espíritu durante tu estudio? ¿Hay algo específico que buscarás al estudiar? Por ejemplo, podrías buscar pasajes que cumplan los propósitos que hallaste en la portada. También podrías hacer una lista de versículos que edifiquen tu fe en Jesucristo.

Véanse también 2 Nefi 25:26; Mosíah 3:5–8; Alma 5:48; 7:10–13; Helamán 5:12; 3 Nefi 9:13–18; 11:6–14; Moroni 10:32–33.

Una promesa profética. El presidente Russell M. Nelson dijo: “Les prometo que cuando mediten en lo que estudien [en el Libro de Mormón], se abrirán las ventanas de los cielos y recibirán respuestas a sus preguntas y dirección para su vida” (“El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 62).

Introducción del Libro de Mormón; “El Testimonio de Tres Testigos”; “El Testimonio de Ocho Testigos

Puedo ser testigo del Libro de Mormón

El Espíritu Santo puede testificarte que el Libro de Mormón es verdadero, aun cuando no hayas visto las planchas de oro como las vieron los Tres Testigos y los Ocho Testigos. Al leer sus palabras, piensa en cómo sus testimonios fortalecen el tuyo.

¿De qué manera te sientes inspirado por cómo esos testigos expresaron su testimonio del Libro de Mormón? Reflexiona sobre cómo puedes compartir tu testimonio del Libro de Mormón, en especial, del testimonio que este brinda de Jesucristo. Por ejemplo, imagina que estás hablando con un amigo que jamás haya oído hablar del Libro de Mormón. ¿Qué le dirías en cuanto al libro? ¿De qué modo tratarías de inspirar a tu amigo a leerlo? Considera repasar la Introducción del Libro de Mormón. Allí podrías encontrar detalles que sería útil compartir con tu amigo. Los siguientes videos también podrían darte ideas:

  • “El Libro de Mormón–Introducción”

  • “¿Qué es el Libro de Mormón? Reseña de 60 segundos”

  • “Una historia del Libro de Mormón”

Si quieres, haz una lista de las cosas que mencionarías a un amigo acerca del Libro de Mormón. Intenta compartir el Libro de Mormón utilizando la aplicación del Libro de Mormón.

Véanse también Ronald A. Rasband, “Hoy”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 25–28; Temas del Evangelio, “Libro de Mormón”, Biblioteca del Evangelio; “Un ángel del Señor”, Himnos, nro. 9.

José Smith y los Tres Testigos orando juntos

El Testimonio del profeta José Smith

La salida a luz del Libro de Mormón fue un milagro

Si alguien te preguntara de dónde provino el Libro de Mormón, ¿qué le dirías? ¿Cómo describirías el modo en que intervino Dios para darnos el Libro de Mormón? A medida que leas el testimonio de José Smith, presta atención a cómo lo describió él. Según lo que has leído, ¿cuál crees que es la importancia que Dios da al Libro de Mormón?

Véanse también Ulisses Soares, “La salida a luz del Libro de Mormón”, Liahona, mayo de 2020, págs. 32–35; Santos, tomo I, El Estandarte de la Verdad, págs. 20–30; Ensayos sobre Temas del Evangelio, “La traducción del Libro de Mormón”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Portada del Libro de Mormón

Leer el Libro de Mormón me ayuda a tener fe en Jesucristo.

  • Permite que los niños observen y sostengan un ejemplar del Libro de Mormón. Ayúdalos a señalar el subtítulo: Otro Testamento de Jesucristo. También podrías ayudarlos a buscar, en la portada, la frase “Jesús es el Cristo, el Eterno Dios, que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones”. Ayúdalos a comprender que eso significa que el Libro de Mormón nos enseña sobre Jesucristo. Relátales brevemente la forma en que el Libro de Mormón ha fortalecido tu fe en Jesucristo. También podrías preguntarles cuáles son sus historias favoritas del Libro de Mormón. Quizás el cantar “Historias del Libro de Mormón”, (Canciones para los niños, págs. 62–63) les recuerde algunas de esas historias.

Introducción del Libro de Mormón

El Libro de Mormón es la piedra clave de nuestra religión

  • La hoja de actividades de esta semana y la imagen que aparece más abajo pueden ayudar a los niños a comprender estas palabras de José Smith que aparecen en la introducción del Libro de Mormón: “… el Libro de Mormón [es] […] la piedra clave de nuestra religión”. También podría ser divertido construir o dibujar un arco con una piedra clave en la parte superior. ¿Qué sucedería si se quita la piedra clave? ¿Qué pasaría si no tuviéramos el Libro de Mormón? Podrían leer juntos el último párrafo de la introducción para descubrir qué otras cosas llegamos a saber al aceptar la veracidad del Libro de Mormón. ¿Cómo podemos hacer que el Libro de Mormón sea la piedra clave de nuestra fe en Jesucristo?

Un arco de piedras con la piedra clave manteniéndolo en su lugar

El Testimonio de Tres Testigos”; “El Testimonio de Ocho Testigos

Puedo ser testigo del Libro de Mormón

  • Para ayudar a los niños a entender lo que significa ser testigo, podrías describirles algo que hayas visto y que ellos no. Luego pídeles que hagan lo mismo por ti. Eso podría dar pie a hablar sobre las once personas que vieron las planchas de oro, de las que se tradujo el Libro de Mormón. Conforme lean los testimonios juntos, podrían hablar de por qué esos testigos deseaban que otras personas conocieran su testimonio. ¿A quiénes deseamos hablarles sobre el Libro de Mormón?

El Testimonio del profeta José Smith

El Libro de Mormón nos fue dado por el poder de Dios

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

José recibiendo las planchas de oro de manos de Moroni
Hoja de actividades: El Libro de Mormón es la piedra clave de nuestra religión

8 – 14 enero: “Iré y haré”

1 Nefi 1–5

La familia de Lehi viajando por el desierto

Lehi Traveling Near the Red Sea [Lehi viaja por las inmediaciones del mar Rojo], por Gary Smith

El Libro de Mormón comienza con el relato de una familia de la vida real que afronta dificultades reales. Aunque haya sucedido en el año 600 a. C., hay cosas en el relato que pueden resultarles conocidas a las familias de hoy en día. Aquella familia vivía en un mundo de iniquidad, pero el Señor les prometió que si lo seguían, Él los guiaría hacia un lugar seguro. En el transcurso, tuvieron buenos y malos momentos, grandes bendiciones y milagros, pero también tuvieron discusiones y contención. Pocas veces se ve en las Escrituras un relato tan detallado de una familia que trata de vivir el Evangelio: padres que se esfuerzan por inspirar a su familia a tener fe y que se preocupan por su seguridad, hijos que deciden si creerles o no a sus padres, y hermanos que lidian con los celos y la contención y que, en ocasiones, se perdonan unos a otros. En general, el ejemplo de fe de esta familia imperfecta es poderoso.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

1 Nefi 1–5

La palabra de Dios es “de gran valor” para mí

Un mensaje que se destaca en el Libro de Mormón es el “gran valor” de la palabra de Dios (1 Nefi 5:21). Mientras lees 1 Nefi 1–5, presta atención a las maneras en que la palabra de Dios bendijo directa e indirectamente a la familia de Lehi (por ejemplo, véanse 1:11–15; 3:19–20; 5:10–22). ¿Qué nos enseñan estos capítulos sobre la palabra de Dios? ¿Qué hallas que te inspire a escudriñar las Escrituras?

Véanse también “Al leer las Escrituras,” Himnos, nro. 180; “El legado de las Escrituras” (video), Biblioteca del Evangelio.

1 Nefi 2

Puedo obtener y fortalecer mi testimonio al acudir al Señor

A Nefi se lo conoce por su potente fe en el Señor, pero tuvo que esforzarse para adquirir su testimonio, al igual que todos nosotros. ¿Qué encuentras en 1 Nefi 2 que muestre por qué Nefi pudo obtener un testimonio de que las palabras de su padre eran verdaderas? ¿Por qué Lamán y Lemuel no adquirieron ese testimonio? (Véase también 1 Nefi 15:2–11). ¿En qué ocasiones has sentido que el Señor ha ablandado tu corazón?

Véase también “El Señor manda a la familia de Lehi abandonar Jerusalén” (video), Biblioteca del Evangelio.

1 Nefi 3–4

Dios me preparará la vía para que haga Su voluntad

Cuando el Señor mandó a los hijos de Lehi que obtuvieran las planchas de bronce, no dio instrucciones específicas sobre cómo hacerlo. Lo mismo sucede a menudo con la guía que recibimos de Dios, y podría parecernos que Él nos ha pedido una “cosa difícil” (1 Nefi 3:5). ¿Qué te resulta inspirador de la respuesta de Nefi al mandato del Señor en 1 Nefi 3:7, 15–16?

Al leer 1 Nefi 3–4, observa las diversas dificultades que Nefi afrontó. ¿De qué modo el Señor “prepar[ó] una vía” para que Nefi “cumpl[iera] lo que les ha[bía] mandado”? ¿Por qué es importante para ti saber lo que el Señor hizo por Nefi?

Una poderosa manera en la que Dios nos ha preparado para que guardemos Sus mandamientos es haber enviado a Jesucristo para que sea nuestro Salvador. Considera leer el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?” (Liahona, mayo de 2021, págs. 75–77). ¿De qué manera Jesucristo ha preparado la vía para cada uno de nosotros? Al saber que Él ha superado todas las cosas por ti, ¿qué te sientes inspirado a “[ir] y ha[cer]”?

Véanse también “El Espíritu guía a Nefi para obtener las planchas de bronce” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Obediencia”, Biblioteca del Evangelio.

Emplea relatos y ejemplos para enseñar principios del Evangelio. Al prepararte para enseñar, piensa en tus experiencias personales que puedan aportar un segundo testimonio a los relatos de las Escrituras. Por ejemplo, ¿en qué ocasiones ha preparado el Señor la vía para que hagas Su voluntad?

Lehi y Saríah saludan a Nefi y a sus hermanos

1 Nefi 4:1–3; 5:1–8

El recordar las obras de Dios puede infundirme la fe para obedecer Sus mandamientos

Cuando Lamán y Lemuel sentían deseos de murmurar o quejarse, casi siempre tenían cerca a Nefi y a Lehi, quienes los inspiraban y sostenían. Cuando sientas deseos de murmurar, puede serte útil leer las palabras de Nefi y Lehi. ¿De qué manera trataban Nefi y Lehi de ayudar a los demás a edificar la fe en Dios? (Véanse 1 Nefi 4:1–3; 5:1–8; véase también 1 Nefi 7:6–21). ¿Qué has aprendido que pueda ayudarte cuando te veas tentado a murmurar o quejarte?

1 Nefi 4:5–18

“Iba guiado por el Espíritu”

En 1 Nefi 4:5–18, ¿qué te impresiona de la capacidad de Nefi para reconocer y seguir al Espíritu? Para aprender más sobre cómo recibir revelación del Señor, podrías estudiar el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas” (Liahona, mayo de 2018, págs. 93–96).

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

1 Nefi 2:16

Puedo tener mi propio testimonio

  • ¿Cómo supo Nefi que lo que su padre enseñaba era verdadero? Ayuda a los niños a buscar respuesta a esa pregunta en 1 Nefi 2:16, 19. Quizás también les resulte entretenido escribir las acciones de Nefi en cubos, bloques u otros objetos y después construir o armar algo con ellos, lo cual podría dar pie a una conversación acerca de cómo esas acciones nos ayudan a edificar el testimonio.

  • Podrías mostrar a los niños imágenes u objetos que representen cosas sobre las cuales ellos podrían buscar obtener un testimonio, tales como un ejemplar del Libro de Mormón o una lámina de Jesucristo, un templo, o el profeta viviente. Invítalos a escoger uno y a expresar su testimonio de ello. También podrías contarles cómo obtuviste tu testimonio. ¿Por qué necesitamos tener nuestro propio testimonio?

1 Nefi 3–4

Dios me ayudará a guardar Sus mandamientos

  • Considera utilizar uno o más de los siguientes materiales para ayudar a los niños a hablar de cómo Dios ayudó a Nefi a obtener las planchas de bronce: 1 Nefi 3–4; la hoja de actividades de esta semana; “El valor de Nefi” (Canciones para los niños, págs. 64–65); y “Capítulo 4: Las planchas de bronce” (en Historias del Libro de Mormón, págs. 8–12).

  • Quizás a los niños y a ti les resulte entretenido hacer una dramatización de 1 Nefi 3:2–7. Tal vez podrían hacer de cuenta que eres Lehi y les pides a tus hijos que regresen a Jerusalén para obtener las planchas de bronce. Invítalos a responder con sus propias palabras como si fueran Lamán y Lemuel, o Nefi. ¿Cuáles son algunas cosas que Dios nos ha mandado hacer? (Para obtener ideas, véanse las imágenes 103–115 en Libro de obras de arte del Evangelio o Mosíah 18:8–10). ¿En qué forma podemos ser como Nefi?

1 Nefi 3:19–21; 5:19–22

Las Escrituras son un gran tesoro

  • Las Escrituras eran muy importantes para la familia de Lehi. Para ilustrar eso, podrías invitar a los niños a que te ayuden a relatar o a representar actuando lo que Nefi y sus hermanos hicieron para obtener las planchas de bronce: viajaron una larga distancia, abandonaron su oro y su plata, y se escondieron en una cueva para salvar su vida. Luego podrías leer 1 Nefi 5:21 y hablar de por qué las Escrituras eran tan valiosas para la familia de Lehi. ¿Por qué son valiosas para nosotros? ¿De qué manera podemos tratar las Escrituras como un tesoro?

Nefi y su familia estudiando las planchas

1 Nefi 4:6

El Espíritu Santo me guiará a medida que procure hacer la voluntad del Señor

  • Después de repasar juntos en 1 Nefi 3 la forma en que Nefi y sus hermanos trataron de obtener las planchas de bronce, lee 1 Nefi 4:6 con los niños para averiguar qué hizo Nefi que finalmente le permitió tener éxito. Luego los niños podrían hacer una lista de cosas que Dios desea que ellos hagan. ¿Cómo puede ayudarnos el Espíritu Santo en esas situaciones?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Nefi de pie, junto a Labán, que está ebrio
Hoja de actividades: Dios me ayudará a guardar Sus mandamientos

15 – 21 enero: “[Vengan] y com[an] […] de aquel fruto”

1 Nefi 6–10

La visión de Lehi del árbol de la vida

Lehi’s Dream [El sueño de Lehi], por Steven Lloyd Neal

El sueño de Lehi —con la barra de hierro, el vapor de tinieblas, el edificio espacioso y el árbol con el “más dulce” fruto— es una inspiradora invitación a recibir las bendiciones del amor y el sacrificio expiatorio del Salvador. Para Lehi, sin embargo, la visión también era concerniente a su familia: “… a causa de las cosas que he visto, tengo por qué regocijarme en el Señor por motivo de Nefi y de Sam […]. Pero he aquí, Lamán y Lemuel, temo en gran manera por causa de vosotros” (1 Nefi 8:3–4). Cuando Lehi concluyó de describir la visión, suplicó a Lamán y a Lemuel “que escucharan sus consejos, para que quizá el Señor tuviera misericordia de ellos” (1 Nefi 8:37). Aun cuando hayas estudiado la visión de Lehi muchas veces, esta vez trata de verla de la manera en que lo hizo Lehi, pensando en un ser querido. Al hacerlo, la seguridad de la barra de hierro, los peligros del edificio espacioso y la dulzura del fruto cobrarán un nuevo significado, y entenderás más profundamente “todo el sentimiento [del] tierno padre” que recibió esa extraordinaria visión.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

1 Nefi 7:6–21

Puedo perdonar a los demás

¿Qué te llama la atención del ejemplo de Nefi en 1 Nefi 7:6–21? ¿De qué forma somos bendecidos cuando nos “perdon[amos] sinceramente” unos a otros? El video “El Señor libra a Nefi de sus hermanos rebeldes” (Biblioteca del Evangelio) podría ser de provecho en tu estudio.

1 Nefi 8

Aferrarme a palabra de Dios me conduce al Salvador y me ayuda a sentir Su amor

La visión de Lehi es una invitación a evaluar dónde te encuentras en tu trayecto personal para llegar a ser semejante a Cristo. El presidente Boyd K. Packer dijo: “… ustedes están en él; todos estamos en él […]. El sueño o la visión que tuvo Lehi de la barra de hierro contiene todo lo que un Santo de los Últimos Días necesita para entender la prueba de la vida” (“El sueño de Lehi nos incluye a nosotros”, Liahona, agosto de 2010, pág. 28).

Al estudiar, considera llenar un cuatro como el siguiente.

Símbolo del sueño de Lehi

Significados

Preguntas para reflexionar

El árbol y su fruto (1 Nefi 8:10–12)

¿Qué estoy haciendo para invitar a los demás a participar del amor de Dios?

El río (1 Nefi 8:13)

La barra de hierro (1 Nefi 8:19–20, 30)

El vapor de tinieblas (1 Nefi 8:23)

El edificio grande y espacioso (1 Nefi 8:26–27, 33)

También podrías buscar los siguientes versículos para aprender sobre cuatro grupos de personas que Lehi vio: 1 Nefi 8:21–23, 24–28, 30 y 31–33. ¿Qué diferencias observas entre estos grupos? ¿Por qué algunas personas se marcharon después de llegar hasta el árbol y probar el fruto (véanse los versículos 24–28)? ¿Qué aprendes de eso?

Véanse también Kevin W. Pearson, “Permanezcamos junto al árbol”, Liahona, mayo de 2015, págs. 114–116; “Lehi ve una visión del árbol de la vida” (video), Biblioteca del Evangelio.

Permite que quienes aprenden comenten sus propios descubrimientos. Considera invitarlos a escudriñar las Escrituras por su cuenta para hallar verdades. Por ejemplo, podrías invitarlos a escudriñar las referencias de las Escrituras del cuadro anterior por su cuenta o en pequeños grupos. Recordarán y atesorarán las verdades que descubran.

Personas asidas de la barra de hierro que conduce al árbol de la vida

1 Nefi 10:2–16

Los profetas de la antigüedad sabían acerca de la misión de Jesucristo y testificaron de Él

¿Por qué piensas que el Señor quería que la familia de Lehi —y todos nosotros— conociéramos las verdades que se encuentran en 1 Nefi 10:2–16? Considera cómo podrías ayudar a tus seres queridos a invitar al Salvador a sus vidas.

1 Nefi 10:17–19

Dios me revelará la verdad mediante el poder del Espíritu Santo 

¿De qué manera respondes cuando se te pide vivir un principio del Evangelio que no comprendes? En los siguientes pasajes de las Escrituras, observa las diferencias entre la reacción de Nefi a la visión de Lehi (véanse 1 Nefi 10:17–1911:1) y la reacción de Lamán y Lemuel (véase 1 Nefi 15:1–10). ¿Qué verdades entendía Nefi que lo llevaron a reaccionar de la manera en que lo hizo?

Tomando en cuenta el ejemplo de Nefi, haz una lista de los principios del Evangelio que te gustaría comprender mejor. ¿Qué podrías hacer para hallar respuestas por ti mismo? (Véase también “La verdad te hará libre” en Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones, págs. 30–33).

Tal como Nefi descubrió por sí mismo que las palabras de su padre eran verdaderas, nosotros podemos hacer lo mismo cuando escuchamos las palabras de los profetas y Apóstoles modernos. ¿Qué nos enseñaron los profetas y Apóstoles en la última conferencia general? ¿De qué modo has obtenido un testimonio personal de lo que enseñaron?

Véanse también 1 Nefi 2:11–19; Doctrina y Convenios 8:1–3; “Escudriñar, meditar y orar”, Canciones para los niños, pág. 66; Temas del Evangelio, “Revelación”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

1 Nefi 8

Aferrarme a la palabra de Dios me conduce hacia Él y me ayuda a sentir Su amor

  • A los niños les podría gustar hacer un dibujo de la visión de Lehi mientras leen 1 Nefi 8 juntos. Permíteles que muestren sus dibujos, y ayúdalos a descubrir lo que representan los símbolos del sueño (véanse 1 Nefi 11:21–22; 12:16–18; 15:23–33, 36 y la hoja de actividades de esta semana). Pídeles que brinden la mayor cantidad de respuestas que puedan a esta pregunta: ¿Qué aprendemos de la visión de Lehi?

  • ¿Tienes algo que podría representar la barra de hierro de la visión de Lehi, como un tubo o un palo? Permite que los niños se aferren a él y guíalos por un salón hacia una imagen del Salvador. ¿Por qué es importante la barra de hierro en la visión de Lehi? (Véase 1 Nefi 8:20, 24, 30). ¿En qué sentido la barra de hierro es como la palabra de Dios?

  • Invita a algunos niños a leer 1 Nefi 8:10–12 y a describir lo que Lehi vio. Pide a los demás que lean 1 Nefi 11:20–23 y que describan lo que Nefi vio. ¿Por qué el ángel le mostró a Nefi al Niño Jesús para enseñarle sobre el amor de Dios? Habla con los niños sobre la forma en que han sentido el amor de Dios en su vida. Una canción como “Siento el amor de mi Salvador” (Canciones para los niños, págs. 42–43) podría ayudarlos a pensar en algunos ejemplos.

1 Nefi 10:17–19; 11:1

Dios me revelará la verdad por el poder del Espíritu Santo

  • ¿Cómo podrías ayudar a los niños a entender lo que Nefi enseñó en 1 Nefi 10:19? Tal vez podrías tomar una imagen del Salvador o algún objeto especial y colocarlo bajo una manta e invitarlos a descubrirlo. Mientras lees 1 Nefi 10:19, podrías pedirles que levanten la mano cuando escuchen las palabras “descubiertos” y “Espíritu Santo”. Luego podrías relatar una experiencia en la que el Espíritu Santo te haya ayudado a descubrir la verdad.

  • Pide a los niños que hablen de lo que hacen para hallar respuestas a una pregunta. ¿Qué diría Nefi si alguien le preguntara cómo buscar respuestas a alguna pregunta sobre el Evangelio? Alienta a los niños a leer 1 Nefi 10:17–19; 11:1 para descubrirlo.

  • ¿Han sentido alguna vez los niños que el Espíritu Santo los ha ayudado a saber que algo es verdadero? Permíteles que cuenten sus experiencias. ¿Qué le diríamos a un amigo que piense que no puede recibir respuestas por medio del Espíritu Santo? ¿Qué hallamos en 1 Nefi 10:17–19 y 11:1 que podría ayudar a ese amigo?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

La visión de Lehi
Hoja de actividades: El sueño de Lehi

22 – 28 enero: “Tenían por armas su rectitud y el poder de Dios”

1 Nefi 11–15

Personas comiendo del fruto del árbol de la vida

The Love of God [El amor de Dios], por Sabrina Squires

Cuando Dios tiene alguna obra monumental para que Su profeta lleve a cabo, a menudo brinda a dicho profeta una visión monumental. Moisés, Juan, Lehi y José Smith tuvieron ese tipo de visiones: visiones que les ensancharon la mente, y los ayudaron a ver lo grandiosa e imponente que es la obra de Dios.

Nefi también tuvo una de esas visiones que cambian la vida; vio el ministerio del Salvador, el futuro de la posteridad de Lehi en la tierra prometida y el destino de la obra de Dios en los últimos días. Después de la visión, Nefi estuvo mejor preparado para la obra que le esperaba. Y leer acerca de esa visión puede prepararte también a ti, ya que Dios también tiene una obra para ti en Su reino. Tú estás entre “los santos de la iglesia del Cordero” que vio Nefi, “que se hallaban dispersados sobre toda la superficie de la tierra; y tenían por armas su rectitud y el poder de Dios en gran gloria” (1 Nefi 14:14).

Véase también “Nefi tiene una visión de acontecimientos futuros” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

1 Nefi 11

Dios envió a Jesucristo como una expresión de Su amor

Cuando Nefi preguntó al ángel cuál era el significado del árbol de la visión de Lehi, el ángel simplemente podría haber dicho: “Representa el amor de Dios”; pero, en cambio, mostró a Nefi una serie de símbolos y acontecimientos de la vida del Salvador. Presta atención a esos símbolos y acontecimientos mientras lees 1 Nefi 11 y meditas al respecto. ¿Qué encuentras allí que te ayude a entender por qué Jesucristo es la máxima expresión del amor de Dios?

También podrías considerar ver videos de la Biblia en la Biblioteca del Evangelio que correspondan a los sucesos que vio Nefi. ¿De qué modo te ha ayudado el Salvador a sentir el amor de tu Padre Celestial?

Véase también Susan H. Porter, “El amor de Dios: El de mayor gozo para el alma”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 33–35.

1 Nefi 12–14

Puedo “ten[er] por armas […] rectitud” y poder

Nefi no viviría lo suficiente para presenciar la mayor parte de lo que vio en la visión. ¿Por qué crees que era de provecho para él saber esas cosas? ¿Por qué es de provecho para ti saberlas? Hazte esas preguntas cada vez que leas sobre algo que Nefi haya visto en la visión (véase 1 Nefi 12–14). ¿Qué impresiones recibes en cuanto a tu función en la “obra grande y maravillosa” del Señor? (1 Nefi 14:7). ¿Cuáles son algunas de las cosas grandes y maravillosas que Él ha hecho por ti?

Considera, en especial, la promesa que aparece en 1 Nefi 14:14. ¿Cómo ha cumplido el Salvador esa promesa en tu vida? (Para leer algunos ejemplos, véase David A. Bednar, “Con el poder de Dios en gran gloria”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 28–30, en particular, las dos últimas secciones).

1 Nefi 13:1–9; 14:9–11

¿Qué es la “grande y abominable iglesia” que vio Nefi?

El presidente Dallin H. Oaks explicó que la “grande y abominable iglesia” que Nefi describió representa “… cualquier filosofía u organización que se opone a la creencia en Dios. Y el ‘cautiverio’ al que esta ‘iglesia’ procura llevar a los santos no será tanto un confinamiento físico, sino el cautiverio de falsas ideas” (“Ser testigos de Dios”, Liahona, marzo de 2015, págs. 20–21). ¿De qué forma te ayuda el Salvador a evitar la cautividad de las falsas ideas y a escapar de ella?

1 Nefi 15:1–11

Dios me responderá, si pido con fe

¿Has sentido alguna vez como si no recibieras revelación personal, como si Dios no te hablara? ¿Qué consejo dio Nefi a sus hermanos cuando ellos se sintieron de esa manera? (Véase 1 Nefi 15:1–11). ¿Cómo puedes aplicar el consejo de Nefi a tu vida?

1 Nefi 15:23–25

Aferrarme a la palabra de Dios me ayuda a resistir la influencia de Satanás

Nefi a menudo tenía cosas apremiantes que decirles a sus hermanos, pero parecía sentir una vehemencia especial en cuanto a lo que les dijo en 1 Nefi 15:23–25. ¿Cuál era el mensaje de Nefi, y por qué piensas que creía tan firmemente en él?

El élder David A. Bednar enseñó que “la palabra de Dios” puede referirse a las Escrituras, a las palabras de los profetas vivientes y a Jesucristo mismo. ¿Qué crees que signifique “aferrarse” a las Escrituras y a las palabras de los profetas vivientes? ¿Qué podría significar “aferrarse” a Jesucristo? Podrías buscar posibles respuestas a esas preguntas en el mensaje del élder Bednar titulado “Pero no les hicimos caso” (Liahona, mayo de 2022, págs. 14–17).

¿De qué manera el aferrarte a la palabra de Dios te ayuda a resistir al adversario? Completar un cuadro como el siguiente podría ayudarte a organizar tus ideas:

 … me ayuda a superar las tinieblas de la tentación? (Véase 1 Nefi 12:17)

 … me ayuda a “no […] h[acer] caso” a la vanidad y al orgullo del mundo? (1 Nefi 12:18)

¿De qué forma el aferrarme a las Escrituras y a las palabras de los profetas vivientes…

¿De qué forma el aferrarme al Salvador…

Véanse también “La barra de hierro”, Himnos, nro. 179; Jorge F. Zeballos, “Edificar una vida resistente al adversario”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 50–52.

una familia leyendo las Escrituras

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

1 Nefi 11:16–33

El Padre Celestial envió a Jesucristo porque me ama

  • Para enseñarle acerca del amor de Dios, un ángel mostró a Nefi algunos acontecimientos de la vida del Salvador. Podrías hacer lo mismo con tus hijos: dales láminas o imágenes de los sucesos que Nefi vio en 1 Nefi 11:20, 24, 27, 31 y 33 (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 30, 35, 39, 4257). A medida que leas esos versículos, ayuda a los niños a buscar las imágenes que concuerden con ellos. ¿Qué aprendemos acerca de Jesucristo en estos versículos e imágenes?

  • Entonar una canción como “Mandó a Su Hijo” (Canciones para los niños, págs. 20–21) podría ayudar a los niños a sentir el amor de Dios. Después de cantar, pregúnteles qué aprenden de la canción. ¿Qué más aprendemos sobre el amor de Dios en 1 Nefi 11:22–23?

Utiliza obras de arte para ayudar a los niños a aprender. Cuando enseñes algún relato de las Escrituras, ayúdalos a visualizarla. Podrías valerte de imágenes, videos, títeres, disfraces, etc.

1 Nefi 13:26–29, 35–36, 40

El Libro de Mormón enseña verdades preciosas

  • Para ayudar a los niños a valorar las verdades “claras y preciosas” que contiene el Libro de Mormón, podrías hacer un dibujo e invitarlos a cambiarle algunas partes o borrarlas para que se vea diferente. Podrías valerte de ello para enseñar que, con el correr del tiempo, se cambiaron y quitaron cosas de la Biblia. Lean juntos 1 Nefi 13:40 y habla de cómo el Libro de Mormón (“estos últimos anales”) nos ayuda a entender las “cosas claras y preciosas” que se perdieron de la Biblia (“los primeros” anales). ¿Qué verdades “claras y preciosas” han aprendido del Libro de Mormón?

  • El video “El Libro de Mormón: un libro proveniente de Dios” (Biblioteca del Evangelio) ayudará a los niños a ver por qué es importante tener tanto la Biblia como el Libro de Mormón. A los niños quizás les resulte entretenido recrear la ilustración del video.

Ejemplares del Libro de Mormón en diferentes idiomas

1 Nefi 15:23–24

Aferrarme a la palabra de Dios me ayuda a resistir la tentación

  • Permite que los niños comenten lo que recuerden sobre la visión de Lehi. Podría ser de utilidad el usar alguna imagen, como la que aparece en la reseña de la semana pasada. ¿Qué impedía que las personas llegaran al árbol? ¿Qué las ayudaba a llegar a él? Podrías pedirles que busquen la barra de hierro en la imagen. Lean juntos 1 Nefi 15:23–24 para averiguar qué representa la barra de hierro y cómo puede ayudarnos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Nefi ve en visión a María y al Niño Jesús
Hoja de actividades: La palabra de Dios me da poder para resistir la tentación

29 enero – 4 febrero: “Prepararé el camino delante de vosotros”

1 Nefi 16–22

Personas examinando la Liahona

El Señor hizo esta promesa a la familia de Lehi mientras viajaban hacia la tierra prometida: “… prepararé el camino delante de vosotros, si es que guardáis mis mandamientos” (1 Nefi 17:13). Sin duda, la promesa no significaba que la travesía sería fácil: los integrantes de la familia siguieron teniendo desacuerdos, se les rompieron los arcos, afrontaron dificultades y la muerte, y además, tuvieron que construir un barco a partir de materias primas. Sin embargo, cuando la familia afrontaba adversidades o tareas que parecían imposibles, Nefi reconocía que el Señor nunca estaba distante. Sabía que Dios “alimenta [a los fieles] y los fortifica, y provee los medios por los cuales pueden cumplir lo que les ha mandado” (1 Nefi 17:3). Si alguna vez te preguntas por qué les suceden cosas malas a personas buenas como Nefi y su familia, es probable que halles entendimiento al respecto en estos capítulos. Aunque lo más importante tal vez sea que verás lo que hacen las personas buenas cuando les suceden cosas malas.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

1 Nefi 16–18

El Salvador me ayudará a afrontar los desafíos de la vida

La familia de Nefi hizo frente a algunos desafíos difíciles, como lo hacemos todos. ¿Qué puedes aprender de Nefi en cuanto a afrontar la adversidad con fe en Jesucristo? Lee sobre sus experiencias en 1 Nefi 16:17–32; 16:34–39; 17:7–16; 18:1–4 y 18:9–22. Considera anotar lo que encuentres bajo encabezados como los siguientes: “Dificultad”, “Cómo reaccionó Nefi” y “Cómo ayudó el Señor”. ¿Qué aprendes que puedas aplicar a las dificultades que afrontas tú?

Luego de aprender de Nefi y su familia, podrías anotar otros pensamientos bajo los siguientes encabezados: “Mis dificultades”, “Cómo reaccionaré” y “Cómo puede ayudarme el Señor”. Al hacerlo, podrías consultar pasajes de las Escrituras como los siguientes: Mateo 11:28–30; Juan 14:26–27; Mosíah 24:13–15. Algún himno como, por ejemplo, “¿Dónde hallo el solaz?” (Himnos, nro. 69) puede fortalecer tu fe en el Salvador y en la ayuda que Él ofrece durante los momentos de pruebas.

Véanse también Anthony D. Perkins, “Acuérdate de tus santos que sufren, oh Dios nuestro”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 103–105; “Él te brindará ayuda”, “El Señor guía el viaje de Lehi”, “El Señor manda a Nefi construir un barco” y “La familia de Lehi navega a la tierra prometida” (videos), Biblioteca del Evangelio; “Ayuda para la vida”, Biblioteca del Evangelio.

1 Nefi 16:10–16, 23–31; 18:11–22

Dios me guía por medios pequeños y sencillos

Cuando Dios guio a la familia de Lehi por el desierto, no les dio un mapa que mostrara cada detalle del trayecto. En cambio, les dio la Liahona para guiarlos cada día. Al leer 1 Nefi 16:10–16, 23–31 y 18:10–22, considera hacer una lista de las verdades que ilustren cómo Dios guía a Sus hijos (por ejemplo, 1 Nefi 16:10 nos enseña que en ocasiones Dios nos guía de modos inesperados). ¿Qué semejanzas ves entre la Liahona y el Espíritu Santo? ¿Cuáles son los “pequeños medios” mediante los cuales Él ha realizado “grandes cosas” en tu vida?

Véanse también Alma 37:7, 38–47; Doctrina y Convenios 64:33–34.

Lehi utilizando la Liahona

1 Nefi 17:1–6, 17–22

Mis pruebas pueden ser una bendición

Aunque Nefi y sus hermanos tuvieron los mismos desafíos en el desierto, sus experiencias fueron muy diferentes. Podrías comparar el relato que hace Nefi del viaje por el desierto (véase 1 Nefi 17:1–6) con el que hacen sus hermanos (véase 1 Nefi 17:17–22). ¿Qué sabía o hizo Nefi que lo ayudó a tener una perspectiva fiel? Considera escribir sobre alguna prueba reciente o actual desde la perspectiva de la fe y la gratitud. ¿Qué sientes o aprendes de ello?

Véase también Amy A. Wright, “Cristo sana lo que está roto”, Liahona, mayo de 2022, págs. 81–84.

Un momento tranquilo para reflexionar. El dedicar tiempo a pensar, meditar, reflexionar o escribir puede conducir a la inspiración; puede ayudarnos a ver cómo la doctrina o los principios del Evangelio se relacionan con nuestra vida. Cuando enseñes a otras personas, dales tiempo para reflexionar y escribir sus impresiones. Eso también puede hacer que estén más dispuestas a expresar sus pensamientos y sentimientos con los demás.

1 Nefi 19:22–24; 20–22

Puedo “compar[ar] todas las Escrituras” a mí mismo

Debido a que las Escrituras se escribieron hace tanto tiempo, podría parecernos que no son relevantes para nosotros en la actualidad. Pero Nefi lo tenía muy claro. “[C]omparé todas las Escrituras a nosotros mismos”, dijo, “para nuestro provecho e instrucción” (1 Nefi 19:23). Esa es una de las razones por las que Nefi hallaba tanto poder espiritual en las Escrituras.

Mientras lees 1 Nefi 20–22, considera preguntas como las siguientes:

1 Nefi 20:1–9

¿Qué enseñan estos versículos sobre el pueblo de la época de Isaías? ¿Qué encuentras que se aplique a ti?

1 Nefi 20:17–22

¿Qué enseñan estos versículos sobre la forma en que el Padre Celestial guiaba al pueblo en la época de Isaías? ¿De qué manera Él te invita a seguirlo?

¿Qué más encuentras en 1 Nefi 20–22 que puedas “comparar” a ti mismo?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

1 Nefi 16:10, 28–29; 18:8–13, 20–22

Cuando guardo los mandamientos, el Señor me guía

  • Si tienes una brújula, un mapa o alguna otra cosa que nos ayude a encontrar la forma de llegar a donde queremos ir, podrías mostrársela a los niños. Podría ser una buena manera de iniciar una conversación acerca de la Liahona, sobre la cual puedes leer en 1 Nefi 16:10, 28–29. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que una brújula o un mapa podrían no funcionar? ¿Por qué la Liahona a veces no funcionaba para la familia de Lehi? (Véanse 1 Nefi 18:9–12, 20–22). ¿Qué nos ha dado el Padre Celestial en la actualidad para guiarnos de regreso a Él?

  • A fin de ayudar a los niños a aplicar lo que aprendan acerca de la Liahona en 1 Nefi 16:10, 26–31; 18:8–22, podrías invitarlos a pensar en alguna decisión importante o difícil. ¿Qué nos ha dado Dios para guiarnos hoy en día que funcione como la Liahona? (Véase, por ejemplo, Alma 37:38–44). Considera relatar alguna experiencia personal en la que el Padre Celestial te haya guiado.

1 Nefi 16:21–32

Puedo ser un buen ejemplo para mi familia

  • Mientras leen 1 Nefi 16:21–32 juntos, ayuda a los niños a descubrir la forma en que el ejemplo de Nefi bendijo a su familia (véase también el video “El Señor guía el viaje de Lehi” [Biblioteca del Evangelio]). Esto podría dar pie a un análisis sobre cómo podríamos ser como Nefi. Invita a los niños a planificar algo que puedan hacer a fin de ser una buena influencia para los demás miembros de la familia.

1 Nefi 17:7–19; 18:1–4

El Padre Celestial me puede ayudar a hacer cosas difíciles

  • A los niños les encanta contar historias. Podrías invitarlos a que te ayuden a contar el relato de cuando a Nefi se le manda construir el barco (véanse 1 Nefi 17:7–19; 18:1–4; véase también “Capítulo 7: La construcción del barco”, en Historias del Libro de Mormón, págs. 21–22; o el video “El Señor instruye a Nefi a construir un barco” [Biblioteca del Evangelio]). También podrían cantar juntos la segunda estrofa de “El valor de Nefi” (Canciones para los niños, págs. 64–65). ¿Qué ayudó a Nefi a tener valor cuando sus hermanos se burlaron de él por tratar de construir el barco?

  • Nefi no sabía cómo construir el barco, por lo que confió en las instrucciones del Señor. Después de leer 1 Nefi 18:1 contigo, los niños podrían completar la hoja de actividades de esta semana. Mientras lo hacen, habla con ellos acerca de cómo el Padre Celestial puede ayudarnos a hacer cosas difíciles, tal como ayudó a Nefi.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Nefi y su familia en el barco
Hoja de actividades: El Padre Celestial me puede ayudar a hacer cosas difíciles

5 – 11 febrero: “Libres para escoger la libertad y la vida eterna, por medio del gran Mediador”

2 Nefi 1–2

Adán y Eva dejando el Jardín de Edén

Adam and Eve [Adán y Eva], por Douglas Fryer

Si supieras que tu vida está llegando a su fin, ¿qué últimos mensajes querrías dar a las personas que más amas? Cuando el profeta Lehi sintió que su vida estaba por terminar, reunió por última vez a su familia; les dijo lo que el Padre Celestial le había revelado y expresó su testimonio del Mesías. Enseñó a las personas que amaba las verdades del Evangelio que atesoraba. Les habló sobre la libertad, la obediencia, la caída de Adán y Eva, la redención por medio de Jesucristo, y la felicidad, sin embargo, no todos sus hijos decidieron vivir de conformidad con lo que les enseñó. Ninguno de nosotros puede tomar esas decisiones por nuestros seres queridos. No obstante, podemos enseñar y testificar del Redentor, que nos hace “libres para escoger la libertad y la vida eterna” (2 Nefi 2:26–27).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 1:13–29

Puedo “[d]esperta[rme] y levanta[rme] del polvo”

En 2 Nefi 1:13–29, observa las palabras que Lehi usó para describir la condición espiritual de Lamán y Lemuel. ¿Qué te ayuda a ti a despertarte de un “profundo sueño” espiritual? ¿Qué te ayuda a sacudirte de las “cadenas” espirituales en tu vida? Piensa en el testimonio de Lehi del versículo 15 y en su invitación del versículo 23. ¿Qué mensaje tiene el Padre Celestial para ti en esos versículos?

Utiliza ayudas visuales. El emplear ayudas visuales ayudará a quienes aprenden a comprender las verdades del Evangelio y a recordarlas por más tiempo. Al prepararte para enseñar mediante esta reseña, considera qué ayudas visuales podrías utilizar. Por ejemplo, una cadena hecha de papel podría ayudar a los alumnos a entender las palabras de Lehi que están en 2 Nefi 1:13 o 2 Nefi 2:27.

2 Nefi 2

Gracias a Jesucristo, soy “libr[e] para escoger la libertad y la vida eterna”

La familia de Lehi ahora se encontraba en una nueva tierra, llena de nuevas posibilidades. Las decisiones que tomaran en ese nuevo lugar serían importantes para lograr el éxito y la felicidad. Quizás por esa razón, en 2 Nefi 2, Lehi enseñó a su hijo Jacob acerca del albedrío, es decir, la capacidad de tomar decisiones. Al estudiar los versículos 11–30, escribe posibles respuestas a las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué el albedrío es tan importante para el Padre Celestial, aunque algunas personas lo empleen de maneras perjudiciales?

  • ¿De qué manera trata el adversario de debilitar o destruir tu albedrío?

  • ¿De qué manera te ayuda el Salvador a “escoger la libertad y la vida eterna” (versículo 27)?

La siguiente es otra forma de aprender sobre el albedrío en 2 Nefi 2: Busca las cosas que sean esenciales para que nosotros tengamos el albedrío y alcancemos nuestro potencial divino. Por ejemplo:

¿Qué ocurriría con nuestro albedrío si faltaran una o más de esas cosas?

Cada una de las seis secciones de Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones contiene “Invitaciones” y “Bendiciones prometidas”. Examina una o más de estas secciones, y escoge una bendición prometida que esperes recibir en tu vida. ¿Qué invitación debes seguir por medio de tus actos para recibir esa bendición? Considera hablar con alguien acerca de las bendiciones que has recibido al seguir esas invitaciones.

Véase también Temas del Evangelio, “Albedrío y responsabilidad”, Biblioteca del Evangelio.

2 Nefi 2:1–4, 6–25

Dios puede convertir mis pruebas en bendiciones

Lehi sabía que su joven hijo Jacob había sufrido “aflicciones” y “mucho pesar” durante su niñez (2 Nefi 2:1). ¿Por qué piensas que el testimonio de Lehi que se encuentra en 2 Nefi 2:1–3, 6–25 habrá sido de valor para Jacob? ¿Por qué es de valor para ti? Presta atención a las palabras y frases que te parezcan especialmente poderosas. ¿En qué forma ha consagrado Dios tus aflicciones para tu provecho? (Véase 2 Nefi 2:2).

Véanse también Romanos 8:28; Dale G. Renlund, “Las injusticias exasperantes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 41–45.

2 Nefi 2:15–29

La Caída y la expiación de Jesucristo son partes esenciales del plan del Padre Celestial

Muchas personas creen que la Caída fue solo una tragedia y que Eva y Adán cometieron un error permanente cuando decidieron comer del fruto. En 2 Nefi 2:15–28, Lehi enseña más verdades sobre la Caída, y sobre la redención por medio de Cristo. Al examinar esos versículos, haz una lista de las verdades concernientes a lo que sucedió en el Jardín de Edén. Las siguientes preguntas podrían resultarte útiles:

  • ¿Por qué fue necesaria la Caída?

  • ¿Qué función desempeñó Jesucristo para vencer las consecuencias de la Caída?

  • ¿De qué forma el entender correctamente la Caída nos ayuda a entender mejor la necesidad que tenemos de Jesucristo?

Véase también Dallin H. Oaks, “El gran plan de salvación”, Liahona, enero de 1994, págs. 84–88.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Jesucristo

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 1:13, 15, 23

Jesucristo me ayuda a vencer los efectos del pecado

  • Para ayudar a los niños a entender la invitación de Lehi a “[s]acud[irse] de las cadenas” del pecado, tal vez podrían hacer juntos una cadena con tiras de papel. Los niños podrían ayudarte a escribir en las tiras algunas cosas que Satanás nos tienta a hacer. Luego podrían leer juntos 2 Nefi 1:13, 15, 23 mientras ellos actúan algunas de las frases de los versículos, incluso el sacudirse la cadena de papel para quitársela. ¿En qué se parecen el pecado y una cadena? ¿De qué manera nos ayuda Jesús a “[s]acud[irnos] de las cadenas” del pecado?

2 Nefi 1:20

Cuando obedezco los mandamientos de Dios, se me bendice

  • ¿Ayudaría a los niños el comparar los mandamientos de Dios con zapatos, sombreros, guantes u otras cosas que nos protegen? Tal vez podrías permitirles que se prueben algunas de esas cosas mientras les explicas de qué forma los mandamientos nos protegen. Luego podrías leer 2 Nefi 1:20, haciendo hincapié en que “prosperamos” (somos bendecidos o protegidos) cuando guardamos los mandamientos. Relata alguna experiencia en la que hayas sido bendecido o protegido por seguir los mandamientos.

  • A fin de ilustrar la diferencia entre prosperar y ser desechados de la presencia de Dios (véase 2 Nefi 1:20), los niños y tú podrían observar alguna planta sana y alguna hoja o rama que se haya cortado de la planta. Luego podrían repasar las decisiones que Nefi y sus hermanos tomaron (véanse 1 Nefi 2:11–16; 3:5–7; 18:9–11). ¿Cuáles fueron los resultados de esas decisiones? ¿Qué decisiones nos ayudan a mantenernos conectados con Dios?

2 Nefi 2:11, 16, 27

Dios me dio la libertad de escoger

  • A fin de ayudar a los niños a entender lo que Lehi enseñó acerca de los opuestos y de tomar decisiones, podrían jugar algún juego en el que tú digas una palabra (tal como luz, por ejemplo) y ellos digan lo opuesto (oscuridad). Mientras leen juntos 2 Nefi 2:11, 16, ayúdalos a aprender por qué los opuestos son parte del plan de Dios. Luego podrías contarles en cuanto a un niño que sea tentado a tomar alguna decisión equivocada, y los niños podrían decir qué sería lo opuesto de esa decisión y luego representarlo actuando.

  • Para aprender cuál es la diferencia entre la “libertad” y la “cautividad” (2 Nefi 2:27), los niños podrían dibujar un animal en una jaula y otro animal en su entorno natural. ¿Qué animal está libre? Invita a los niños a señalar el dibujo correcto cuando leas la palabra “libres” en 2 Nefi 2:27. Testifica que Jesucristo nos hace libres.

  • Entonen juntos alguna canción como “Haz el bien” (Himnos, nro. 155), por ejemplo. ¿Qué aprendemos de la canción en cuanto a tomar decisiones?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

La familia de Lehi se arrodilla en la playa
Hoja de actividades: Tal como Adán y Eva, tengo albedrío

12 – 18 febrero: “Vivimos de una manera feliz”

2 Nefi 3–5

Nefi y su esposa

Al leer 1 Nefi, se podría tener la impresión de que Nefi era un personaje heroico; era “grande de estatura”, tanto física como espiritualmente, (1 Nefi 2:16), y parecía inmutable frente a las pruebas que afrontaba. O al menos eso es lo que podríamos suponer. Aunque la fe de Nefi era excepcional, sus tiernas palabras en 2 Nefi 4 revelan que incluso las personas fieles en ocasiones se sienten “miserable[s]” y “fácilmente […] asedia[das]” por las tentaciones. Allí vemos a alguien que se esfuerza, que quiere estar alegre, pero cuyo “corazón gime a causa de [sus] pecados”. Podemos identificarnos con eso y con la alentadora determinación que le sigue: “… no obstante, sé en quién he confiado” (véase 2 Nefi 4:15–19).

Si bien Nefi y su pueblo aprendieron a vivir “de una manera feliz” (2 Nefi 5:27), también aprendieron que la felicidad no llega fácilmente ni sin períodos de pesar. En definitiva, proviene de confiar en el Señor, la “roca de [nuestra] rectitud” (2 Nefi 4:35).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 3:6–24

José Smith fue escogido por Dios para restaurar el Evangelio

Lehi relató a su hijo José una profecía que pronunció José de Egipto, la cual se trataba de un futuro “vidente escogido”, José Smith. Según los versículos 6–24, ¿qué haría José Smith que bendeciría al pueblo de Dios? Considera de qué manera la obra que realizó José Smith ha sido “de mucho valor” para ti. Podrías obtener algunas ideas por medio de los videos sobre José Smith que se encuentran en la colección “Profetas de la Restauración” en la Biblioteca del Evangelio. Piensa en preguntas como las siguientes y considera escribir tus respuestas:

  • ¿Qué sabes sobre el Padre Celestial y Jesucristo gracias a lo que José Smith enseñó?

  • ¿En qué sentido tu vida es diferente por causa de lo que el Señor restauró por medio de José Smith?

  • ¿Cómo sería tu vida si la Restauración no hubiera sucedido?

Una parte importante de la misión de José Smith fue sacar a luz el Libro de Mormón. ¿Qué aprendes de este capítulo acerca de por qué el Libro de Mormón es importante? En particular, podrías buscar algunas razones en los versículos 7, 11–13, 18–24.

Véanse también Traducción de José Smith, Génesis 50:24–38 (en el apéndice de la Biblia); Temas del Evangelio, “José Smith”, Biblioteca del Evangelio; “Loor al Profeta”, Himnos, nro. 15.

El profeta José Smith

2 Nefi 4:15–35

“Oh Señor, en ti he puesto mi confianza”

Nefi dijo que “escrib[iría] las cosas de [su] alma” (versículo 15). Conforme leas lo que escribió en 2 Nefi 4:15–35, pregúntate: “¿Cuáles son las cosas de mi alma?”. Considera anotarlas, como lo hizo Nefi, y compartirlas con tus seres queridos.

El ver cómo Nefi halló consuelo cuando se sentía abrumado y sentía ansiedad puede ayudarte cuando tengas sentimientos similares. En los versículos 15–35, busca pasajes que te den consuelo. ¿Conoces a alguien que podría hallar consuelo en esos pasajes?

Véase también Ronald A. Rasband, “Las cosas de mi alma”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 39–41.

2 Nefi 5

Puedo encontrar felicidad al vivir el evangelio de Jesucristo

¿Qué crees que significa ser feliz? Nefi escribió que su pueblo vivió “de una manera feliz” (2 Nefi 5:27). Podrías prestar atención a las decisiones que Nefi y su pueblo tomaron que los ayudaron a ser felices (véase, por ejemplo, 2 Nefi 5:6, 10–17). ¿Qué puede ayudarte a forjar una vida de felicidad, tal como el pueblo de Nefi?

2 Nefi 5:20–21

¿Cuál fue la maldición que sobrevino a los lamanitas?

En la época de Nefi, la maldición de los lamanitas consistió en que fueron “separados de la presencia del Señor […] a causa de su iniquidad” (2 Nefi 5:20–21). Eso significaba que el Espíritu del Señor fue retirado de su vida. Posteriormente, cuando los lamanitas aceptaron el evangelio de Jesucristo, “la maldición de Dios no los siguió más” (Alma 23:18).

El Libro de Mormón también declara que a los lamanitas les sobrevino una marca de piel oscura después de que los nefitas se separaron de ellos. No se comprenden plenamente la naturaleza ni la apariencia de esa marca. Al principio, la marca distinguía a los lamanitas de los nefitas; posteriormente, cuando los nefitas y los lamanitas pasaron por períodos de iniquidad y rectitud, la marca se volvió irrelevante.

Los profetas afirman en nuestros días que la piel oscura no es una señal de desaprobación ni maldición divina. El presidente Russell M. Nelson declaró: “Les aseguro que su posición ante Dios no la determina el color de su piel. La aprobación o desaprobación de Dios depende de su devoción a Dios y a Sus mandamientos, y no del color de la piel” (“Que Dios prevalezca”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 94).

Como Nefi declaró, el Señor “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres […]; y todos son iguales ante Dios” (2 Nefi 26:33).

Véase también “Till We All Come in the Unity of the Faith” (video solo en inglés), Gospel Library.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 3:6–24

José Smith fue profeta

  • Considera cómo puedes enseñar a los niños en cuanto a la gran obra que Dios llevó a cabo por medio de José Smith. Para comenzar, podrías ayudarlos a encontrar la palabra “vidente” en 2 Nefi 3:6 y explicar que a los profetas se los llama videntes porque el Padre Celestial los ayuda a ver cosas que nosotros no podemos ver. Expresa por qué estás agradecido de tener un vidente que dirija la Iglesia.

  • El Libro de obras de arte del Evangelio contiene varias imágenes que podrías utilizar para enseñar en cuanto a la obra que Dios llevó a cabo por medio de José Smith (véanse las imágenes 89–95). Permite que los niños expresen lo que sepan en cuanto a las láminas. ¿Por qué se llamó a José Smith un “vidente escogido”? ¿Qué hizo José Smith que es “de mucho valor”? (Versículo 7).

2 Nefi 4:15–355

Me encantan “las cosas del Señor”

  • ¿Qué nos hace felices? Considera leer juntos algunos versículos de 2 Nefi 4 para averiguar en qué se deleitaba Nefi o qué lo hacía feliz (véanse los versículos 15–16, 20–25, 34–35). En su mensaje “Las cosas de mi alma”, el élder Ronald A. Rasband habló sobre siete “cosas del Señor” que son preciadas para él (Liahona, noviembre de 2021, págs. 39–41). Tal vez podrían repasar juntos la lista que él hizo y hablar sobre “las cosas del Señor” que son preciadas para ustedes.

  • En 2 Nefi 5 también se describen cosas que ayudaron a los nefitas a vivir “de una manera feliz” (versículo 27). Podrías mostrar algunas palabras o imágenes que representen esas cosas y ayudar a los niños a relacionarlas con versículos del capítulo 5. Algunos ejemplos son la familia (versículo 6), los mandamientos de Dios (versículo 10), las Escrituras (versículo 12), el trabajo (versículos 15 y 17), los templos (versículo 16) y los llamamientos de la Iglesia (versículo 26). ¿De qué forma esas cosas nos dan felicidad?

2 Nefi 5:15–16

El templo es la Casa del Señor

  • Mientras lees 2 Nefi 5:15–16 a los niños, ellos podrían hacer de cuenta que ayudan a Nefi a construir un templo. También podrías mostrarles imágenes de diferentes edificios, entre ellos, un templo. ¿En qué sentido los templos son diferentes de otros edificios? Conversen sobre por qué el templo es importante para ustedes (véase también “Me encanta ver el templo” (Canciones para los niños, pág. 99).

Cualquier momento puede ser una ocasión de enseñar. No pienses que enseñar a tu familia es algo que se hace una vez a la semana durante una lección formal. Considéralo como algo que se hace todo el tiempo.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Nefitas construyendo un templo
Hoja de actividades: El templo es la Casa del Señor

19 – 25 febrero: “¡Oh cuán grande es el plan de nuestro Dios!”

2 Nefi 6–10

Jesús orando en Getsemaní

Not My Will, but Thine, Be Done [No se haga mi voluntad, sino la tuya], por Harry Anderson

Ya habían transcurrido al menos cuarenta años desde que la familia de Lehi había partido de Jerusalén. Se hallaban en una tierra desconocida, a medio mundo de distancia de Jerusalén. Lehi había muerto, y su familia ya había comenzado un conflicto que duraría varios siglos entre los nefitas —“que creían en las amonestaciones y revelaciones de Dios”— y los lamanitas, que no creían (2 Nefi 5:6). Jacob, que era un hermano menor de Nefi y había sido ordenado como maestro de los nefitas, quería que el pueblo del convenio supiera que Dios nunca los olvidaría, por lo que ellos nunca debían olvidarlo a Él. Se trata de un mensaje que ciertamente necesitamos en la actualidad (véase Doctrina y Convenios 1:15–16). “[A]cordémonos de él […], porque no somos desechados […]; grandes son las promesas del Señor”, declaró Jacob (2 Nefi 10:20–21). Entre esas promesas, ninguna es mayor que la promesa de la “expiación infinita” para vencer la muerte y el infierno (2 Nefi 9:7). Por ello, Jacob concluye diciendo: “Anímense, pues, vuestros corazones” (2 Nefi 10:23).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 6–8

El Señor es misericordioso con Su pueblo y cumplirá Sus convenios

Con el fin de ayudar a su pueblo a entender que ellos formaban parte de la casa de Israel y que podían confiar en Dios y en Sus promesas, Jacob citó algunas profecías de Isaías, que están registradas en 2 Nefi 6–8. Ese mensaje también es para ti, ya que los Santos de los Últimos Días son parte del pueblo del convenio de Dios. Mientras lees estos capítulos, piensa en preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué aprendo acerca del amor redentor que el Salvador siente por mí? ¿Qué palabras o frases expresan ese amor particularmente bien?

  • ¿Qué ofrece el Salvador a las personas que lo buscan?

  • ¿Qué puedo hacer para “espera[r]” más fielmente al Salvador y Sus bendiciones prometidas?

2 Nefi 9:1–26

Jesucristo me salva del pecado y de la muerte

Una manera de profundizar tu agradecimiento por Jesucristo consiste en pensar en lo que nos habría sucedido sin Él. Al leer 2 Nefi 9:1–26, considera hacer una lista o marcar con un color lo que nos sucedería sin la expiación de Jesucristo. Luego, en otra lista o con otro color, podrías señalar lo que podemos recibir mediante la expiación del Salvador. Según lo que has leído, ¿cómo explicarías por qué necesitamos la expiación de Jesucristo? ¿Qué encostraste que te inspire a alabar “la sabiduría de Dios, su misericordia y gracia”? (2 Nefi 9:8).

Además de enseñar sobre aquello de lo que Jesucristo nos salvó, Jacob brinda algunas ideas sobre cómo lo hizo. Considera escribir lo que encuentres en 2 Nefi 9:11–15, 20–24.

Jacob estaba tan maravillado ante el plan de redención de Dios que exclamó: “¡Oh cuán grande es el plan de nuestro Dios!”. Presta atención a sus exclamaciones en 2 Nefi 9 (la mayoría de ellas se encuentran en los versículos 8–20). ¿Qué aprendes de esos versículos sobre el plan de Dios? ¿Qué experiencias te han ayudado a sentir algo de lo que sintió Jacob? Como parte de tu adoración y estudio, considera buscar algún himno que exprese lo que sientes por Él, tal como “¡Grande eres Tú!” (Himnos, nro. 41).

Véanse también “Merced, justicia y amor”, “Jacob enseña sobre la resurrección” (videos), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Expiación de Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.

2 Nefi 9:7

La expiación del Salvador es infinita

¿Qué podrías hacer para entender mejor la “expiación infinita” de Jesucristo? (2 Nefi 9:7). Quizás podrías observar cosas que parezcan infinitas en número, tal como las briznas de hierba en un campo, los granos de arena de una playa o las estrellas del cielo. ¿En qué sentido es infinita la expiación del Salvador? ¿En qué sentido también es personal? ¿Qué frases de 2 Nefi 9 te ayudan a sentir gratitud por lo que el Salvador hizo por ti?

2 Nefi 9:27–54

Puedo venir a Cristo y seguir el plan de Dios

En 2 Nefi 9, Jacob empleó dos frases potentes y contrastantes: “el misericordioso designio del gran Creador” y “ese sutil plan del maligno” (2 Nefi 9:6, 28). Tal vez podrías dibujar una senda y escribir junto a ella: El plan del Padre Celestial. Luego busca 2 Nefi 9:27–52. Presta atención a las advertencias e invitaciones que Jacob extendió para ayudarnos a seguir este plan. Anota lo que encuentres junto al sendero. ¿De qué modo procura Satanás apartarnos del plan de Dios? ¿Qué te sientes inspirado a hacer como respuesta a las advertencias e invitaciones de Jacob?

2 Nefi 10:20, 23–25

El sacrificio de Jesucristo puede brindarme gozo

El mensaje de Jacob era de gozo. “[O]s hablo estas cosas”, dijo él, “para que os regocijéis y levantéis vuestras cabezas para siempre” (2 Nefi 9:3). Al leer 2 Nefi 10:20, 23–25, ¿qué encuentras que te alegre el corazón? ¿Qué harás para recordar esas cosas cuando te sientas desalentado?

Véanse también Juan 16:33; D. Todd Christofferson, “El gozo de los santos”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 15–18; “Jacob insta a los nefitas a reconciliarse con Dios” (video), Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 9:6–10, 19–24

Jesucristo es mi Salvador

  • ¿De qué forma ayudarás a los niños a entender y a sentir que necesitan al Salvador Jesucristo? La hoja de actividades de esta semana podría ser útil. Contiene una analogía simple de un pozo y una escalera. Considera utilizar 2 Nefi 9:21–22 para hablar con los niños acerca de por qué estás agradecido por Jesucristo.

  • Una de las maneras de ayudar a los niños a comprender por qué necesitamos al Salvador es enseñarles acerca de la Caída. Podrías mostrar una ilustración de Adán y Eva, tal como Leaving the Garden of Eden [Saliendo del Jardín de Edén] (Biblioteca del Evangelio), y una ilustración de Jesucristo sobre la cruz. Considera pedirles que describan lo que sucede en cada ilustración. ¿En qué sentido somos como Adán y Eva? Quizás 2 Nefi 9:6–10 pueda ayudarlos a reconocer lo que Jesucristo hace por nosotros. Considera invitar a los niños a expresar sus sentimientos por Jesucristo. Alguna canción como, por ejemplo, “Siento el amor de mi Salvador” (Canciones para los niños, págs. 42–43) podría ayudar.

Enseña la verdad mediante relatos y ejemplos. Asegúrate de que los relatos y ejemplos que utilices enseñen la verdad. Por ejemplo, al usar la hoja de actividades de esta semana, enseña que Jesucristo entró al “pozo” para ayudarnos en cada paso que damos para salir de él.

2 Nefi 9:20, 28–29, 42–43, 49

“Mi corazón se deleita en la rectitud”

  • A fin de alentar a los niños a “deleita[rse] en la rectitud” u obedecer al Señor con alegría (2 Nefi 9:49), tal vez podrías mencionar ejemplos en los que un niño toma una buena decisión o una mala decisión. Invita a los niños a ponerse de pie cuando la decisión produzca felicidad y a sentarse cuando produzca tristeza. ¿En qué ocasión nos hemos sentido felices por haber tomado la decisión de seguir a Jesucristo?

  • Es muy probable que los niños se relacionen con personas (si aún no lo han hecho) que piensen que los mandamientos del Señor son absurdos o anticuados. Quizá los niños y tú podrían hablar de cómo podemos explicar por qué estamos felices de guardar los mandamientos. ¿Por qué es importante que confiemos en el consejo de Dios aun cuando no lo comprendamos completamente? Podrías alentarlos a leer 2 Nefi 9:20, 28–29, 42–43 en busca de ayuda para considerar y analizar esas preguntas.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús sanando a personas
Hoja de actividades: Jesucristo nos salva del pecado y de la muerte

26 febrero – 3 marzo: “Se llamará su nombre […] Príncipe de Paz”

2 Nefi 11–19

Isaías escribiendo en pergaminos

No es fácil grabar caracteres sobre planchas de metal, y el espacio con el que contaba Nefi en las planchas menores era limitado. Entonces, ¿por qué haría Nefi el esfuerzo de copiar tantos de los escritos del profeta Isaías en sus anales? Lo hizo porque quería que creyéramos en Jesucristo. “Mi alma se deleita en comprobar a mi pueblo la verdad de la venida de Cristo”, escribió (2 Nefi 11:4). Nefi había visto lo que le sucedería a su pueblo en las generaciones futuras; vio que, a pesar de sus grandes bendiciones, se volverían orgullosos, contenciosos y mundanos (véanse 1 Nefi 12; 15:4–6). También vio problemas similares en nuestros días (véase 1 Nefi 14). Los escritos de Isaías advertían contra tal iniquidad, pero también daban a Nefi la esperanza de un futuro glorioso: el fin de la iniquidad, el recogimiento de los fieles y “gran luz” para los que habían “anda[do] en tinieblas” (2 Nefi 19:2). Todo ello sucedería porque “un niño nos [sería] nacido”, Aquel que daría fin a todo conflicto: el “Príncipe de Paz” (2 Nefi 19:6).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

¿Cómo puedo comprender mejor las enseñanzas de Isaías?

Nefi admitió que “las palabras de Isaías no […] son claras” (2 Nefi 25:4), pero también brindó ideas para ayudarnos a hallar significado en los escritos de Isaías:

  • Compar[a] sus palabras a” ti mismo (2 Nefi 11:2). Muchas de las enseñanzas de Isaías tienen varios posibles significados y aplicaciones. Por ejemplo, cuando leas sobre las moradas en 2 Nefi 14:5–6, considera el modo en que esos versículos se aplican a tu hogar. Pregúntate: “¿Qué desea el Padre Celestial que aprenda?”.

  • Busca símbolos de Jesucristo (véase 2 Nefi 11:4). Muchas de las enseñanzas de Isaías acerca del Salvador se transmiten a través de símbolos. Por ejemplo, ¿de qué manera se representa al Salvador en 2 Nefi 19:2? ¿Qué te enseña ese símbolo en cuanto a Él?

  • Procura estar “llen[o] del espíritu de profecía” (2 Nefi 25:4). Al estudiar, ora para pedir guía espiritual. Quizás al principio no comprendas todo, pero el Espíritu puede ayudarte a aprender lo que necesites saber.

También podría resultarte útil consultar las ayudas para el estudio de las Escrituras, como las notas al pie de página, los encabezamientos de los capítulos y la Guía para el Estudio de las Escrituras. Los manuales de Instituto del Libro de Mormón y del Antiguo Testamento contienen información adicional que puede ayudarte a aprender en cuanto al contexto histórico de las enseñanzas de Isaías.

2 Nefi 11–19

Isaías testificó de Jesucristo

Debido a que Isaías utilizaba lenguaje simbólico, podría ser fácil pasar por alto su potente testimonio de Jesucristo. Busca al Salvador en 2 Nefi 13:13; 14:4–6; 15:1–7; 16:1–7; 17:14; 18:14–15; 22:2. ¿Qué te enseñan estos versículos sobre Él?

La profecía que se encuentra en 2 Nefi 19:6 menciona varios de los títulos de Jesucristo. ¿De qué modo ha cumplido Él esas funciones en tu vida?

Véase también Ulisses Soares, “Jesucristo: El Cuidador de nuestra alma”, Liahona, mayo de 2021, págs. 82–84.

2 Nefi 12–13; 15

Los orgullosos y los mundanos serán humillados

Nefi había visto de antemano que el orgullo haría caer a su pueblo (véase 1 Nefi 12:19). Por ello, no es de sorprender que compartiera con ellos las repetidas advertencias de Isaías contra el orgullo. En los capítulos 1213, observa las palabras que Isaías empleó para describir el orgullo, tales como altiva(s) y soberbio(a). En 2 Nefi 15:1–24, nota el lenguaje simbólico que describe los resultados del orgullo. Luego podrías tratar de resumir lo que has leído con tus propias palabras. Piensa en cómo escogerás ser humilde.

Véase también “Capítulo 18: Cuidaos del orgullo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 251–263.

2 Nefi 12:2–3

El templo es la Casa del Señor

Isaías llamó al templo “el monte de la casa del Señor” (2 Nefi 12:2). ¿Por qué un monte simboliza bien al templo?

¿Cómo le explicarían a alguien por qué necesitamos templos? Podrías hallar algunas posibles respuestas en 2 Nefi 12:2–3 y en el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “El templo y el cimiento espiritual de ustedes” (Liahona, noviembre de 2021, págs. 93–96). Según lo que leíste, ¿qué desea el Señor que aprendas y experimentes en Su Santa Casa? ¿Qué experiencias has tenido allí?

Puedes hallar las preguntas de la entrevista para la recomendación del templo en las páginas 36–37 de Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones. Considera leer cada una y preguntarte: ¿Qué me enseña esta pregunta acerca de los caminos del Señor? ¿De qué manera me ayuda a “camina[r] por sus sendas”?

Véanse también Temas del Evangelio, “Templos”, Biblioteca del Evangelio; “Bandera de Sion”, Himnos, nro. 4.

2 Nefi 12–19

Jesucristo redimirá a Su pueblo

A pesar de la iniquidad que observó, Isaías vislumbraba esperanza en el futuro. Considera estudiar cada uno de los siguientes pasajes y escribe una o más de las verdades que cada pasaje enseñe sobre nuestros días: 2 Nefi 12:1–5; 14:2–6; 15:20–26; 19:2–8. ¿Por qué crees que es importante que comprendamos estos pasajes?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Busca patrones que se repitan. En las Escrituras, encontramos patrones que se repiten que nos muestran la forma en que obra el Señor. En 2 Nefi 11–19, tal vez desees buscar patrones que se repitan y que muestren la forma en que el Señor advierte del pecado y perdona a las personas que se arrepienten.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 12:2–3

El templo es la Casa del Señor

  • Isaías describió el templo como “el monte de la casa del Señor”. A los niños podría resultarles entretenido hacer de cuenta que escalan una montaña mientras tú lees 2 Nefi 12:2–3. Ayúdalos a encontrar frases o palabras en esos versículos que describan por qué tenemos templos.

  • Para ilustrar la frase “caminaremos por sus sendas”, que se encuentra en 2 Nefi 12:3, podrías marcar un sendero en el suelo que conduzca a una lámina de algún templo. Mientras los niños recorren el sendero, podrían nombrar las cosas que pueden hacer para caminar por las sendas del Señor.

  • Tal vez los niños podrían dibujarse a sí mismos yendo al templo. También podrían entonar alguna canción que hable sobre el templo, tal como “Me encanta ver el templo” (Canciones para los niños, pág. 99). Ayúdalos a buscar frases o palabras de la canción que enseñen qué es el templo y qué hacemos en ellos.

2 Nefi 11:4–7; 17:14; 19:6

Jesucristo es mi Salvador

  • Hay varios nombres de Jesucristo en 2 Nefi 11:4–7; 17:14; 19:6. Ayuda a los niños a buscarlos y hablen de lo que significan. Por ejemplo, “Cristo” significa “el Ungido”, y “Emanuel” significa “Dios con nosotros”. ¿Qué nos enseñan esos nombres sobre Jesucristo?

  • Muestra partes del video “El Niño Jesús” (Biblioteca del Evangelio) que representen a diferentes personas que ven a Jesús por primera vez. Pon el video en pausa durante esas escenas y pregunta a los niños qué pudieron haber sentido esas personas. ¿Qué sentiríamos nosotros si estuviéramos allí? ¿Cómo nos sentiremos cuando lo volvamos a ver?

2 Nefi 15:20

Satanás trata de confundirme en cuanto al bien y al mal

  • Muestra a los niños algo amargo o agrio, tal como una rodaja de limón, por ejemplo, envuelta como un caramelo. Lean juntos 2 Nefi 15:20. ¿De qué manera Satanás trata de hacer que lo malo parezca bueno? También podrías mostrar los primeros 90 segundos del video “Serán libres” (Biblioteca del Evangelio). ¿Por qué el pescador disfraza el anzuelo? ¿Por qué Satanás disfraza el pecado? ¿Cómo nos ayuda Jesucristo a evitar ser engañados por Satanás?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Templo de la Ciudad de Panamá, Panamá
Hoja de actividades: El templo es la Casa del Señor

4 – 10 marzo: “Nos regocijamos en Cristo”

2 Nefi 20–25

Una familia estudiando

Los escritos de Isaías contienen amonestaciones fuertes, pero también ofrecen esperanza y gozo. Esa es una de las razones por las que Nefi las incluyó en su registro. Él dijo: “… escribo algunas de las palabras de Isaías para que aquellos […] que vean estas palabras eleven sus corazones y se regocijen” (2 Nefi 11:8). En cierto sentido, la invitación a leer los escritos de Isaías es una invitación a regocijarse. Tal como hizo Nefi, tú puedes deleitarte en las profecías de Isaías acerca del recogimiento de Israel, la venida del Mesías y la paz prometida a los rectos. Puedes regocijarte por vivir en el día profetizado en que el Señor ha “levanta[do] estandarte a las naciones, y congrega[do] a los desterrados de Israel” (2 Nefi 21:12). Cuando tengas sed de justicia, puedes “con gozo saca[r] agua de las fuentes de la salvación” (2 Nefi 22:3). En otras palabras, puedes “regocija[rte] en Cristo” (2 Nefi 25:26).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 21–22

Puedo hallar paz en Jesucristo

Los hijos de Lehi tenían un problema de contención, y el problema empeoró en las generaciones futuras, lo cual llevó a la división, el cautiverio, el pesar y la destrucción. La contención continúa siendo un problema en la actualidad.

Tomando todo eso en cuenta, piensa en las profecías que se encuentran en 2 Nefi 21–22. Considera cómo el Salvador está cumpliendo esas profecías. ¿Qué significa para ti que el lobo “morará […] con el cordero”? (2 Nefi 21:6). Reflexiona sobre lo que puedes hacer para ser un pacificador.

Véase Dale G. Renlund, “La paz de Cristo pone fin a las enemistades”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 83–85.

2 Nefi 21:9–12

El Señor está recogiendo a Su pueblo

Nefi y su familia fueron testigos del esparcimiento de Israel (véase 2 Nefi 25:10). Ahora tú puedes participar en el recogimiento de Israel (véase 2 Nefi 21:12). Al leer 2 Nefi 21:9–12, piensa en cómo puedes ayudar a cumplir las profecías que describen estos versículos.

Por ejemplo, al leer sobre el “estandarte” (pendón o bandera) que se levantará para recoger al pueblo de Dios, considera de qué forma has visto que Dios recoge a Su pueblo, física y espiritualmente. ¿Qué atrae a la gente hacia el Señor y Su Iglesia?

¿Qué te sientes inspirado a hacer para ayudar a recoger al pueblo de Dios?

2 Nefi 23–24

Lo mundano de Babilonia caerá

El reino de Babilonia era una gran amenaza política y militar para el Israel de la antigüedad. No obstante, para el pueblo de Nefi —y para nosotros en la actualidad— la mayor amenaza es lo que Babilonia representa: lo mundano y el pecado. Considera en qué forma las amonestaciones que se encuentran en 2 Nefi 23–24 pueden haber influido en quienes temían, admiraban o confiaban en las riquezas y el poder de Babilonia (véanse, por ejemplo, 23:6–9, 11, 19–22; 24:10–19). ¿Cuáles son algunas cosas similares que podríamos temer o admirar, o en las que podríamos depositar nuestra confianza hoy? ¿Cuál crees que podría ser el mensaje del Salvador para ti en estos capítulos? Piensa en lo que puedes hacer para mostrar que te “huelga[s] con [el] enaltecimiento” del Señor (2 Nefi 23:3).

2 Nefi 25:19–29

“Hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo”

Nefi estaba dispuesto a expresar sus creencias, en especial, su testimonio de Jesucristo. Durante tu estudio de 2 Nefi 25, piensa en el deseo de Nefi de “persuadir a [sus] hijos […] a creer en Cristo y a reconciliarse con Dios” (versículo 23). ¿Qué deseaba Nefi que la gente supiera acerca del Salvador (véanse los versículos 12–13, 16). ¿De qué forma trató Nefi de persuadir a la gente a creer en Él? (Véanse los versículos 19–29). Presta atención a los pasajes de este capítulo que te persuadan a creer en Cristo y a seguirlo.

Algunos de nosotros tal vez no nos sintamos tan osados como Nefi en cuanto a hablar de Cristo, pero quizás puedas encontrar algo en las enseñanzas de Nefi en 2 Nefi 25:23–26 que te inspire a hablar más abiertamente de Él con los demás. Por ejemplo, la declaración de Nefi, “nos regocijamos en Cristo”, podría motivarte a pensar en la forma en que el Salvador te da gozo, y cómo puedes compartir ese gozo con los demás.

En su mensaje titulado “Hablamos de Cristo” (Liahona, noviembre de 2020, págs. 88–91), el élder Neil L. Andersen propone cómo podemos hablar más abiertamente de Cristo en diversos entornos. ¿Cuáles de sus propuestas te llaman la atención? ¿Qué oportunidades tienes de hablar de Cristo con otras personas?

¿Qué te sientes inspirado a decir a los demás acerca de Jesucristo? Si necesitas algunas ideas, podrías estudiar “El Cristo Viviente: El testimonio de los Apóstoles” (Biblioteca del Evangelio). Algún himno como, por ejemplo, “Creo en Cristo” (Himnos, nro. 72) podría darte más ideas.

Véase también Temas del Evangelio, “Inviting All to Receive the Gospel of Jesus Christ [Invitar a todos a recibir el evangelio de Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 21:1–5

Jesucristo juzgará con rectitud

  • Para ayudar a los niños a visualizar estos versículos, ve si puedes encontrar algún árbol que haya sido talado o alguna rama que retoñe de un árbol (o utiliza la imagen que aparece a continuación). Si el “vástago” que se menciona en 2 Nefi 21:1 representa a Jesucristo, ¿qué nos enseñan sobre Él los versículos 2–5?

pequeña planta retoñando del tronco de un árbol

2 Nefi 21:6–9

Jesucristo brinda paz y gozo

  • ¿Qué enseña 2 Nefi 21:6–9 sobre lo que puede suceder cuando todos siguen al Salvador? (Véase también 4 Nefi 1:15–18). ¿De qué manera podemos hacer que nuestro hogar se asemeje más a esa situación? A los niños les podría gustar ver imágenes de los animales que se mencionan en los versículos 6–7: animales que por lo general son enemigos, pero que no se harán daño cuando Jesús regrese (véase la hoja de actividades de esta semana). Los niños también podrían hacer dibujos de ellos mismos y de esos animales viviendo en paz con Jesús.

2 Nefi 21:11–1222

El Señor está recogiendo a Su pueblo

  • Isaías dijo que el Señor levantaría “estandarte a las naciones” para ayudar al pueblo a congregarse en Él (véase 2 Nefi 21:11–12). Ayuda a los niños a entender que un estandarte es como una bandera. Quizás les resulte entretenido dibujar una bandera de su invención. Podrían incluir imágenes o palabras que representen las razones por las que vienen a Jesucristo y Su Iglesia. Permíteles que hablen sobre sus banderas, y ayúdalos a pensar en cómo pueden ayudar a los demás a “congregarse” en Jesucristo.

  • Luego de leer juntos 2 Nefi 22:4–5, podrías hablar con los niños sobre algunas de las “cosas admirables” que el Señor ha hecho. ¿Cuáles son algunas de las “obras [del Señor] entre [nosotros]” que podemos pregonar? A fin de ayudar a los niños a reflexionar sobre esa pregunta, podrían entonar juntos una canción que hable del Salvador, tal como “Creo en Cristo” (Himnos, nro. 72). Podrían turnarse para completar una oración semejante a esta: “Creo en Cristo; Él ”. ¿Cómo podemos ayudar a otras personas a saber lo que el Salvador ha hecho por nosotros?

2 Nefi 25:26

“Nos regocijamos en Cristo”

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a “regocija[rse] en Cristo”? Tal vez podrías relatar alguna historia en que Jesucristo haya brindado gozo a los demás, o podrían ver algún video, tal como “Jesús sana a un hombre ciego de nacimiento” o “Dejad a los niños venir a mí” (Biblioteca del Evangelio). Los niños podrían señalar los momentos de gozo en la historia o el video. Luego, al leer juntos 2 Nefi 25:26, podrían hablar de por qué se “regocija[n] en Cristo”.

Testifica de Cristo. No supongas que tu familia sabe lo que sientes por el Salvador. Diles, y permite que tus sentimientos por el Salvador influyan en la forma en que interactúas con ellos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Misioneros enseñando a una familia
Hoja de actividades: Jesucristo brinda paz y gozo

11 – 17 marzo: “Una obra maravillosa y un prodigio”

2 Nefi 26–30

Jesús extendiendo la mano a una mujer

He Will Lead Thee by the Hand [Él te llevará de la mano], por Sandra Rast

Nefi escribió: “… profetizo concerniente a los postreros días” (2 Nefi 26:14). En otras palabras, escribía acerca de nuestros días; y hay motivos para sentirnos preocupados por lo que vio: personas que niegan el poder y los milagros de Dios, y envidias y contiendas generalizadas. Además de hablar de esas “obras de tinieblas” dirigidas por el adversario en los últimos días (2 Nefi 26:10, 22), Nefi habló también de “una obra maravillosa y un prodigio” dirigida por Dios mismo (2 Nefi 27:26); y sería crucial para tal obra cierto libro, un libro que deja al descubierto las mentiras de Satanás y que recoge a los rectos. Ese libro es el Libro de Mormón, la obra maravillosa es la obra de la Iglesia del Señor en los últimos días, y el prodigio es —al menos en parte— que Dios nos invita a todos nosotros a participar en el recogimiento, a pesar de nuestras debilidades.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 26–27; 29–30

Dios preparó el Libro de Mormón para nuestros días

En 2 Nefi 26–27, Nefi citó una profecía anterior de Isaías (véase Isaías 29) y la aplicó a su pueblo y a sus anales: el Libro de Mormón. Sabía por revelación, aun antes de que el Libro de Mormón estuviese completamente escrito, que algún día “ser[ía] de gran valor para los hijos de los hombres” (2 Nefi 28:2). ¿Por qué es el Libro de Mormón de gran valor para ti? Piensa en esta pregunta cuando leas 2 Nefi 29–30. ¿Qué “obra maravillosa” (2 Nefi 27:26) está Dios llevando a cabo en el mundo y en tu vida mediante el Libro de Mormón?

Véase también José Smith—Historia 1:62–65.

2 Nefi 26:23–33

Jesucristo nos invita a todos a venir a Él

En 2 Nefi 26:23–24, hay muchas verdades preciosas para considerar. Por ejemplo, podrías pensar en lo que Jesucristo ha hecho “para el beneficio del mundo” y para ti. ¿Cómo “tra[e] a todos los hombres” y a ti “a él”? ¿Qué te sientes inspirado a hacer en respuesta a Sus expresiones de amor?

Continúa leyendo en busca de verdades acerca del Salvador en los versículos 25–33. Presta particular atención a Sus invitaciones. ¿Cómo resumirías el mensaje que Jesucristo tiene para ti en una oración? Algún himno como “Venid a Cristo” (Himnos, nro. 60) podría contribuir a que tu mente esté más receptiva para recibir más impresiones.

Considera el modo en que estos versículos podrían influir en la forma en que interactúas con los demás y los invitas a venir a Cristo. Podrías encontrar algunas ideas en el mensaje del élder D. Todd Christofferson titulado “La doctrina de pertenencia” (Liahona, noviembre de 2022, págs. 53–56).

Véanse también 3 Nefi 18:30–32; Dallin H. Oaks, “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?”, Liahona, mayo de 2021, págs. 75–77.

No temas el silencio. Se necesita tiempo para responder las buenas preguntas, ya que requieren reflexión, pensamiento e inspiración. El tiempo que dediques a esperar las respuestas a alguna pregunta puede ser un sagrado momento de reflexión. Evita la tentación de interrumpir ese tiempo demasiado pronto al pasar a otro tema.

2 Nefi 28

Satanás busca engañar

Muchas de las mentiras y las tácticas de Satanás quedan al descubierto en 2 Nefi 28. Búscalas en los versículos 6, 8, 21–23, 29. ¿Por qué es necesario que sepas acerca de las mentiras de Satanás? ¿Qué harás cuando el adversario intente engañarte?

A continuación, hay una lista de algunos pasajes de las Escrituras que reflejan las mentiras de Satanás. Trata de combinar la doctrina verdadera que se enseña en estos versículos con la doctrina falsa sobre la que Nefi nos advierte en 2 Nefi 28:

Véase también Gary E. Stevenson, “No me engañes”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 93–96.

2 Nefi 28:27–3129

Dios continúa dando revelación para guiar a Sus hijos

Como Santos de los Últimos Días, somos bendecidos con una abundancia de la palabra de Dios; sin embargo, tal como Nefi advirtió, nunca debemos sentir que “ya tenemos suficiente”. Al leer las amonestaciones que están en 2 Nefi 28:27–31 y 2 Nefi 29, piensa en preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué desea Dios que yo sienta por Su palabra y cómo desea que responda a ella?

  • ¿Por qué a veces hay personas “enojad[as]” por tener que recibir más verdades de Dios? (2 Nefi 28:28). ¿Alguna vez me siento de esa manera? Si es así, ¿cómo puedo cambiar?

  • ¿Qué significa recibir la palabra de Dios? ¿Cómo puedo mostrar a Dios que deseo recibir más de Su palabra?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 26:23–28, 33

Jesucristo desea que todos vengan a Él

  • Para enseñar a los niños acerca de las invitaciones del Salvador que se hallan en estos versículos, podrías hablar con ellos sobre ocasiones en las que hayan invitado a alguien a un evento especial, como a alguna fiesta de cumpleaños. Luego podrían leer 2 Nefi 26:23–28 juntos y averiguar qué nos invita a hacer Jesús. A los niños les podría gustar hacer una tarjeta para invitar a alguien a venir a Jesucristo. Aliéntalos a utilizar alguna frase de estos versículos en la invitación.

  • La imagen que aparece al final de esta reseña muestra a personas de muchas procedencias. Quizá los niños podrían observarla mientras tú lees 2 Nefi 26:33. Podrías repetir la frase “Jesús invita a todos a venir a Él” mientras ellos señalan a cada persona de la imagen, y luego a sí mismos. ¿Cómo venimos a Jesús?

  • Una canción sobre amar a todas las personas, tal como “Contigo iré” (Canciones para los niños, págs. 78–79), podría ayudarte a enseñar el mensaje que contiene 2 Nefi 26:33.

2 Nefi 28:2; 29:7–11; 30:3–6

El Libro de Mormón es una bendición

  • A fin de ayudar a los niños a sentir que el Libro de Mormón es “de gran valor” (2 Nefi 28:2), podrías envolver un ejemplar como regalo y pedirles que adivinen qué hay dentro. Podrían buscar pistas en 2 Nefi 30:3–6. Explícales por qué el Libro de Mormón es de gran valor para ti, y permite que también expresen sus sentimientos.

  • Considera pedir a los niños que imaginen que un amigo les dice: “No necesito leer el Libro de Mormón. Ya he leído la Biblia”. ¿Qué podríamos decirle a nuestro amigo? Lean juntos 2 Nefi 29:7–11 para descubrir por qué Dios desea que tengamos ambos libros.

2 Nefi 28:30–31

El Padre Celestial me enseña poco a poco

  • Quizás puedas pensar en alguna lección práctica que ayude a los niños a entender lo que significa aprender “línea por línea”. Por ejemplo, podrían armar un rompecabezas [puzle] o construir algo con cubos (bloques), una pieza a la vez. O bien, podrías enseñarles alguna habilidad paso por paso, tales como hacer un moño o hacer un dibujo. Luego podrías leer 2 Nefi 28:30 y analizar cómo el Padre Celestial nos enseña una verdad a la vez.

  • Otra idea podría ser elegir alguna frase de 2 Nefi 28:30 y turnarse para escribirla, una palabra a la vez. ¿En qué se parece eso a la forma en que Dios nos da la verdad? ¿Por qué nos revela Dios la verdad “línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí”, en lugar de todo a la vez? ¿Cómo podemos mostrar a Dios que queremos recibir más verdades de Él?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesucristo en medio de una multitud
Hoja de actividades: El Libro de Mormón es una bendición

18 – 24 marzo: “Esta es la senda”

2 Nefi 31–33

Jesús enseñando a Sus discípulos

Christ Teaching His Disciples [Cristo enseña a Sus discípulos], por Justin Kunz

Entre las últimas palabras que Nefi escribió, encontramos esta declaración: “… me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer” (2 Nefi 33:15). Ese es un buen resumen de la vida de Nefi. Procuró entender la voluntad del Señor y la obedeció valientemente, aun cuando eso implicara poner en riesgo su vida para obtener las planchas de bronce de Labán, construir un barco y cruzar el mar, o enseñar fielmente la doctrina de Cristo con claridad y poder. Nefi podía hablar con gran persuasión de la necesidad de “seguir adelante con firmeza en Cristo”, de seguir el “estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna” (2 Nefi 31:20, 18), porque esa era la senda que él seguía. Sabía por experiencia propia que tal senda, aunque a veces sea exigente, es también gozosa, y que “no hay otro camino, ni nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de Dios” (2 Nefi 31:21).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

2 Nefi 31

Jesucristo y Su doctrina son la única senda a la vida eterna

Si tuvieras que resumir la senda que conduce a la vida eterna en tan solo unas pocas palabras, ¿qué dirías? Observa cómo Nefi la describió en 2 Nefi 31. Considera dibujar un sendero y escribir a lo largo de este algunos de los principios o pasos que encuentres en estos capítulos. Podrías agregar al dibujo tu propio resumen de lo que Nefi enseñó acerca de cada principio.

Al leer 2 Nefi 31:18–20, evalúa tus propios esfuerzos por “seguir adelante” en la senda del Evangelio.

Véase también “Santos, avanzad”, Himnos, nro. 38.

Una familia orando junta

2 Nefi 31:4–13

Jesucristo nos dio el ejemplo perfecto de obediencia cuando fue bautizado

Ya sea que tu bautismo haya sido ayer o hace ochenta años, fue un momento importante. Hiciste un convenio eterno de seguir a Jesucristo. Piensa en tu bautismo cuando leas acerca del bautismo del Salvador en 2 Nefi 31:4–13. Podría ayudarte el hacerte preguntas como las siguientes:

  • ¿Por qué se bautizó Cristo? ¿Por qué decidí bautizarme?

  • ¿Qué promesas hice cuando me bauticé? ¿Qué promete el Señor a Su vez? (Véanse los versículos 12–13; véase también Mosíah 18:10, 13).

  • ¿Cómo puedo mostrar que aún asumo el compromiso de seguir a Jesucristo?

2 Nefi 31:15–20

“Aquel que persevere hasta el fin, este será salvo”

Al leer 2 Nefi 31:15–20, pregúntate: “¿Cómo sé si estoy perseverando hasta el fin?”. ¿Qué aprendes de Nefi que te ayude a responder esa pregunta?

El élder Dale G. Renlund enseñó: “Perseverar hasta el fin no es un paso independiente en la doctrina de Cristo, como si completáramos los cuatro primeros pasos y luego nos atrincheráramos, apretáramos los dientes y esperáramos a morir. No, perseverar hasta el fin es repetir activa e intencionalmente los pasos” (“Lifelong Conversion [La conversión durante toda la vida]” [devocional de la Universidad Brigham Young, 14 de septiembre de 2021], pág. 2, speeches.byu.edu). ¿Cómo puedes repetir los pasos de la doctrina de Cristo (fe, arrepentimiento, bautismo y recibir el Espíritu Santo)?

2 Nefi 32; 33:2

Por medio de las palabras de Cristo y del Espíritu Santo, Dios me mostrará lo que debo hacer

¿Alguna vez te has sentido inseguro en cuanto a los siguientes pasos en tu vida? El pueblo de Nefi tenía preocupaciones similares (véase 2 Nefi 32:1). Busca la respuesta de Nefi en 2 Nefi 32:2–9. ¿Cómo podrías expresar con tus propias palabras lo que Nefi enseñó? ¿Qué experiencias te han enseñado que las palabras de Nefi son verdaderas?

Considera hacer una lista de decisiones o situaciones (ahora y en el futuro) para las cuales necesites la guía de Dios. ¿Qué puedes aprender de 2 Nefi 32 que te ayudará a recibir inspiración de Él? ¿Qué puede llevar a las personas a “endurece[r] sus corazones contra el Espíritu Santo”? (2 Nefi 33:2).

Al meditar en el consejo de Nefi, piensa en la forma en que estudias las palabras del Salvador. ¿Lo describirías como comer un bocadillo, comer una comida o participar de un banquete? En tu opinión, ¿cuál es la diferencia? Considera cómo puedes hacer que tu experiencia con las palabras del Salvador sea más semejante a un banquete. Tal vez algún amigo o familiar podría darte ideas.

Deléitate en las palabras de Cristo. Hay muchas maneras de deleitarse en las palabras de Cristo; por ejemplo, orar para pedir inspiración, hacer preguntas antes de estudiar y mientras estudias, definir palabras, meditar, correlacionar pasajes, tomar notas, buscar verdades del Evangelio, y comparar las Escrituras a tu propia vida (véase 1 Nefi 19:23).

¿De qué modo invitas al Espíritu Santo a ser un compañero constante en tu vida, en vez de un visitante ocasional? Lee las tres sugerencias del élder David A. Bednar para que la compañía del Espíritu Santo sea una “constante realidad” en “Recibe el Espíritu Santo” (Liahona, noviembre de 2010, págs. 94–97). ¿Cómo pondrás en práctica su consejo?

Véanse también Temas del Evangelio, “Revelación”, Biblioteca del Evangelio; “El pan de cada día: Modelo” (video), Biblioteca del Evangelio.

2 Nefi 33

El Libro de Mormón nos persuade a todos a creer en Cristo

En 2 Nefi 33, al concluir sus escritos, Nefi explicó las razones principales por las que escribía. ¿Qué razones encuentras en este capítulo? Reflexiona sobre los relatos y las enseñanzas que has leído hasta ahora en 1 Nefi y en 2 Nefi. ¿Cuáles han influido más en ti y en tu fe en Cristo?

Véase también “Nefi registra su testimonio final” (video), Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

2 Nefi 31:4–13

Cuando me bautizo, estoy siguiendo a Jesucristo

  • Al final de esta reseña hay una imagen del bautismo de Jesús. Quizás los niños podrían utilizarla para contarte lo que saben acerca de ese acontecimiento (véase también Mateo 3:13–17). ¿Por qué quiere Jesús que nos bauticemos, como Él lo hizo? Los niños podrían tratar de buscar algunas de las razones mientras leen juntos partes de 2 Nefi 31:4–13. Podría resultar útil si alguien que se haya bautizado recientemente relatara su experiencia.

2 Nefi 31

Jesucristo me enseñó la manera de regresar al Padre Celestial

  • A fin de ayudar a los niños a visualizar las enseñanzas que se encuentran en 2 Nefi 31, podrían dibujar un camino y colocar una imagen de Cristo al final de este. Podrías ayudarlos a buscar imágenes o a hacer dibujos que representen los pasos en el camino, tales como la fe en Cristo, el arrepentimiento, el bautismo, el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin. Podrían señalar las imágenes o dibujos mientras leen juntos 2 Nefi 31:17–20.

2 Nefi 32:3–5

Puedo deleitarme en las palabras de Cristo

  • Para enseñar sobre “deleitarnos” en las palabras de Cristo, podrías pedir a los niños que hagan una dramatización de cómo se deleitarían en su comida favorita. Según lo que Nefi dijo en 2 Nefi 32:3, ¿en qué debemos deleitarnos? ¿En qué sentido el deleitarse en la palabra de Dios es diferente a tan solo leerla? Tal vez los niños podrían actuar para representar las diferencias. Háblales de las bendiciones que has recibido al deleitarte en las Escrituras.

2 Nefi 32:8–9

El Padre Celestial quiere que ore siempre

  • Después de leer 2 Nefi 32:8–9, habla con los niños acerca de por qué Satanás no quiere que oremos. ¿Por qué quiere Dios que “or[emos] siempre”? Los niños podrían hacer una lista o dibujos de las situaciones en las que podrían orar. Luego podrían entonar alguna canción que enseñe acerca de la oración, tal como “¿Pensaste orar?” (Himnos, nro. 81). Podrían reemplazar algunas de las palabras del himno por las palabras de las listas que hicieron. ¿De qué forma nos bendice Dios cuando oramos siempre?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Juan el Bautista bautizando a Jesús
Hoja de actividades: Puedo “deleita[rme] en las palabras de Cristo”

25 – 31 marzo: “Se levantará […] con sanidad en sus alas”

Pascua de Resurrección

El Cristo resucitado con Sus apóstoles

Christ and the Apostles [Cristo y los Apóstoles], por Del Parson

Los Apóstoles de la antigüedad fueron valientes en su testimonio de Jesucristo y de Su resurrección (véase Hechos 4:33). Millones de personas creen en Jesucristo y tratan de seguirlo gracias a las palabras de ellos que se registraron en la Biblia. No obstante, algunas personas podrían preguntarse: Si Jesucristo es el Salvador de todo el mundo, ¿por qué entonces Sus testigos presenciales se limitan a un puñado de personas de una pequeña región?

El Libro de Mormón es un testigo adicional y convincente de que Jesucristo es el Salvador del mundo, “que se manifiesta a sí mismo a todas las naciones” (portada del Libro de Mormón) y ofrece salvación a todos los que vienen a Él. Además, este segundo testigo también aclara lo que significa la salvación. Es por ello que Nefi, Jacob, Mormón y todos los profetas obraron tan “diligentemente para grabar estas palabras sobre planchas”, a fin de declarar a las futuras generaciones que ellos también “sabía[n] de Cristo y tenía[n] la esperanza de su gloria” (Jacob 4:3–4). En esta época de Pascua, reflexiona sobre los testimonios que se hallan en el Libro de Mormón de que el poder del Salvador es tanto universal como individual; que redime al mundo entero y te redime a ti.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Gracias a Jesucristo, resucitaré

Es tradición que durante la Pascua se reflexione en cuanto a la resurrección de Jesucristo, pero, ¿qué es exactamente resucitar? ¿Qué información aporta el Libro de Mormón acerca de la resurrección? Quizás durante esta época de Pascua de Resurrección podrías hacer una lista de las verdades sobre la resurrección que encuentres en 2 Nefi 9:6–15, 22; Alma 11:42–45; 40:21–25; 3 Nefi 26:4–5.

También podrías anotar cómo esas verdades acerca de la resurrección influyen en tus acciones y en el modo en que vives tu vida. Por ejemplo, considera cómo completarías estas oraciones: Si no supiera estas cosas… y Debido a que sé estas cosas…

Algún himno como “Yo sé que vive mi Señor” (Himnos, nro. 73) podría ayudarte a pensar en por qué la resurrección del Salvador es importante para ti. Al cantar, escuchar o leer el himno, podrías preguntarte: “¿De qué modo mi vida es diferente debido a que Jesucristo resucitó?”.

La Biblioteca del Evangelio contiene una serie de videos sobre la Pascua de Resurrección que podrían ser una parte significativa de tu estudio. Tal vez podrías ver uno o más de esos videos y meditar en la forma en que amplían tu conocimiento o aprecio por la resurrección del Salvador.

Véanse también Lucas 24:36–43; Hechos 24:15; 1 Corintios 15:12–23; Reyna I. Aburto, “No hay victoria para el sepulcro”, Liahona, mayo de 2021, págs. 85–86; Temas del Evangelio, “Resurrección”, Biblioteca del Evangelio.

Jesús tomó sobre Sí mis pecados, dolores y debilidades

La Biblia enseña claramente que Jesucristo expió nuestros pecados. El Libro de Mormón aumenta nuestra comprensión del sacrificio y los padecimientos de Cristo de un modo importante. Encontrarás algunas de esas enseñanzas en Mosíah 3:7; 15:5–9; Alma 7:11–13. Luego de leer esos pasajes, podrías anotar lo que hayas aprendido en un cuadro como el siguiente:

¿Qué sufrió el Salvador?

¿Por qué sufrió?

¿Qué significa eso para mí?

La siguiente es otra manera de estudiar estos pasajes: Busca himnos que sientas que se relacionan con los mensajes que enseñan. El índice “Escrituras” que se encuentra al final del himnario podría ayudarte. ¿Qué frases de los himnos y de las Escrituras te ayudan a apreciar el sacrificio del Salvador de manera más profunda?

Véanse también Isaías 53; Hebreos 4:14–16; Gérald Caussé, “Un testigo viviente del Cristo viviente”, Liahona, mayo de 2020, págs. 38–40.

Jesucristo puede purificarme y ayudar a perfeccionarme

Se podría decir que el Libro de Mormón es un relato sobre personas que cambiaron gracias a la expiación de Jesucristo. Puedes leer algunas de esas experiencias en Mosíah 5:1–2; 27:8–28; Alma 15:3–12; 24:7–19. Quizás se te ocurran otros ejemplos que puedas estudiar. ¿Qué notas que tienen en común esas experiencias? ¿Qué diferencias observas? ¿Qué te enseñan esas experiencias acerca de cómo el Salvador puede cambiarte?

Véanse también Alma 5:6–14; 13:11–12; 19:1–16; 22:1–26; 36:16–21; Éter 12:27; Moroni 10:32–33.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Gracias a que Jesucristo resucitó, yo también resucitaré

  • Puedes utilizar “Capítulo 53: La crucifixión de Jesús” y “Capítulo 54: Jesús resucita” (en Relatos del Nuevo Testamento, págs. 136–138, 139–144) para relatar a los niños la resurrección de Jesucristo. O bien, pídeles que te cuenten la historia utilizando las imágenes de esos capítulos.

  • La visita del Salvador resucitado a las Américas es un poderoso testimonio de Su resurrección. Considera narrarles el relato a los niños utilizando 3 Nefi 1117; la canción “Hosanna de Pascua” (Liahona, abril de 2003, sección Amigos, págs. 8–9 ); o la última estrofa de “Historias del Libro de Mormón” (Canciones para los niños, págs. 62–63). Aliéntalos a imaginar cómo debe haber sido sentir las heridas de Jesús (véase 3 Nefi 11:14–15) o ser alguno de los niños que bendijo (véase 3 Nefi 17:21). Compartan entre ustedes sus sentimientos por Jesucristo y Su resurrección.

  • A fin de ayudar a los niños a descubrir lo que el Libro de Mormón enseña acerca de la resurrección, podrías invitarlos a hacer de cuenta que no sabes nada al respecto y pedirles que te lo expliquen. Ayúdalos a que busquen en 2 Nefi 9:10–15; Alma 11:41–45; y Alma 40:21–23 respuestas a preguntas como las siguientes: ¿Qué significa resucitar? ¿Quiénes resucitarán? También invítalos a testificar de la resurrección del Salvador como parte de su respuesta.

Jesucristo sabe cómo consolarme

  • En Mosíah 3:7 y Alma 7:11 se describe parcialmente lo que el Salvador padeció como parte de Su expiación. Podrías leer a los niños uno de estos versículos y pedirles que presten atención a las palabras que describan lo que Jesús sufrió por ellos. Luego podrías leer Alma 7:12 para descubrir por qué lo sufrió. Testifica que Jesucristo sintió todos nuestros dolores y enfermedades para poder consolarnos.

  • ¿Tienen los niños algún himno o canción favorita sobre Jesucristo y Su expiación? Podrían cantarla juntos, o bien, aprender una nueva. Hablen sobre las palabras y frases de la letra que les enseñen en cuanto al consuelo y la paz que el Salvador nos ofrece.

Cristo orando en el Jardín de Getsemaní

Jesucristo puede purificarme y ayudarme a cambiar

  • El Libro de Mormón ofrece muchos ejemplos de personas que cambiaron gracias a la expiación del Salvador. Tal vez los niños podrían elegir aprender sobre uno de ellos, tal como el de Enós (véase Enós 1:2–8), Alma, hijo (véase Mosíah 27:8–24), o los anti-nefi-lehitas (véase Alma 24:7–19). ¿De qué manera esa persona o grupo cambió gracias a la expiación de Jesucristo? ¿Cómo podemos seguir su ejemplo?

  • Los niños y tú también podrían comparar algo limpio con algo sucio, y hablar de cómo las cosas sucias pueden volverse limpias. Lean juntos Alma 13:11–13. ¿Qué hizo Jesús para que podamos ser limpios de nuestros pecados? ¿Cómo nos hace sentir eso en cuanto al pecado? ¿Cómo nos hace sentir en cuanto al Salvador?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Sé digno de la guía del Espíritu. El Espíritu es el verdadero maestro. A medida que procures Su guía y vivas dignamente, Él te dará ideas e impresiones acerca de cómo atender las necesidades de las personas a las que enseñas.

Cristo visitando a los nefitas
Hoja de actividades: Los profetas del Libro de Mormón sabían que Jesucristo vendría

1 – 7 abril: “Reconciliaos con [Dios] por medio de la expiación de Cristo”

Jacob 1–4

Una mujer arrodillada a los pies de Jesús

Forgiven [Perdonada], por Greg Olsen Utilizado con permiso. www.GregOlsen.com

Los nefitas consideraban a Nefi su “gran protector” (Jacob 1:10). También los había protegido en contra de los peligros espirituales, al advertirles del pecado y exhortarlos a venir a Cristo. Ahora esa tarea había recaído en Jacob, a quien Nefi había consagrado para ser sacerdote y maestro (véase Jacob 1:18). Jacob sentía la responsabilidad de amonestar osadamente a quienes estaban “empez[ando] a obrar en el pecado”, y a la vez consolar “el alma herida” de aquellos que habían sido heridos por los pecados de otras personas (véase Jacob 2:5–9). ¿Cómo haría ambas cosas? Los guiaría hacia Jesucristo, ya que ambos grupos necesitaban la sanación del Salvador (véase Jacob 4). Al igual que el mensaje de Nefi antes de él, el testimonio de Jacob fue un llamado a “reconcilia[rse] con [Dios] por medio de la expiación de Cristo” (Jacob 4:11).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Jacob 1:6–8, 15–19; 2:1–11

Tengo un “mandato del Señor”

Para Jacob, enseñar la palabra de Dios era un “mandato del Señor”, así que trabajaba diligentemente para “magnifica[r] [su] oficio” (Jacob 1:17, 19). ¿Qué significan para ti esas palabras que utilizó Jacob? Piensa en las lupas, cuyas lentes aumentan las imágenes. “Magnificar” significa engrandecer. ¿Comprendes la idea? Al meditar en Jacob 1:6–8, 15–19 y 2:1–11, piensa en los mandatos que el Señor podría tener para ti. ¿Qué te sientes inspirado a hacer para “magnificarlos”?

Véanse también “A quien el Señor llama, Él capacita”, en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Thomas S. Monson, 2022, págs. 209–219; “Elévense a la altura de su llamamiento” (video), Biblioteca del Evangelio.

Jacob 2:12–21

“No permit[á]is que este orgullo de vuestros corazones destruy[a] vuestras almas”

Los nefitas tenían problemas con el orgullo y con centrarse en las riquezas (véase Jacob 2:13), y tales problemas no han sido exclusivos de ellos ni de su época. ¿De qué forma el adversario promueve el amor a las riquezas en la actualidad? Después de leer Jacob 2:12–21, describe con tus propias palabras cómo Dios desea que veas las riquezas materiales. Alguna canción como “Tú me has dado muchas bendiciones, Dios” (Himnos, nro. 137), por ejemplo, podría darte otra perspectiva. ¿Qué te sientes inspirado a hacer con respecto a lo que estás aprendiendo?

Jacob 2:22–35; 3:10–12

Dios se deleita en la castidad

Al leer Jacob 2:22–35; 3:10–12, ¿qué encuentras que te ayude a entender por qué la castidad es tan importante para Dios? ¿Cuáles son algunas de las consecuencias negativas de la inmoralidad, tanto en la época de Jacob, como en la nuestra? ¿Cuáles son las bendiciones de vivir una vida casta?

El élder David A. Bednar enseñó que vivimos “en un mundo que se burla cada vez más de la santidad de la procreación” (“Creemos en ser castos”, Liahona, mayo de 2013, págs. 41–44). ¿Cómo puedes ayudar a los demás a entender por qué obedeces la ley de castidad? Un buen punto de partida es la explicación de las normas de Dios en cuanto a los sentimientos y las relaciones sexuales que aparece en “Tu cuerpo es sagrado”, en Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones (páginas 22–29). ¿Qué más encuentras en ese material que pueda ayudarte a explicar por qué vives la ley de castidad?

Podrías encontrar más respuestas en el mensaje del élder Bednar antes mencionado, o bien en el video “Yo escojo ser limpio” (Biblioteca del Evangelio).

¿En qué se diferencia la norma de Dios de la pureza sexual de otros mensajes que podrías encontrar en la vida? ¿Cuáles son las bendiciones de vivir una vida casta?

Véanse también Temas del Evangelio, “Virtud”, Biblioteca del Evangelio; “Atracción hacia personas del mismo sexo”, en la colección “Ayuda para la vida”, en la Biblioteca del Evangelio.

Jacob 4

Puedo reconciliarme con Dios por medio de la expiación de Jesucristo

Jacob rogó a su pueblo que se “reconcilia[ra] con [Dios] por medio de la expiación de Cristo” (Jacob 4:11). Una de las definiciones de reconciliar es restablecer la amistad o la armonía. Al meditar en tu propia vida, piensa en alguna ocasión en la que te hayas sentido distante del Padre Celestial. ¿De qué manera te ayuda el Salvador a restablecer esa relación? ¿Qué consejo puedes hallar en este capítulo que te ayude a reconciliarte con Dios? (Véanse los versículos 4–14).

¿Qué ideas adicionales te brinda Mateo 5:23–24? ¿Cómo puede el Salvador ayudarte a reconciliarte con Dios y con otras personas?

Véase también 2 Nefi 10:24.

Jacob 4:8–18

Puedo evitar la ceguera espiritual al centrarme en el Salvador

Al esforzarse para que su pueblo se volviera de modo más pleno al Señor, Jacob les advirtió que no fueran ciegos espiritualmente y que no despreciaran las “palabras de claridad” del Evangelio (véase Jacob 4:13–14). De acuerdo con Jacob 4:8–18, ¿qué podemos hacer para evitar la ceguera espiritual?

Véase también Quentin L. Cook, “Traspasar lo señalado”, Liahona, marzo de 2003, págs. 20–24.

Cuando enseñaba, el Salvador utilizaba comparaciones con elementos de la vida cotidiana. Las parábolas de Jesús ayudaban a la gente a hallar verdades espirituales en sus experiencias comunes. Trata de hacer lo mismo cuando enseñes. Por ejemplo, cuando enseñes Jacob 4:8–18, podrías preguntar a quienes aprenden si alguna vez les han examinado la vista. ¿De qué modo les evaluó el médico la vista? ¿Cómo podemos evaluar nuestra vista espiritual?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Jacob 2:8

Dios sana el alma herida

  • A fin de ayudar a los niños a entender cómo un “alma herida” puede ser sanada, podrían analizar juntos la forma en que el cuerpo puede quedar herido y lo que lo ayuda a sanar. Los niños podrían hablar de ocasiones en las que se hayan lastimado y de lo que los haya ayudado a sanar. Hasta podrías mostrarles vendas o medicamentos como parte de la conversación. Tal vez podrías contarles de qué manera el Salvador te ha ayudado cuando tu espíritu necesitaba ser sanado.

Jacob 2:17–19

Al compartir, ayudo a los que tienen necesidades

  • Algunas personas de la época de Jacob eran muy ricas, pero no querían compartir lo que tenían con los demás. A medida que leas a los niños las enseñanzas de Jacob que se hallan en Jacob 2:17–19, podrías entregarles imágenes u objetos que puedan sostener y que coincidan con algunas palabras o frases de esos versículos. Podrías explicarles que estás compartiendo esos objetos con ellos e invitarlos a que los compartan contigo o los unos con los otros. Habla de cómo te sientes cuando compartes lo tuyo. ¿Qué otra cosa podríamos compartir con los demás para ayudarlos a sentirse felices?

  • Después de leer juntos Jacob 2:17, tal vez los niños podrían mencionar algunas de las bendiciones que el Padre Celestial ha compartido con ellos. ¿Por qué desea Él que compartamos los unos con los otros?

Jacob 4:6, 10–11

Puedo fortalecer mi fe en Jesucristo

  • La fe de Jacob en Cristo era tan fuerte que era inquebrantable. Para enseñar a los niños cómo podemos desarrollar una fe como esa, podrías preguntarles qué hacemos para fortalecer el cuerpo. ¿Qué podemos hacer para que nuestra fe en Jesucristo sea más fuerte? Lean Jacob 4:6 juntos para ayudarlos a descubrir lo que Jacob y su pueblo hicieron para que su fe fuera “inquebrantable”.

  • Otra manera de ayudar a los niños a entender el significado de tener una fe “inquebrantable” podría ser buscar un árbol grande y pedirles que sacudan las ramas una a la vez. Luego, indícales que intenten sacudir el tronco. ¿Por qué es más difícil sacudir el tronco? ¿Qué frases o palabras de Jacob 4:6, 10–11 describen lo que podemos hacer para que nuestra fe en Jesucristo llegue a ser inquebrantable?

    Árbol grande en un parque
  • A fin de encontrar otras comparaciones para enseñar a los niños en cuanto a una fe inquebrantable en Jesucristo, véase Neil L. Andersen, “Torbellinos espirituales” (Liahona, mayo de 2014, págs. 18–21; y el video “Torbellinos espirituales“) o “El sabio y el imprudente” (Canciones para los niños, pág. 132; véase también Mateo 7:24–27).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jacob escribiendo en las planchas de oro
Hoja de actividades: Ayudo a los que tienen necesidades cuando comparto lo mío con ellos

8 – 14 abril: El Señor trabaja con nosotros

Jacob 5–7

Hombres trabajando en un olivar

Allegory of the Olive Tree [La alegoría del olivo], por Brad Teare

Hay muchas, muchas personas que aún no han escuchado el evangelio de Jesucristo. Si te sientes abrumado ante la inmensidad de la labor de recogerlas en la Iglesia del Señor, lo que Jacob dijo sobre los olivos en Jacob 5 nos tranquiliza al recordarnos que la viña pertenece al Señor. Él nos ha asignado una zona pequeña para que ayudemos en Su obra: nuestra familia, nuestro círculo de amigos, nuestra esfera de influencia. A veces, las primeras personas a las que ayudamos a recoger somos nosotros mismos. No obstante, nunca estaremos solos en esta obra, porque el Señor de la viña trabaja junto a Sus siervos (véase Jacob 5:72). Dios conoce y ama a Sus hijos, y preparará la vía para que cada uno de ellos escuche Su evangelio, incluso los que anteriormente lo hayan rechazado a Él (véase Jacob 4:15–18). Y entonces, cuando esté concluida la obra, todos los que hayan sido “diligentes en obrar [con Él] […] [se] regocijar[án] [con Él] a causa del fruto de [Su] viña” (Jacob 5:75).

Véase también “Jacob enseña sobre el recogimiento de Israel” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Jacob 5

Jesucristo es el Señor de la viña

Jacob 5 es un relato con significado simbólico. Describe árboles, frutos y obreros, pero en realidad se trata de las interacciones de Dios con Su pueblo a lo largo de la historia. Al leer el relato básico, piensa en lo que algunas de las cosas que se describen podrían simbolizar.

Por ejemplo, si la viña representa el mundo y el olivo cultivado representa a Israel (o a quienes han hecho convenios con Dios; véase Jacob 5:3), ¿qué podrían representar los olivos silvestres? ¿Qué podrían representar el fruto bueno y el malo? ¿Qué otros símbolos ves?

Aunque Jacob 5 enseña sobre naciones y siglos de la historia del mundo, también trata sobre ti y sobre tu vida. ¿Qué mensajes para ti encuentras en Jacob 5?

Lo que tal vez sea más importante, Jacob 5 trata sobre Jesucristo. Búscalo a Él durante tu lectura. ¿Qué aprendes sobre Él, por ejemplo, en los versículos 40–41, 46–47?

Para más ideas sobre Jacob 5, consulta el diagrama que está al final de esta reseña.

Jacob 5:61–75

El Señor me invita a trabajar con Él en Su viña

Los “otros siervos” (Jacob 5:70) que fueron llamados a la viña del Señor hacen referencia a personas como tú. ¿Qué verdades encuentras en Jacob 5, en especial en los versículos 61–62 y 70–75, sobre trabajar en la viña el Señor? ¿Qué has aprendido acerca de Él al ayudar en Su obra?

Al leer en cuanto a la “última vez” que el Señor trabaja en Su viña, ¿qué te inspira a servir al Señor “con [tu] poder”? (Jacob 5:71). Quizá podrías pensar en experiencias personales en las que hayas sentido gozo mientras servías al Señor de la viña; por ejemplo, al compartir el Evangelio, servir en el templo o fortalecer a otras personas. También podrías considerar los ejemplos que el élder Gary E. Stevenson compartió en su mensaje titulado “Simplemente hermoso; hermosamente simple” (Liahona, noviembre de 2021, págs. 47–50).

El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Cada vez que hacen algo que ayuda a cualquiera, a ambos lados del velo, a dar un paso para hacer convenios con Dios y recibir sus ordenanzas esenciales del bautismo y del templo, están ayudando a recoger a Israel. Es así de sencillo” (“Juventud de Israel” [devocional mundial para jóvenes, 3 de junio de 2018], ChurchofJesusChrist.org). Considera hacer una lista de ideas de lo que puedes hacer para ayudar a recoger a Israel. De la lista, ¿qué sientes que el Señor desea que hagas hoy en Su viña? Según el versículo 75, ¿de qué manera nos recompensa el Señor por el servicio que prestamos en Su viña?

Véanse también “Israel, Jesús os llama”, Himnos, nro. 6; “La viña del Antiguo Testamento” (video), Biblioteca del Evangelio.

Enseña la doctrina. Asegúrate de que tus análisis se centren en la doctrina fundamental de las Escrituras. Para ello, podrían leer juntos pasajes de las Escrituras y luego compartir unos con otros las verdades que encuentren, así como las experiencias que hayan tenido al vivir esas verdades.

Jacob 6:4–5

El Señor recuerda a Su pueblo con amor y misericordia

Uno de los significados de la palabra allegarse es adherirse o mantenerse junto a algo de manera firme, estrecha e inmutable. ¿Cómo influye esa definición en el modo en que entiendes Jacob 6:4–5? En el relato del olivo, ¿de qué manera el Señor de la viña extendió Su “brazo de misericordia”? (Véase, por ejemplo, Jacob 5:47, 51, 60–61, 71–72). ¿De qué manera Él ha hecho eso mismo por ti?

Jacob 7:1–23

Puedo mantenerme firme cuando otros cuestionen mi fe en Jesucristo

La experiencia que tuvieron los nefitas con Sherem sucede hoy en día con frecuencia: hay personas que intentan destruir la fe en Cristo. ¿Cómo respondió Jacob cuando atacaron su fe? ¿Qué aprendes de sus respuestas? ¿Qué puedes hacer ahora a fin de prepararte para los momentos en que tu fe en el Salvador sea puesta en tela de juicio?

Véanse también Jeffrey R. Holland, “El costo —y las bendiciones— del discipulado”, Liahona, mayo de 2014, págs. 6–9; “Sherem niega a Cristo” (video), Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Jacob 5

Al Señor le importa Su pueblo

  • ¿Cómo puedes narrar el relato de los olivos de modo que los niños puedan entenderlo? Una manera es salir a caminar afuera para observar algún árbol y repasar brevemente los puntos principales del relato. ¿Qué hizo el Señor de la viña por Sus árboles? ¿De qué manera podemos ser como los obreros del relato y ayudar a los demás a sentir el amor del Salvador?

  • Jacob narró el relato sobre los olivos para invitar a su pueblo a venir a Cristo; el relato puede hacer lo mismo por los niños. Tal vez podrías resumirlo mediante versículos como Jacob 5:3–4, 28–29, 47, y 70–72 (véase también “La viña del Antiguo Testamento” [video], Biblioteca del Evangelio). Los niños o tú luego podrían leer Jacob 5:11, 41,47 y 72 en busca de indicios que demuestren cuánto le importaban los olivos al Señor de la viña (Jesucristo). ¿Qué hace el Salvador para demostrar que le importamos?

Jacob 6:4–5

El Padre Celestial me ama y me perdonará a medida que me arrepienta

  • En Jacob 6:4–5, hay un mensaje importante para nosotros cuando tomamos malas decisiones. Quizás podrías ayudar a los niños a encontrarlo. ¿Qué palabras de estos versículos nos dan esperanza en el amor redentor de Dios? El relato de cuando el élder Allen D. Haynie se ensució en un charco de barro, en su mensaje titulado “Recordemos en quién hemos confiado” (Liahona, noviembre de 2015, págs. 121–122), podría ser de ayuda. ¿Qué nos enseñan ese relato y Jacob 6:4–5 sobre lo que debemos hacer para ser salvos en el Reino de Dios?

Jacob 7:1–23

Puedo defender lo que sé que es verdad

  • ¿De qué manera puedes inspirar a los niños a defender la verdad como lo hizo Jacob? Los niños podrían ver el video “Capítulo 10: Jacob y Sherem” (Biblioteca del Evangelio) y hacer una dramatización de la conversación entre Jacob y Sherem, utilizando Jacob 7:1–23 como guía. ¿De qué manera defendió Jacob lo que sabía que era correcto? Invita a los niños a relatar experiencias en las que hayan defendido lo correcto, o comparte una propia. Quizás también podrían entonar una canción que exprese valor como el de Jacob, tal como “Defiende el bien”, Canciones para los niños, pág. 81.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

diagrama que explica la alegoría de los olivos
Hoja de actividades: Los misioneros prestan servicio a los hijos del Padre Celestial

15 – 21 abril: “Él obra en mí para que yo proceda conforme a su voluntad”

Enós – Palabras de Mormón

Enós de niño, junto a su padre, Jacob, y su madre

Jacob and Enos [Jacob y Enós], por Scott Snow

Aun cuando Enós fue al bosque a cazar bestias para satisfacer el hambre física, terminó quedándose todo el día y hasta la noche, pues su “alma tuvo hambre”. Esa hambre llevó a Enós a “eleva[r] [su] voz en alto hasta que llegó a los cielos”. Él describió aquella experiencia como una lucha ante Dios (véase Enós 1:2–4). De Enós aprendemos que la oración es un esfuerzo sincero de acercarse más a Dios y procurar conocer Su voluntad. Cuando oras con esa intención, es más probable que descubras, tal como Enós lo hizo, que Dios te escucha y que en verdad se preocupa por ti, por tus seres queridos e incluso por tus enemigos (véase Enós 1:4–17). Cuando conoces Su voluntad, eres más capaz de hacerla. Al igual que Mormón, tú “no s[abes] todas las cosas; mas el Señor sabe todas las cosas […]; por tanto, él obra en [ti] para que […] proceda[s] conforme a su voluntad” (Palabras de Mormón 1:7).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Enós 1:1–17

Dios escuchará y contestará mis oraciones

Las experiencias que tengas con la oración quizá sean menos espectaculares que las de Enós, pero no por eso serán menos significativas. Las siguientes son algunas preguntas para reflexionar mientras estudias Enós 1:1–17:

  • ¿Qué palabras describen cómo se esforzó Enós al orar?

  • ¿De qué modo cambiaron las oraciones de Enós en los versículos 4 al 11?

  • ¿Qué puedo aprender de Enós que me ayude a mejorar mis oraciones?

Véanse también “Enós clama con potente oración” (video), Biblioteca del Evangelio; “Oh dulce, grata oración”, Himnos, nro. 78.

Muestra las preguntas a analizar. Si enseñas a otras personas, considera poner las preguntas que desees analizar en un lugar visible, para que todos puedan verlas. Eso ayudará a los demás a reflexionar sobre las preguntas y dar respuestas más inspiradas.

Enós 1:1–4

El Señor puede ayudarme a influir para bien en mi familia

Quizá haya alguien en tu familia a quien desearías poder ayudar a venir a Cristo, pero te preguntas si tus esfuerzos marcan alguna diferencia. ¿Qué puedes aprender de Enós 1:1–4 sobre la influencia de Jacob en su hijo Enós? Por ejemplo, ¿qué significa para ti la expresión “disciplina y amonestación del Señor”? ¿Cómo puedes invitar Su influencia a tu hogar?

Al pensar en tu familia, considera las siguientes preguntas y fuentes de ayuda:

El élder Dieter F. Uchtdorf dio consejos útiles para las familias en “Un elogio a los que salvan” (Liahona, mayo de 2016, págs. 77–80). ¿Qué te inspira a hacer su mensaje para fortalecer a tu familia? (Véase especialmente la sección titulada “Salvar nuestra familia”).

Véanse también Temas del Evangelio, “Familia”, Biblioteca del Evangelio; “El hogar y la familia — Por cosas pequeñas” (video), Biblioteca del Evangelio.

Enós 1:1–18

Puedo recibir el perdón al ejercer la fe en Cristo

En ocasiones podrías preguntarte si tus pecados han sido perdonados, aun después de haberte arrepentido de ellos. ¿Qué ideas te acuden a la mente al leer sobre la experiencia de Enós en Enós 1:1–8? ¿De qué modo mostró Enós su fe en Jesucristo antes y después de recibir el perdón?

Jarom – Omni

A medida que me esfuerce por guardar Sus mandamientos, Dios me bendecirá

Los libros de Jarom y Omni describen la relación entre la rectitud y la prosperidad. ¿Qué aprendes de Jarom 1:7–12; Omni 1:5–7, 12–18? ¿En qué se diferencian las definiciones de prosperidad según el mundo de la definición del Señor? ¿De qué modo ayuda a prosperar a Su pueblo el Señor? (Véanse Alma 37:13; 48:15–16).

Omni 1:25–26

“[Venid] a Cristo, el cual es el Santo de Israel”

La invitación a “venir a Cristo” aparece frecuentemente en el Libro de Mormón. De hecho, uno de los propósitos principales del libro es extender esa invitación a todos. Al leer Omni 1:25–26, ¿qué palabras o frases encuentras que describan cómo venir a Cristo? ¿Qué harás para venir a Él más plenamente?

Mormón compila las planchas de oro

Palabras de Mormón 1:1–8

Dios obrará por medio de mí a medida que yo siga Su guía

Una de las razones por las que el Señor inspiró a Mormón a incluir las planchas menores de Nefi en el Libro de Mormón es que Dios sabía que las primeras 116 páginas traducidas se perderían (véanse Doctrina y Convenios 10; Santos, tomo I, capítulo 5). ¿Por qué estás agradecido de que Mormón haya seguido la guía del Señor de incluir estos escritos (que abarcan de 1 Nefi hasta Omni)? ¿Qué razones dio Mormón para incluirlos? (Véase Palabras de Mormón 1:3–7). ¿En qué ocasiones has visto a Dios obrar por medio de ti o de otras personas?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Enós 1:1–5

Pueblo hablar con el Padre Celestial por medio de la oración

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a hacer que sus oraciones sean más significativas? Considera mostrarles una imagen de Enós orando, y permite que describan lo que ven. Luego podrían cerrar los ojos e imaginar que están conversando con el Padre Celestial cara a cara. ¿De qué les gustaría hablar? ¿Qué querría decirles Él?

  • A medida que leas Enós 1:1–5, los niños pequeños podrían hacer de cuenta que son Enós y actuar como si estuvieran cazando, arrodillándose a orar, etc. Los niños mayores podrían prestar atención a las palabras o frases que describan las oraciones de Enós. ¿Qué nos dicen esas palabras en cuanto a las oraciones de Enós? Cuenta alguna experiencia personal en la que tu alma haya tenido “hambre” y hayas “clamado” al Señor (Enós 1:4).

Una familia orando

Enós 1:2–16

El Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a entender que el Padre Celestial escuchará y responderá sus oraciones? Considera invitarlos a mencionar algunas cosas por las que suelan orar. Luego podrías ayudarlos a buscar qué pidió Enós en oración en Enós 1:2, 9, 13–14, y 16 (véase también “Capítulo 11: Enós”, Historias del Libro de Mormón, págs. 30–31).

    ¿Cuáles fueron los resultados de las oraciones de Enós? (Véanse los versículos 6, 9, 11).

    ¿Qué aprendemos de la experiencia de Enós en cuanto a cómo mejorar nuestras oraciones?

  • Entonen juntos alguna canción que hable de la oración, tal como “Oración de un niño” (Canciones para los niños, págs. 6–7). Tal vez los niños podrían levantar la mano cada vez que escuchen la palabra “orar” u “oración” o alguna otra palabra que se repita. Háblales sobre algunas de las maneras en las que el Padre Celestial ha contestado tus oraciones.

Palabras de Mormón 1:3–8

Puedo bendecir a otras personas cuando escucho al Espíritu Santo

  • Mormón siguió la guía del Espíritu Santo al incluir las planchas menores de Nefi en el Libro de Mormón. Todo lo que hemos estudiado del Libro de Mormón en lo que va del año lo hemos recibido porque Mormón tomó la decisión de escuchar al Espíritu. ¿Cómo puedes ayudar a los niños a aprender en cuanto a escuchar al Espíritu? Invítalos a turnarse para leer Palabras de Mormón 1:3–8. Podrían hablar sobre lo que aprenden de cada versículo. Los niños luego podrían:

    • Mencionar lo que hayan aprendido este año de los relatos del Libro de Mormón (las imágenes de Ven, sígueme pueden ayudarlos a recordar).

    • Entonar juntos alguna canción que hable sobre el Espíritu Santo, tal como “Con voz apacible” (Liahona, abril de 2006, sección Amigos, pág. A13).

    • Hablar sobre experiencias en las que el Espíritu los haya guiado a hacer algo que haya bendecido a otra persona.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Enós orando
Hoja de actividades: Pueblo hablar con el Padre Celestial por medio de la oración

22 – 28 abril: “Llenos de amor para con Dios y todos los hombres”

Mosíah 1–3

El rey Benjamín enseñando a los de su pueblo

Receiving the Teachings of King Benjamin [Recibiendo las enseñanzas del rey Benjamín], por Maria Alejandra Gil

Cuando oyes la palabra rey, tal vez pienses en coronas, siervos y tronos. En Mosíah 1–3, leerás acerca de un diferente tipo de rey. En lugar de vivir del trabajo de su pueblo, el rey Benjamín “trabaj[aba] con [sus] propias manos” (Mosíah 2:14). En vez de hacer que otros lo sirvieran, él servía a su pueblo “con todo el poder, mente y fuerza que el Señor [le había] concedido” (Mosíah 2:11). Este rey no deseaba que su pueblo lo adorara; más bien, les enseñó que adoraran a su Rey Celestial, Jesucristo. El rey Benjamín comprendía que es “el Señor Omnipotente que reina” (Mosíah 3:5) quien “descend[ió] del cielo” y fue “entre los hombres […] para que la salvación llegue a los hijos de los hombres, mediante la fe en su nombre” (Mosíah 3:5, 9).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 1:1–7

“Escudriñ[ad] [las Escrituras] diligentemente”

En estos versículos, observa de qué manera los registros sagrados bendijeron al pueblo del rey Benjamín. ¿En qué sentido tu vida es mejor gracias a que tienes las Escrituras?

Mosíah 2:10–26

Cuando sirvo a los demás, también estoy sirviendo a Dios

¿Qué piensas que diría el rey Benjamín si le preguntaras por qué servía con todo su “poder, mente y fuerza”? (Mosíah 2:11). Medita en eso mientras lees Mosíah 2:10–26. ¿Qué enseñó el rey Benjamín que te inspire a servir a los demás de un modo más significativo? Por ejemplo, ¿qué significa para ti saber que cuando sirves a otras personas, también estás sirviendo a Dios? (Véase Mosíah 2:17). Busca inspiración sobre cómo puedes prestar servicio a alguien esta semana.

Aunque sabemos que debemos servir a los demás, a veces afrontamos desafíos. Otra forma de estudiar Mosíah 2:10–26 es hacer una lista de las verdades que el rey Benjamín enseñó que te ayuden a superar los desafíos que quizás te impidan prestar servicio. ¿Qué experiencias te han demostrado que lo que el rey Benjamín enseñó es verdad?

La presidenta Joy D. Jones relató una gran experiencia que cambió su perspectiva sobre el servicio a los demás. Léela en “Por Él” (Liahona, noviembre de 2018, págs. 50–52) y piensa en las oportunidades que tienes de servir a otras personas. Hasta podrías escribir algunas de ellas y meditar sobre cómo el mensaje de la presidenta Jones, junto con Mosíah 2:17, podría influir en la forma en que ves esas oportunidades. Algún himno, tal como “Un pobre forastero” (Himnos, nro. 16) o video, como “El viejo zapatero” (Biblioteca del Evangelio), podrían ayudarte a pensar en otras ideas.

Véanse también Mateo 25:40;“El rey Benjamín enseña acerca del servicio a Dios” (video), Biblioteca del Evangelio; JustServe.org; Temas del Evangelio, “Servicio”, Biblioteca del Evangelio.

Dos mujeres dándose un abrazo

Mosíah 2:38–41

La felicidad proviene de guardar los mandamientos de Dios

¿Cómo describirías la felicidad que proviene de la obediencia a Dios? ¿Hay algunas frases o palabras en Mosíah 2:38–41 que te ayuden a explicar por qué guardas Sus mandamientos?

Mosíah 3:1–20

Puedo llegar a ser santo por medio de la expiación de Jesucristo

El rey Benjamín, como todos los profetas, testificó de Jesucristo para que los de su pueblo “recibiesen la remisión de sus pecados y se regocijasen con un gozo sumamente grande” (Mosíah 3:13). Las siguientes son algunas preguntas para meditar mientras lees el testimonio del Salvador del rey Benjamín en Mosíah 3:1–20:

  • ¿Qué aprendo en estos versículos en cuanto al Salvador y Su misión?

  • ¿Qué aprendo en Mosíah 3:18–19 acerca de lo que significa llegar a ser santo?

  • ¿De qué modo me ha ayudado Jesucristo a vencer el pecado, cambiar mi naturaleza y llegar a ser más santo?

Mosíah 3:5–21

“El Señor Omnipotente […] descenderá del cielo”

¿Qué cosas puedes hacer gracias a la energía eléctrica? ¿De qué forma sería diferente tu vida sin ella? Estas preguntas tal vez te ayuden a meditar en el poder aun mayor que el Salvador puede brindar a tu vida.

El ángel que se apareció al rey Benjamín se refirió a Jesucristo como “el Señor Omnipotente”, un título que significa que Él tiene todo poder. ¿Qué aprendes en Mosíah 3:5–21 en cuanto a la forma en que el Salvador utiliza ese poder? ¿De qué manera has visto el poder del Salvador en tu vida y en la de las personas que te rodean? Su poder, ¿qué te permite hacer y llegar a ser? ¿De qué forma sería diferente tu vida sin ese poder?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 2:11–18

Cuando sirvo a los demás, estoy sirviendo a Dios

  • La hoja de actividades de esta semana tiene una corona simple que los niños podrían armar. Tal vez les gustaría turnarse para ponerse de pie sobre alguna silla o banco y hacer de cuenta que son el rey Benjamín, mientras tú mencionas algunas de las cosas que él enseñó a su pueblo, las cuales se hallan en Mosíah 2–3. También podrías leerles “Capítulo 12: El rey Benjamín” (Historias del Libro de Mormón, págs. 32–35) para ofrecerles un resumen de las enseñanzas del rey Benjamín.

  • Podría ser bueno que los niños memoricen Mosíah 2:17. Si lo deseas, ayúdalos a repetir el versículo, unas pocas palabras a la vez. O bien, podrías escribir el versículo sin algunas palabras clave y pedirles que busquen las palabras que faltan. Luego podrías hablar con ellos acerca de por qué Dios quiere que nos sirvamos unos a otros.

  • Podrías ayudar a los niños a buscar en Mosíah 2:11–18 lo que el rey Benjamín hacía para servir a los demás. Luego ellos podrían escribir en tiras de papel algunas maneras en las que pueden servir a los miembros de la familia. Pon los papeles en algún recipiente, como una bolsa o un frasco, de modo que los niños puedan tomar uno cada día y llevar a cabo ese acto de servicio a favor de alguien.

La repetición ayuda los niños. No temas repetir las actividades varias veces, en especial, si son niños pequeños, ya que la repetición los ayudará a recordar lo que aprendan.

niños doblando una tela

Mosíah 2:19–25

Todas mis bendiciones provienen del Padre Celestial

  • El servicio que el rey Benjamín prestó a su pueblo estaba inspirado en su profunda gratitud a Dios. ¿Cómo inspirarás sentimientos similares en los niños? Podrían leer juntos Mosíah 2:21 y hacer una lista de las bendiciones que el Padre Celestial nos ha dado. Luego tal vez podrías agregar a la lista otras bendiciones que se les ocurran a los niños.

  • A continuación, hay un juego que puedes utilizar para ayudar a los niños a reconocer las bendiciones del Padre Celestial. Los niños podrían pasarse una lámina del Salvador mientras cantan o escuchan alguna canción que hable de la gratitud (véase “Gratitud”, en el índice de temas de Canciones para los niños). Dejen de cantar o detengan la música cada tanto, e invita a quien tenga la lámina en ese momento a hablar sobre alguna bendición por la que esté agradecido. Según Mosíah 2:22–24, ¿cómo podemos mostrar que estamos agradecidos por nuestras bendiciones?

Mosíah 3:5–10, 19

Jesucristo me ayudará a llegar a ser más semejante a Él

  • Un ángel declaró al rey Benjamín verdades importantes sobre la vida y el ministerio de Jesucristo. Quizás los niños y tú podrían buscar imágenes de algunos de los acontecimientos mencionados en Mosíah 3:5–10 (véanse, por ejemplo, Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 30, 41, 42, 5759). Mientras lees Mosíah 3:5–10, los niños podrían levantar la mano cuando escuchen algo en los pasajes que aparezca en alguna de las imágenes.

  • ¿Alguna vez han ayudado los niños a preparar alimentos utilizando una receta? Tal vez podrían hablar sobre aquella ocasión y usar Mosíah 3:19 para elaborar una “receta” de cómo podemos llegar a ser como Jesucristo. ¿Der qué modo nos ayuda Jesús a llegar a ser semejantes a Él?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

El rey Benjamín predicando a los de su pueblo
Hoja de actividades: Cuando sirvo a los demás, también estoy sirviendo a Dios

29 abril – 5 mayo: “Un potente cambio”

Mosíah 4–6

El rey Benjamín enseñando a los de su pueblo

In the Service of Your God [Al servicio de vuestro Dios], por Walter Rane

¿Alguna vez has escuchado a alguien hablar y luego te sentiste inspirado a cambiar tu vida? Tal vez, debido a lo que escuchaste, hayas decidido vivir de un modo algo diferente, o incluso muy diferente. El discurso del rey Benjamín fue de esa clase de mensajes, y las verdades que enseñó tuvieron ese tipo de efecto sobre las personas que las escucharon. El rey Benjamín compartió con su pueblo lo que un ángel le había enseñado: que mediante “la sangre expiatoria de Cristo” podemos recibir bendiciones maravillosas (Mosíah 4:2). Debido a su mensaje, los del pueblo cambiaron la forma en que se veían a sí mismos (véase Mosíah 4:2), el Espíritu cambió sus deseos (véase Mosíah 5:2) e hicieron convenio con Dios de que siempre harían Su voluntad (véase Mosíah 5:5). Tal fue el efecto de las palabras del rey Benjamín sobre el pueblo. ¿Qué efecto tendrán en ti?

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 4

Por medio de Jesucristo, puedo recibir y retener la remisión de mis pecados

En ocasiones, aun después de haber sentido que nuestros pecados han sido perdonados, podemos tener dificultades para conservar ese sentimiento y permanecer en la senda de la rectitud. El rey Benjamín enseñó a su pueblo la manera de recibir y de retener la remisión de los pecados. Al estudiar el capítulo 4 de Mosíah, considera hacerte preguntas como estas:

Versículos 1–8.

¿Cuáles son las condiciones bajo las cuales Dios te concede la remisión de tus pecados? ¿Qué aprendes sobre Él en estos versículos que te inspire a arrepentirte? ¿Cómo puedes saber que te has arrepentido?

Versículos 11–16.

De acuerdo con estos versículos, ¿qué sucede en nuestra vida si hacemos las cosas que se describen en el versículo 11? ¿De qué modo has experimentado tú o algún ser querido esos cambios? Compara esos cambios con los que se describen en Mosíah 3:19.

Versículos 16–30.

¿De qué forma el compartir lo que tienes con los demás te ayuda a retener la remisión de tus pecados? ¿Cómo puedes aplicar el versículo 27 a tus esfuerzos por ser más como Cristo?

¿En qué sentido somos todos mendigos? De acuerdo con estos versículos, ¿cómo debemos tratar a todos los hijos de Dios? (Véase Mosíah 4:26). ¿Quién necesita tu ayuda?

Véase también Becky Craven, “Quédense con el cambio”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 58–60.

Mosíah 4:5–10

Creo y confío en Dios

La invitación del rey Benjamín a creer y a confiar en Dios es tan importante hoy como lo era en la antigüedad. Al leer Mosíah 4:5–10, busca verdades acerca de Dios que te den razones para confiar en Él. Fíjate en las invitaciones que el rey Benjamín extiende en el versículo 10. ¿Por qué el confiar en Dios facilita que hagamos lo que el rey Benjamín nos invita a hacer?

Considera examinar algunos de estos pasajes adicionales de las Escrituras para hacer una lista de los atributos de Dios: Jeremías 32:17; 1 Juan 4:8; 2 Nefi 9:17; Alma 32:22; Mormón 9:9; Éter 3:12; Doctrina y Convenios 19:1–3; 88:41 (véase también el video “Los atributos cristianos”, Biblioteca del Evangelio). Podrías utilizar la lista para pensar en diversas maneras de completar una oración como esta: “Debido a que sé que Dios es , puedo confiar en que Él ”.

Nuestra confianza en Dios aumenta a medida que tenemos experiencias con Él. En Mosíah 4:1–3, ¿qué ayudó al pueblo del rey Benjamín a “llega[r] al conocimiento de la bondad de Dios”? (Versículo 6). Piensa en las experiencias que has tenido con Dios. ¿Qué te han enseñado esas experiencias acerca de Él? ¿Qué pasos estás dando (o podrías dar) para profundizar tu creencia o confianza en Dios?

Véanse también Jeffrey R. Holland, “La grandiosidad de Dios”, Liahona, noviembre de 2003, págs. 70–73; Temas del Evangelio “Dios el Padre”, Biblioteca del Evangelio; “Dios vive”, Himnos, nro. 199.

Contar experiencias sagradas. Algunas experiencias son demasiado sagradas o personales como para compartirlas. Cuando invites a los demás a relatar experiencias, no los presiones a hacerlo, si no quieren.

Mosíah 4:29–30

Debo cuidar mis pensamientos, palabras y obras

Dios no nos da una lista de todos los pecados posibles. Según Mosíah 4:29–30, en vez de eso, ¿qué hace Dios? Medita en cómo tus pensamientos, palabras y obras influyen en ti y en otras personas. ¿Cómo influyen en tu relación con Dios? ¿De qué modo te “cuid[as] a [ti] mism[o]”?

Mosíah 5:1–5

El Espíritu del Señor puede efectuar un potente cambio en mi corazón

Es habitual que las personas digan: “No puedo cambiar; así soy yo”. Por otro lado, la experiencia del pueblo del rey Benjamín nos muestra cómo el Espíritu del Señor en verdad puede cambiarnos el corazón. Mientras lees Mosíah 5:1–5, piensa en cómo ha sucedido o puede suceder en tu vida el “potente cambio” que conduce a la conversión verdadera. Piensa en los cambios sutiles y graduales, así como también en las experiencias “potentes”. ¿De qué forma te ayudan esas experiencias cuando afrontas la tentación?

Véanse también Ezequiel 36:26–27; Alma 5:14; “Un cambio de corazón”, “El pueblo del rey Benjamín hace un convenio” (videos), Biblioteca del Evangelio.

Cristo sanando a una mujer enferma

Mosíah 5:5–15

Tomo sobre mí el nombre de Cristo cuando hago convenios con Él

¿Qué aprendes de Mosíah 5:7–9 acerca de lo que significa tomar sobre ti el nombre de Cristo? ¿Qué enseñan las oraciones sacramentales (véase Moroni 4–5) en cuanto a esto? ¿Cómo puedes demostrar que “perteneces” al Salvador?

Véase también D. Todd Christofferson, “El porqué de la senda de los convenios”, Liahona, mayo de 2021, págs. 116–119.

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 4:1–3, 10

El arrepentimiento brinda gozo

  • Para enseñar sobre el gozo del arrepentimiento, tal vez podrías hacer que los niños se ensucien las manos o toquen algo pegajoso a fin de reconocer cómo se sienten después de lavárselas. Luego podrías comparar eso con el modo en que las personas que se mencionan en Mosíah 4:1–3 se sintieron antes y después de que sus pecados fueran perdonados. Expresa tu testimonio del poder del Salvador para limpiarnos espiritualmente.

  • ¿Saben los niños cómo arrepentirse de forma completa y sincera? Ayúdalos a descubrir lo que el pueblo del rey Benjamín hizo en Mosíah 4:1–3, 10. También podrían repasar “Arrepentimiento, arrepentirse” en la Guía para el Estudio de las Escrituras. ¿De qué manera Jesucristo hace que el arrepentimiento sea posible?

Mosíah 4:12–26

El evangelio de Jesucristo me inspira a tratar a los demás con amor y bondad

  • El servir a los demás nos hace sentir bien. Quizá los niños podrían hablar de alguna ocasión en la que hayan servido o mostrado amor a alguien, y cómo se sintieron después de dicha experiencia. ¿Cuáles son algunas de las razones por las que las personas podrían no querer prestar servicio a los demás? ¿Qué podríamos decirle a alguien para invitarlo a ayudar a las personas necesitadas? Busquen ideas en Mosíah 4:16–26.

  • El rey Benjamín enseñó que cuando venimos a Cristo y recibimos la remisión de nuestros pecados, somos “llenos del amor de Dios” (Mosíah 4:12), lo cual nos ayuda a ser amorosos y amables con los demás. Los niños y tú podrían leer Mosíah 4:13–16, 26 (o alguna canción como “Contigo iré”, Canciones para los niños, págs. 78–79) en busca de frases que describan cómo podemos servir a otras personas. Luego podrían hacer una dramatización de esas cosas o bien dibujarlas, y adivinar las frases de los demás. ¿De qué manera podemos mostrar amor y bondad en casa, en la escuela o en la Iglesia?

Niña jugando con un bebé

Mosíah 5:5–15

Cuando hago convenios con Dios, tomo sobre mí el nombre de Cristo

  • A los niños podría gustarles crear distintivos [placas] que lleven el nombre “Jesucristo” y ponérselos a la altura del corazón (consulta la hoja de actividades de esta semana). Mientras lo hacen, podrías leerles Mosíah 5:12 y hablar de por qué el hacer convenios o promesas con Dios es como tener el nombre de Cristo “siempre escrito […] en [n]uestros corazones”.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Cristo alimenta a unos pájaros
Hoja de actividades: Cuando hago convenios con Dios, tomo sobre mí el nombre de Cristo

6 – 12 mayo: “Con la fuerza del Señor”

Mosíah 7–10

Ammón enseñando al rey Limhi

Minerva Teichert (1888–1976), Ammon before King Limhi [Ammón ante el rey Limhi], 1949–1951, óleo sobre masonita, 91 x 122 cm. Museo de Arte de la Universidad Brigham Young, 1969.

En un período en que el pueblo del rey Mosíah disfrutaba de “paz continua” en Zarahemla (Mosíah 7:1), recordaron un grupo de nefitas que hacía muchos años había partido para morar en la tierra de Lehi-Nefi. Habían pasado generaciones y el pueblo de Mosíah no había vuelto a saber de ellos. Por ello, Mosíah pidió a Ammón que organizara una expedición de búsqueda para encontrar a los nefitas que se habían marchado. La expedición de búsqueda descubrió que estos nefitas, “por causa de la iniquidad” (Mosíah 7:24), estaban bajo el yugo de los lamanitas. Mas al llegar Ammón y sus hermanos, surgió la esperanza de la liberación.

A veces, somos como esos nefitas cautivos: padecemos por causa de nuestros pecados, sin saber cómo volveremos a hallar paz; y en ocasiones, somos como Ammón, y nos sentimos movidos a tender la mano a otras personas para —con el tiempo— ver que nuestros esfuerzos las han inspirado a “levanta[r] [sus] cabezas y regocija[rse], y pone[r] [su] confianza en Dios” (Mosíah 7:19). Sean cuales sean nuestras circunstancias, todos debemos arrepentirnos y “[volvernos] al Señor con íntegro propósito de corazón”, con fe en que “Él […] [n]os librará” (Mosíah 7:33).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 7:14–33

Jesucristo tiene el poder de liberarme

Tras hablar con Ammón, el rey Limhi sintió esperanza y deseó comunicarla a su pueblo. Tal vez sus palabras puedan darte esperanza también a ti. Para conocer el contexto, considera repasar la situación del pueblo de Limhi en Mosíah 7:20–25. Luego reflexiona sobre las siguientes preguntas mientras lees Mosíah 7:14–33:

  • ¿Qué dijo Limhi para fortalecer la fe y la esperanza en Cristo de su pueblo?

  • ¿Qué frases te ayudan a sentir esperanza? (Véanse los versículos 19, 33).

  • ¿Qué experiencias te han ayudado a confiar en que Dios puede librarte y lo hará?

Véase también “Oh Dios de Israel”, Himnos, nro. 5.

Mosíah 7:26–27

Fui creado “a imagen de Dios”

En Mosíah 7:26–27, Limhi explicó algunas de las verdades que enseñó Abinadí. ¿Qué verdades puedes reconocer en estos versículos? ¿Cómo influyen esas verdades en la manera en la que ves a Dios y te ves a ti mismo?

Véase también Russell M. Nelson, “El cuerpo: Un don magnífico que debemos apreciar”, Liahona, agosto de 2019, págs. 50–55.

Mosíah 8:13–19

El Señor nos da profetas, videntes y reveladores para beneficiar a la humanidad

Cuando Limhi escuchó el testimonio de Ammón de que el Señor había levantado un vidente, “se regocijó en extremo y dio gracias a Dios” (Mosíah 8:19). ¿Por qué crees que se sintió así? ¿Qué aprendes sobre los videntes de las palabras de Ammón que se hallan en Mosíah 8:13–19?

En la actualidad, sostenemos a la Primera Presidencia y al Cuórum de los Doce Apóstoles como profetas, videntes y reveladores. ¿En qué sentido han sido “un gran beneficio” para ti? (Mosíah 8:18). ¿Qué te han enseñado acerca de Jesucristo?

¿Cómo puedes, al igual que Ammón, hablar de manera osada sobre la necesidad de tener profetas, videntes y reveladores? (Véase Mosíah 8:13–18). Por ejemplo, ¿qué podrías compartir con tu familia o en las redes sociales sobre lo siguiente?:

  • Las verdades que se han restaurado en nuestros días por medio de José Smith y otros profetas del Señor (tales como la naturaleza de Dios, nuestra identidad divina o la naturaleza eterna de la familia). Repasar “La Restauración de la plenitud del evangelio de Jesucristo” o “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” (Biblioteca del Evangelio) podría ayudarte a pensar en algunas de esas verdades.

  • Las bendiciones de los mandamientos o de las ordenanzas (tales como la Palabra de Sabiduría, la ley de castidad o el sellamiento de las familias).

El mes pasado escuchamos a profetas, videntes y reveladores en la conferencia general. ¿Qué mensajes te inspiraron? ¿Qué harás de manera diferente con base en lo que aprendiste? ¿Qué dijeron los videntes del Señor acerca de “cosas futuras”? (Mosíah 8:17).

Véase también Temas del Evangelio, “Profetas”, Biblioteca del Evangelio.

Mosíah 9–10

Puedo afrontar mis desafíos “con la fuerza del Señor”

Zeniff admitió que sus errores habían colocado a su pueblo en una situación difícil. Sin embargo, más adelante, durante las batallas contra los lamanitas, ayudó a su pueblo a hacer frente a los desafíos con fe en el Señor. Al leer Mosíah 9–10, observa qué hizo el pueblo de Zeniff para mostrar su fe. ¿De qué modo los fortaleció Dios? ¿Cómo te ha fortalecido a ti? ¿Qué significa para ti salir “con la fuerza del Señor”? (Mosíah 9:17; 10:10–11).

Mosíah 10:11–17

Mis decisiones pueden influir en varias generaciones

Al leer Mosíah 10:11–17, observa de qué modo las acciones y actitudes de las generaciones anteriores de lamanitas afectaron a las generaciones posteriores. ¿Qué indica eso en cuanto a cómo tus decisiones pueden influir en otras personas —para bien y para mal—, incluso en personas que aún no hayan nacido?

Enseña lecciones prácticas. Las lecciones prácticas hacen que lo que se enseña sea entretenido y fácil de recordar. Tal vez formar una fila de fichas de dominó podría mostrar cómo las decisiones de la gente influyen en sus descendientes (véase Mosíah 10:11–17).

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 7:19

Dios ayudó a las personas de las Escrituras y me puede ayudar a mí

  • Cuando su pueblo estaba en problemas, el rey Limhi les leyó pasajes de las Escrituras para fortalecer su fe. Pregunta a los niños cuáles son algunos relatos o personajes de las Escrituras que los ayudan a tener fe. Luego podrías leerles Mosíah 7:19 y repasar los relatos que se mencionan en ese versículo (véase “La Pascua” y “Los israelitas en el desierto” en Relatos del Antiguo Testamento, págs. 70–76). Tal vez los niños deseen hacer una dramatización de esas historias. ¿De qué forma ayudó el Señor a las personas de esos relatos? ¿Cómo puede ayudarnos a nosotros?

  • Para hallar más ejemplos de cómo el Señor nos ayuda, elige algunas estrofas de “Historias del Libro de Mormón” o “El valor de Nefi” (Canciones para los niños, págs. 62–63, 64–65) para cantar con los niños. Ayúdalos a descubrir cómo el Señor ayudó a las personas del Libro de Mormón y cómo puede ayudarnos a nosotros.

Mosíah 8:16–18

Dios nos ha dado profetas, videntes y reveladores

  • Una de las maneras de enseñar sobre los videntes es compararlos con cosas que nos ayudan a ver mejor, como lentes, binoculares o microscopios. Luego, mientras lees Mosíah 8:17 a los niños, ellos podrían llevarse las manos a los ojos como si estuvieran mirando con binoculares cada vez que escuchen la palabra “vidente” (véase también Moisés 6:35–36). Habla con ellos acerca de las cosas que el Señor ayuda a los profetas a “ver” y que nosotros no podemos ver. ¿Qué nos han revelado nuestros profetas o videntes, tal como José Smith, por ejemplo?

  • Después de leer Mosíah 8:16–18 con los niños, podrías ayudarlos a pensar en maneras de completar una oración como Un vidente es como… que nos ayuda a… . Por ejemplo, un vidente es como un cartel vial que nos dirige hacia Jesús.

  • También podrías hacer huellas de pisadas en papel e invitar a los niños a dibujar en ellas algunas cosas que los profetas, videntes y reveladores nos han aconsejado hacer. Coloca las huellas formando un camino por el salón, y permite que los niños sigan las huellas. ¿En qué sentido los videntes pueden ser “un gran beneficio” para nosotros? (Véase Mosíah 8:17–18).

Mosíah 9:14–18; 10:10–11

Cuando soy débil, el Señor puede fortalecerme

  • Cuando los niños afrontan desafíos, en ocasiones se sienten débiles e indefensos. ¿Cómo los ayudarás a confiar en la fuerza del Señor? Podrías preguntarles qué hacemos para volvernos fuertes físicamente. ¿Qué significa tener “la fuerza del hombre”? (Véase Mosíah 10:11). ¿Qué quiere decir tener “la fuerza del Señor”? (Véase Mosíah 9:17–18; 10:10). ¿Cómo recibimos la fuerza del Señor? Los niños podrían hacer un dibujo de cosas que los ayuden a recibir la fuerza del Señor.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

José Smith con Moroni
Hoja de actividades: El Señor nos da profetas, videntes y reveladores para beneficiar a la humanidad

13 – 19 mayo: “Una luz […] que nunca se puede extinguir”

Mosíah 11–17

Abinadí testificando al rey Noé

Abinadi before King Noah [Abinadí ante el rey Noé], por Andrew Bosley

Una simple chispa puede iniciar un gran incendio. Abinadí era tan solo un hombre que testificaba contra un poderoso rey y su corte. Sus palabras, en su mayoría, fueron rechazadas y se le sentenció a muerte. No obstante, su testimonio de Jesucristo, quien es la “luz […] que nunca se puede extinguir” (Mosíah 16:9), encendió una chispa dentro del joven sacerdote Alma; y dicha chispa de conversión creció lentamente conforme Alma condujo a muchas otras personas al arrepentimiento y la fe en Jesucristo. Las llamas que mataron a Abinadí finalmente se extinguieron, pero el fuego de la fe que crearon sus palabras tendría un efecto duradero en los nefitas, así como en las personas que leemos sus palabras hoy en día. La mayoría de nosotros no afrontará jamás lo que tuvo que afrontar Abinadí a causa de nuestro testimonio, aunque todos vivimos momentos en los que seguir a Jesucristo pone a prueba nuestra valentía y nuestra fe. Quizás al estudiar el testimonio de Abinadí también se aviven las llamas del testimonio y el valor en tu corazón.

Véase también “Abinadí testifica de Jesucristo” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 11–1317

Puedo defender a Jesucristo, aun cuando lo haga solo

Mientras estudies Mosíah 11–13; 17, mira las ilustraciones de Abinadí que aparecen en esta reseña. ¿Qué aprendes en cuanto a ser testigo de Cristo? En particular, podrías centrar tu estudio en pasajes y preguntas como las siguientes:

¿En qué ocasiones has sentido como si estuvieras solo al defender al Salvador y Su evangelio? ¿De qué modo te ayudó Él a sentir que estaba contigo? Al meditar en esto, podrías leer el relato de Eliseo y su joven criado en 2 Reyes 6:14–17. ¿Qué te inspira de este relato?

También podrías leer las páginas 31–33 de Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones en busca de frases que te den valor para defender la verdad. O bien, podrías buscar lo mismo en la letra de algún himno como “Haz tú lo justo” o “Trabajemos hoy en la obra” (Himnos, nros. 154, 158).

¿Cómo pondrás en práctica lo que has aprendido de Abinadí? El video “Atrévete a lo correcto aunque solo estés” (Biblioteca del Evangelio) describe situaciones en las que puedes defender a Cristo y Su evangelio. ¿Qué otros ejemplos se te ocurren?

Véanse también Romanos 1:16; 2 Timoteo 1:7–8; “Capítulo 8: El llamado a tener valor”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Thomas S. Monson, 2022, págs. 135–147; Temas del Evangelio, “Fe en Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.

Enseña por el Espíritu. “La enseñanza poderosa del Evangelio no solo requiere que prepare una lección, sino que usted mismo se prepare espiritualmente [para] escuchar y seguir la guía del Espíritu a la hora de enseñar” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 17).

Mosíah 12:19–37

Debo aplicar el corazón para entender la palabra de Dios

Los sacerdotes del rey Noé estaban familiarizados con la palabra de Dios; podían citar pasajes de las Escrituras y decían enseñar los mandamientos. Sin embargo, parecía que el evangelio del Salvador no influía en sus vidas. ¿Por qué?

Piensa en ello al leer Mosíah 12:19–37. ¿Qué crees que quiere decir aplicar el corazón para entender la palabra de Dios? ¿Qué palabras o frases te inspiran a hacer cambios en el modo en que aprendes el Evangelio?

Mosíah 13:11–26

Los mandamientos de Dios deben estar escritos en mi corazón

Reflexiona sobre la observación de Abinadí de que los mandamientos “no est[aban] escritos en [los] corazones” de los sacerdotes (Mosíah 13:11). ¿Qué podría significar esa expresión? Al leer Mosíah 13:11–26, considera si esos mandamientos están escritos en tu corazón.

Véanse también Jeremías 31:31–34; 2 Corintios 3:3.

Mosíah 14–15

Jesucristo sufrió por mí

En Mosíah 14–15, observa las palabras y frases que describan al Salvador y lo que sufrió por ti. ¿Qué versículos te ayudan a sentir mayor amor y gratitud por Él?

Mosíah 15:1–12

¿En qué sentido Jesucristo es tanto el Padre como el Hijo?

Abinadí enseñó que Dios el Hijo —Jesucristo— sería el Redentor (véase Mosíah 15:1), que moraría en la carne y llegaría a ser tanto hombre, como Dios (versículos 2–3). Él se sujetó completamente a la voluntad de Dios el Padre (versículos 5–9). Debido a eso, Jesucristo es tanto el Hijo de Dios como la perfecta representación terrenal de Dios el Padre (véase Juan 14:6–10).

Jesucristo también es el Padre en el sentido de que cuando aceptamos Su redención, llegamos a ser “su posteridad” y “herederos del reino de Dios” (Mosíah 15:11–12). En otras palabras, nacemos de nuevo espiritualmente por medio de Él (véase Mosíah 5:7).

¿Por qué crees que es importante conocer esas verdades sobre el Padre Celestial y Jesucristo? ¿De qué manera el testimonio de Abinadí fortalece tu fe en Ellos?

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 11–1317

Puedo defender a Jesucristo, aun cuando lo haga solo

  • En algún momento de nuestra vida, todos afrontamos presiones para que tomemos decisiones que van en contra de nuestra fe en Jesucristo. ¿Qué pueden aprender los niños de Abinadí en cuanto a ser testigos de Jesucristo, aun cuando sea impopular? La obra de arte que aparece en esta reseña o “Capítulo 14: Abinadí y el rey Noé” (en Historias del Libro de Mormón, págs. 38–42) podrían ayudarlos a visualizar el relato de Mosíah 11–13; 17. Pregúntales qué les gusta de Abinadí.

  • A los niños quizás les resulte entretenido representar partes de la historia de Abinadí. Luego podrían hacer una dramatización de situaciones de la vida real para practicar lo que podrían hacer si otras personas quieren que hagan algo malo. O bien, podrían relatar experiencias en las que hayan sido valientes al seguir a Jesucristo. ¿De qué modo siguió Abinadí a Jesucristo? (Véanse Mosíah 13:2–9; 17:7–10). ¿Por qué el rey Noé no hizo lo que sabía que era correcto? (Véase Mosíah 17:11–12).

Mosíah 12:33–36; 13:11–24

Debo obedecer los Diez Mandamientos

  • Los sacerdotes del rey Noé conocían los mandamientos, pero no los tenían “escritos en [sus] corazones” (Mosíah 13:11). ¿De qué modo ayudarás a los niños a conocer y amar los mandamientos? Tal vez podrían escribir los mandamientos que se mencionan en Mosíah 12:33–36 y 13:11–24 en papeles cortados en forma de corazón. Mientras lo hacen, habla con ellos acerca de lo que estos mandamientos significan y cómo podemos seguirlos. ¿Cómo escribimos esos mandamientos en nuestro corazón?

  • También podrían entonar juntos una canción que hable sobre los mandamientos, tal como “Siempre obedece los mandamientos” (Canciones para los niños, págs. 68–69). ¿Qué bendiciones provienen de guardar los mandamientos?

Padre e hijo leyendo las Escrituras

Mosíah 14; 16:4–9

El Padre Celestial envió a Jesucristo para guiarme de regreso a Él

  • Aunque es un capítulo corto, Mosíah 14 contiene varias palabras y frases que describen a Jesucristo. Quizás los niños y tú podrían hacer una lista de ellas al leer el capítulo juntos. Luego podrían hablar de lo que sienten por el Salvador al estudiar esas palabras y frases.

  • Para enseñar sobre Jesucristo, Abinadí citó al profeta Isaías, quien nos comparó con ovejas perdidas. Tal vez los niños podrían relatar experiencias en las que hayan perdido algo o ellos mismos se hayan perdido. ¿Cómo se sintieron? ¿Qué hicieron? Luego podrían leer juntos Mosíah 14:6 y 16:4–9. ¿En qué sentido somos como ovejas que se alejan de Dios? ¿Cómo nos ayuda Jesucristo a regresar?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Abinadí testificando al rey Noé
Hoja de actividades: Puedo defender a Jesucristo, aun cuando lo haga solo

20 – 26 mayo: Hemos concertado un convenio con Él

Mosíah 18–24

Escape del pueblo de Limhi

Minerva Teichert (1888–1976), Escape of King Limhi and His People [Escape del rey Limhi y su pueblo], 1949–1951, óleo sobre masonita, 91 x 122 cm. Museo de Arte de la Universidad Brigham Young, 1969.

El relato de Alma y su pueblo que está en Mosíah 18; 23–24 muestra lo que significa “entrar en el redil de Dios” (Mosíah 18:8). Cuando los del pueblo de Alma fueron bautizados, hicieron un convenio con Dios de “servir[le] y guarda[r] sus mandamientos” (Mosíah 18:10). Si bien era un compromiso individual con Dios, también tenía que ver con la manera en que se trataban unos a otros. Es cierto, nuestra travesía de regreso al Padre Celestial es individual, y nadie puede guardar nuestros convenios por nosotros, pero eso no significa que estemos solos. Nos necesitamos los unos a los otros. Como miembros de la Iglesia de Cristo, hacemos convenio de servir a Dios al prestarnos servicio unos a otros a lo largo del camino, “lleva[ndo] las cargas los unos de los otros” (Mosíah 18:8–10). El pueblo de Alma ciertamente tenía sus cargas, al igual que todos nosotros; y una manera en que el Señor nos ayuda a “soportar [nuestras] cargas con facilidad” (Mosíah 24:15) es dándonos una comunidad de santos que han prometido llorar con nosotros y consolarnos, tal como nosotros hemos prometido hacerlo por ellos.

Véase también “The Lord Delivers the Covenant Peoples of Alma and Limhi” (video solo en inglés), Gospel Library.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 18:1–17

Cuando me bautizo, hago un convenio con Dios

Considera los profundos sentimientos que los creyentes que se describen en Mosíah 18 tenían por Jesucristo. Tenían que reunirse en secreto, corriendo un gran riesgo, para aprender sobre Él (véase el versículo 3). Y cuando se les dio la oportunidad de demostrar su compromiso por medio del convenio del bautismo, “batieron sus manos de gozo y exclamaron: Ese es el deseo de nuestros corazones” (Mosíah 18:11).

El leer estos versículos podría ser una buena oportunidad para meditar en cuán importantes tus convenios son para ti. Al estudiar Mosíah 18:8–14 en particular, considera preguntas como estas:

  • ¿Qué aprendes en estos versículos acerca de las promesas que hiciste cuando te bautizaste? ¿Qué te promete Dios a ti? (Véanse los versículos 10, 13).

  • ¿Cómo se relaciona el convenio de servir a Dios con nuestros esfuerzos por ministrarnos unos a otros? (Véanse los versículos 8–9).

  • ¿Qué significa para ti “ser testig[o] de Dios”? (Versículo 9).

  • ¿De qué manera el guardar el convenio bautismal te ayuda a estar “llen[o] del Espíritu”? (Mosíah 18:14). ¿De qué modo te ayuda el Espíritu a cumplir con tu convenio?

Es posible que responder estas preguntas te haga reflexionar sobre por qué los convenios y las ordenanzas son importantes para Dios. Podrías encontrar algunas ideas en el mensaje del élder Gerrit W. Gong titulado “Pertenecer al convenio” (Liahona, noviembre de 2019, págs. 80–83) o en el mensaje de la presidenta Jean B. Bingham titulado “Los convenios con Dios nos fortalecen, nos protegen y nos preparan para la gloria eterna” (Liahona, mayo de 2022, págs. 66–69). ¿Por qué estás agradecido por tus convenios? ¿Qué estás haciendo para cumplir tus promesas?

Véanse también Temas del Evangelio, “Bautismo”, Biblioteca del Evangelio; “Alma, padre, enseña y bautiza en las aguas de Mormón” (video), Biblioteca del Evangelio.

Enseña la verdad proveniente de las Escrituras y de los profetas de los últimos días. Al enseñar y al aprender, recuerda que una de las mejores maneras de aumentar la fe en Cristo es centrarse en las Escrituras y en las palabras de los profetas de los últimos días (véase Mosíah 18:19).

Mosíah 18:17–30

Dios manda a Su pueblo que se reúna, se organice y sea unido

Algunas personas se preguntan: ¿por qué necesitamos la Iglesia? Lee Mosíah 18:17–31 y presta atención al valor que el pueblo de Alma le daba a reunirse en “la iglesia de Cristo” (Mosíah 18:17). ¿Qué similitudes ves entre la Iglesia de Jesucristo en la época de Alma y la de nuestra época?

¿Qué responderías a algún amigo o familiar que no crea que sea necesario que exista una iglesia organizada? ¿Por qué estás agradecido de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo?

Piensa en lo que puedes hacer para ayudar a los miembros de tu barrio o rama a estar “entrelazados […] con unidad y amor” (Mosíah 18:21).

Véanse también Dallin H. Oaks, “La necesidad de una Iglesia”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 24–26; “Amad a otros”, Himnos, nro. 203.

Mosíah 21–24

Dios me ayuda a llevar mis cargas

Tanto el pueblo de Limhi como el de Alma cayeron en el cautiverio, aunque en distintas circunstancias. ¿Qué puedes aprender al comparar el relato del pueblo de Limhi en Mosíah 19–22 con el del pueblo de Alma en Mosíah 18; 23–24? Al hacerlo, busca mensajes que se apliquen a tu vida. Por ejemplo, ¿qué significa “prosperar gradualmente”? (Mosíah 21:16). ¿Cómo puedes aplicar ese principio?

Mosíah 23:21–24; 24:8–17

Puedo confiar en el Señor

Si bien Alma y su pueblo se habían arrepentido de sus pecados, aun así llegaron a estar en cautiverio. Su experiencia muestra que confiar en el Señor y guardar nuestros convenios no siempre elimina nuestros problemas, pero sí nos ayuda a superarlos. Cuando leas Mosíah 23:21–24 y 24:8–17, observa las palabras y frases que te ayuden a aprender a confiar en el Señor, sean cuales sean tus circunstancias.

Véase también David A. Bednar, “Soportar sus cargas con facilidad”, Liahona, mayo de 2014, págs. 87–90.

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 18:7–17

Cuando me bautizo, hago un convenio con Dios

  • Una manera importante de ayudar a los niños a prepararse para el bautismo es enseñarles sobre el convenio que harán cuando sean bautizados, lo que podría ser tan simple como mostrarles la imagen que aparece al final de la reseña de esta semana y leer con ellos acerca del convenio en Mosíah 18:9–10. Considera invitar a un niño que ya se haya bautizado a enseñar esto a los niños más pequeños. A los niños podría gustarles escuchar acerca de tu bautismo. ¿De qué modo ha bendecido tu vida el guardar tus convenios con Dios?

  • A los niños que ya se hayan bautizado podría serles de provecho recordarles con frecuencia en cuanto a los convenios que han hecho y que renuevan cada semana mediante la Santa Cena. Tal vez podrían comparar el convenio bautismal que se describe en Mosíah 18:8–10 con las oraciones sacramentales (véase Doctrina y Convenios 20:77, 79). ¿Cómo podemos hacer de la Santa Cena una ocasión especial y reverente, tal como lo fue nuestro bautismo?

El bautismo de una niña

Mosíah 18:17–28

Cuando me bautizo, me convierto en miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

  • ¿Saben los niños lo que significa ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días? Considera ayudarlos a buscar imágenes que representen cosas que los miembros de la Iglesia hicieron en Mosíah 18:17–28. Por ejemplo, las láminas La ordenación al sacerdocio y El pago del diezmo (Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 106113) podrían representar los versículos 18 y 27–28. Diles por qué estás agradecido de ser miembro de la Iglesia de Jesucristo.

  • El ayudar a los niños a sentirse “entrelazados […] con unidad y amor” (Mosíah 18:21) los ayuda a mantenerse conectados con la Iglesia a lo largo de la vida. Considera invitarlos a leer Mosíah 18:17–28. ¿Qué hicieron los miembros de la Iglesia de Cristo en la época de Alma para amarse y servirse unos a otros? ¿Cómo podemos hacer eso en nuestro barrio, rama o comunidad? Alguna canción sobre el amor, tal como “Contigo iré” (Canciones para los niños, págs. 78–79), podría recalcar ese mensaje.

Mosíah 24:8–17

Dios puede aligerar mis cargas

  • Puede lograrse que lo que se enseña sea más fácil de recordar mediante alguna lección práctica sencilla. Considera llenar una bolsa con objetos pesados (para representar las cargas) e invitar a un niño a sostenerla. A medida que leas Mosíah 24:8–17 con los niños, pídeles que quiten un objeto de la bolsa cada vez que escuchen algo que Alma y su pueblo hayan hecho para buscar la ayuda de Dios con sus cargas. Luego podrías hablar con ellos acerca de cómo el Padre Celestial puede aligerar nuestras cargas cuando buscamos Su ayuda.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Varias personas siendo bautizadas
Hoja de actividades

27 mayo – 2 junio: “Se llamaban el pueblo de Dios”

Mosíah 25–28

Un ángel se aparece a Alma y a los hijos de Mosíah

Conversion of Alma the Younger [Conversión de Alma, hijo], por Gary L. Kapp

Después de vivir en lugares separados durante casi tres generaciones, los nefitas eran un solo pueblo nuevamente. El pueblo de Limhi, el de Alma y el de Mosíah, e incluso el pueblo de Zarahemla, que no eran descendientes de Nefi, ahora eran “contados entre los nefitas” (Mosíah 25:13). Muchos de ellos desearon hacerse miembros de la Iglesia del Señor, como lo había hecho el pueblo de Alma, así que todos los que “deseaban tomar sobre sí el nombre de Cristo” fueron bautizados, “y se llamaban el pueblo de Dios” (Mosíah 25:23–24). Tras años de conflictos y cautividad, parecía que los nefitas finalmente disfrutarían de un período de paz.

Sin embargo, poco después, las personas no creyentes comenzaron a perseguir a los santos. Lo más doloroso de ello era que muchos de esos incrédulos eran hijos de los creyentes: los de la “nueva generación” (Mosíah 26:1), entre quienes se hallaban los hijos de Mosíah y un hijo de Alma. El relato habla de la milagrosa visita de un ángel. Sin embargo, el verdadero milagro del relato no es la aparición de ángeles a hijos descarriados. La conversión es un milagro que, de una u otra forma, debe producirse en todos nosotros.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 26:1–6

Puedo ayudar a los demás a venir a Jesucristo

La conversión es personal; no se puede transmitir a nuestros hijos como una herencia. Al leer Mosíah 26:1–6, piensa en las posibles razones por las que “la nueva generación” cayó en la incredulidad, y observa las consecuencias de tal incredulidad. También podrías pensar en algunas personas que te gustaría poder traer a Cristo. Durante tu estudio de Mosíah 25–28, el Espíritu podría susurrarte algunas cosas que puedes hacer para ayudarlas a desarrollar la fe en Jesucristo.

Mosíah 26:6–39

Los siervos fieles de Dios procuran hacer Su voluntad

A veces pensamos que un líder de la Iglesia como Alma sabría siempre qué hacer con exactitud. En Mosíah 26, leemos sobre un problema que hubo en la Iglesia que Alma nunca antes había afrontado. ¿Qué hizo Alma en esa situación? (Véase Mosíah 26:13–14, 33–34, 38–39). ¿Qué te indica lo que Alma hizo sobre cómo puedes abordar problemas difíciles en tu familia o en tu servicio en la Iglesia?

¿Qué le enseñó el Señor a Alma en Mosíah 26:15–32? Observa que algunas de las contestaciones del Señor no eran respuestas directas a la pregunta de Alma. ¿Qué nos indica eso en cuanto a la oración y en cuanto a recibir revelación personal?

Los principios son eternos. Piensa en cómo los relatos y enseñanzas de las Escrituras se aplican a tu vida. Por ejemplo, podrías preguntarte: “¿Qué experiencias he tenido que sean parecidas a las de Alma?”, o “¿qué verdades de las que enseñó Alma pueden ayudarme?”.

Mosíah 26:15–31

Dios me perdona libremente conforme me arrepiento y perdono a los demás

El arrepentimiento y el perdón son temas recurrentes en Mosíah 26–27. Busca palabras y frases que enseñen sobre el arrepentimiento y el perdón en Mosíah 26:22–24, 29–31; 27:23–37.

Algunas personas tal vez se pregunten si Dios las perdona. ¿Qué consejo imaginas que Alma, padre, daría a algún miembro de la Iglesia en Zarahemla que tuviera esa preocupación? ¿Qué aprendió Alma del Señor en Mosíah 26:15–31 que podría ayudar a ese supuesto miembro de la Iglesia? (Véanse también Moroni 6:8; Doctrina y Convenios 19:16–18; 58:42–43).

Mosíah 27:8–37; 28:1–4

Por medio de Jesucristo, puedo cambiar para mejor

Era obvio que Alma, hijo, necesitaba renacer espiritualmente. Él y los hijos de Mosíah eran “los más viles pecadores” (Mosíah 28:4). Sin embargo, poco después de convertirse, Alma testificó que la conversión es esencial para todos: “No te maravilles de que todo el género humano […] deb[a] nacer otra vez” (Mosíah 27:25; cursiva agregada).

Al leer la experiencia de Alma en Mosíah 27:8–37, considera ponerte en su lugar. ¿Se te ocurren algunas cosas que necesites cambiar? ¿Quién, como el padre de Alma, podría estar orando por ti “con mucha fe”? ¿Qué experiencias te han ayudado a “convencerte del poder y la autoridad de Dios”? (Mosíah 27:14). ¿Qué “grandes cosas” ha hecho el Señor por ti y por tu familia que debas “rec[ordar]”? (Mosíah 27:16). ¿Qué aprendes de las palabras y las acciones de Alma, hijo, en cuanto a lo que significa nacer de nuevo? ¿Qué ejemplos de ello has visto?

Dedica un momento a anotar algunas de las maneras en las que el Salvador te esté ayudando a cambiar, es decir, a nacer de nuevo, aunque tus experiencias no sean tan drásticas o repentinas como la de Alma. ¿Hay algún himno que podrías cantar o escuchar que exprese tus sentimientos, como, por ejemplo, “Asombro me da”? (Himnos, nro. 118). ¿Quién podría beneficiarse de escuchar tus experiencias?

El élder David A. Bednar comparó el nacer de nuevo con el proceso por el cual un pepino se transforma en un pepinillo (véase “Os es necesario nacer de nuevo”, Liahona, mayo de 2007, págs. 19–22). ¿Qué te enseña esa comparación en cuanto a la conversión?

Véanse también Temas del Evangelio, “Become like Jesus Christ [Llegar a ser como Jesucristo]” Biblioteca del Evangelio; “Alma, hijo, testifica que ha nacido de Dios” (video), Biblioteca del Evangelio.

Mosíah 27:8–24

Dios escucha mis oraciones y las responderá de acuerdo con Su voluntad y Sus tiempos

Tal vez hayas estado en la situación de Alma, padre, al tener algún familiar que toma decisiones destructivas. ¿Qué encuentras en Mosíah 27:8–24 que te dé esperanza? ¿De qué modo pueden influir esos versículos en tus oraciones por otras personas?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Mosíah 26:30–31

El Señor quiere que perdone

  • A fin de ayudar a los niños a descubrir lo que el Señor enseñó a Alma sobre el perdón, podrías invitarlos a leer Mosíah 26:29–31 y contar cuántas veces aparece alguna variación de la palabra “perdonar”. ¿Qué se enseña en estos versículos acerca de perdonar a los demás? (Véase también “Saber perdonar”, Canciones para los niños, pág. 52).

  • Para hacer hincapié en el ejemplo del Salvador en cuanto al perdón, podrías mostrar alguna imagen de Él en la cruz y leer juntos Lucas 23:33–34. ¿Qué pidió Jesús al Padre Celestial que hiciera por las personas que lo pusieron en la cruz? Después de ese análisis, los niños podrían hacer alguna dramatización en la que actúen sobre cómo perdonarse unos a otros.

  • A veces es difícil perdonarnos a nosotros mismos cuando cometemos errores. ¿De qué modo pueden ayudarte las palabras de Dios a Alma? Los niños podrían hacer de cuenta que están hablando con alguien que no cree que Dios lo perdonará. Invítalos a buscar algo en Mosíah 26:22–23, 29–30 que pueda ayudar a esa persona.

Mosíah 27:8–37

Jesucristo me ayuda a llegar a ser más semejante a Él

  • La conversión de Alma, hijo, y de los hijos de Mosíah podría mostrar a los niños que, con el poder del Salvador, cualquier persona puede cambiar. Los niños y tú podrían utilizar las imágenes de esta reseña, la hoja de actividades de esta semana y algunos pocos pasajes clave de Mosíah 27:8–37 para contar la historia (véase también “Capítulo 18: Alma, hijo, se arrepiente”, en Historias del Libro de Mormón, págs. 49–52). Haz hincapié sobre todo en el versículo 24 para enseñar que Alma se arrepintió y Jesucristo lo ayudó a cambiar. Si lo desean, permite que los niños hagan una representación del relato.

Alma, hijo, es llevado a la casa de su padre

Mosíah 27:8–24

Puedo orar y ayunar para que Dios bendiga a quienes amo

  • Lean juntos Mosíah 27:8–24 y pide a los niños que busquen lo que Alma y su pueblo hicieron para ayudar a Alma, hijo. ¿Alguna vez has ayunado y orado por alguien? Relata tu experiencia a los niños y permite que ellos relaten las suyas.

  • ¿Conocen los niños o tú a alguien que necesite ayuda de Dios? Siguiendo el ejemplo de Alma, quizás podrían orar juntos por esa persona y, si los niños pueden hacerlo, ayunar por ella también.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Un ángel se aparece a Alma, hijo
Hoja de actividades: Jesucristo me ayuda a llegar a ser más semejante a Él

3 – 9 junio: “Fueron firmes e inamovibles”

Mosíah 29Alma 4

Alma, hijo, predicando

Alma the Younger Preaching [Alma, hijo, predica], por Gary L. Kapp

Algunos pueden considerar la propuesta del rey Mosíah de sustituir a los reyes por jueces electos como solo una sabia reforma política; mas para los nefitas, en especial para aquellos que vivieron bajo el dominio del inicuo rey Noé, ese cambio también era de importancia espiritual. Habían visto cómo un rey inicuo había influido en su pueblo, y estaban “ansiosos en extremo” de librarse de tal influencia. Ese cambio les permitiría asumir la responsabilidad de su propia rectitud y “responder por sus propios pecados” (Mosíah 29:38.

Desde luego, el fin del reinado de los reyes no significó el fin de los problemas de la sociedad nefita. Hubo gente astuta como Nehor y Amlici que promovieron falsos conceptos, incrédulos que persiguieron a los santos, y muchos miembros de la Iglesia que se volvieron orgullosos y se apartaron de esta. Sin embargo, “los humildes discípulos de Dios” permanecieron “firmes e inamovibles”, a pesar de lo que ocurría a su alrededor (Alma 4:15; 1:25).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mosíah 29:26–27; Alma 2:1–7

Puedo ser una influencia positiva en mi comunidad

Tras haber transcurrido tan solo cinco años del gobierno de los jueces, surgió una crisis que pondría a prueba la declaración de Mosíah de que la voz del pueblo generalmente elegiría lo que sea justo (véase Mosíah 29:26). Estudia Alma 2:1–7 para descubrir cuál era el problema y qué hicieron los nefitas al respecto. ¿Qué podría haber pasado si “la gente de la iglesia” no hubiera expresado sus opiniones? ¿Qué otra cosa aprendes de este relato en cuanto a la forma en que el Señor desea que participes en la comunidad? (véase también Mosíah 29:26–27).

¿Cuáles son los problemas importantes que afronta tu comunidad? Piensa en cómo puedes asegurarte, tal como los nefitas, de que tu voz sea contada entre “la voz del pueblo”. ¿De qué otras maneras puedes, como seguidor de Jesucristo, influir en tu comunidad para bien?

Véase también Dallin H. Oaks, “Amad a vuestros enemigos”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 26–29.

Alma 1

La palabra de Dios puede ayudarme a reconocer la falsa doctrina

Aunque Nehor finalmente confesó que lo que enseñaba era falso, sus enseñanzas continuaron influyendo en los nefitas por muchos años. ¿Por qué crees que a la gente le agradaba lo que Nehor enseñaba? En Alma 1:2–6, observa las mentiras en las enseñanzas de Nehor, y las verdades que utilizó para encubrir dichas mentiras.

Gedeón resistió a Nehor “con las palabras de Dios” (Alma 1:7, 9). Los siguientes son algunos pasajes de las Escrituras que refutan las falsedades de Nehor: Mateo 7:21–23; 2 Nefi 26:29–31; Mosíah 18:24–26; y Helamán 12:25–26. Trata de resumir cada pasaje. ¿Qué has aprendido de los profetas vivientes que refute las falsas enseñanzas de nuestros días?

Alma 1:19–31; 4:6–15

Los verdaderos discípulos de Jesucristo son “humildes discípulos de Dios”

El capítulo 1 y el 4 de Alma describen períodos en los que la Iglesia prosperó, aunque los miembros de esta no reaccionaron igual ante dicha prosperidad. Por ejemplo, compara Alma 1:19–30 con Alma 4:6–15 para ver cómo los miembros de la Iglesia cambiaron en apenas unos pocos años. Según lo que has leído, ¿cómo se sentían los verdaderos seguidores de Jesucristo con respecto a las personas que tenían otras creencias? ¿Qué actitud tienen los verdaderos seguidores de Cristo hacia las riquezas y la prosperidad? ¿Qué te sientes inspirado a cambiar en tu propia actitud?

Compara las Escrituras a ti mismo. Piensa en cómo los relatos y las enseñanzas de las Escrituras se aplican a tu vida. Por ejemplo, podrías encontrar similitudes entre los problemas que observas en la actualidad y los que afrontaron los nefitas en Alma 1–4.

Alma 4:6–20

Mi ejemplo y mi testimonio pueden cambiar los corazones

Tal vez te sientas identificado con la tristeza que Alma sintió cuando vio lo que sucedía entre su pueblo. Observa los problemas que vio en Alma 4:6–15. ¿Has notado algún problema similar? Quizás te sientas preocupado por algún ser querido que tenga dificultades con esos problemas. ¿Te has preguntado qué podrías hacer para ayudar?

Algunos podrían decir que Alma, como juez superior, era la persona más indicada para resolver esos problemas. Sin embargo, Alma pensaba que había una mejor manera de hacerlo. Al leer los versículos 16–20, ¿qué te llama la atención en cuanto a su forma de ayudar a su pueblo?

Alma tenía una gran fe en la palabra de Dios y en el “testimonio puro” (versículo 19). ¿Qué ejemplos has visto del poder de un testimonio puro? Mientras meditas en diversas maneras en las que puedes expresar tu testimonio de Jesucristo y Su evangelio, podrías releer Alma 4:6–14. ¿Qué revelan las acciones de los miembros de la Iglesia en estos versículos en cuanto a su testimonio de Jesucristo y Sus enseñanzas? ¿Qué notas acerca del efecto que sus acciones tienen sobre ellos mismos y los demás? También podrías pensar en maneras en las que has sido bendecido por el testimonio puro de otras personas, ya sea que se haya expresado con palabras o con acciones.

Piensa en formas en que podrías expresar tu testimonio de Jesucristo, mediante palabras o acciones. ¿Quién podría beneficiarse de tu testimonio?

Véanse también Gary E. Stevenson, “Cómo nutrir y compartir su testimonio”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 111–114; “Testimonio”, Himnos, nro. 75; “Alma cede el asiento judicial” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Revelación”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 1:2–9

El Señor puede ayudarme a reconocer las enseñanzas falsas

  • Una forma de estudiar Alma 1:2–4 con los niños es ayudarlos a crear un cuestionario de verdadero o falso utilizando declaraciones que enseñó Nehor, un maestro falso. Luego podrías hablar con ellos acerca de por qué Satanás a menudo combina verdades con mentiras. Ayúdalos a pensar en algunos ejemplos. En los versículos 7–9, ¿cómo hizo frente Gedeón a las mentiras de Nehor? (Véase también “Capítulo 20: Alma y Nehor”, Historias del Libro de Mormón, págs. 54–55).

Alma 1:19–25

Como miembro de la Iglesia de Jesucristo, amo y sirvo a los demás

  • Algunos miembros de la Iglesia del Señor en la época de Alma eran generosos y dadivosos, y otros miembros eran orgullosos y poco bondadosos. A fin de ayudar a los niños a aprender de esas experiencias, podrían leer juntos Alma 1:27, 30 y hacer una lista de los diferentes tipos de personas a las que los miembros de la Iglesia del Señor ayudaron. ¿A quién conocemos que podría “esta[r] necesitad[o]” (Alma 1:30) de nuestro amor y ayuda? También podrían entonar juntos alguna canción que hable del amor y el servicio, tal como “La bondad por mí empieza” (Canciones para los niños, pág. 83), y podrías ayudar a los niños a pensar en movimientos que acompañen la letra de la canción.

  • ¿Qué debemos hacer cuando la gente sea poco bondadosa con nosotros? Considera leer con los niños sobre cómo trataban a los seguidores de Cristo en Alma 1:19–20. Hablen acerca de cómo reaccionaron en los versículos 22 y 25. Quizás podrían practicar cómo reaccionar cuando otras personas sean poco bondadosas.

Alma 4:8–20

Mi testimonio puede fortalecer a los demás

  • A menudo el “testimonio puro” (Alma 4:19) de un niño puede tener una influencia potente en los demás. A fin de ayudar a los niños a descubrirlo, podrías leer Alma 4:8–12, 15 con ellos, ayudándolos a reconocer los problemas que sucedían en la Iglesia. ¿Qué podía Alma hacer para resolver esos problemas? Ayúdalos a averiguar lo que Alma decidió hacer en Alma 4:16–20. Tal vez podrían hablar entre sí sobre cómo el testimonio de otra persona en cuanto a Cristo los ha fortalecido.

  • Si los niños necesitan ejemplos de qué es un testimonio, considera mostrarles un video de algún orador dando testimonio durante la conferencia general. También podrías utilizar la hoja de actividades de esta semana o entonar juntos alguna canción como “Testimonio” (Himnos, nro. 75). ¿Qué aprendemos acerca del testimonio por medio de esos materiales? Permite que los niños practiquen cómo compartir su testimonio.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Los nefitas luchando contra los amlicitas
Hoja de actividades: Mi testimonio puede fortalecer a los demás

10 – 16 junio: “¿Habéis experimentado este potente cambio en vuestros corazones?”

Alma 5–7

Alma, hijo, enseñando a los zoramitas

Alma no conocía las cirugías actuales de trasplante de corazón, en las que puede salvarse la vida al reemplazar un corazón dañado o enfermo por uno sano. Sin embargo, sabía sobre algo más milagroso, el “cambio en el corazón” (Alma 5:26); un cambio por el cual el Salvador nos da una vida espiritual nueva, a semejanza de “nacer de nuevo” (véase Alma 5:14, 49). Alma se dio cuenta de que ese cambio en el corazón era exactamente lo que necesitaban muchos de los nefitas. Algunos eran ricos, mientras que otros eran pobres; algunos eran orgullosos, otros eran humildes; algunos infligían persecución, en tanto que otros la padecían (véase Alma 4:6–15). Sin embargo, todos ellos necesitaban venir a Cristo para ser sanados, al igual que todos nosotros. Ya sea que estemos procurando vencer el orgullo o sobrellevar aflicciones, el mensaje de Alma es el mismo: “… venid y no temáis” (Alma 7:15). Permite que el Salvador cambie el corazón empedernido, pecaminoso o herido por otro que sea humilde, puro y nuevo.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 5:14–33

Debo experimentar —y luego seguir sintiendo— un potente cambio en el corazón

El presidente M. Russell Ballard dijo: “… necesito preguntarme con regularidad: ‘¿Cómo va mi progreso?’ […]. Para guiarme durante ese análisis privado y personal, me gusta leer y reflexionar sobre las palabras introspectivas que se hallan en el quinto capítulo de Alma” (“Volver y recibir”, Liahona, mayo de 2017, pág. 64).

Considera leer Alma 5:14–33 como si te entrevistaras a ti mismo y examinaras tu corazón. Quizás quieras anotar tus respuestas a las preguntas. ¿Qué aprendes acerca de ti mismo? ¿Qué te sientes inspirado a hacer como resultado de esa entrevista?

Véase también Dale G. Renlund, “Cómo conservar el gran cambio en el corazón”, Liahona, noviembre de 2009, págs. 97–99.

Jovencita orando junto a la cama

Alma 5:44–51

Puedo obtener mi propio testimonio del Salvador y Sus enseñanzas mediante el Espíritu Santo

En Alma 5, cuando Alma explicó cómo obtuvo su testimonio del Salvador, no mencionó el haber visto un ángel (véase Mosíah 27:10–17). ¿Cómo llegó Alma a conocer la verdad por sí mismo? Tal vez podrías utilizar lo que encuentres en Alma 5:44–51 a fin de escribir la “receta” para obtener un testimonio de Jesucristo y Sus enseñanzas. ¿Qué “ingredientes” (verdades del Evangelio) e “instrucciones” (cosas que podemos hacer para buscar la verdad) mencionó Alma? ¿Qué “ingredientes” e “instrucciones” podrías agregar a la receta que procedan de tu propia experiencia o de otras vivencias de personas que se encuentren en las Escrituras?

Alma 7

“Porque percibo que andáis por las sendas de la rectitud”

A veces, somos como los del pueblo de Zarahemla, quienes necesitaban que se los llamara al arrepentimiento (véase Alma 5:32). Otras veces, somos más como los del pueblo de Gedeón, quienes trataban de andar “por las sendas de la rectitud” (Alma 7:19). ¿Qué encuentras en el mensaje de Alma en Gedeón (en Alma 7) que sea similar a lo que dijo en Zarahemla (en Alma 5)? ¿Qué diferencias notas? Presta atención a lo que Alma enseñó que pueda ayudarte a permanecer “en el camino que conduce al reino de Dios” (Alma 7:19).

Alma 7:7–16

El Salvador tomó sobre Sí mis pecados, dolores y aflicciones

¿Has sentido alguna vez que nadie comprende tus luchas o dificultades? Si es así, las verdades que Alma enseñó pueden ayudarte. Conforme leas, reflexiona sobre lo que estos versículos enseñan acerca de los propósitos del sacrificio del Salvador. Podrías hacer un cuadro con los encabezados Lo que el Salvador sufrió y Por qué sufrió, y hacer una lista de lo que encuentres en Alma 7:7–16 (véase también Isaías 53:3–5). ¿Se te ocurren ocasiones específicas en las que padeció algunas de estas cosas? Los siguientes son algunos ejemplos de las Escrituras: Mateo 4:1–13; 26:55–56; 27:39–44; Marcos 14:43–46; Lucas 9:58. ¿Puedes agregar algo a la lista a partir de esos versículos?

Una cosa es creer que el Salvador sufrió por ti, ¿pero de qué manera Su padecimiento marca una diferencia en tu vida diaria? A continuación hay algunos pasajes de las Escrituras que enseñan cómo Jesucristo te puede ayudar o “socorrer”: Enós 1:5–6; Mosíah 16:7–8; 21:15; 24:14–15; 3 Nefi 17:6–7; Éter 12:27–29; Doctrina y Convenios 121:7–10. ¿Qué has aprendido en esos versículos? ¿De qué otras maneras acude Él a socorrerte? ¿En qué ocasiones has recibido Su ayuda?

Algún himno como “Señor, te necesito” o “Yo sé que vive mi Señor” (Himnos, nros. 49, 73) podría aumentar tu aprecio por el socorro del Salvador. ¿Qué frases de esos himnos expresan tus sentimientos por Él?

Véanse también Temas del Evangelio, “Expiación de Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio; “Su gracia” (colección de videos), Biblioteca del Evangelio.

Testifica de Jesucristo. Considera las maneras en que puedes compartir tu testimonio del Salvador y de Su divinidad, gracia y amor. Puedes alentar a las personas a quienes enseñas a testificar de Él al hacerles preguntas que las inviten a expresar lo que sienten por Él.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 5:44–48

Puedo obtener mi propio testimonio por medio del Espíritu Santo

  • A fin de ayudar a los niños a aprender a desarrollar su propio testimonio, podrías mostrarles la imagen que aparece a continuación y preguntarles cómo ayudamos a las crías de los animales a crecer. Luego podrías relacionarlo con cuidar de nuestro testimonio. ¿Qué tipo de cuidado necesita nuestro testimonio? ¿Cómo nos damos cuenta de si está creciendo o no?

    Dos niños con crías de animales
  • ¿Cómo obtuvo Alma su firme testimonio de Jesucristo? Podrías leer Alma 5:44–46 con los niños para hallar respuestas a esa pregunta. Tal vez los niños podrían escribir un plan para hacer algo esta semana a fin de fortalecer su testimonio.

Alma 7:10–13

El Salvador tomó sobre Sí mis pecados, dolores y aflicciones

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a entender Alma 7:10–13 para que sepan que Jesucristo se preocupa por ellos y puede ayudarlos? Quizás podrías pedirles que relaten alguna experiencia en la que hayan estado enfermos o hayan sentido dolor, o que hayan tenido otro problema que los hubiera entristecido. ¿De qué forma otras personas los ayudaron a sentirse mejor? Testifica que el Salvador también ha sufrido esas cosas, y háblales de alguna ocasión en la que Él te haya consolado y ayudado.

  • Mientras los niños y tú leen Alma 7:11–13, presten atención a lo que Jesucristo sufrió por nosotros. Invítalos a usar las palabras y frases que hayan encontrado para completar esta oración: “Jesús sufrió para poder ayudarme”. ¿De qué modo nos ayuda saber que Jesús comprende nuestras dificultades? ¿De qué manera recibimos Su ayuda? Comparte tu testimonio de Jesucristo.

Alma 5:14; 7:19–20

Seguir a Jesús me mantiene en el camino recto de regreso al Padre Celestial

  • Haz que los niños se miren en un espejo mientras lees Alma 5:14 (véase también la hoja de actividades de esta semana). ¿Qué significa tener la imagen del Salvador en el rostro?

  • ¿En qué forma puedes utilizar la descripción de Alma del camino de regreso al Padre Celestial para ayudar a los niños a aprender a tomar buenas decisiones? Podrías leerles Alma 7:19–20 y pedirles que hagan de cuenta que caminan por “sendas tortuosas” y luego por un sendero recto. Ayúdalos a pensar en cuáles son las decisiones que nos ayudan a permanecer en la senda y cuáles son las que nos alejan de ella. También podrían ver imágenes de Jesús y hablar sobre cosas que Él hizo para mostrarnos el camino de regreso al Padre Celestial. Alguna canción como “Yo trato de ser como Cristo” (Canciones para los niños, págs. 40–41), por ejemplo, podría darles algunas ideas.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús con un manto rojo
Hoja de actividades: Puedo tener la imagen del Salvador en mi rostro

17 – 23 junio: Jesucristo vendrá para redimir a Su pueblo

Alma 8–12

Alma predicando

Teaching True Doctrine [Se enseña la doctrina verdadera], por Michael T. Malm

La obra de Dios no será frustrada, pero, a veces, parece que nuestros esfuerzos por ayudar en Su obra fracasaran o, al menos, puede que no veamos inmediatamente los resultados que esperamos. Podemos sentirnos como Alma cuando predicó el Evangelio en Ammoníah: rechazado, insultado y expulsado. No obstante, cuando un ángel le mandó que volviera y predicara de nuevo, Alma, con valentía, “se volvió prestamente” (Alma 8:18), y Dios preparó la vía delante de él. No solo le proveyó alimentos y un lugar donde hospedarse, sino que preparó a Amulek, quien se convirtió en su compañero en la obra, en un firme defensor del Evangelio y en un amigo fiel. Cuando afrontemos contratiempos y desilusiones en nuestro servicio en el Reino del Señor, podemos recordar cómo Dios sostuvo y guio a Alma, y podemos confiar en que Dios nos sostendrá y guiará a nosotros también, aun en circunstancias difíciles.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 8

Mis esfuerzos por compartir el evangelio de Jesucristo requieren paciencia

¿Has intentado alguna vez compartir el evangelio de Jesucristo con alguien, pero tu invitación fue rechazada? A Alma le ocurrió lo mismo. ¿Qué aprendes de él en Alma 8:13–16 sobre compartir el Evangelio pese a las dificultades y la oposición? Continúa leyendo los versículos 17–32, y busca frases o palabras que te inspiren a seguir compartiendo el Evangelio, aun cuando parezca que no tienes éxito.

Los profetas y Apóstoles son testigos especiales de Cristo, por lo que tienen muchos consejos inspirados en cuanto a testificar de Él. Observa lo que el élder Dieter F. Uchtdorf dijo en “¿Qué ocurre si es difícil?” (una sección de “La obra misional: Compartir lo que guardan en el corazón”, Liahona, mayo de 2019, págs. 17–18) o lo que el élder Gary E. Stevenson compartió en “Amar, compartir, invitar” (Liahona, mayo de 2022, págs. 84–87). ¿Qué encuentras en esos mensajes que podría ayudar a alguien que comienza a sentirse desanimado al compartir el Evangelio?

¿Cómo resumirías todo lo que has estudiado aquí en uno o dos enunciados alentadores sobre compartir el Evangelio? Si lo deseas, prepara un póster o meme que pueda inspirarte a ti (y a otras personas) a seguir intentándolo.

Véanse también “Cuando enseñe a Tus hijos”, Himnos, nro. 172; “Alma es mandado por un ángel para regresar a Ammoníah” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Inviting All to Receive the Gospel of Jesus Christ [Invitar a todos a recibir el evangelio de Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio.

Alma 9:14–23

Las bendiciones de Dios conllevan una gran responsabilidad

Al leer sobre la manera en que los nefitas de Ammoníah trataron a los siervos del Señor, es fácil olvidar que antes habían vivido el Evangelio y que habían sido un “pueblo […] altamente favorecido del Señor” (Alma 9:20). Mientras leas acerca de las grandes bendiciones que Dios concedió al pueblo de Nefi (véase especialmente Alma 9:14–23), medita en las grandes bendiciones que Él te ha dado. ¿Qué responsabilidades conllevan esas bendiciones? ¿Qué estás haciendo para mantenerte fiel a esas responsabilidades?

Véanse también Doctrina y Convenios 50:24; 82:3; 93:39.

Alma 11–12

El plan de Dios es un plan de redención

En Alma 11–12, Alma y Amulek se refirieron al plan de Dios como el plan de redención. Al leer estos capítulos, medita en la razón por la que usaron la palabra redención para describir el plan de Dios. Considera escribir un breve resumen de lo que Alma y Amulek enseñaron acerca de los siguientes aspectos del plan:

  • La Caída

  • El Redentor

  • El arrepentimiento

  • La muerte

  • La resurrección

  • El Juicio

Observa el efecto que las palabras de Amulek tuvieron en las personas (véase Alma 11:46). ¿Qué impacto tiene en ti el saber en cuanto al plan de Dios?

Véanse también Dallin H. Oaks, “El gran plan”, Liahona, mayo de 2020, págs. 93–96; “Amulek testifica de Jesucristo” (video), Biblioteca del Evangelio.

Alma 12:8–18

Si no endurezco el corazón, podré recibir más de la palabra de Dios

Algunas personas se preguntarán por qué el Padre Celestial no nos da a conocer todas las cosas. En Alma 12:9–14, Alma explicó una posible razón. Estas preguntas podrían ayudarte a meditar en lo que él enseñó:

  • ¿Qué significa endurecer el corazón? ¿Cuáles son los resultados de tener el corazón endurecido? (Véanse también Alma 8:9–11; 9:5, 30–31; y 10:6, 25).

  • ¿Qué puedes hacer para volver el corazón a Dios? (Véanse Jeremías 24:7; Alma 16:16; Helamán 3:35).

  • ¿Qué puedes hacer para asegurarte de que la palabra de Dios se “hall[e] en [ti]”? (Alma 12:13). Cuando la palabra de Dios se halla en ti, ¿qué efecto tiene en tus “palabras”, “obras” y “pensamientos”? (Alma 12:14).

¿Qué te enseña la experiencia de Amulek en cuanto a las bendiciones de tener un corazón blando? (Véase Alma 10:1–11).

Véase también “Alma advierte a Zeezrom” (video), Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 8–10

Puedo compartir el evangelio de Jesucristo

  • La hoja de actividades de esta semana podría ayudarte a resumir a los niños los acontecimientos que se mencionan en Alma 8–10. Si lo deseas, podrías ayudarlos a buscar los principios que hacían que Alma y Amulek fueran buenos misioneros. Por ejemplo, no se daban por vencidos (véase Alma 8:8–13), testificaban de Cristo (véase Alma 9:26–27) y trabajaban juntos (véase Alma 10:12).

  • Alguna canción sobre la obra misional, tal como, por ejemplo, “Yo quiero ser un misionero ya” (Canciones para los niños, pág. 90) podría brindar a los niños ideas de maneras en las que pueden compartir el Evangelio con sus amigos. Invítalos a hacer una lista de las ideas que tengan y de las personas con las que podrían compartir el Evangelio. Hasta podrías pedirles que hagan una dramatización de lo que podrían decir o hacer.

Alienta la participación. Al prepararte para enseñar, en lugar de planificar lo que dirás, pregúntate: “¿Qué harán los niños para aprender?”. Ellos aprenderán mejor y recordarán más si participan activamente.

Alma 11–12

El plan de Dios es un plan de redención

  • Tal vez los niños podrían hacer un dibujo que represente principios del plan de redención, como la caída de Adán y Eva, la expiación de Jesucristo, el arrepentimiento, la muerte, la resurrección y el Juicio. Luego podrías ayudarlos a hacer coincidir sus dibujos con versículos de Alma 11–12 que enseñen esos principios.

Alma 8:18–22

Puedo ser un buen amigo

  • Podrías invitar a un niño a hacer de cuenta que es Amulek y a otro a hacer de cuenta que es Alma mientras narras el relato que está en Alma 8:18–22. ¿En qué forma fue Amulek un buen amigo de Alma? Luego los niños podrían hablar de ocasiones en las que alguien haya sido un buen amigo para ellos y el modo en que aquello los hizo sentir.

  • Quizás podrías hacer un rompecabezas [puzle] de la amistad: busca o dibuja alguna imagen que represente la amistad y córtala en pedacitos semejantes a las piezas de un rompecabezas. Al dorso de cada pieza, escribe algo que podemos hacer para ser buenos amigos, incluso las cosas que hicieron Alma y Amulek. Los niños podrían turnarse para escoger una pieza y agregarla al rompecabezas mientras tú lees lo que está escrito al dorso. ¿Quién necesita nuestra amistad?

Dos niñas riendo

Alma 11:43–44

Gracias a Jesucristo, resucitaré

  • Considera alguna lección práctica como la siguiente para enseñar en cuanto a la resurrección: tu mano podría representar el espíritu, y un guante podría representar el cuerpo. Saca la mano del guante para mostrar que nuestro espíritu y nuestro cuerpo se separarán al momento de la muerte. Luego vuelve a colocar la mano en el guante para demostrar que nuestro espíritu y nuestro cuerpo se unirán de nuevo en la resurrección. Permite que los niños se turnen para ponerse y quitarse el guante mientras les lees Alma 11:43. Muestra una lámina del Salvador resucitado (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 59), y testifica que Jesucristo hizo posible que todos resucitemos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Alma comiendo con Amulek
Hoja de actividades: Compartir el Evangelio puede requerir persistencia y paciencia

24 – 30 junio: “Entrar en el reposo del Señor”

Alma 13–16

Alma y Amulek saliendo de la prisión

Ilustración de Alma y Amulek al ser liberados de la prisión, por Andrew Bosley

En muchos sentidos, la vida en Ammoníah había sido buena para Amulek y Zeezrom. Amulek era un “hombre de no poca reputación”, con “muchos parientes y amigos” y “muchas riquezas” (Alma 10:4). Zeezrom era un abogado diestro que “tramitaba muchos asuntos” (Alma 10:31). Entonces Alma llegó con la invitación a arrepentirse y “entrar en el reposo del Señor” (Alma 13:16). El que Amulek, Zeezrom y otros aceptaran esa invitación les requirió hacer sacrificios e incluso los llevó a afrontar adversidades casi insoportables.

Pero, claro está, la historia no termina allí. En Alma 13–16, vemos lo que les ocurre finalmente a las personas que creen “en el poder de Cristo para salvar” (Alma 15:6). A veces son libradas; otras veces son sanadas; y a veces las cosas no se tornan más fáciles en la vida. Sin embargo, siempre “el Señor […] recibe [a Su pueblo] para sí mismo en gloria” (Alma 14:11); siempre, el Señor concede “poder, según [nuestra] fe […] en Cristo” (Alma 14:28); y siempre, esa fe nos da “esperanza de que recibir[emos] la vida eterna” (Alma 13:29). Al leer estos capítulos, puedes hallar consuelo en esas promesas, y quizás llegar a comprender mejor lo que Alma quiso decir cuando habló de “entrar en el reposo del Señor” (Alma 13:16).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 13:1–19

Las ordenanzas del sacerdocio me guían a Jesucristo para obtener la redención

Las palabras de Alma en Alma 13 revelan poderosas verdades sobre el sacerdocio de Dios y su propósito: el de prepararnos para “entrar en el reposo del Señor”, es decir, la vida eterna (Alma 13:16). Quizás podrías escribir al menos una de esas verdades por cada versículo de Alma 13:1–19. A continuación hay algunas ideas para ayudarte a comenzar:

Versículo 1.

Al sacerdocio también se lo denomina “el Orden del Hijo de Dios” (véase también Doctrina y Convenios 107:1–4).

Versículo 2.

Dios ordena sacerdotes a fin de ayudar a las personas a acudir a Su Hijo para la redención.

¿Qué más encuentras? ¿Qué sientes en cuanto al sacerdocio al meditar en estas verdades?

¿Alguna vez has pensado que las ordenanzas del sacerdocio son un don de Dios para ayudarte a “esperar anhelosamente a su Hijo para recibir la redención”? (Versículo 2; véase también el versículo 16). Tal vez podrías hacer una lista de las ordenanzas que hayas recibido, tales como el bautismo, la confirmación, la Santa Cena, el ser apartado para un llamamiento, alguna bendición de consuelo o de salud, la bendición patriarcal, y las ordenanzas del templo. Medita en las experiencias que has tenido con ordenanzas como esas; considera el simbolismo que tienen y el Espíritu que sentiste. ¿De qué manera cada una de estas ordenanzas te guía a Jesucristo para obtener la redención?

Algunas personas creen erróneamente que las ordenanzas —y la autoridad del sacerdocio para efectuarlas— no son necesarias. ¿Cómo responderías a esa idea? Los siguientes son dos mensajes de la conferencia general que pueden ampliar tu entendimiento; escoge uno y escribe las respuestas que te acudan a la mente: Russell M. Nelson, “Tesoros espirituales”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 76–79; Dale G. Renlund, “El sacerdocio y el poder redentor del Salvador”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 64–67.

Véanse también Doctrina y Convenios 84:19–22; Temas del Evangelio, “Convenio”, Biblioteca del Evangelio.

Hombres jóvenes en la mesa sacramental

Alma 13

El Señor me invita a entrar en Su reposo

La invitación a “entrar en el reposo del Señor” (Alma 13:16) se repite con frecuencia en Alma 13. Tal vez podrías prestar atención a cada versículo en el que aparezca la palabra “reposo” y meditar en lo que cada uno de ellos te enseñe sobre lo que “el reposo del Señor” podría significar. ¿En qué se diferencia del reposo físico? ¿Cómo lo hallamos?

Véanse también Russell M. Nelson, “Vencer al mundo y hallar descanso”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 95–98; “Venid a Cristo”, Himnos, nro. 60.

Alma 14

En los momentos de sufrimiento, debemos confiar en el Señor

Tal vez te preguntes, como muchos otros, por qué les suceden cosas terribles a personas que tratan de vivir en rectitud. Quizás no halles todas las respuestas a esta difícil pregunta en Alma14, pero se puede aprender mucho de la forma en que Alma y Amulek respondieron ante la tragedia. ¿Qué aprendes de sus palabras y acciones en cuanto a por qué el Señor a veces permite que las personas rectas sufran? ¿Qué consejo podrían darnos Alma y Amulek cuando afrontamos pruebas difíciles?

Véanse también Romanos 8:35–39; 1 Pedro 4:12–14; Doctrina y Convenios 122:5–9; Dale G. Renlund, “Las injusticias exasperantes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 41–45.

Estar siempre preparados. Las oportunidades de enseñar pasan muy rápidamente; por eso es importante que las aproveches cuando surjan. Una tragedia en el mundo, por ejemplo, podría servir de ocasión para compartir principios de Alma 14 en cuanto a por qué el Señor a veces permite que los inocentes sufran.

Alma 15:16, 18

El discipulado requiere sacrificio

Podría ser interesante hacer una lista de las cosas que Amulek sacrificó para aceptar el Evangelio (véanse Alma 10:4–5; 15:16) y compararla con una lista de lo que recibió (véanse Alma 15:18; 16:13–15; 34:8). ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para llegar a ser un discípulo de Jesucristo más fiel?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 13:1–2, 16

El poder del sacerdocio me ayuda a acercarme más a Cristo

  • Una manera de ayudar a los niños a reconocer cómo el poder del sacerdocio nos dirige a Cristo es mostrarles imágenes de formas en las que se ejerce el poder del sacerdocio (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 103–110). Los niños podrían ayudarte a pensar en maneras en las que Jesús usó Su poder (véanse, por ejemplo, Mateo 26:26–28; Marcos 5:22–24, 35–43; Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 38–41). Luego podrían leer juntos Alma 13:2 y hablar sobre cómo el poder del sacerdocio nos ayuda a “esperar anhelosamente a[l] Hijo [de Dios]” y llegar a ser más semejantes a Él.

  • ¿Por qué Dios nos dio las ordenanzas del sacerdocio? Ayuda a los niños a hallar la respuesta en Alma 13:16. Si necesitan ayuda para entender lo que es alguna ordenanza, hay listas en el Manual General, 18.1 y 18.2. Quizás podrías hablar con los niños sobre tus experiencias al recibir esas ordenanzas. ¿De qué modo nos ayudan a “esperar anhelosamente de [Jesucristo] la remisión de [nuestros] pecados”? Alguna canción como “Cuando me bautice” (Canciones para los niños, pág. 53) puede ayudar a los niños a pensar en otras razones por las que debemos estar agradecidos por las ordenanzas del sacerdocio.

Alma 13:10–12

Jesucristo puede purificarme

  • Después de leer juntos estos versículos, piensa en maneras de ayudar a los niños a visualizar lo que estos enseñan. Tal vez podrían lavar algo juntos. ¿Cómo nos sentimos cuando estamos sucios? ¿Cómo nos sentimos cuando volvemos a estar limpios? ¿En qué se parecen esos sentimientos a lo que sentimos cuando pecamos, y luego nos arrepentimos y llegamos a estar limpios por medio de la expiación del Salvador?

Alma 14:18–29

El Padre Celestial me fortalece cuando tengo fe en Jesucristo

  • La hoja de actividades de esta semana podría ayudarte a ti o a los niños a relatar la historia que se encuentra en Alma 14:18–29 (véase también “Capítulo 22: La misión de Alma en Ammoníah”, Historias del Libro de Mormón, págs. 58–63). Haz hincapié en que Alma y Amulek recibieron fuerza debido a su “fe que est[aba] en Cristo” (Alma 14:26). También podrías hablar sobre alguna ocasión en la que Dios te haya dado fuerza “según [tu] fe”. ¿Cómo podemos ser fieles como Alma y Amulek?

Alma 15:3–12

Jesucristo puede cambiar el corazón

  • El cambio de corazón que experimentó Zeezrom es inspirador. Considera repasar con los niños lo que aprendieron la semana pasada sobre Zeezrom. Luego podrían leer juntos Alma 15:3–12 para descubrir cómo cambió. ¿Qué aprendemos de la experiencia de Zeezrom en cuanto al poder del Señor? (Véase “Zeezrom es sanado y bautizado” [video], Biblioteca del Evangelio).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Alma y Amulek en la cárcel
Hoja de actividades: El Padre Celestial fortalece a las personas que tienen fe

1 – 7 julio: “Os haré instrumentos en mis manos”

Alma 17–22

Ammón hablando con el rey Lamoni

Ammon and King Lamoni [Ammón y el rey Lamoni], por Scott M. Snow

Piensa en todas las razones que la gente podría dar para no compartir el Evangelio: “No sé lo suficiente”, “No estoy seguro de que estén interesados” o, quizás, “Temo que me rechacen”. Tal vez en ocasiones hayas tenido pensamientos similares. Los nefitas tenían una razón adicional para no compartir el Evangelio con los lamanitas: a ellos se les describía como “un pueblo salvaje, empedernido y feroz; un pueblo que se deleitaba en asesinar a los nefitas” (Alma 17:14; véase también Alma 26:23–25). Sin embargo, los hijos de Mosíah tenían una razón más fuerte aun por la que sentían que debían compartir el Evangelio con los lamanitas: “… estaban deseosos de que la salvación fuese declarada a toda criatura, porque no podían soportar que alma humana alguna pereciera” (Mosíah 28:3). El amor que inspiraba a Ammón y sus hermanos también puede inspirarte a ti a compartir el Evangelio con tus familiares, amigos y conocidos, incluso con aquellos que no parezca que vayan a aceptarlo.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 17:1–4

Las acciones simples y constantes de devoción a Cristo me ayudan a recibir Su poder

¿Qué aprendes de Alma 17:1–4 en cuanto a cómo mantener firmes tu testimonio de Jesucristo y tu compromiso hacia Él? ¿Qué hicieron los hijos de Mosíah, y de qué modo los bendijo el Señor?

Al leer las experiencias de los hijos de Mosíah en Alma 17–22, observa la forma en que su preparación espiritual influyó en su servicio entre los lamanitas (por ejemplo, véanse Alma 18:10–18, 34–36; 20:2–5; 22:12–16). ¿Qué te sientes inspirado a hacer para seguir su ejemplo?

Alma 17:6–12; 19:16–36

Puedo ser un instrumento en las manos de Dios

Los relatos de conversión que leemos en las Escrituras a menudo son impactantes, pero, en esencia, generalmente se trata de personas que tuvieron la valentía de hablar y compartir su fe en Jesucristo. Piensa en ello al leer sobre Abish y los hijos de Mosíah esta semana.

¿Qué crees que significa ser un instrumento en las manos de Dios? Podría ayudarte el pensar en instrumentos o herramientas que uses en tu vida cotidiana. En Alma 17:6–12, observa qué hicieron los hijos de Mosíah para poder ser instrumentos en las manos de Dios. ¿Cómo puedes ser un instrumento más eficaz para ayudar a otras personas a venir a Cristo?

¿Qué te llama la atención sobre Abish en Alma 19:16–36? ¿Qué aprendes de ella en cuanto a ayudar a los demás a edificar la fe en Cristo? Por ejemplo, ¿qué sientes que ayudaría a tus seres queridos a “creer en el poder de Dios”? (Alma 19:17).

También podrías comparar la experiencia de Abish con los principios que el élder Dieter F. Uchtdorf enseñó en “La obra misional: Compartir lo que guardan en el corazón” (Liahona, mayo de 2019, págs. 15–18). ¿De qué manera ejemplifica Abish las “Cinco sugerencias sencillas” del élder Uchtdorf? Trata de escribir algunas cosas que podrías decir sobre Jesucristo. Por ejemplo, “Para mí, Jesucristo…” o “El Salvador me ayuda a…”.

Véanse también Temas del Evangelio, “Ministering as the Savior Does [Ministrar como lo hace el Salvador]”, Biblioteca del Evangelio; “Brillan rayos de clemencia”, Himnos, nro. 208; “Venir y ver”, “Venir y ayudar”, “Venir y quedarse” (videos), Biblioteca del Evangelio.

Enseña lecciones prácticas. Cada vez que las personas pueden ver o tocar algo relacionado con lo que están aprendiendo, tienen más probabilidades de recordarlo por más tiempo. Si estás enseñando acerca de Alma 17:11, por ejemplo, considera mostrar instrumentos musicales o elementos para escribir a fin de inspirar un análisis sobre cómo ser instrumentos en las manos de Dios.

Alma 17–19

Cuando mostramos amor por los demás, podemos ayudarlos a recibir el evangelio de Jesucristo

Busca versículos en Alma 17–19 que muestren cómo el amor de Ammón por los lamanitas inspiró sus esfuerzos por compartir el evangelio de Jesucristo. ¿Qué otras verdades sobre compartir el Evangelio aprendes de su ejemplo?

Véase también “Ammón sirve y enseña al rey Lamoni” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ammón salvando las ovejas del rey

Alma 19:36

El Señor me ayudará a arrepentirme

Después de relatar la conversión de Lamoni y su pueblo, Mormón resumió la historia con una observación sobre Jesucristo. ¿Qué aprendes en Alma 19:36 acerca del carácter del Señor? ¿Qué más te enseña sobre Él el relato que se encuentra en Alma 19:16–36? ¿En qué ocasiones has sentido que el Señor te ha extendido Su brazo?

Alma 20:23; 22:15–18

Cualquier sacrificio por conocer a Dios vale la pena

Compara lo que el padre de Lamoni estaba dispuesto a dar para salvar su vida (véase Alma 20:23) con lo que más adelante estaba dispuesto a dar para recibir el gozo del Evangelio y para conocer a Dios (véase Alma 22:15, 18). Reflexiona sobre lo que estás dispuesto a sacrificar a fin de conocer a Dios más plenamente.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 17:2–3

Mi testimonio de Jesucristo crece cuando leo las Escrituras, oro y ayuno

  • ¿Cómo puede el ejemplo de los hijos de Mosíah ayudar a los niños a edificar su testimonio de Jesucristo? Podrías ayudar a los niños a averiguar lo que hicieron los hijos de Mosíah para aumentar su fortaleza espiritual en Alma 17:2–3. Luego podrían dibujar o buscar objetos que representes esas cosas. Ayúdalos a planificar lo que harán para fortalecer su testimonio del Salvador.

Alma 17–19

Puedo compartir el evangelio de Jesucristo con otras personas

  • A fin de aprender en cuanto a ser instrumentos en las manos de Dios, como lo fueron los hijos de Mosíah, los niños y tú podrían observar algún instrumento o alguna herramienta y comentar para qué se utiliza. Luego podrías leer Alma 17:11 y hablar de lo que significa ser instrumentos del Padre Celestial para ayudar a la gente a aprender en cuanto a Jesucristo.

  • La hoja de actividades de esta semana contiene imágenes que representan verdades que Ammón enseñó al rey Lamoni. Podrías ayudar a los niños a encontrar esas verdades en Alma 18:24–40. Ellos podrían hacer de cuenta que son misioneros y compartir lo que sepan sobre esas verdades.

  • Después de leer sobre Abish con los niños (véase Alma 19:16–20, 28–29), podrían hacer de cuenta que son como Abish corriendo en el lugar, golpeando puertas y hablando de lo que ocurrió en Alma 19:1–17. ¿Cómo podemos ser como Abish y compartir lo que sabemos sobre Jesucristo y Su evangelio? Los niños podrían hacer dibujos de ellos mismos compartiendo el Evangelio con alguien o entonar juntos alguna canción que hable sobre compartir el Evangelio, tal como “Llamados a servir” (Himnos, nro. 161).

Alma 17:21–25; 20:8–27; 22:1–3

Puedo ayudar a otras personas a venir a Cristo al mostrarles el amor que siento por ellas

  • Al principio, tanto el rey Lamoni como su padre endurecieron el corazón hacia el Evangelio. Más adelante, su corazón se ablandó y creyeron en Jesucristo. ¿Cómo sucedió eso? Ayuda a los niños a encontrar respuestas a esta pregunta al repasar con ellos las experiencias de Ammón. Podrían hacer una dramatización de “Capítulo 23: Ammón, un gran siervo” y “Capítulo 24: Ammón conoce al padre del rey Lamoni” (Historias del Libro de Mormón, págs. 64–68, 69–70). O bien, quizás a los niños les agrade dibujar diversas partes del relato y luego utilizar los dibujos para narrar los relatos. ¿Qué hizo Ammón para ayudar a Lamoni y a su padre a abrir el corazón al evangelio de Jesucristo? (Véanse Alma 17:21–25; 20:8–27; 22:1–3).

  • Quizás los niños y tú podrían pensar en alguien que necesite saber acerca de Jesucristo. Ayúdalos a pensar en formas en que puedan ser un buen ejemplo y mostrar amor a esa persona, tal como Ammón lo hizo por Lamoni y su padre.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Ilustración de Abish
Hoja de actividades: Puedo compartir el Evangelio con los demás

8 – 14 julio: “Nunca más se desviaron”

Alma 23–29

Los anti-nefi-lehitas enterrando sus armas

Anti-Nephi-Lehies Bury Their Weapons of War [Los anti-nefi-lehitas entierran sus armas de guerra], por Jody Livingston

¿Te has preguntado alguna vez si las personas en verdad pueden cambiar? Quizás te preocupe si podrás o no vencer el efecto de algunas malas decisiones que hayas tomado, o si podrás o no superar ciertos malos hábitos que hayas adquirido; o tal vez tengas inquietudes similares en cuanto a tus seres queridos. Si ese es el caso, la historia de los anti-nefi-lehitas te puede ayudar. Estas personas eran enemigos acérrimos de los nefitas. Cuando los hijos de Mosíah decidieron ir a predicarles el Evangelio, los nefitas “se burlaron de [ellos]”. Les parecía una solución más plausible matar a los lamanitas, antes que convertirlos (véase Alma 26:23–25).

Mas los lamanitas sí cambiaron, gracias al poder de Jesucristo para convertir. Alguna vez fueron conocidos por ser “un pueblo salvaje, empedernido y feroz” (Alma 17:14), pero llegaron a “distingu[irse] por su celo para con Dios” (Alma 27:27). En efecto, “nunca más se desviaron” (Alma 23:6).

Puede que tengas algunos pensamientos o acciones que necesites cambiar, o “armas de […] rebelión” que debas abandonar (Alma 23:7). O quizás solo tengas que mostrar un poco más de celo para con Dios. Cualesquiera que sean los cambios que debas hacer, Alma 23–29 te infundirá esperanza en que es posible lograr un cambio duradero mediante el poder expiatorio de Jesucristo.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 23–25; 27

Mi conversión a Jesucristo y a Su evangelio me cambiarán la vida

Parecía poco probable que los lamanitas se convirtieran; sin embargo, muchos de ellos experimentaron cambios milagrosos gracias a Jesucristo. Aquellos lamanitas convertidos se llamaron a sí mismos anti-nefi-lehitas.

Leer Alma 23–25; 27 podría inspirarte a meditar en tu propia conversión. Presta atención a cómo los anti-nefi-lehitas cambiaron, cómo se “conv[irtieron] al Señor” (Alma 23:6). Los siguientes versículos te servirán para empezar:

¿De qué forma te ha cambiado Jesucristo y Su evangelio? ¿En qué ocasiones te has sentido cerca de Él? ¿Cómo puedes saber si te estás convirtiendo a Jesucristo? ¿Qué te invita a hacer el Espíritu a continuación?

Véanse también David A. Bednar, “Convertidos al Señor”, Liahona, noviembre de 2012, págs. 106–109; Dale G. Renlund, “Un compromiso inquebrantable con Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 22–25; Temas del Evangelio: “Become like Jesus Christ [Llegar a ser como Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio.

Alma 24:7–19; 26:17–22

Debido a que Dios es misericordioso, Él me perdona conforme me arrepiento

El cambio que experimentaron los anti-nefi-lehitas fue más que un cambio de comportamiento: fue un cambio de corazón fruto de la fe en Jesucristo y del arrepentimiento sincero. Es posible que halles alguna verdad sobre el arrepentimiento en cada versículo de Alma 24:7–19. ¿Qué enseñan estos versículos acerca de la misericordia de Dios para con aquellos que se arrepienten? ¿Qué otras verdades aprendes en Alma 26:17–22?

Reflexiona sobre cómo Dios ha mostrado Su misericordia en tu vida. ¿De qué manera puedes expresarle tu gratitud?

Alma 26; 29

Compartir el Evangelio me da gozo

La palabra gozo aparece veinticinco veces en Alma 23–29, lo cual hace que estos capítulos sean un buen lugar para aprender cómo recibir gozo al vivir —y compartir— el evangelio del Salvador. Considera estudiar Alma 26:12–22, 35–37; y 29:1–17, prestando atención a las razones por las que Ammón, los hijos de Mosíah y Alma se regocijaron. ¿Qué aprendes de estos pasajes que puede llevarte a tener más gozo en tu vida?

El élder Marcus B. Nash enseñó: “Compartir el Evangelio genera gozo y esperanza en el alma del que da y del que recibe […]. Compartir el Evangelio produce gozo sobre gozo, esperanza sobre esperanza” (“Alcen su luz”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 71–72). ¿Qué experiencias has tenido al compartir el Evangelio con otras personas? ¿Qué desafíos afrontas cuando procuras compartir el Evangelio? ¿Cómo puede el Padre Celestial ayudarte a superar esos desafíos?

Para recibir instrucción profética sobre cómo compartir el Evangelio —y hallar gozo al hacerlo— considera estudiar el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “Compartir el Evangelio restaurado”, (Liahona, noviembre de 2016, págs. 57–60). ¿Qué sugerencias encuentras en su mensaje?

Véanse también “La historia de la familia Bush”, “Comparte tus creencias”, “Compartir el Evangelio” (videos), Biblioteca del Evangelio.

Busca patrones y temas reiterativos. Cuando estudiamos las Escrituras, podemos hallar verdades preciosas al observar palabras, frases o ideas que se repitan. Puedes correlacionar o vincular esas ideas que se repiten en las Escrituras para que sean más fáciles de ver.

Alma 26:5–7

Puedo hallar refugio en Jesucristo y Su evangelio

En la época de la cosecha, se suele juntar el grano en atados o haces llamados gavillas, que se almacenan en depósitos a veces llamados graneros. Al leer Alma 26:5–7, reflexiona sobre lo que las gavillas, los graneros y las tormentas podrían representar en tu vida. ¿De qué modo hallas refugio en Jesucristo?

Véanse también Russell M. Nelson, “El templo y el cimiento espiritual de ustedes”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 93–96; David A. Bednar, “Honorablemente [retener] un nombre y una posición”, Liahona, mayo de 2009, págs. 97–100; “¡Oh Jesús, mi gran amor!”, Himnos, nro. 53.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 24:6–24

El Señor me bendice cuando me esfuerzo por cumplir las promesas que le hice

  • Tal vez los niños disfruten de enterrar sus “armas”, como los anti-nefi-lehitas. Podrías leer algunos versículos de Alma 24:6–24 para enseñarles sobre las promesas que los anti-nefi-lehitas hicieron para seguir al Salvador. Luego podrían pensar en algo que cambiarán a fin de seguirlo a Él, escribirlo en la hoja de actividades de esta semana y hacer de cuenta que cavan un hoyo y entierran “su arma”.

  • Los niños podrían leer Alma 24:15–19 y prestar atención a lo que los anti-nefi-lehitas hicieron como “testimonio a Dios”. Luego podrías hablar con ellos acerca de la forma en que nuestros convenios pueden ser “un testimonio a Dios” (versículo 18). Permíteles que hablen sobre cómo mostrarán a Dios que desean seguirlo. Entonar alguna canción como “Voy a vivir el Evangelio” (Canciones para los niños, pág. 72) podría inspirarlos.

Alma 24:7–10; 26:23–34; 27:27–30

Puedo arrepentirme

  • Para ayudar a los niños a reconocer cómo Jesucristo puede ayudarnos a cambiar cuando nos arrepentimos, podrías enseñarles sobre los anti-nefi-lehitas. Para ello, podrías mostrar dos recipientes con etiquetas que digan “antes” y “después”. Luego los niños podrían leer Alma 17:14–15 y 27:27–30, escribir cómo eran los lamanitas antes y después de arrepentirse, y poner los papeles en el recipiente correcto. Según Alma 24:7–10, ¿qué los ayudó a cambiar? ¿Cómo podemos demostrar nuestra gratitud a Dios por Su misericordia?

Alma 26; 29

Jesucristo me brinda gozo, y puedo compartir ese gozo

  • Tal vez a los niños y a ti les agrade hacer dibujos de cosas del evangelio de Jesucristo que les den gozo. Muéstrales tu dibujo y aliéntalos a dar sus dibujos a alguien para ayudar a esa persona a que también sienta gozo.

  • Ayuda a los niños a buscar la palabra gozo y las conjugaciones que haya de la palabra regocijar en Alma 2629. ¿Qué brindó gozo a Ammón y a Alma o hizo que se regocijaran? Esta pregunta podría dar pie a un análisis sobre el gozo que proviene de vivir y compartir el evangelio de Jesucristo.

Alma 27:20–30

Puedo ayudar a mis amigos a vivir el evangelio de Jesucristo

  • Los niños podrían leer Alma 27:22–23 para descubrir lo que los nefitas hicieron para ayudar a los anti-nefi-lehitas a cumplir su promesa de nunca volver a pelear. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros amigos a cumplir con sus promesas? Los niños podrían representar algunas situaciones. Por ejemplo, ¿qué le podemos decir a algún amigo que tenga el deseo de mentir o ser malo?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Los anti-nefi-lehitas enterrando sus armas
Hoja de actividades: Soy bendecido cuando cumplo mis promesas

15 – 21 julio: “La virtud de la palabra de Dios”

Alma 30–31

Alma enseñándole a Korihor

All Things Denote There Is a God (Alma and Korihor) [Todas las cosas indican que hay un Dios (Alma y Korihor)], por Walter Rane

Los relatos que se hallan en Alma 30–31 demuestran claramente el poder de las palabras, ya sea para bien o para mal. Las palabras “lisonjeras” y “muy altaneras” de un falso maestro llamado Korihor amenazaban con llevar a “muchas almas a la destrucción” (Alma 30:31, 47). De modo semejante, las enseñanzas de un disidente nefita llamado Zoram condujeron a todo un grupo de personas a caer “en grandes errores” y a “pervert[ir] las vías del Señor” (Alma 31:9, 11).

En cambio, Alma tenía una fe inquebrantable en que la palabra de Dios tendría un “efecto más potente en la mente del pueblo que la espada o cualquier otra cosa” (Alma 31:5). Las palabras de Alma declararon la verdad eterna e invocaron los poderes de Jesucristo para silenciar a Korihor (véase Alma 30:39–50); también hicieron descender Sus bendiciones sobre aquellos que fueron con él a traer a los zoramitas de vuelta a la verdad (véase Alma 31:31–38). Estos son valiosos ejemplos para los seguidores de Cristo en nuestros días, en los que los mensajes falsos son comunes. Podemos encontrar la verdad si confiamos en “la virtud de la palabra de Dios”, tal como lo hizo Alma (Alma 31:5).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 30:6–31

El adversario trata de engañarme con enseñanzas falsas

En Alma 30, a Korihor se le llama “anticristo” (versículo 6). Un anticristo es cualquier persona o cosa que se oponga abierta o secretamente a Jesucristo y Su evangelio. ¿Qué versículos de Alma 30:6–31 muestran que Korihor encaja en esa descripción? Estudiar las falsas enseñanzas de Korihor puede ayudarte a reconocer y rechazar enseñanzas similares. Las siguientes actividades pueden serte útiles en tu estudio:

  • ¿Qué lecciones prácticas se te ocurren para entender mejor la diferencia entre las enseñanzas del Salvador y las imitaciones falsas de Satanás? Algunos ejemplos son los señuelos de pesca, el dinero falso y la publicidad engañosa. ¿Cómo puedes saber si algo es falso? ¿Cómo puedes reconocer la verdad?

  • Si lo deseas, haz una lista de las falsas doctrinas que Korihor enseña en Alma 30:6–31. ¿Cuáles de sus enseñanzas pueden ser tentadoras en la actualidad? (Véase Alma 30:12–18, 23–28). ¿Qué daño puede causar el aceptar tales ideas? ¿Qué mensajes falsos utiliza el adversario para tratar de engañarte hoy en día?

  • ¿Qué hizo Alma para contrarrestar las enseñanzas de Korihor con la verdad? (Véase Alma 30:31–54). ¿Cómo puedes usar esos mismos principios en tu vida?

Al igual que Alma, los profetas y apóstoles modernos nos ayudan a saber cuál es la diferencia entre la verdad y las mentiras de Satanás. ¿Qué consejos encuentras en los siguientes mensajes? Gary E. Stevenson, “No me engañes” (Liahona, noviembre de 2019, págs. 93–96); Dallin H. Oaks “No se dejen engañar” (Liahona, noviembre de 2004, págs. 43–46).

Véanse también Temas del Evangelio, “Seek Truth and Avoid Deception [Buscar la verdad y evitar el engaño]”, Biblioteca del Evangelio; “¿Qué es la verdad?”, Himnos, nro. 177.

Korihor habla con Alma

Alma 30:39–46

Todas las cosas testifican de Dios

En la actualidad, muchas personas creen que Dios no existe. ¿Qué encuentras en Alma 30:39–46 que te ayuda a saber que Dios es real? ¿Qué nos impide llegar a conocerlo? ¿Qué otros testimonios te ha dado Dios de que Él vive?

Alma 30:56–60

El adversario no apoya a sus seguidores

¿Qué aprendes en Alma 30:56–60 sobre la manera en que el diablo trata a sus seguidores? ¿Qué puedes hacer para proteger tu hogar contra su influencia?

Véase también Alma 36:3.

Alma 31

La palabra de Dios tiene el poder de conducir a las personas a la rectitud

El problema de que los zoramitas se separaran de los nefitas puede haber sido considerado por algunos como digno de una solución política o militar (véase Alma 31:1–4). Sin embargo, Alma había aprendido a confiar en “la virtud de la palabra de Dios” (Alma 31:5). ¿Qué aprendes en Alma 31:5 en cuanto al poder de la palabra de Dios? (Véanse también Hebreos 4:12; 1 Nefi 15:23–24; 2 Nefi 31:20; Jacob 2:8; Helamán 3:29–30).

Al estudiar Alma 31, ¿qué otras verdades del Evangelio puedes encontrar que se apliquen a tus experiencias de vida? Por ejemplo:

  • ¿De qué forma has visto que la palabra de Dios guía a la gente a hacer lo bueno? (Véase el versículo 5).

  • Compara las actitudes, sentimientos y acciones de Alma respecto a los demás (véanse los versículos 34–35) con los de los zoramitas (véanse los versículos 17–28). ¿Cómo puedes ser más como Alma?

  • ¿Qué encuentras en Alma 31:30–38 que pueda ayudar a quienes sufren a causa de los pecados de otras personas?

Alma 31:5–6

Gracias a Jesucristo, todas las personas pueden cambiar

Fíjate en el grupo de personas que Alma llevó consigo a enseñar el Evangelio a los zoramitas (véase Alma 31:6). ¿Qué aprendes sobre la vida de esas personas en Mosíah 27:8–37; 28:4; Alma 10:1–6; 11:21–25; 15:3–12)? ¿Qué mensajes puede haber para ti en las vivencias de ellos?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 30

El Libro de Mormón me advierte sobre las falsas enseñanzas

  • Considera poner a la vista algunos artículos (tales como dinero o comida) e imitaciones de juguete de dichos artículos. Aquello podría dar pie a un análisis sobre cómo podemos reconocer la diferencia entre las cosas que son reales y las que son falsas. Luego podrías ayudar a los niños a leer Alma 30:12–18 y reconocer las mentiras o enseñanzas falsas que Korihor enseñaba en cuanto a Dios. En Alma 30:32–35, ¿cómo respondió Alma a esas mentiras? ¿Qué aprendemos de su ejemplo?

Alma 30:44

Todas las cosas testifican de Dios

  • Alma habló de cómo las cosas que hay en el cielo y en la tierra testifican que Dios vive. De ser posible, sal a caminar afuera con los niños o miren por una ventana mientras tú lees Alma 30:44. Pídeles que señalen las cosas que vean que les ayuden a saber que Dios es real y que los ama. También podrían dibujar las cosas que descubran (véase la hoja de actividades de esta semana).

  • Mientras los niños y tú cantan “Mi Padre Celestial me ama” (Canciones para los niños, págs. 16–17), pásense el uno al otro una pelota u otro objeto. De cuando en cuando, detén la música y pide al niño que tenga el objeto que diga alguna cosa que el Padre Celestial haya creado por la que esté agradecido.

Los niños aprenden por medio de ayudas visuales. Las ayudas visuales los ayudarán a entender mejor y a recordar por más tiempo lo que se les haya enseñado. La mayoría de las actividades para niños de esta reseña sugieren el uso de ayudas visuales. Considera volver a mostrar las mismas ayudas visuales en el futuro para ayudar a los niños a recordar lo que aprendieron.

Alma 31:5

La palabra de Dios es poderosa

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a entender que la palabra de Dios es más poderosa que “cualquier otra cosa”? (Alma 31:5). Considera invitarlos a pensar en algo o alguien que sea poderoso, o bien, muestra imágenes de algunas cosas poderosas. ¿Qué las vuelve poderosas? Lean juntos Alma 31:5 y pregunta a los niños qué piensan que significa ese versículo. Comparte alguna experiencia en la que la palabra de Dios haya ejercido una influencia poderosa en ti.

Alma 31:8–35

El Padre Celestial escucha mis oraciones

  • Resume brevemente el relato sobre Alma y los zoramitas, utilizando versículos de Alma 31:8–35 (véase también “Capítulo 28: Los zoramitas y el Rameúmptom”, Historias del Libro de Mormón, págs. 78–80). Ayuda a los niños a buscar aquellas cosas que los zoramitas decían en al orar (véase Alma 31:15–18), mientras ellos te ayudan a edificar una torre “Rameúmptom” con bloques [cubos de juguete] o piedras. Explica que esa no es la forma en que debemos orar. Mientras los niños y tú hablan sobre cómo debemos orar, permite que quiten los bloques o piedras, uno por uno. Tal vez podrían colocar alguna de las piedras junto a la cama como recordatorio de orar cada mañana y cada noche. Quizá les agrade decorar la piedra.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Un zoramita orando en el Rameúmptom
Hoja de actividades: Todas las cosas testifican de Dios

22 – 28 julio: “Planta[d] esta palabra en vuestros corazones”

Alma 32–35

Semilla en la mano de un niño

Para los zoramitas, la oración consistía en ponerse de pie en un lugar donde todos pudieran verlos, y repetir palabras vanas y autocomplacientes. Los zoramitas no tenían fe en Jesucristo —incluso negaban Su existencia— y perseguían a los pobres (véase Alma 31:9–25). Por el contrario, Alma y Amulek enseñaron que la oración estaba más relacionada con lo que sucede en el corazón que con lo que sucede en el ámbito público. Y si no mostramos compasión hacia las personas necesitadas, nuestra oración “es en vano y no […] vale nada” (Alma 34:28). Lo más importante es que oramos porque tenemos fe en Jesucristo, quien ofrece redención mediante Su “sacrificio infinito y eterno” (Alma 34:10). Alma explicó que esa fe comienza con la humildad y con un “deseo de creer” (Alma 32:27). Con el tiempo, y al nutrirla constantemente, la palabra de Dios echa raíz en nuestro corazón hasta convertirse en “un árbol que brotará para vida sempiterna” (Alma 32:41).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 32:17–43

Ejerzo fe en Jesucristo al plantar y nutrir Su palabra en mi corazón

Al leer Alma 32:17–43, fíjate en las palabras y frases que te ayuden a entender cómo ejercer la fe en Jesucristo. ¿Qué aprendes en cuanto a lo que es la fe y lo que no lo es?

Otra manera de estudiar Alma 32 es dibujar las diversas fases del crecimiento de una semilla, y luego agregar títulos a cada dibujo con palabras tomadas de Alma 32:28–43 que te ayuden a entender cómo sembrar y nutrir la palabra de Dios en tu corazón.

Véase también Russell M. Nelson, “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 101–104.

Alma 32:26–43

Puedo saberlo por mí mismo

A los zoramitas, que aún no estaban seguros del testimonio de Alma acerca de Cristo, Alma les propuso “un experimento” (véase Alma 32:27). Los experimentos requieren tener el deseo, curiosidad, actuar y tener al menos un poco de fe; ¡y pueden conducir a descubrimientos maravillosos! Piensa en los experimentos que hayas visto o en los que hayas participado. Según Alma 32:26–36, ¿qué tipo de experimento puede conducir a la fe en Jesucristo?

¿De qué manera has “experimentado” con la palabra de Dios y llegado a saber que “la palabra es buena”? (Alma 32:28).

Alma 33:2–11; 34:17–29

Puedo adorar a Dios en oración en cualquier momento y en cualquier lugar

El consejo de Alma y Amulek en cuanto a la adoración y la oración tenía como fin corregir algunas malinterpretaciones específicas que tenían los zoramitas. Considera enumerarlas (véase Alma 31:13–23). Junto a esa lista, podrías hacer una lista de las verdades en cuanto a la oración que aparecen en Alma 33:2–11 y 34:17–29. ¿Cómo influirá lo que aprendas en estos versículos en la forma en que oras y adoras?

También puedes hallar otras ideas en algún himno que hable de la oración, tal como “Oh dulce, grata oración” (Himnos, nro. 78).

Alma 34:9–16

Necesito a Jesucristo y Su expiación

Observa cuántas veces Amulek utilizó las palabras infinito y eterno para describir el sacrificio expiatorio del Salvador en Alma 34:9–14. ¿Por qué es importante saber que la expiación del Salvador es infinita y eterna? Busca palabras y frases en los siguientes versículos que también describan la expiación del Salvador: Hebreos 10:10; 2 Nefi 9:21; Mosíah 3:13.

Aunque sepamos que el poder de Jesús para salvar es infinito y eterno, a veces podríamos dudar de que se aplique a nosotros o a alguien que haya pecado contra nosotros. El élder David A. Bednar una vez habló sobre algunas personas que “[p]arecen tener fe en el Salvador, pero no creen que las bendiciones que Él ha prometido estén disponibles para ellos” (“Si me conocierais”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 105). ¿Qué puede impedir que recibamos plenamente el poder del Salvador? Reflexiona sobre cómo puedes saber que la expiación de Jesucristo es infinita y eterna.

Para meditar sobre cuánto necesitas la expiación del Salvador, podría ayudarte pensar en algo que necesites todos los días. Pregúntate: “¿Cómo sería mi vida sin eso?”. Luego, al estudiar Alma 34:9–16, piensa en cómo sería tu vida sin Jesucristo. Podrías encontrar más ideas en 2 Nefi 9:7–9. ¿Cómo resumirías Alma 34:9–10 en una oración?

Véanse también Michael John U. Teh, “Nuestro Salvador personal”, Liahona, mayo de 2021, págs. 99–101; Temas del Evangelio, “Expiación de Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio; “Recuperado” (video), Biblioteca del Evangelio.

Alma 34:30–41

“Hoy es el tiempo y el día de vuestra salvación”

Imagina que deseas participar en un maratón o en una interpretación musical. ¿Qué pasaría si esperaras hasta el día del evento para prepararte? ¿Cómo se relaciona este ejemplo con las advertencias de Amulek que se encuentran en Alma 34:32–35? ¿Cuál es el peligro de demorar nuestros esfuerzos por arrepentirnos y cambiar?

El versículo 31 también tiene un mensaje para las personas a las que les preocupe que ya se hayan demorado demasiado y que sea muy tarde para arrepentirse. ¿Cuál dirías que es ese mensaje?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 32:1–16

El Señor puede enseñarme cuando elijo ser humilde

  • Alma y Amulek tuvieron éxito en enseñar a los zoramitas que eran humildes. ¿Qué significa ser humilde? Ayuda a los niños a buscar la definición de humilde en la Guía para el Estudio de las Escrituras. ¿Qué otros indicios sobre el significado de esa palabra encontramos en Alma 32:13–16? Invítalos a completar alguna oración similar a “Soy humilde cuando ”.

Alma 32:28–43

Mi testimonio de Jesucristo crece cuando lo nutro

  • Las semillas, los árboles y la fruta son objetos cotidianos que pueden ayudar a los niños a entender principios abstractos como la fe y el testimonio. Haz que los niños sostengan una semilla mientras lees Alma 32:28. Luego podrías pedirles que te ayuden a pensar en maneras en las que desarrollar un testimonio de Jesucristo es como plantar y nutrir una semilla (véase “Capítulo 29: Alma enseña en cuanto a la fe y la palabra de Dios”, Historias del Libro de Mormón, pág. 81). Tal vez podrías plantar una semilla y hablar sobre qué se necesita para ayudar a que una semilla —o un testimonio— crezca.

  • Hay una imagen de un árbol en esta reseña que podrías utilizar para ilustrar las palabras de Alma que están en Alma 32:28–43. O bien, podrían dar un paseo para buscar plantas en diferentes etapas de crecimiento y leer los versículos de Alma 32, donde se compara nuestro testimonio con una planta en crecimiento. O quizás los niños podrían dibujar un árbol en la pizarra y agregar una hoja o un fruto cada vez que piensen en algo que puedan hacer para ayudar a que su testimonio de Jesucristo crezca.

  • Podrías pedir a los niños que traten de meter una semilla (que representa la palabra de Dios) en una piedra (que representa un corazón orgulloso) y en tierra suave (que representa un corazón humilde). Lean juntos Alma 32:27–28 y hablen sobre lo que significa “d[ar] cabida” (versículo 27) a la palabra de Dios en nuestro corazón.

Hagan dibujos. Algunas personas aprenden mejor cuando hacen un dibujo de lo que están aprendiendo. Durante el estudio de Alma 32, a los niños les podría gustar dibujar una semilla que crece hasta convertirse en árbol.

Alma 33:2–11; 34:17–27

Puedo orar a mi Padre Celestial en cualquier momento y sobre cualquier cosa

  • Ayuda a los niños a encontrar frases que describan lugares en los que podemos orar (en Alma 33:4–11) y cosas sobre las cuales podemos orar (en Alma 34:17–27). Quizás podrían hacer dibujos de sí mismos orando en esos lugares. Relaten experiencias en las que el Padre Celestial haya escuchado sus oraciones. También podrían entonar alguna canción que hable de la oración, tal como “Oración de un niño” (Canciones para los niños, págs. 6–7).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Fruto en un árbol
Hoja de actividades: Puedo tener fe en Jesucristo

29 julio – 4 agosto: “Acud[e] a Dios para que vivas”

Alma 36–38

Mujer orando

Woman [Mujer], por Jen Tolman; prohibida su reproducción

Cuando Alma vio la iniquidad que lo rodeaba, sintió una profunda “aflicción”, “tribulación” y “angustia en el alma” (Alma 8:14). La “iniquidad entre este pueblo contrista mi alma”, dijo sobre los zoramitas (Alma 31:30). Sintió algo similar al regresar de su misión a los zoramitas; observó que el corazón de muchos de los nefitas “empezaba a endurecerse y a sentirse ofendido a causa de lo estricto de la palabra”, y esto hizo que su corazón “se angusti[ara] en extremo” (Alma 35:15). ¿Qué hizo Alma en cuanto a lo que vio y sintió? No se desalentó ni se volvió descreído en cuanto al estado del mundo. En lugar de ello, “hizo que sus hijos se reunieran” y les enseñó “las cosas concernientes a la rectitud” (Alma 35:16). Les enseñó que “no hay otro modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él […]. He aquí, él es la palabra de verdad y de rectitud” (Alma 38:9).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 36; 38:5–6

Puedo nacer de Dios

Pocos de nosotros tendremos experiencias tan extraordinarias como la conversión de Alma. No obstante, todos debemos “nac[er] de Dios”, aun cuando por lo general suceda de forma gradual (Alma 36:2338:6). Conforme leas Alma 36, piensa en lo que significa nacer de Dios. Por ejemplo, en el proceso de nacer de Dios, ¿cómo te sientes en cuanto al pecado?, ¿y en cuanto a Jesucristo? ¿De qué modo el nacer de Dios influye en lo que haces frente a tus propias equivocaciones? ¿Qué otros cambios ocurren en tus creencias y acciones? Medita sobre la forma en que notas esos cambios en ti.

Véanse también Mosíah 5:7; 27:25–26; Alma 5:14; 22:15; Helamán 3:35; “Alma, hijo, se convierte al Señor” (video), Biblioteca del Evangelio.

Alma 36:12–24; 38:8–9

Jesucristo reemplaza la tristeza por gozo

A veces, las personas temen arrepentirse porque ven el arrepentimiento como un doloroso castigo por haber pecado. ¿Qué crees que Alma diría al respecto? Para averiguarlo, podrías contrastar cómo era la vida de Alma antes de que se arrepintiera (véase Alma 36:6–17) con su descripción de sí mismo después de arrepentirse (véanse los versículos 18–27). Según Alma 36:17–18, ¿cómo recibió Alma ese perdón?

Véase también Matthew S. Holland, “La exquisita dádiva del Hijo”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 45–47.

Alma 37

Las Escrituras se han preservado “para un sabio propósito”

Considera el milagro y la bendición que es tener las Escrituras hoy en día. Al leer Alma 37, presta atención a las bendiciones que provienen de tener las Escrituras (véanse, por ejemplo, los versículos 7–10, 18–19, 44–45).

En Alma 37:38–47, Alma compara “la palabra de Cristo” con la Liahona. Al meditar en esta comparación, reflexiona sobre las maneras en que has experimentado el milagro y el poder de las enseñanzas de Cristo “diariamente” (Alma 37:40).

Véanse también D. Todd Christofferson, “La bendición de las Escrituras”, Liahona, mayo de 2010, págs. 32–35; Al leer las Escrituras”, Himnos, nro. 180; “Alma testifica a su hijo Helamán” (video), Biblioteca del Evangelio.

mujer leyendo las Escrituras

Alma 37:1–14

“Por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas”

En ocasiones pensamos que, como nuestros problemas son tan grandes y complicados, las soluciones han de ser igualmente grandes y complicadas. Sin embargo, esa no siempre es la manera del Señor. Al leer Alma 37:1–14, considera qué te llama la atención de cómo Él realiza Su obra. Luego puedes reflexionar sobre las maneras en que has visto ese principio en tu vida, y anotarlo.

Si fueras a enseñar este principio a alguien, ¿qué ejemplos de la naturaleza o de la vida diaria utilizarías para ilustrarlo? Puedes encontrar algunos ejemplos en el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “Cosas pequeñas y sencillas” (Liahona, mayo de 2018, págs. 89–92).

¿Cuáles son algunas cosas pequeñas y sencillas que te acercan al Padre Celestial y a Jesucristo?

A menudo, nuestras decisiones “pequeñas y sencillas” marcan una gran diferencia en nuestra vida. Considera elegir un tema de Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones y hacerte preguntas como las siguientes: ¿De qué manera mis decisiones sobre esto influyen en mí y en las personas que me rodean? ¿Qué cambios pequeños y sencillos puedo hacer que me conducirán a una mayor paz y felicidad?

Véanse también Michael A. Dunn, “Un uno por ciento mejores”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 106–108; Temas del Evangelio, “Albedrío y responsabilidad”, Biblioteca del Evangelio.

Utiliza cosas pequeñas y sencillas. Al igual que muchas otras cosas de la vida, la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio pueden realizarse por medios pequeños y sencillos. Por ejemplo, ¿de qué modo podría usarse un poco de sal o levadura para enseñar el poder las cosas pequeñas y sencillas? (Véanse Mateo 5:13; 13:33).

Alma 37:35–37

“Consulta al Señor”

En Alma 37:35–37, presta atención a las invitaciones que Alma hizo a su hijo Helamán. ¿Cuáles de estas invitaciones te sientes inspirado a aceptar? Por ejemplo, podrías meditar en lo que significa “[c]onsulta[r] al Señor” (versículo 37). ¿De qué modo has intentado hacerlo? ¿De qué manera Él te ha dirigido para bien?

Alma 38

Compartir mi testimonio de Jesucristo puede fortalecer a las personas que amo

Las palabras que Alma dijo a su hijo Shiblón son un buen ejemplo de cómo fortalecer y alentar a nuestros seres queridos para que vivan el Evangelio. Estudiar Alma 38 puede darte algunas ideas para ayudar a familiares y amigos a hallar fortaleza en Jesucristo. Anota lo que encuentres.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 36:6–24

El arrepentimiento me da gozo en Jesucristo

  • Para ayudar a los niños a comprender que el arrepentimiento brinda gozo, podrías darles una hoja de papel que tenga una carita feliz de un lado y una triste del otro. Pídeles que escuchen mientras lees o resumes Alma 36:13, 17–20 y que sostengan en alto una de las caras para mostrar cómo se sentía Alma. Los niños mayores podrían escribir palabras o frases que describan cómo se sintió. ¿Qué entristecía a Alma, y qué le dio gozo? Luego podrías hablarles del gozo que sientes cuando te arrepientes.

Alma 37:6–7

“Por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas”

  • Los niños podrían disfrutar al buscar cosas pequeñas que hagan que sucedan grandes cosas. Algunos ejemplos podrían ser objetos como una batería [pila], la llave de un auto o incluso un juguete que los consuele. Luego podrían leer Alma 37:6–7 juntos y pensar en algunas cosas pequeñas o sencillas que Dios desea que hagamos. ¿Qué cosas grandes pueden suceder cuando obedecemos esos mandamientos pequeños o sencillos?

  • Los niños también podrían probar algo como lo siguiente: comenzar a llenar un vaso con agua, gota a gota. ¿Cómo se relaciona eso con Alma 37:6–7? Luego podrían hablar sobre cómo las “cosas pequeñas y sencillas” del Señor, como leer las Escrituras todos los días, son como las gotas de agua en el vaso.

  • Ayuda a los niños a pensar en maneras en las que puedan realizar grandes cosas en el hogar, la escuela o la Iglesia. La canción “El arroyito da” (Canciones para los niños, págs. 116–117) también ilustra este principio.

Alma 37:38–47

Las Escrituras me pueden ayudar todos los días

  • ¿Cómo podrías ayudar a los niños a desarrollar amor por la palabra de Dios, tal como Alma lo hizo por Helamán? Considera mostrar una imagen de la Liahona (tal como la del Libro de obras de arte del Evangelio nro. 68), o invítalos a dibujar una mientras expresan lo que sepan sobre ella (véanse Alma 37:38–47; 1 Nefi 16:10, 28–29). ¿En qué sentido las Escrituras son como la Liahona?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Un ángel se aparece a Alma y a los hijos de Mosíah
Hoja de actividades: Las Escrituras nos acercan más a Cristo

5 – 11 agosto: “El gran plan de felicidad”

Alma 39–42

Jesús saliendo del sepulcro

He Is Risen [Ha resucitado], por Del Parson

Cuando alguien a quien amamos comete un error grave, puede resultar difícil saber cómo reaccionar. En parte, lo que hace que Alma 39–42 sea de tanto valor es que revela cómo manejó una situación así Alma, que era un discípulo de Cristo que en el pasado había tenido que arrepentirse de pecados graves. Coriantón, uno de los hijos de Alma, había cometido un pecado de índole sexual, y Alma, tal como había aprendido a hacerlo en su ministerio, confiaba en que el poder de la doctrina verdadera daría a su hijo una perspectiva eterna y lo alentaría a arrepentirse (véanse Alma 4:19; 31:5). En estos capítulos, observamos la osadía con la que Alma condena el pecado, así como su ternura y amor por Coriantón. Finalmente, percibimos la confianza que Alma tenía en que el Salvador “vendrá a quitar los pecados del mundo [y] declarar a su pueblo las gratas nuevas de la salvación” (Alma 39:15). El hecho de que Coriantón se arrepintiera y finalmente regresara a la obra del ministerio (véase Alma 49:30) nos puede brindar esperanza en el perdón y la redención cuando estemos atribulados a causa de nuestros propios pecados o los de algún ser querido (véase Alma 42:29).

Véase también “Alma aconseja a sus hijos” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 39

Puedo evitar el pecado sexual

El consejo de Alma a su hijo Coriantón en Alma 39 es una gran oportunidad para aprender sobre los efectos devastadores del pecado sexual, entre ellos, la pornografía. Y lo que tal vez sea más importante, también puede ayudarte a comprender que el Salvador ofrece perdón y sanación a las personas que se arrepienten. Las siguientes preguntas pueden ayudarte:

  • ¿Qué equivocaciones llevaron a Coriantón a quebrantar la ley de castidad? (Véase Alma 39:2–4, 8–9). ¿Cuáles fueron las consecuencias de sus acciones? (Véanse los versículos 5–13). ¿Qué evidencia tenemos de que Coriantón se arrepintió? (Véanse Alma 42:31; 49:30; 48:18). ¿Qué aprendes sobre el Salvador por medio de esta experiencia?

  • Lee las páginas 19–20 de Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones. Luego anota tu propia explicación de qué es la pornografía, por qué es peligrosa y qué harás cuando te cruces con ella (véanse también Mateo 5:27–28 y Doctrina y Convenios 63:16).

  • ¿Cómo le explicarías a un amigo por qué eliges evitar la pornografía y vivir la ley de castidad? ¿Qué enseñanzas podrías compartir de “Tu cuerpo es sagrado” en Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones (páginas 22–29)?

  • Considera ver el video “Volcar la mirada” (Biblioteca del Evangelio). Pausa el video cada vez que David podría haber tomado una decisión diferente. ¿En qué sentido las decisiones de David son similares a las que tú podrías afrontar?

Detente a meditar. Cuando veas un video, ya sea que estés enseñando o estudiando solo, páusalo de vez en cuando para preguntarte: “¿Qué estoy aprendiendo?”. Aquello puede invitar la inspiración del Espíritu Santo.

Véanse también Bradley R. Wilcox, “La dignidad no significa estar libre de mancha”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 61–67; “Pornografía” en la colección “Ayuda para la vida” de la Biblioteca del Evangelio.

Alma 40–41

¿Qué sucederá después de que muera?

Coriantón tenía algunas preguntas en cuanto a lo que sucede después de la muerte. Sus preocupaciones hicieron que Alma enseñase los principios que se encuentran en Alma 40–41. Al estudiar, haz una lista de las verdades que encuentres sobre cosas como el mundo de los espíritus, la resurrección y el juicio. Considera leer estos capítulos desde la perspectiva de alguien que, como Coriantón, tenga que arrepentirse; después de todo, todos tenemos que hacerlo.

Alma 40

Con fe en Jesucristo, puedo buscar respuesta a mis preguntas

En ocasiones, podríamos pensar que los profetas conocen la respuesta a todas las preguntas del Evangelio; pero observa las preguntas sin responder que Alma tenía en el capítulo 40. ¿Qué hizo él para hallar respuestas? ¿Qué hizo cuando no tenía las respuestas? ¿Cómo puede ayudarte el ejemplo de Alma?

mujer orando

Alma 42

La expiación de Jesucristo hace que la redención sea posible

Coriantón creía que el castigo por los pecados no era justo (véase Alma 42:1). En Alma 42, ¿cómo resolvió Alma esa inquietud? Podrías organizar pasajes de este capítulo en dos grupos: “Dios es justo” y “Dios es misericordioso”. ¿De qué manera la expiación del Salvador hace que tanto la justicia como la misericordia sean posibles? Busca enseñanzas adicionales en el video “El Mediador” (Biblioteca del Evangelio).

Véase también “Jesús, en la corte celestial”, Himnos, nro. 116.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 39:1, 10–11

Mi buen ejemplo puede conducir a los demás hacia Cristo

  • El consejo de Alma a Coriantón puede ayudar a los niños a entender la importancia de dar un buen ejemplo. Si lo deseas, lean juntos Alma 39:1. ¿De qué manera fue Shiblón (el hermano de Coriantón) un buen ejemplo? Los niños podrían hallar respuestas adicionales a esa pregunta en Alma 38:2–4.

  • También podrían participar en un juego en el que ellos y tú se turnen para seguirse o imitarse mutuamente. Utiliza el juego para ilustrar la forma en que nuestras acciones pueden ayudar a los demás a tomar buenas decisiones. Canten juntos “Yo soy como estrella” (Canciones para los niños, pág. 84), y ayuda a los niños a pensar en las maneras en las que pueden ser un buen ejemplo.

  • Valiéndote de una linterna o de alguna imagen del sol, podrías comparar la luz con el poder del buen ejemplo. Los niños y tú también podrían ver imágenes en las que Jesús esté haciendo buenas obras, y hablar sobre el ejemplo que Él nos dio. Los videos “Alumbren su luz para que otras personas puedan ver” y “Lecciones que aprendí en la niñez” pueden ayudar a los niños a analizar la forma en que su ejemplo puede conducir a los demás hacia Cristo.

Alma 39:9–13

Gracias a Jesucristo, puedo arrepentirme cuando cometo errores

  • Sin entrar en detalles sobre la naturaleza de sus pecados, explica que Coriantón tomó una mala decisión. ¿Qué podríamos decirle para ayudarle? Considera leer Alma 39:9 a los niños, y ayúdalos a entender lo que arrepintieses y abandonases significan. Testifica que el arrepentimiento es posible por medio de Jesucristo y Su expiación.

  • La siguiente es una lección práctica que ilustra el gozo del arrepentimiento: Entrega a un niño algo pesado para que lo sostenga mientras relatas alguna historia sobre alguien que hizo algo malo y se sintió mal. Di a los niños que el objeto es como los malos sentimientos que podemos tener cuando cometemos un error. Toma el objeto pesado que tiene el niño a medida que testificas que, cuando nos arrepentimos, el Padre Celestial y Jesucristo pueden quitarnos los sentimientos malos y pesados, y ayudarnos a ser mejores.

Alma 40:6–7, 11–14, 21–23

Después de la muerte, nuestro espíritu va al mundo de los espíritus hasta el tiempo de la resurrección y el Juicio

  • Es natural preguntarse qué nos sucede después de la muerte. ¿Qué puedes hacer para ayudar a los niños a hallar respuestas inspiradas? Podrías escribir muerte, mundo de los espíritus (paraíso y prisión espiritual), resurrección y juicio en diferentes hojas de papel. Ayuda a los niños a entender qué significan estas palabras. Mientras leen juntos Alma 40:6–7, 11–14, 21–23, ellos podrían colocar las palabras en el orden en que se mencionan en estos versículos.

  • A los niños mayores podría serles de provecho leer Alma 40:6–7, 11–14, 21–23 en busca de respuestas. Considera hacerles preguntas que puedan responderse en estos versículos, tales como “¿Cómo será mi cuerpo cuando resucite?”. Invítalos a buscar respuestas en los versículos correspondientes.

    María y Jesús
  • ¿Conocen los niños a alguien que haya muerto? Tal vez podrían hablar brevemente sobre esa persona. Testifica que algún día él o ella —y todas las personas— resucitarán gracias a Jesucristo. Si fuera necesario, utiliza la hoja de actividades de esta semana para explicar lo que significa resucitar.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Alma y Coriantón
Hoja de actividades: Resucitaré

12 – 18 agosto: “Mantene[os] firmes en la fe de Cristo”

Alma 43–52

Moroni y el estandarte de la libertad

For the Blessings of Liberty [Por las bendiciones de la libertad], por Scott M. Snow

Cuando leemos estas palabras al principio de Alma, capítulo 43: “Y vuelvo ahora a una narración de las guerras entre los nefitas y los lamanitas”, es natural que nos preguntemos por qué Mormón incluyó estos relatos de guerra, siendo que contaba con espacio limitado en las planchas (véase Palabras de Mormón 1:5). Es cierto que en los últimos días también tenemos muchas guerras, pero hay un valor en sus palabras que trasciende las descripciones de las estrategias y las tragedias de la guerra. Sus palabras también nos preparan para la guerra en la que “[s]omos los soldados” (Himnos, nro. 162), la guerra que libramos cada día en contra de las fuerzas del mal. Esa guerra es muy real y su desenlace influye en nuestra vida eterna. Al igual que los nefitas, nos inspira una causa santa: “nuestro Dios, nuestra religión, y libertad, y nuestra paz, nuestras esposas y nuestros hijos”, lo que Moroni llamó “la causa de los cristianos” (Alma 46:12, 16).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 43–52

Jesucristo me puede ayudar en mis batallas espirituales

Conforme leas Alma 43–52, observa lo que los nefitas hacían que les hacía salir vencedores (o derrotados). Luego medita en cómo puedes utilizar lo que aprendes para ganar tus batallas espirituales. Anota tus pensamientos a continuación:

Además, considera qué puedes aprender de los esfuerzos de los enemigos de los nefitas. Medita en cómo Satanás podría atacarte de formas similares.

Véanse también Russell M. Nelson, “Acoger el futuro con fe”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 73–76; “Baluarte firme es nuestro Dios”, Himnos, nro. 32.

Nefitas luchando contra lamanitas

Alma 46:11–28; 48:7–17

“Mantene[os] firmes en la fe de Cristo”

¿Deseas disminuir el poder del adversario en tu vida? Una manera es seguir el consejo de Alma 48:17 de llegar a “ser como Moroni”. Considera hacer una lista de las palabras que describan a Moroni mientras lees Alma 46:11–28; 48:7–17. ¿Qué aprendes de Moroni en cuanto a “Mantene[rte] firm[e] en la fe de Cristo”? (Alma 46:27).

También podrías estudiar la forma en que Moroni inspiró a los demás en “la causa de los cristianos” (véase Alma 46:11–22). ¿Cómo describirías esa causa? ¿Qué puedes hacer para participar en ella? ¿Cómo puedes inspirar a los demás para que también participen?

Algo que Moroni hizo para inspirar a los demás fue crear el estandarte de la libertad, el cual recalcaba algunos principios a fin de inspirar a los nefitas (véase el versículo 12). ¿En qué principios hacen hincapié nuestros líderes de la Iglesia hoy en día? Podrías buscarlos en Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones (librito, 2022), “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, los lemas de las Mujeres Jóvenes y de los cuórums del Sacerdocio Aarónico, o los mensajes recientes de la conferencia general. Podrías resumir lo que enseñan en algunas declaraciones sencillas para crear tu propio estandarte de la libertad: algo que te recuerde ser fiel al Salvador y Su evangelio.

Véase también Temas del Evangelio, “Fe en Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.

Alma 47

Satanás tienta y engaña poco a poco

Satanás sabe que es poco probable que estés dispuesto a cometer pecados graves o a creer mentiras obvias; por tanto, se vale de mentiras sutiles y de pequeñas tentaciones —tantas como él piense que aceptarás— para alejarte de la protección de una vida recta.

Presta atención a ese patrón en Alma 47, y medita en la forma en que Satanás puede estar tratando de engañarte. Ten en cuenta estas reflexiones del élder Robert D. Hales:

“El traidor Amalickíah instó a Lehonti a ‘que bajara’ y se reuniese con él en el valle. Pero cuando Lehonti descendió del lugar elevado, fue envenenado ‘poco a poco’ hasta que murió y su ejército cayó en manos de Amalickíah (véase Alma 47). Algunas personas se valen de discusiones y acusaciones para incitarnos a dejar el lugar alto, que es donde está la luz […]; es el lugar seguro” (véase “Valor cristiano: El precio del discipulado”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 74).

¿Qué aprendes del video “La tentación se desvanece al buscar a Cristo en todo pensamiento” (Biblioteca del Evangelio) que pueda ayudarte a resistir la tentación?

Véanse también Nehemías 6:3; 2 Nefi 26:22; 28:21–22.

Alma 50–51

La unidad nos brinda protección

A pesar de las armaduras y las fortificaciones de los nefitas, los lamanitas pronto tomaron muchas de sus ciudades (véase Alma 51:26–27). ¿Cómo llegó a suceder eso? Busca respuestas a medida que leas estos capítulos (véase, en particular, Alma 51:1–12). Medita en las advertencias que este registro puede contener para ti y tu familia.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 43:17–21; 48:7–8; 49:1–5; 50:1–6

Puedo hallar protección espiritual en el evangelio de Jesucristo

  • Considera utilizar “Capítulo 31: El capitán Moroni derrota a Zerahemna” (Historias del Libro de Mormón, págs. 85–88) para hablarles a los niños sobre la guerra entre los nefitas y los lamanitas. Al leer acerca de la armadura de los nefitas en Alma 43:19, podrías comparar las armaduras que pueden proteger el cuerpo con las cosas que Dios nos ha dado para proteger nuestro espíritu. Tal vez los niños y tú podrían dibujar un niño y agregar al dibujo una parte de la armadura por cada cosa que ellos mencionen que nos proteja espiritualmente.

  • Los siguientes versículos describen las fortificaciones que nos nefitas construyeron: Alma 48:7–9; 49:1–9; 50:1–6. Luego de leer juntos estos versículos, a los niños podría resultarles entretenido construir un fuerte con objetos como sillas y mantas.

Alma 46:11–16; 48:11–13, 16–17

Puedo ser “firm[e] en la fe de Cristo” como el capitán Moroni

  • Los niños podrían ver las ilustraciones de esta reseña para relatar la historia del estandarte de la libertad (véanse Alma 46:11–16; “Capítulo 32: El capitán Moroni y el estandarte de la libertadHistorias del Libro de Mormón, págs. 89–90). ¿Qué quería Moroni que el pueblo recordara? (Véase el versículo 12). ¿Por qué quiere el Padre Celestial que recordemos? Quizás los niños podrían diseñar su propio “estandarte de la libertad” con frases o imágenes que les ayuden a recordar esas cosas.

  • Para enseñar a los niños en cuanto a ser “firmes en la fe de Cristo” como Moroni (véase Alma 48:13), podrías ayudarlos a buscar y tocar algo firme. ¿Qué significa que la fe sea “firme”? Lean juntos Alma 48:11–12 para averiguar qué hacía que Moroni fuera firme en su fe en Cristo. También podrían entonar juntos alguna canción como “Voy a ser valiente” (Canciones para los niños, pág. 85). ¿Qué podemos hacer para ser “firmes en la fe de Cristo”?

Alma 47:4–19

Satanás nos tienta y nos engaña poco a poco

Lean juntos versículos seleccionados de Alma 47:4–19. ¿Qué hubiera sucedido si Amalickíah le hubiera dicho a Lehonti lo que tenía pensado hacer desde el principio? ¿Qué nos enseñan esos versículos sobre la forma en que Satanás trata de engañarnos?

Ayuda a los niños a tener más confianza. Es posible que algunos niños no se sientan capaces de aprender el Evangelio por su cuenta. Una forma de hacer que tengan más confianza es elogiarlos cuando participan en el aprendizaje. ¿Durante qué actividades de esta reseña podrías poner en práctica esta sugerencia?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Moroni sosteniendo el estandarte de la libertad

© 2018 por Larry Conrad Winborg

Hoja de actividades: El Evangelio me protege espiritualmente

19 – 25 agosto: “Preservado por su maravilloso poder”

Alma 53–63

Dos mil jóvenes guerreros

Two Thousand Young Warriors [Dos mil jóvenes guerreros], por Arnold Friberg

Si se compara con los ejércitos lamanitas, el “pequeño ejército” de Helamán (Alma 56:33), integrado por jóvenes, no tenía ninguna posibilidad de éxito. Además de ser pocos en número, los guerreros de Helamán “eran todos muy jóvenes”, y “nunca habían combatido” (Alma 56:46–47). En cierta manera, su situación puede parecernos familiar a aquellos de nosotros que nos sentimos a veces superados en número y abrumados en nuestra lucha de los últimos días contra Satanás y las fuerzas del mal en el mundo.

Sin embargo, el ejército de Helamán tenía ciertas ventajas sobre los lamanitas que no tenían nada que ver con su número ni con sus destrezas militares: Eligieron a Helamán, un profeta, para que los dirigiera (véase Alma 53:19); “sus madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los libraría” (Alma 56:47); y tenían “extraordinaria fe en lo que se les había enseñado a creer”. Como resultado, fueron protegidos por el “milagroso poder de Dios” (Alma 57:26). Por tanto, cuando afrontamos las batallas de la vida, podemos tener valor. El ejército de Helamán nos enseña “que ha[y] un Dios justo, y que todo aquel que no dud[e], ser[á] preservado por su maravilloso poder” (Alma 57:26).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Alma 53:10–22; 56:43–49, 55–56; 57:20–27; 58:39–40

Tener fe en Dios me ayuda a superar el temor

Si no fuera por su fe, los jóvenes soldados de Helamán habrían tenido buenas razones para tener miedo. Pero gracias a su fe, tenían aun más razón para ser valientes. Al leer sobre ellos en Alma 53–58, busca cosas que te ayuden a afrontar tus temores con fe en Cristo. Considera centrarte en los siguientes versículos: Alma 53:10–22; 56:43–49, 55–56; 57:20–27; y 58:39–40. Esta tabla puede ayudarte a anotar lo que encuentres.

Características de los soldados jóvenes de Helamán:

Posibles razones por las que su fe en Cristo era tan fuerte:

Qué hicieron para ejercer fe en Cristo:

Cómo los bendijo Dios:

Para ganar nuestras batallas espirituales, nosotros también necesitamos el poder de Jesucristo. ¿Cómo puedes tener acceso a Su poder? Busca respuestas en el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida” (Liahona, mayo de 2017, págs. 39–42). Podrías comparar su consejo con las cosas que hicieron los soldados de Helamán.

Después de estudiar estas cosas, piensa en tus propias batallas espirituales. Anota lo que te sientas inspirado a hacer para ejercer tu fe en Jesucristo.

Véanse también Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 83–86; “Firmes creced en la fe”, Himnos, nro. 166; “Recurrir al poder de Dios en nuestra vida” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Fe en Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.

Soldados jóvenes con su madre

Alma 58:1–12, 31–3761

Los seguidores de Jesucristo no se ofenden fácilmente

Helamán y Pahorán tenían razones para sentirse ofendidos. Helamán no recibía apoyo para sus ejércitos y Moroni había acusado erróneamente a Pahorán de retener dicho apoyo (véanse Alma 58:4–9, 31–32; 60). ¿Qué te llama la atención de sus reacciones en Alma 58:1–12, 31–37 y Alma 61? ¿Por qué crees que respondieron de esa manera?

El élder David A. Bednar señaló que Pahorán es un ejemplo de mansedumbre y enseñó que “[l]os ejemplos más majestuosos y significativos de la mansedumbre se encuentran en la vida del Salvador mismo” (“Mansos y humildes de corazón”, Liahona, mayo de 2018, pág. 32). Reflexiona sobre la forma en que el Salvador mostró mansedumbre. Véanse, por ejemplo, Mateo 27:11–26; Lucas 22:41–42; Juan 13:4–17. ¿Cómo puedes seguir Su ejemplo?

Alma 60:7–14

Tengo la responsabilidad de edificar a las personas que me rodean

Moroni escribió que Dios haría responsable a Pahorán si este intencionalmente había hecho caso omiso de las necesidades del ejército nefita. ¿Qué aprendes de Alma 60:7–14 sobre cuidar de los necesitados? ¿Qué puedes hacer para estar más al tanto de las necesidades de los demás y atenderlas?

Alma 62:39–51

Si soy humilde, los desafíos de la vida pueden volver mi corazón a Dios

Pon un huevo y una patata [papa] a hervir, a fin de considerar cómo puedes elegir que tus pruebas te “ablanden” o te “endurezcan”. Mientras el huevo y la papa se cocinan, estudia Alma 62:39–51 y observa cómo reaccionó el pueblo al ministerio de Helamán luego de su larga guerra contra los lamanitas. Luego podrías compararlo con la forma en que habían reaccionado a su predicación trece años antes (véase Alma 45:20–24). ¿En qué sentido las mismas aflicciones influyeron de forma diferente en los nefitas? Cuando estén cocidos completamente, rompe el huevo y corta la papa. ¿En qué sentido el agua hirviendo los afectó de forma diferente? ¿Qué estás aprendiendo en cuanto a cómo podemos reaccionar a la aflicción? ¿Cómo puedes acudir a Dios durante las aflicciones?

Recurre a las experiencias en el hogar. Si enseñas alguna clase de la Iglesia, pide a los miembros de la clase que relaten lo que hayan aprendido en el hogar. Por ejemplo, averigua qué aprendieron sobre las aflicciones y la humildad por medio de poner a hervir huevos y patatas.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Alma 53:20–21; 56:47–48

Puedo ser fiel a Dios como los soldados jóvenes de Helamán

  • Puedes usar muchos recursos para relatar la historia de los soldados de Helamán, entre ellos las imágenes de esta reseña y “Capítulo 34: Helamán y los dos mil jóvenes guerreros” (Historias del Libro de Mormón, págs. 93–94). La hoja de actividades de esta semana puede ayudar a los niños a pensar en maneras en que pueden ser como el ejército de Helamán. Para ayudarlos a comenzar, considera mencionar algunas de las cualidades de los jóvenes soldados que aparecen en Alma 53:20–21. También podrían entonar juntos “Llevaremos Su verdad al mundo” (Canciones para los niños, págs. 92–93).

Alma 56:45–48; 57:21

Puedo ser fiel a lo que mis padres enseñan en rectitud

  • Los jóvenes soldados de Helamán acudieron a la fe de sus madres cuando hicieron frente a un gran desafío. Quizás podrías leer Alma 56:46–48 con los niños e invitarlos a que presten atención a lo que las madres de esos jóvenes les enseñaron acerca de la fe. Podrías preguntarles lo que han aprendido de sus padres —u otros adultos fieles— sobre el Salvador. ¿Por qué es importante obedecer “con exactitud”? (Alma 57:21).

  • ¿Cómo puedes asegurarte —al igual que las madres de los soldados jóvenes— de que tus hijos sepan que tienes fe en Dios? Una manera es hablar de cómo tu fe influye en tu vida. Por ejemplo, ¿de qué forma Él te ha “librado” cuando “no dudaste”?

Madre enseñando a su hijo

Alma 53:10–18

Puedo guardar los convenios que he hecho con el Padre Celestial

  • Los niños podrían hablar de alguna ocasión en la que alguien les haya hecho una promesa y la haya cumplido. ¿Cómo se sintieron cuando esa persona cumplió su promesa? Podrías leer Alma 53:10–18 e invitarlos a prestar atención a cómo Helamán, el pueblo de Ammón y los hijos del pueblo de Ammón hicieron y cumplieron sus promesas, es decir, sus convenios. Podrías hablar sobre cómo el Padre Celestial te bendice cuando guardas tus convenios.

Alma 61:3–14

Puedo elegir no estar enojado

Considera invitar a los niños a pensar en alguna ocasión en la que se les haya acusado de hacer algo que no hicieron. Coméntales que eso le sucedió a Pahorán (véase Alma 60–61; véase también “Capítulo 35: El capitán Moroni y Pahorán”, Historias del Libro de Mormón, págs. 95–97). Para saber cómo reaccionó Pahorán, túrnense para leer los versículos de Alma 61:3–14. ¿Qué hizo Pahorán cuando Moroni lo acusó? (Véase Alma 61:2–3, 8–9). ¿Qué nos enseña el ejemplo del Salvador en cuanto al perdón? (Véase Lucas 23:34).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Dos mil jóvenes guerreros
Hoja de actividades: Puedo ser fiel a Dios

26 agosto – 1 septiembre: “La roca de nuestro Redentor”

Helamán 1–6

Olas rompiendo contra las rocas

El libro de Helamán registra tanto los triunfos como las tragedias que hubo entre los nefitas y los lamanitas. Comienza con “una grave dificultad entre el pueblo nefita” (Helamán 1:1), y las dificultades continúan surgiendo a lo largo del registro. En él se lee acerca de intrigas políticas, bandas de ladrones, rechazo a los profetas, y orgullo e incredulidad en toda la tierra. Asimismo, hallamos ejemplos como los de Nefi, Lehi y “la parte más humilde del pueblo”, quienes no solo lograron sobrevivir, sino que prosperaron espiritualmente (Helamán 3:34). ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo permanecieron firmes mientras su civilización comenzaba a decaer y desmoronarse? Pues fue de la misma manera en que cualquiera de nosotros se mantiene firme en la “furiosa tormenta” que el diablo lanza para que “[n]os azot[e]”: al edificar nuestra vida “sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios […], un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán” (Helamán 5:12).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Helamán 1–6

El orgullo me separa del Espíritu y de la fortaleza de Dios

Al leer Helamán 1–6, tal vez observes un patrón repetitivo en el comportamiento de los nefitas. Cuando son rectos, Dios los bendice, y prosperan. Después de un tiempo, se vuelven orgullosos e inicuos, y toman decisiones que los conducen a la destrucción y al sufrimiento. Luego, son movidos a ser humildes e inspirados a arrepentirse, y Dios los bendice nuevamente. Ese patrón se repite con tanta frecuencia que algunas personas lo llaman el “ciclo del orgullo”.

El ciclo del orgullo

Busca ejemplos de ese ciclo mientras lees Helamán 1–6. Las siguientes son algunas preguntas que pueden ayudarte a entender ese patrón:

  • ¿Qué evidencias de orgullo ves entre los nefitas? (Véanse, por ejemplo, Helamán 3:33–34; 4:11–13). ¿Ves evidencias similares de orgullo en ti mismo?

  • ¿Cuáles son las consecuencias del orgullo y la iniquidad? (Véase Helamán 4:23–26). ¿Cuáles son las consecuencias de la humildad y el arrepentimiento? (Véanse Helamán 3:27–30, 35; 4:14–16).

  • ¿Qué deseaba Helamán que sus hijos recordaran? (Véase Helamán 5:4–12). ¿De qué maneras el recordar estas verdades puede ayudarte a evitar volverte orgulloso?

Véanse también “Capítulo 18: Cuidaos del orgullo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 251–261; “Señor, te necesito”, Himnos, nro. 49.

Helamán 3:24–35

La fe en Cristo me llena el alma de gozo

En Helamán 3, Mormón describió un tiempo de regocijo en el que la Iglesia fue tan bendecida que aun los líderes estaban sorprendidos. Según lo que leíste en los versículos 24–32, ¿qué crees que los condujo a ese estado de gozo? Sin embargo, no todos los miembros continuaron con gozo. Observa las diferencias entre las personas que se describen en los versículos 33–35. ¿Qué aprendes de su ejemplo?

Busca cómo aplicarlo a tu vida. El profeta Mormón utilizó la frase “así vemos” para hacer hincapié en verdades importantes mientras compendiaba el Libro de Mormón. Por ejemplo, ¿qué quería él que viéramos en Helamán 3:27–30? Al estudiar las Escrituras, podrías hacer una pausa en algunas ocasiones para completar la frase “así vemos” en relación con lo que hayas leído.

Helamán 5:6–7

Puedo honrar el nombre del Salvador

La lectura de Helamán 5:6–7 puede inspirarte a considerar los nombres que has recibido, entre ellos, los apellidos. ¿Qué representan esos nombres para ti? ¿Cómo puedes honrarlos? Lo que es aún más importante, considera lo que significa tomar sobre ti el nombre del Salvador (véase Moroni 4:3). ¿De qué forma honras ese nombre sagrado?

Helamán 5:12–52

Si hago de Jesucristo mi fundamento, no puedo caer

¿Qué significa para ti “establecer [tu] fundamento” sobre “la roca de nuestro Redentor”? (Helamán 5:12). ¿De qué modo has hallado refugio de las tormentas de la vida en Jesucristo? Al leer Helamán 5:12–52, observa la forma en que Nefi y Lehi fueron bendecidos por edificar su fe sobre la roca de su Redentor.

A algunas personas les resulta útil visualizar lo que están estudiando. Para ilustrar Helamán 5:12, podrías construir una pequeña estructura sobre diferentes tipos de fundamentos. Luego podrías crear una “furiosa tormenta” rociando agua con un atomizador y valiéndote de un ventilador para generar viento. ¿Qué ideas te ofrece esto en cuanto a edificar tu fundamento sobre Jesucristo? ¿Qué más aprendes del video “Un ancla segura”? (Biblioteca del Evangelio).

El versículo 50 menciona “la grandeza de las evidencias” que los lamanitas recibieron. La lectura de Helamán 5:12–52 podría ayudarte a pensar en las evidencias que Dios te ha dado. Por ejemplo, quizás algún “susurro” del Espíritu haya fortalecido tu fe en el Salvador (Helamán 5:30; véase también Doctrina y Convenios 88:66); o puede que hayas estado en tinieblas, y hayas clamado a Dios pidiendo mayor fe (véase Helamán 5:40–47). ¿Qué otras experiencias te han ayudado a edificar tu fundamento en Jesucristo?

Véanse también Russell M. Nelson, “El templo y el cimiento espiritual de ustedes”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 93–96; Sean Douglas, “Afrontar nuestros huracanes espirituales creyendo en Cristo”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 109–111; Temas del Evangelio, “Fe en Jesucristo”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Helamán 3:24, 33–34; 4:11–15

El Padre Celestial quiere que yo sea humilde

  • Considera invitar a los niños a dibujar su propia versión del “ciclo del orgullo”, basándose en el diagrama anterior. Luego, mientras leen juntos Helamán 3:24, 33–34 y 4:11–15, podrían señalar las partes del ciclo que se describen en estos versículos. ¿Cómo podemos elegir ser humildes y permanecer de esa manera?

Helamán 5:12

Edificaré mi fundamento en Jesucristo

  • Considera utilizar una imagen del templo para empezar una conversación acerca de por qué los edificios necesitan un cimiento firme. O bien, podrías ver los cimientos de tu casa o del edificio de la Iglesia. A fin de ilustrar la firmeza de tener un fundamento sólido como la roca, los niños podrían tratar de mover una piedra soplándola. Al leer juntos Helamán 5:12, pregúntales por qué Jesucristo es “un fundamento seguro” para nuestra vida. ¿Cómo podemos edificar nuestra vida en Él? (Véanse Helamán 3:27–29, 35 y Artículos de Fe 1:4).

  • Invita a los niños a edificar una torre con bloques [cubos de juguete] u otros elementos sobre diferentes tipos de cimientos (tales como bolitas de algodón o alguna piedra plana). ¿En qué sentido el fundamento firme es como Jesucristo? Podrían agregar un bloque a la estructura cada vez que expresen una idea sobre aquello que pueden hacer para seguirlo a Él.

Helamán 5:21–52

El Espíritu Santo susurra con una voz apacible y delicada

  • La voz que se describe en Helamán 5:29–30, 45–47 nos enseña una de las maneras en las que el Espíritu Santo nos habla. A fin de ayudar a los niños a entender esta verdad, considera leer “Capítulo 37: Nefi y Lehi son encarcelados” (Historias del Libro de Mormón, págs. 99–102). Cuando hables de la voz que las personas escucharon, habla en voz baja y suavemente. Repite la historia unas cuantas veces e invita a los niños a susurrar contigo. Ayúdalos a pensar en otras maneras en las que el Espíritu Santo puede hablarnos. Para recalcar este principio, podrían cantar juntos “Con voz apacible” (Liahona, abril de 2006, pág. A13).

Helamán 5:20–52

El arrepentimiento reemplaza las tinieblas espirituales por la luz

  • A fin de hacer hincapié en lo que Helamán 5:20–41 enseña sobre la oscuridad y la luz, intenta leer o resumir estos versículos a oscuras, utilizando solo la luz de una linterna. Los niños podrían prestar atención a lo que las personas tuvieron que hacer para que la oscuridad se disipara. Después, enciende las luces y lean juntos los versículos 42–48. ¿Qué se enseña en estos versículos acerca del arrepentimiento?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Nefi y Lehi en la prisión

© The Book of Mormon for Young Readers, Nephi and Lehi Encircled by a Pillar of Fire [Nefi y Lehi rodeados por una columna de fuego], por Briana Shawcroft; prohibida su reproducción

Hoja de actividades: Edificaré mi fundamento en Jesucristo

2 – 8 septiembre: “Acordarse del Señor”

Helamán 7–12

Nefi orando en la torre de su jardín

Ilustración de Nefi en la torre de su jardín, por Jerry Thompson

Helamán, el padre de Nefi, había instado a sus hijos a “recorda[r], recorda[r]”. Deseaba que recordaran a sus antepasados, que recordaran las palabras de los profetas y, sobre todo, que recordaran a “nuestro Redentor, el cual es Cristo” (véase Helamán 5:5–14). Es evidente que Nefi sí recordó, porque ese es el mismo mensaje que él declaró “infatigablemente” al pueblo (Helamán 10:4). Les preguntó: “… ¿cómo pudisteis haber olvidado a vuestro Dios?” (Helamán 7:20). Todo lo que hizo Nefi —predicar, orar, efectuar milagros y pedir a Dios que enviara una hambruna— fueron esfuerzos por ayudar a las personas a volverse a Dios y recordarle. En muchos sentidos, olvidarse de Dios es un problema aun mayor que no conocerlo. Es fácil olvidarse de Él cuando nuestra mente se distrae con “las cosas vanas de este mundo” y cuando el pecado la nubla (Helamán 7:21; véase también Helamán 12:2). Sin embargo, como el ministerio de Nefi lo demuestra, nunca es demasiado tarde para recordar y “volve[rse] al Señor [n]uestro Dios” (Helamán 7:17).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Helamán 7–11

Los profetas revelan la voluntad de Dios al pueblo

Helamán 7–11 es un pasaje particularmente bueno para aprender acerca de lo que hacen los profetas. A medida que leas estos capítulos, presta atención a las acciones y los pensamientos de Nefi, así como a sus interacciones con el Señor. ¿De qué manera te ayuda el ministerio de Nefi a entender la función de los profetas? A continuación hay algunos ejemplos. ¿Qué más encuentras?

Según lo que has leído, ¿cómo describirías qué es y qué hace un profeta? Considera escribir una breve definición. Luego fíjate en qué agregarías a tu definición después de leer la explicación de “Profeta” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (Biblioteca del Evangelio) o “Seguir al profeta viviente” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, págs. 159–167).

¿Notaste lo osado que Nefi fue en Helamán 7:11–29? ¿Por qué crees que a veces los profetas necesitan hablar con osadía como lo hizo Nefi? Considera buscar respuestas en la sección titulada “No se sorprendan” en el mensaje del élder Neil L. Andersen titulado “El profeta de Dios” (Liahona, mayo de 2018, págs. 26–27).

Teniendo presentes todas estas verdades, medita sobre la forma en que el Señor te ha bendecido mediante el ministerio de Sus profetas. ¿Qué te ha enseñado Él últimamente por medio de nuestro profeta viviente? ¿Qué haces para escuchar la guía del Señor y seguirla?

Véase también Temas del Evangelio, “Profetas”, Biblioteca del Evangelio.

Helamán 9; 10:1, 12–15

Mi fe en Jesucristo se debe basar en más que señales y milagros

Si las señales y los milagros fueran suficientes para cambiar el corazón de las personas, todos los nefitas se hubieran convertido por las extraordinarias señales que Nefi manifestó en Helamán 9; pero no fue así. Observa las diferentes maneras en que las personas reaccionaron al milagro que se menciona en Helamán 9–10. Por ejemplo, podrías comparar las respuestas de los cinco hombres con las de los jueces superiores en Helamán 9:1–20 (véanse también Helamán 9:39–41; 10:12–15). ¿Qué aprendes de estas experiencias en cuanto a cómo edificar tu fe en Jesucristo?

Véanse también 3 Nefi 1:22; 2:1–2.

Helamán 10:1–12

El Señor da poder a las personas que procuran hacer Su voluntad y se esfuerzan por guardar Sus mandamientos

Al estudiar Helamán 10:1–12, observa lo que Nefi hizo para ganarse la confianza del Señor. ¿Cómo demostró que procuraba hacer la voluntad del Señor antes que la suya propia? ¿Qué te inspira a hacer la experiencia de Nefi?

Helamán 10:2–4

Meditar en la palabra de Dios invita la revelación

Cuando te sientas oprimido, angustiado o confundido, podrías aprender una importante lección del ejemplo de Nefi que se halla en Helamán 10:2–4. ¿Qué hizo él cuando se sintió “desanimado”? (Versículo 3).

El presidente Henry B. Eyring explicó: “… al meditar, invitamos a la revelación por medio del Espíritu” (“Presten servicio con el Espíritu”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 60). ¿Cómo podrías adoptar el hábito de meditar?

Helamán 12

El Señor quiere que me acuerde de Él

¿Qué haces para recordar datos importantes, como el cumpleaños de un familiar o la información para algún examen? ¿En qué se asemeja eso al esfuerzo que se requiere para “acordarse del Señor”? (Helamán 12:5). ¿En qué se diferencia?

En Helamán 12, se describen varias cosas que hicieron que el pueblo se olvidara del Señor. Tal vez podrías hacer una lista de ellas y considerar si acaso podrían estar distrayéndote y alejándote de Él. ¿Qué te ayuda a recordar a Jesucristo? ¿Qué te sientes inspirado a hacer a causa de lo que has aprendido?

Véanse también Doctrina y Convenios 20:77, 79; “Mansos, reverentes hoy”, Himnos, nro. 108.

Enseña lecciones prácticas. El Salvador a menudo relacionaba los principios del Evangelio con cosas de la vida cotidiana con las que la gente estaba familiarizada. Cuando leas o enseñes sobre Helamán 12:1–6, podrías comparar lo “inconstante[s] […] [que son] los hombres” con la forma en que nos sentimos al tratar de mantener el equilibrio sobre una pierna. ¿Cómo podemos mantenernos constantes espiritualmente?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Helamán 7:20–21

El Señor quiere que me acuerde de Él

  • A fin de iniciar una conversación sobre cómo recordar al Señor, podrías relatar a los niños alguna ocasión en la que te hayas olvidado de algo. Invítalos a mencionar experiencias similares que hayan tenido. Luego podrían leer juntos Helamán 7:20–21, y podrías preguntarles qué creen que significa olvidarse de Dios. Quizás los niños podrían dibujar cosas que podrían hacer que nos olvidemos del Señor y utilizar sus dibujos para cubrir una lámina de Jesús. Luego podrían pensar en cosas que pueden hacer para recordarlo. Conforme compartan sus ideas, podrían quitar los dibujos uno por uno hasta que la imagen del Salvador quede descubierta.

Helamán 8:13–23

Los profetas testifican de Jesucristo

  • Ayuda a los niños a examinar Helamán 8:13–23 en busca de nombres de profetas que enseñaron sobre Jesucristo. Podrían pasarse entre sí alguna ilustración de Jesús cada vez que hallen alguno. ¿Qué nos ha enseñado nuestro profeta viviente acerca del Salvador?

  • Podrían entonar juntos una canción que hable sobre los profetas, tal como “Sigue al Profeta” (Canciones para los niños, págs. 58–59). Quizás los niños y tú podrían elegir una frase clave de la canción y escribir las palabras de la frase en varias huellas de papel, de modo que cada huella tenga escrita una palabra. Luego podrías colocar las huellas sobre el piso, de manera que conduzcan a una lámina del Salvador, y los niños podrían seguir las huellas hacia la imagen. ¿De qué modo nos ha acercado a Jesucristo el seguir las palabras del profeta?

Helamán 10:1–4

Meditar en las palabras de Dios invita la revelación

  • A fin de ayudar a los niños a entender lo que significa meditar, podrían leer juntos “Meditar” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (Biblioteca del Evangelio). ¿Qué otras palabras son similares a meditar? Tal vez podrían leer Helamán 10:1–3 juntos y reemplazar las diferentes conjugaciones de la palabra meditar con esas otras palabras. Habla con los niños sobre algunas maneras en las que puedan hacer que la meditación sea parte de su estudio de las Escrituras.

Helamán 10:11–12

Obedeceré al Padre Celestial

  • Nefi obedeció al Padre Celestial aun cuando significaba hacer algo difícil. Para analizar un ejemplo al respecto, los niños y tú podrían leer Helamán 10:2, 11–12. Quizás ellos podrían hacer una dramatización de lo que Nefi hizo: dirigirse a un lado del salón (como si estuvieran yéndose a su casa), detenerse, darse la vuelta y caminar hacia el otro lado del salón (como si estuviesen regresando a enseñar al pueblo). ¿Cuáles son algunas cosas que el Padre Celestial desea que hagamos?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Descubren que Seántum es el asesino

© The Book of Mormon for Young Readers, Seantum—The Murderer Is Discovered [Descubren que Seántum es el asesino], por Briana Shawcroft; prohibida su reproducción

Hoja de actividades: El Señor desea que lo recuerde

9 – 15 septiembre: “Buenas nuevas de gran gozo”

Helamán 13–16

Samuel el Lamanita enseñando sobre la muralla

Samuel the Lamanite on the Wall [Samuel el Lamanita sobre la muralla], por Arnold Friberg

La primera vez que Samuel el Lamanita intentó compartir “buenas nuevas” en Zarahemla (Helamán 13:7), fue rechazado y expulsado por los nefitas, que habían endurecido sus corazones. Se podría decir que era como si hubiesen construido una muralla impenetrable alrededor del corazón, la cual les impedía recibir el mensaje de Samuel. Samuel entendía la importancia del mensaje que llevaba y demostró fe al obedecer el mandato de Dios “de que volviera otra vez y profetizara” (Helamán 13:3). Al igual que Samuel, todos afrontamos murallas cuando “prepara[mos] la vía del Señor” (Helamán 14:9) y nos esforzamos por seguir a Sus profetas. Y al igual que Samuel, nosotros también damos testimonio de Jesucristo, “que de seguro vendrá”, e invitamos a todos a “cre[er] en su nombre” (Helamán 13:6; 14:13). No todos nos escucharán, y algunos se opondrán de forma activa, mas los que creen en este mensaje con fe en Cristo descubren que en verdad son “buenas nuevas de gran gozo” (Helamán 16:14).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Helamán 13

El Señor advierte por medio de Sus profetas

En las Escrituras, a veces se compara a los profetas con atalayas sobre una muralla o torre que advierten del peligro (véanse Isaías 62:6; Ezequiel 33:1–7). Al estudiar las palabras de Samuel en Helamán 13, considera en qué sentido él es como un atalaya para ti. ¿Qué dijo que te parezca relevante en nuestra época? (Véanse, en especial, los versículos 8, 21–22, 26–29, 31, y 38). Por ejemplo, ¿qué enseñó Samuel acerca del arrepentimiento, sobre la humildad y las riquezas, o en cuanto a buscar la felicidad “cometiendo iniquidades”?

También podrías leer mensajes recientes de la conferencia general en busca de advertencias similares que el Señor haya dado por medio de los profetas modernos. ¿Qué te sientes inspirado a hacer con respecto a esas advertencias?

Busca patrones reiterativos. Un patrón es un plano o modelo que puede usarse como guía para realizar alguna tarea. En las Escrituras, encontramos patrones o modelos que muestran cómo el Señor lleva a cabo Su obra, como, por ejemplo, el hecho de que Él envía a Sus siervos a amonestar al pueblo.

Una familia mirando la conferencia general

Helamán 13–15

Dios me invita a arrepentirme

Las advertencias de Samuel sobre los juicios de Dios incluían continuamente la misericordiosa invitación al arrepentimiento. Busca esas invitaciones en Helamán 13–15 (véanse, en especial, Helamán 13:6–11; 14:15–19; 15:7–8). ¿Qué aprendes de estos versículos sobre el arrepentimiento? Algunas personas ven el arrepentimiento como un castigo severo, como algo que debe evitarse. En tu opinión, ¿cómo quería Samuel que los nefitas consideraran el arrepentimiento?

Para profundizar tu estudio, podrías leer el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “Podemos actuar mejor y ser mejores” (Liahona, mayo de 2019, pág. 67). ¿Cómo define él el arrepentimiento? ¿Qué bendiciones del arrepentimiento sincero encuentras en su mensaje? También podrías buscar cosas específicas que el profeta nos haya invitado a cambiar. ¿Qué te está diciendo el Espíritu Santo que necesitas cambiar? Considera anotar la revelación personal que recibas.

¿En qué sentido el arrepentimiento es diferente a tan solo cambiar el comportamiento? ¿Por qué es importante aceptar la invitación de Dios a arrepentirnos? Al meditar al respecto, considera cantar o escuchar algún himno que exprese esa invitación, tal como “Cuán dulce la ley de Dios” (Himnos, nro. 66).

Véanse también “Jesucristo te ayudará,” Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones, págs. 6–9; “El arrepentimiento: Una gozosa elección”, “Principios sobre la Paz: El arrepentimiento” (videos), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio “Arrepentimiento”, Biblioteca del Evangelio.

Helamán 14; 16:13–23

Dios envió señales y prodigios para testificar del nacimiento y de la muerte del Salvador

En Helamán 14, Samuel explicó que el Señor daba señales del nacimiento y la muerte del Salvador para que la gente “[supiera] acerca de […] su venida” y “cre[yera] en su nombre” (Helamán 14:12). A medida que estudies Helamán 14, observa las señales del nacimiento del Salvador en los versículos 1–8 y las señales de Su muerte en los versículos 20–28. ¿Por qué crees que tales señales serían adecuadas para indicar el nacimiento y la muerte de Jesucristo?

Otras señales más personales y menos espectaculares pueden ayudarte a “cre[er] en [el] nombre [del Salvador]”. ¿Qué ha hecho Él para fortalecer tu creencia en Él?

¿Qué advertencia se da en Helamán 16:13–23 en cuanto a las señales? ¿Cómo puedes evitar tener la actitud de las personas que se describen en estos versículos?

Véanse también Alma 30:43–52; Ronald A. Rasband, “Por designio divino”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 55–57.

Helamán 15:3

El castigo del Señor es una señal de Su amor

Las palabras de Samuel contienen varias amonestaciones severas, pero Helamán 15:3 nos da una perspectiva de la disciplina que procede del Señor. ¿De qué manera puede la disciplina del Señor ser una señal de Su amor? ¿Qué evidencia ves del amor y la misericordia del Señor en las profecías y advertencias de Samuel?

Considera estudiar el mensaje del élder D. Todd Christofferson titulado “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo” (Liahona, mayo de 2011, págs. 97–100), en busca de los tres propósitos de la disciplina divina. ¿En qué ocasión has visto a Dios actuar de esas maneras en tu vida?

Helamán 16

Los profetas me guían hacia Jesucristo

¿Qué aprendes en Helamán 16 de los que aceptaron las enseñanzas de Samuel? ¿Qué aprendes de los que lo rechazaron? Piensa en cómo el seguir a los profetas vivientes te ha ayudado a acercarte más a Jesucristo.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Helamán 13:2–5

Dios puede hablarme al corazón

  • ¿Cómo puedes enseñar a los niños que Dios puede hablarnos al corazón, como lo hizo con Samuel? Tal vez podrías pedirles que te muestren diferentes maneras de comunicarse sin palabras (tales como gestos o expresiones faciales). Esto podría dar pie a un análisis sobre las diversas formas en las que el Padre Celestial se comunica con nosotros. Como parte de la conversación, los niños y tú podrían ver alguna lámina de Samuel el Lamanita (esta reseña contiene dos) y leer Helamán 13:2–5 mientras ellos prestan atención a la forma en que Dios le dijo a Samuel lo que debía decir.

  • Muchos de nosotros, en especial los niños, necesitamos ayuda para aprender a reconocer cómo y cuándo nos habla Dios. Podrías hablarles sobre alguna ocasión en la que el Espíritu Santo te haya ayudado a saber en el corazón lo que Dios deseaba que hicieras o dijeras. Explica cómo sabías que Dios se estaba comunicando contigo. Quizás los niños también podrían relatar experiencias similares que hayan tenido.

Helamán 14:2–7, 20–25

Los profetas enseñan sobre Jesucristo

  • Una buena manera de enseñar a los niños lo que Samuel enseñó acerca de Jesucristo podría ser cantar juntos “Samuel profetiza del Niño Jesús” (Liahona, diciembre de 1992, Sección para los niños, pág. 7). Otro recurso es “Capítulo 40: Samuel el Lamanita profetiza en cuanto a Jesucristo” (Historias del Libro de Mormón, págs. 111–113). ¿Qué enseñó Samuel acerca del Salvador? Quizás también podrías mencionar lo que los profetas modernos enseñan sobre Él. ¿De qué manera sus palabras edifican nuestra fe en Él?

Helamán 16:1–6

Soy bendecido cuando sigo al profeta

  • Puedes fortalecer la confianza de los niños en el profeta dándoles ejemplos de personas que fueron fieles. Algunos de estos ejemplos se encuentran en Helamán 16:1, 5. Mientras lees, los niños podrían ponerse de pie cuando escuchen algo que hicieron los del pueblo cuando creyeron en las palabras de Samuel. Luego, mientras lees los versículos 2 y 6, podrían tomar asiento cuando escuchen algo que los del pueblo hicieron cuando no creyeron. ¿De qué manera podemos mostrar que creemos las palabras del profeta viviente? Diles de qué forma eres bendecido cuando sigues el consejo que el Señor da por medio de Sus profetas.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Samuel el Lamanita
Hoja de actividades: Puedo seguir al profeta

16 – 22 septiembre: “Alza la cabeza y sé de buen ánimo”

3 Nefi 1–7

Los nefitas presencian el día sin noche

One Day, One Night, and One Day [Un día, una noche y un día], por Jorge Cocco

En algunos aspectos, aquella fue una época emocionante para ser un creyente en Jesucristo. Las profecías se estaban cumpliendo: grandes señales y milagros entre el pueblo indicaban que el Salvador pronto nacería. Por otra parte, también fue una época de angustia para los creyentes, ya que a pesar de todos los milagros, los incrédulos insistían en que “ya había pasado el tiempo” para el nacimiento del Salvador (3 Nefi 1:5). Esas personas causaron “un gran alboroto por toda la tierra” (3 Nefi 1:7) e incluso fijaron una fecha en la que matarían a todos los creyentes si no se cumplía la señal profetizada por Samuel el Lamanita: una noche sin oscuridad.

En esas difíciles circunstancias, el profeta Nefi “clamó fervorosamente a su Dios a favor de su pueblo” (3 Nefi 1:11). La respuesta del Señor es inspiradora para todo aquel que afronta persecución o dudas y necesita saber que la luz vencerá a la oscuridad: “Alza la cabeza y sé de buen ánimo […]; he de cumplir todas las cosas que he hecho declarar por boca de mis santos profetas” (3 Nefi 1:13).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 1–7

Convertirse al evangelio de Jesucristo requiere paciencia y esfuerzo

En 3 Nefi 1–7 se describe a personas que se convirtieron al Señor y a otras personas que no. ¿Qué marcó la diferencia entre esos grupos? Un cuadro como el que se muestra a continuación puede ayudarte a organizar tus ideas:

Cosas que debilitan la conversión

Cosas que fortalecen la conversión

3 Nefi 1:5–11

No creer en las palabras del profeta y burlarse de las personas justas.

Tener fe en las palabras del profeta y orar para pedir ayuda.

3 Nefi 1:29–30

3 Nefi 2:1–3

3 Nefi 3:12–16

3 Nefi 4:8–10, 30–33

3 Nefi 6:13–18

3 Nefi 7:15–22

Hazte preguntas personales al estudiar. Por ejemplo, al completar este cuadro, podrías hacerte preguntas como: “¿Qué lección debo aprender de esto?”. Aquello invitará la inspiración del Espíritu Santo.

3 Nefi 1:1–23

Gracias a Jesucristo, puedo “s[er] de buen ánimo”

Tu Padre Celestial sabe que en tu vida habrá momentos difíciles e incluso aterradores; pero también desea que sientas gozo. Lee 3 Nefi 1:1–23 para aprender en cuanto a las razones que los nefitas fieles tenían para temer. ¿Qué razón les dio el Señor para “s[er] de buen ánimo”?

El Salvador ha usado frases similares a “sé de buen ánimo” en varias ocasiones; por ejemplo, en Mateo 14:24–27; Juan 16:33; Doctrina y Convenios 61:36; 78:17–19. ¿Qué te llama la atención de estas invitaciones? Podrías leer los versículos que aparecen antes y después para comprender las circunstancias en las que el Salvador pronunció esas palabras. En cada caso, ¿qué razones dio Él para ayudar a las personas a afrontar sus temores? ¿De qué manera Él ha hecho eso mismo por ti?

Considera estudiar el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “El gozo y la supervivencia espiritual” (Liahona, noviembre de 2016, págs. 81–84). ¿Qué te enseña el presidente Nelson acerca de hallar gozo en toda situación? Observa cuántas veces el presidente Nelson utiliza la palabra enfoque o el verbo centrarse. Tal vez podrías comparar el enfocar una cámara u otro lente con enfocarse en Jesucristo. ¿Cómo te centrarás más en Él?

Véase también “Salud mental” u otros temas de la sección “Ayuda para la vida” de la Biblioteca del Evangelio.

3 Nefi 1:4–21; 5:1–3

El Señor cumplirá todas Sus palabras en Su tiempo

Lee 3 Nefi 1:4–7 y piensa en cómo te habrías sentido si hubieras sido uno de aquellos creyentes. ¿Qué hicieron para mantener fuerte su fe? (Véanse 3 Nefi 1:4–21 y 5:1–3). ¿Cómo se cumplieron las palabras de Samuel? (Véase 3 Nefi 1:19–21). ¿En qué ocasiones el Señor ha cumplido Sus palabras en tu vida?

3 Nefi 1:4–15; 5:12–26; 6:10–15; 7:15–26

Soy discípulo de Jesucristo

Mormón declaró: “He aquí, soy discípulo de Jesucristo” (3 Nefi 5:13). ¿Qué significado tiene para ti esta frase? Considera examinar 3 Nefi 1:4–15; 5:12–26; 6:10–15; y 7:15–26 en busca de las cualidades, creencias y acciones de los discípulos de Cristo.

Véase también “Yo trato de ser como Cristo”, Canciones para los niños, págs. 40–41.

3 Nefi 2:11–12; 3:1–26

Cuando ejerzo fe en Jesucristo, no tengo por qué temer

La experiencia de los nefitas con las bandas de ladrones contiene lecciones que pueden ayudarte con los peligros espirituales que afrontas. Trata de determinar cuáles son esas lecciones que se hallan en 3 Nefi 2:11–12 y 3:1–26. Por ejemplo, podrías buscar las palabras de Giddiani en 3 Nefi 3:2–10 y compararlas con las maneras en que Satanás podría intentar engañarte. ¿Qué aprendes del ejemplo de Laconeo?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 1:4–15, 19–21

Apareció una estrella nueva cuando Jesucristo nació

3 Nefi 1:4–21

Las palabras de los profetas siempre se cumplen

  • A medida que los niños y tú lean 3 Nefi 1:4–10, invítalos a hablar sobre lo que habrían sentido si hubieran sido uno de los creyentes de esa época. Luego, al leer el resto del relato en los versículos 11–15, podrían sugerir formas de completar esta oración: “La lección que este relato me enseña es…”.

  • Quizás los niños pueden ayudarte a pensar en otras ocasiones en las que Dios haya cumplido las promesas que dio por medio de Su profeta. Podría gustarles buscar imágenes de esos relatos en el Libro de obras de arte del Evangelio (véanse, por ejemplo, nros. 7–8 y 81). Invítalos a expresar lo que sepan acerca de esas historias, incluso cómo se cumplieron las promesas de Dios. Lean juntos 3 Nefi 1:20 y expresen su propio testimonio de estas verdades.

3 Nefi 2:11–12; 3:13–14, 24–26

Somos más fuertes cuando nos congregamos

  • Ayuda a los niños a descubrir las razones por las que los nefitas se congregaron, así como las bendiciones que recibieron en 3 Nefi 2:11–12 y 3:13–14, 24–26. ¿Por qué es importante que nosotros nos congreguemos hoy en día en nuestras familias y en la Iglesia?

  • ¿Conoces alguna lección práctica que enseñe en cuanto a la fuerza de la unidad? Tal vez los niños podrían tratar de romper un palillo y luego un manojo de palillos, o romper una hoja de papel y luego un montón de hojas a la misma vez. ¿En qué sentido somos como los palillos o las hojas de papel?

3 Nefi 5:12–26; 6:14; 7:15–26

Soy discípulo de Jesucristo

  • Después de leer juntos 3 Nefi 5:13, invite a los niños a repetir la frase “Soy discípulo de Jesucristo”. Para aprender lo que significa ser discípulo de Jesucristo, lean juntos algunos de estos ejemplos: los lamanitas convertidos (véase 3 Nefi 6:14), Mormón (véase 3 Nefi 5:12–26) y Nefi (véase 3 Nefi 7:15–26). También podrían hallar ideas en alguna canción como “Yo trato de ser como Cristo” (Canciones para los niños, págs. 40–41).

  • Ayuda a los niños a delinear su mano en una hoja de papel y a recortarla. Escribe “Soy discípulo de Jesucristo” en un lado e invítalos a dibujar en el otro lado algo que puedan hacer para ser discípulos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Los nefitas presencian el día sin noche
Hoja de actividades: La gente vio señales del nacimiento de Cristo

23 – 29 septiembre: “Levantaos y venid a mí”

3 Nefi 8–11

Jesús se aparece a los nefitas

I Am the Light of the World [Yo soy la luz del mundo], por James Fullmer

“He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo” (3 Nefi 11:10). Con esas palabras, el Salvador resucitado se presentó a Sí mismo, dando cumplimiento a profecías del Libro de Mormón de más de 600 años. El élder Jeffrey R. Holland escribió: “Esa aparición y esa declaración constituyeron el punto culminante, el momento supremo de toda la historia del Libro de Mormón. Eran la manifestación y el decreto que habían dado conocimiento e inspirado a cada profeta nefita […]. Todos habían hablado de Él, cantado sobre Él, soñado con Él y orado para pedir Su aparición, mas ahora efectivamente estaba allí. ¡Era el día de días! Había llegado el Dios que torna toda noche oscura en la luz de la mañana” (Christ and the New Covenant, 1997, págs. 250–251).

Véase también “Jesucristo se aparece en la antigua América” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 8–11

Jesucristo es la Luz del Mundo

Es probable que observes que a lo largo de 3 Nefi 8–11 se repiten temas relacionados con la oscuridad y la luz. ¿Qué aprendes en estos capítulos acerca de la oscuridad y la luz espirituales? (Véanse, por ejemplo, 3 Nefi 8:19–23; 9:18; 10:9–13). ¿Qué trae oscuridad a tu vida? ¿Qué trae luz? ¿Por qué crees que el Salvador se presentó a Sí mismo como “la luz y la vida del mundo”? (3 Nefi 9:18; 11:11).

Los acontecimientos descritos en 3 Nefi 9–11 son de los más sagrados del Libro de Mormón. Léelos sin prisa, y medita en ellos detenidamente. A continuación hay algunas preguntas para ayudarte. Considera escribir las impresiones que recibas.

  • ¿Cómo me habría sentido si hubiera estado entre estas personas?

  • ¿Qué me llama la atención del Salvador en estos capítulos?

  • ¿Cómo sé que Jesucristo es mi Salvador?

  • ¿En qué sentido ha sido Él una luz en mi vida?

Véase también Sharon Eubank, “Cristo: La luz que resplandece en las tinieblas”, Liahona, mayo de 2019, págs. 73–76.

Anota las impresiones. Cuando escribes las impresiones espirituales que recibes, es más probable que recibas más.

3 Nefi 9–10

Jesucristo está ansioso por perdonarnos

El élder Neil L. Andersen declaró: “Testifico que el Salvador puede perdonar nuestros pecados y que está ansioso por hacerlo” (“Arrepent[íos]… para que yo os sane”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 41). Examina 3 Nefi 9–10 en busca de aquello que evidencie el gran deseo de Cristo de perdonarnos. ¿Qué encuentras en 3 Nefi 9:13–22 y 10:1–6 que te ayude a sentir Su amor y misericordia? ¿En qué ocasiones has sentido que Él te ha “juntado” y “nutrido”? (Véase 3 Nefi 10:4).

3 Nefi 9:19–22

El Señor precisa “un corazón quebrantado y un espíritu contrito”

Antes de la venida del Salvador, los sacrificios de animales eran un símbolo del sacrificio de Jesucristo (véase Moisés 5:5–8). ¿Qué nuevo mandamiento dio el Salvador en 3 Nefi 9:20–22? ¿De qué modo aquello nos señala en dirección a Él y Su sacrificio?

¿Qué significa para ti ofrecer como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito? ¿Por qué crees que el Salvador desea que hagas ese sacrificio?

3 Nefi 11:1–8

Puedo aprender a escuchar y entender la voz de Dios

¿Cómo sabes cuándo Dios te está hablando? Quizás lo que les sucedió a las personas en 3 Nefi 11:1–8 pueda ayudarte a entender algunos principios relacionados con escuchar y entender la voz de Dios. Podrías prestar atención a las características de la voz de Dios que las personas oyeron y a lo que hicieron para entenderla mejor.

También podría ser útil explorar otros pasajes de las Escrituras que describan la voz de Dios o la influencia de Su Espíritu. A continuación hay algunos de ellos; después de leerlos, quizás podrías escribir algunas pautas para reconocer la revelación: 1 Reyes 19:11–12; Gálatas 5:22–23; Alma 32:27–28, 35; Helamán 10:2–4; Éter 4:11–12; Doctrina y Convenios 9:7–9; 11:11–14.

También podría ser de provecho escuchar a los profetas, apóstoles y otros líderes de la Iglesia actuales que han tenido la experiencia de escuchar y seguir la voz de Dios. Varios de ellos relatan sus experiencias en la colección de videos “¡Escúchalo!” que se encuentra en la Biblioteca del Evangelio. Considera ver uno o más de ellos.

¿Cómo aplicarás lo que aprendiste para escuchar y reconocer más claramente la voz de Dios?

Véanse también Russell M. Nelson, “Escúchalo”, Liahona, mayo de 2020, págs. 88–92; “Este es mi Hijo Amado”, Liahona, Sección para los niños, pág. 4; Temas del Evangelio, “Revelación”, Biblioteca del Evangelio.

Jesús mostrando a los nefitas las marcas en Sus manos

3 Nefi 11:8–17

Jesucristo me invita a obtener un testimonio personal de Él

Había unas 2500 personas reunidas en el templo de Abundancia cuando apareció Jesucristo (véase 3 Nefi 17:25). A pesar del gran número de personas, el Salvador los invitó “uno por uno” a palpar las marcas de los clavos en Sus manos y pies (3 Nefi 11:14–15). Conforme leas, imagina cómo habrá sido estar allí. ¿De qué maneras te invita el Salvador a “[l]evanta[rte] y veni[r] a” Él? (3 Nefi 11:14).

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 8–9

Cuando estoy en tinieblas, Jesucristo puede ser mi luz

  • Para ayudar a los niños a identificarse con las experiencias descritas en 3 Nefi 8–9, podrías relatarles algunos fragmentos de estos capítulos o hacerles escuchar un audio de ellos en una sala con poca luz. Conversen sobre lo que debe haber sido estar en tinieblas durante tres días. Luego podrían hablar de por qué Jesucristo se llamó a Sí mismo “la luz […] del mundo” (3 Nefi 9:18). ¿Qué invitó Jesús al pueblo y a nosotros a hacer para que Él pueda ser nuestra luz? (Véase 3 Nefi 9:20–22).

3 Nefi 10:4–6

Jesús protege a Su pueblo como una gallina protege a sus polluelos

  • El simbolismo de una gallina que junta a sus polluelos puede ser un elocuente medio de enseñanza para ayudar a los niños a entender el carácter y la misión del Salvador. Podrías leer 3 Nefi 10:4–6 mientras la familia observa alguna ilustración de una gallina y sus polluelos. ¿Por qué necesita la gallina juntar a sus polluelos? ¿Por qué desea el Salvador juntarnos cerca de Él? ¿Cómo venimos a Él en busca de seguridad?

3 Nefi 11:1–15

Jesucristo me invita a venir a Él

  • ¿Cómo ayudarás a los niños a sentir el Espíritu mientras leen juntos 3 Nefi 11:1–15? Tal vez podrías pedirles que te avisen cuando encuentren algo en estos versículos que los ayude a sentir el amor de Dios. Podrías hacer lo mismo con las imágenes de esta reseña o con el video “Jesucristo se aparece en el templo” (Biblioteca del Evangelio). Diles a los niños cómo te sientes cuando lees acerca de estos acontecimientos y meditas sobre ellos, y permíteles que también expresen sus sentimientos.

3 Nefi 11:1–8

Dios me habla con una voz apacible y suave

  • Quizás podrías leer algunos de estos versículos en voz baja, con una “voz suave” (3 Nefi 11:3). O bien, podrías reproducir la grabación de una canción como “Este es mi Hijo Amado” (Liahona, Sección para los niños, pág. 4) suavemente, de manera que sea difícil de escuchar. ¿Qué tuvieron que hacer las personas para entender la voz del cielo? (Véanse los versículos 5–7). ¿Qué aprendemos de su experiencia?

3 Nefi 11:21–26

Jesucristo quiere que me bautice

  • Al leer 3 Nefi 11:21–26, podrías invitar a los niños a ponerse de pie cada vez que escuchen alguna conjugación de la palabra “bautizar”. ¿Qué enseñó Jesús sobre el bautismo? Si los niños han visto un bautismo anteriormente, pídeles que describan lo que vieron. ¿Por qué desea Jesús que seamos bautizados?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús se aparece a los nefitas
Hoja de actividades: Jesús me invita a venir a Él

30 septiembre – 6 octubre: “Yo soy la ley y la luz”

3 Nefi 12–16

Jesús señalando a los Doce Discípulos

Third Nephi: These Twelve Whom I Have Chosen [Tercer Nefi: Estos doce que yo he escogido], por Gary L. Kapp

Al igual que los discípulos de Jesús que se congregaron para escuchar el Sermón del Monte en Galilea, las personas que se reunieron en el templo de Abundancia habían vivido la ley de Moisés. La habían observado porque orientaba sus almas hacia Cristo (véase Jacob 4:5) y ahora Cristo estaba ante ellos, declarándoles una ley mayor. Pero aun aquellos de nosotros que jamás hemos vivido la ley de Moisés podemos reconocer que la norma que Jesús dio a Sus discípulos es elevada. Él declaró: “… quisiera que fueseis perfectos” (3 Nefi 12:48). Si esto te hace sentir inepto, recuerda que Jesús también dijo: “… bienaventurados son los pobres en espíritu que vienen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos” (3 Nefi 12:3) Esa ley mayor es una invitación; es otra forma de decir: “… venid a mí y sed salvos” (3 Nefi 12:20). Al igual que la ley de Moisés, dicha ley nos orienta hacia Cristo, el único que puede salvarnos y perfeccionarnos. Él dijo: “He aquí, yo soy la ley y la luz. Mirad hacia mí, y perseverad hasta el fin, y viviréis” (3 Nefi 15:9).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 12–14

Puedo ser un discípulo verdadero de Jesucristo

La siguiente es una manera de estudiar y aplicar lo que el Salvador enseñó en 3 Nefi 12–14: Escoge un grupo de versículos y ve si puedes resumirlos en una oración que empiece así: “Los verdaderos discípulos de Jesucristo… ”. Por ejemplo, un resumen de 3 Nefi 13:1–8 podría ser: “Los verdaderos discípulos de Jesucristo no buscan el reconocimiento público por hacer lo bueno”. Inténtalo con estos pasajes:

Después de leer estos versículos, ¿qué te sientes inspirado a hacer para seguir a Jesucristo?

El mandamiento que se menciona en 3 Nefi 12:48 puede parecer demasiado, incluso imposible. ¿Qué aprendes del mensaje del élder Jeffrey R. Holland titulado: “Sed, pues, vosotros perfectos… con el tiempo” (Liahona, noviembre 2017, págs. 40–42) que te ayude a entender las palabras del Salvador de ese versículo? De acuerdo con Moroni 10:32–33, ¿qué es lo que hace posible que seamos perfectos como el Salvador?

Véanse también Dallin H. Oaks, “El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, págs. 40–43; Temas del Evangelio, “Become like Jesus Christ [Llegar a ser como Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio; “Señor, yo te seguiré”, Himnos, nro. 138; “Jesucristo enseña cómo vivir la ley mayor” (video), Biblioteca del Evangelio.

Enseña lecciones prácticas. El Salvador enseñó verdades profundas haciendo referencia a objetos cotidianos. Podrías hacer algo parecido al estudiar o enseñar sobre 3 Nefi 12. El ver o sostener un poco de sal, una vela o un abrigo podría enriquecer el análisis de las verdades eternas que el Salvador enseñó.

3 Nefi 12:1–215:23–2416:1–6

Bienaventurados los que creen sin haber visto

Muy pocos de los hijos de Dios han visto al Salvador y escuchado Su voz, tal como hicieron las personas en la tierra de Abundancia. La mayoría de nosotros somos como las personas descritas en 3 Nefi 12:2; 15:23; y 16:4–6. ¿Qué promesas se extienden a dichas personas en esos versículos? ¿De qué manera se han cumplido esas promesas en tu vida?

Véanse también Juan 20:26–29; 2 Nefi 26:12–13; Alma 32:16–18.

3 Nefi 12:21–30; 13:1–8, 16–18; 14:21–23

Puedo esforzarme por purificar los deseos de mi corazón

Un tema recurrente que notarás en estos capítulos es la invitación del Salvador a vivir de conformidad con una ley mayor: ser rectos no solo en nuestras acciones, sino también en el corazón. Presta atención a ese tema recurrente conforme el Salvador habla de la contención (3 Nefi 12:21–26), la inmoralidad (3 Nefi 12:27–30), la oración (3 Nefi 13:5–8) y el ayuno (3 Nefi 13:16–18). ¿Qué otros ejemplos encuentras? ¿Qué puedes hacer para purificar los deseos de tu corazón?

3 Nefi 14:7–11

El Padre Celestial me dará buenas cosas conforme pida, busque y llame

Al leer la invitación del Salvador en 3 Nefi 14:7–11 a pedir, buscar y llamar, medita en qué “buenas cosas” querría Él que pidieras. Los siguientes pasajes adicionales de las Escrituras podrán ayudarte a comprender cómo pedir, buscar y llamar. También podrían contribuir a explicar por qué algunas oraciones no son contestadas del modo en que esperas: Isaías 55:8–9; Helamán 10:4–5; Moroni 7:26–27, 33, 37; y Doctrina y Convenios 9:7–9; 88:64. ¿Cómo pueden influir estos pasajes en la forma en que pides, buscas y llamas?

Véase también Milton Camargo, “Pedid, buscad y llamad”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 106–108.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 12:14–16

Puedo ser un buen ejemplo al seguir a Jesús

  • Es posible que a veces los niños no se den cuenta de cuánto puede bendecir a los demás el ejemplo que ellos dan. Utiliza 3 Nefi 12:14–16 para instarlos a hacer que su luz brille. Por ejemplo, cuando leas las palabras “vosotros”, “vuestra”, “vuestro” o “vuestras” en estos versículos, pide a los niños que se señalen a sí mismos. Háblales sobre la luz que ves en ellos cuando siguen a Jesucristo y cómo eso te inspira a seguirlo también. Asimismo, podrían entonar juntos alguna canción que aliente a los niños a brillar como una luz, tal como “Yo soy como estrella” (Canciones para los niños, pág. 84).

  • A fin de alentar a los niños a no esconder su luz (véase 3 Nefi 12:15), pídeles que se turnen para esconder o cubrir una lámpara u otra fuente de luz. Podrían descubrir la luz cada vez que nombren algo que pueden hacer a fin de ser un buen ejemplo para los demás.

3 Nefi 13:19–21

“Acumulaos tesoros en los cielos”

  • Leer estos versículos podría dar pie a un análisis sobre las cosas que atesoramos. Quizás podrías dirigir a los niños en un juego de búsqueda del tesoro en el que busquen cosas que les hagan pensar en tesoros de valor eterno.

3 Nefi 14:7–11

El Padre Celestial contesta mis oraciones

  • Al leer 3 Nefi 14:7, los niños podrían hacer movimientos que representen cada una de las invitaciones del Salvador que se encuentran en este versículo. Por ejemplo, podrían extender la mano (pedid), formar binoculares con las manos (buscad) o hacer como que están tocando una puerta (llamad). Ayúdalos a pensar en lo que pueden decir o pedir en sus oraciones.

  • A los niños podría gustarles realizar algún juego en el cual ellos pidan algo pero reciban otra cosa completamente diferente. En 3 Nefi 14:7–11, ¿qué quería el Salvador que supiéramos acerca de nuestro Padre Celestial?

3 Nefi 14:21–27; 15:1

El Salvador desea que yo escuche y haga lo que Él enseña

  • Piensa en maneras en que podrías ayudar a los niños a visualizar la parábola que se menciona en estos versículos. Tal vez podrían dibujar, hacer movimientos o construir cosas sobre fundamentos tanto sólidos como arenosos. También podrían decir su nombre en lugar de “hombre prudente” mientras leen 3 Nefi 14:24–27 o cantan “El sabio y el imprudente” (Canciones para los niños, pág. 132). O bien, podrían ponerse de pie cada vez que escuchen la palabra “hace” en 3 Nefi 14:21–27 y 15:1.

  • Esta es una lección práctica que podrías realizar: pide a los niños que imaginen que una de sus piernas representa oír las palabras del Salvador y que la otra representa hacer lo que el Él enseñó. Invítalos a tratar de hacer equilibrio solo con la pierna que representa oír. ¿Qué sucedería si un viento fuerte soplara en la sala? Luego los niños y tú podrían buscar cosas específicas que el Salvador nos ha enseñado que debemos hacer: véanse 3 Nefi 12:3–12, 21–26; 13:5–8.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús enseñando a los nefitas
Hoja de actividades: Puedo ser un buen ejemplo para los demás

7 – 13 octubre: “He aquí, es completo mi gozo”

3 Nefi 17–19

Jesús se aparece a los nefitas

The Light of His Countenance Did Shine upon Them [Los iluminó la luz de Su semblante], por Gary L. Kapp

Jesucristo había pasado el día ministrando en la tierra de Abundancia, enseñando Su evangelio, permitiendo que el pueblo viera y palpara las marcas en Su cuerpo resucitado, y testificando que Él era el Salvador prometido. Era hora de partir. “[M]i tiempo está cerca”, les dijo (3 Nefi 17:1). Estaba a punto de volver a Su Padre y sabía que las personas necesitaban tiempo para meditar en aquello que les había enseñado, así que despidió a las multitudes para que fueran a sus casas y les prometió que regresaría al día siguiente. Pero nadie se marchó. Aunque no expresaron lo que sentían, Jesús pudo sentirlo: deseaban que Él “permaneciese un poco más con ellos” (3 Nefi 17:5). Aunque tenía otras cosas importantes que hacer, mostrar compasión por los hijos de Dios siempre es una gran prioridad para Él. Por lo tanto, Jesús se quedó un poco más. Lo que sucedió a continuación quizás sea el ejemplo de ministración más tierno que se haya registrado en las Escrituras. Los que estuvieron presentes solo pudieron decir que fue indescriptible (véase 3 Nefi 17:16–17). El propio Jesús resumió la espontánea manifestación espiritual con estas sencillas y poderosas palabras: “Y ahora he aquí, es completo mi gozo” (3 Nefi 17:20).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 17; 18:24–25, 30–32

El Salvador es mi ejemplo perfecto de ministración

Cuando el Salvador apareció, había alrededor de 2500 personas presentes; no obstante, halló la forma de ministrarlas una por una. ¿Qué observas con respecto a la manera en que Él ministró en 3 Nefi 17; 18:24–25, 28–32? ¿Qué necesidades atendió en Su ministración? ¿Qué atributos hicieron que Su ministración fuera eficaz? También podrías pensar en cómo Él te ministra a ti. ¿Cómo puedes seguir Su ejemplo? (Véanse también 3 Nefi 18:24–25 y 28–32).

Véase también “Jesucristo siente compasión y sana a las personas” (video), Biblioteca del Evangelio.

3 Nefi 17:13–22; 18:15–25; 19:6–9, 15–36

El Salvador me enseñó la manera de orar

Imagina cómo sería escuchar al Salvador orar por ti. ¿Cómo influiría tal experiencia en tu manera de orar? Medita al respecto mientras estudias 3 Nefi 17:13–22; 18:15–25 y 19:6–9, 15–36. ¿Qué aprendes del ejemplo y de las enseñanzas de Jesucristo sobre la oración? Considera buscar conocimiento acerca de cómo, cuándo, dónde, por quién y por qué orar. ¿Qué otras reflexiones acuden a ti al leer estos versículos?

Véase también Doctrina y Convenios 10:5.

3 Nefi 18:1–12

Puedo ser lleno del Espíritu al tomar la Santa Cena

Cuando hacemos algo con frecuencia, puede volverse rutinario o común. A veces, terminamos haciéndolo sin siquiera pensarlo. ¿Cómo puedes evitar que eso suceda con la ordenanza semanal de la Santa Cena? Al leer 3 Nefi 18:1–12, reflexiona sobre cómo puedes ser “lleno” cada vez que tomas la Santa Cena (véase también 3 Nefi 20:1–9). Según los versículos 5–7, 11, ¿cuáles son algunas de las cosas que debes hacer “siempre”? También podrías considerar por qué Jesús nos dio la ordenanza de la Santa Cena, y si esta cumple Sus propósitos en tu vida. ¿Por qué la Santa Cena es sagrada para ti?

En su mensaje titulado “Recordarle siempre” (Liahona, febrero de 2018, págs. 4–5), el presidente Henry B. Eyring dio “tres sugerencias sobre lo que podrían recordar cada semana cuando participen de los emblemas sagrados de la Santa Cena”. ¿Qué te llama la atención de sus sugerencias? ¿Qué puedes hacer para mejorar tu adoración durante la Santa Cena y a lo largo de la semana?

¿Qué más puedes hacer para que tu adoración sea más significativa? Podrías hacerte preguntas como las siguientes: “¿De qué manera el sacrificio del Salvador influye en mi vida diaria?”. “¿Qué estoy haciendo bien como Su discípulo, y en qué puedo mejorar?”.

Véanse también Mateo 26:26–28; Jeffrey R. Holland, “He aquí el Cordero de Dios”, Liahona, mayo de 2019, págs. 44–46; “Jesucristo establece la Santa Cena” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Santa Cena”, Biblioteca del Evangelio.

Dedica tiempo a meditar. En ocasiones, estudiar las Escrituras se convierte en una combinación de leer, orar y meditar. Cuando dedicas momentos tranquilos a reflexionar y a hablar con Dios acerca de lo que estás aprendiendo, puedes aumentar el poder de Su palabra en tu vida.

3 Nefi 18:22–25

Puedo “sostener en alto” la luz de Jesucristo

Imagina que tienes un amigo que no sabe nada de Jesucristo, excepto que tú eres uno de Sus seguidores. ¿Qué pensaría tu amigo sobre Él con base en tus acciones? ¿Qué significa para ti “[a]lza[r] […] [tu] luz para que brille ante el mundo”? (3 Nefi 18:24). ¿Qué otras invitaciones extendió el Salvador en 3 Nefi 18:22–25 que te ayuden a alzar esa luz?

Véase también Bonnie H. Cordon, “De modo que vean”, Liahona, mayo de 2020, págs. 78–80.

3 Nefi 18:36–37; 19:6–22

Los discípulos de Jesucristo procuran el don del Espíritu Santo

Piensa en tus oraciones recientes. ¿Qué te enseñan tus oraciones en cuanto a tus mayores deseos? Después de haber estado un día en la presencia del Salvador, los de la multitud “oraron por lo que más deseaban”: el don del Espíritu Santo (3 Nefi 19:9). ¿Por qué el don del Espíritu Santo es algo tan deseable? A medida que leas estos pasajes, medita en cuanto a tu propio deseo de tener la compañía del Espíritu Santo. ¿Cómo puedes procurar fervientemente esa compañía?

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 17:7, 20–25

El Salvador ama a cada uno de los hijos del Padre Celestial

  • Podrías utilizar una imagen como las de esta reseña o el video “Jesucristo ora y los ángeles ministran a los niños” (Biblioteca del Evangelio) para ayudar a los niños a visualizar el relato que se describe en 3 Nefi 17. Considera leer frases o versículos de 3 Nefi 17 que hagan hincapié en el amor del Salvador por los del pueblo (tales como los versículos 7 y 20–25). Los niños podrían hacer un dibujo de sí mismos con Jesús. Mientras lo hagan, ayúdalos a pensar en formas en que Jesús les haya mostrado el amor que les tiene.

Jesús bendiciendo a los niños

3 Nefi 18:1–12

Puedo pensar en Jesucristo cuando tomo la Santa Cena

  • Quizás podrías invitar a los niños a decirte lo que sucede durante la Santa Cena. Luego podrías leer 3 Nefi 18:1–12 y pedirles que levanten la mano cuando escuchen algo que sea similar a lo que nosotros hacemos en la actualidad. ¿Qué quiere Jesucristo que recordemos o que pensemos durante la Santa Cena? (Véase 3 Nefi 18:7, 11).

3 Nefi 18:15–24; 19:6–9, 15–36

Jesús me enseñó la manera de orar

  • Una buena manera de ayudar a los niños a pensar en por qué oramos es entonar juntos una canción que hable de la oración, tal como “Oración de un niño” (Canciones para los niños, págs. 6–7). Luego, podrían leer juntos 3 Nefi 18:18–21 y hablar sobre lo que Jesús enseñó acerca de la oración. Invitar a los niños a que te digan cómo se sienten cuando oran podría ayudarlos a expresar su testimonio de la oración.

  • Podría ser divertido para los niños realizar una búsqueda del tesoro de algunas de las bendiciones de la oración. Podrías anotar las siguientes referencias de las Escrituras en hojas de papel y esconderlas: 3 Nefi 18:15; 3 Nefi 18:20; 3 Nefi 18:21; 3 Nefi 19:19 y 3 Nefi 19:23. Los niños luego podrían buscar los papeles y leer los versículos, prestando atención a lo que Jesucristo o Sus discípulos enseñaron en cuanto a la oración.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Ángeles rodeando a Jesús y a los niños nefitas
Hoja de actividades: Puedo recordar al Salvador

14 – 20 octubre: “Sois los hijos del convenio”

3 Nefi 20–26

Cristo se aparece a los nefitas

Ilustración de cuando Cristo se aparece a los nefitas, por Andrew Bosley

Cuando oyes a las personas usar términos como la casa de Israel, ¿piensas que están refiriéndose a ti? Los nefitas y los lamanitas eran descendientes literales de Israel, “una rama del árbol de Israel”, y sin embargo se sentían “perdido[s] de su tronco” (Alma 26:36; véase también 1 Nefi 15:12). No obstante, el Salvador deseaba que supieran que no estaban perdidos para Él. Les dijo: “… sois de la casa de Israel; y sois del convenio” (3 Nefi 20:25). Él podría decirte algo similar hoy en día, porque todo el que es bautizado y hace convenios con Él también es de la casa de Israel; es “del convenio”. En otras palabras, cuando Jesús habla de la casa de Israel, está hablando de ti. El mandato de bendecir a “todas las familias de la tierra” es para ti (3 Nefi 20:27). La invitación: “… despierta otra vez, y vístete de tu fortaleza”, es para ti (3 Nefi 20:36). Y Su preciada promesa: “… mi bondad no se apartará de ti, ni será quitado el convenio de mi paz”, es para ti (3 Nefi 22:10).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 20–22

En los últimos días, Dios llevará a cabo una obra maravillosa

En 3 Nefi 20–22, el Salvador profetizó en cuanto al futuro de Su pueblo del convenio (véanse, en especial, 3 Nefi 20:30–32, 39–41; 21:9–11, 22–29). A medida que leas estos versículos, recuerda lo que el presidente Russell M. Nelson ha dicho: “Nosotros nos encontramos entre los del pueblo del convenio del Señor. Nuestro es el privilegio de participar personalmente en el cumplimiento de esas promesas. ¡Qué época tan emocionante para vivir!” (“El recogimiento del Israel disperso”, Liahona, noviembre de 2006, pág. 79). ¿Qué profecías te resultan especialmente emocionantes? ¿Qué puedes hacer para ayudar a que se cumplan?

Busca palabras y frases inspiradoras. Tal vez descubras que ciertas palabras y frases de las Escrituras te conmueven, como si hubieran sido escritas específicamente para ti. Considera marcarlas en tus Escrituras o anotarlas en un diario de estudio.

3 Nefi 2224

Dios es misericordioso con las personas que regresan a Él

En 3 Nefi 22 y 24, el Salvador cita palabras de Isaías y Malaquías que contienen numerosas y vívidas imágenes y comparaciones: carbón en el fuego, plata purificada, el matrimonio, las ventanas de los cielos (véanse especialmente 3 Nefi 22:7–8, 10–17; 24:10–12, 17–18). ¿Qué te enseñan estas comparaciones acerca de la relación de Dios con Su pueblo, y de Su relación contigo? ¿De qué modo se han cumplido en tu vida o en la de tu familia las promesas que se mencionan en estos capítulos?

Véase también “El fuego purificador” (video), Biblioteca del Evangelio.

3 Nefi 23:6–13

Registrar las experiencias espirituales puede bendecir a mi familia

¿Qué te llama la atención de la conversación del Salvador con Nefi en 3 Nefi 23:6–13? Si el Salvador revisara los registros que has llevado, ¿qué preguntas te haría? ¿Qué acontecimientos importantes o experiencias espirituales deberías registrar? ¿Por qué es importante hacerlo? (Véase 3 Nefi 26:2).

3 Nefi 23; 26:1–12

El Salvador desea que escudriñe las Escrituras

Al leer 3 Nefi 20:10–12; 23; 26:1–12, medita en lo que el Salvador siente por las Escrituras. ¿Cuál es la diferencia entre escudriñar las Escrituras y solamente leerlas? (Véase 3 Nefi 23:1).

3 Nefi 24:7–12

Pagar los diezmos abre las ventanas de los cielos

Al pueblo de Dios siempre se le ha mandado pagar el diezmo (véanse Génesis 14:17–20; Malaquías 3:8–11). Al estudiar 3 Nefi 24:7–12, piensa en por qué Dios pide que Su pueblo pague el diezmo. Las siguientes preguntas pueden guiar tu estudio:

  • ¿Qué es la ley del diezmo? (Véase Doctrina y Convenios 119. “Interés”, en esta revelación, significa ingresos. Todos los miembros que perciban ingresos deben pagar el diezmo). ¿De qué manera el diezmo se diferencia de otros tipos de donativos?

  • ¿Para qué se usa el diezmo? Encontrarás una lista parcial en Temas del Evangelio, “Diezmo” (Biblioteca del Evangelio). ¿De qué formas has sido bendecido debido a que los miembros de la Iglesia pagan el diezmo?

  • ¿Qué bendiciones reciben las personas que viven la ley del diezmo? (Véase 3 Nefi 24:7–12). Algunas de ellas se describen en el mensaje del élder David A. Bednar titulado “Las ventanas de los cielos” (Liahona, noviembre de 2013, págs. 17–20). Presta atención, en particular, a las bendiciones que no sean necesariamente monetarias. ¿En qué ocasiones has visto esas bendiciones en tu vida?

Quizás también desees mirar el video “Jesús enseña sobre las blancas de la viuda” (Biblioteca del Evangelio) o leer Marcos 12:41–44. ¿Qué te enseña ese relato?

3 Nefi 25:5–6

El Señor envió a Elías el Profeta para hacer volver mi corazón a mis antepasados

En nuestros días, “[nuestro] corazón [se vuelve a nuestros] padres” por medio de la obra del templo y de historia familiar. ¿De qué modo te ha sucedido eso? Al leer 3 Nefi 25:5–6 y Doctrina y Convenios 110:13–16, medita sobre por qué esta es una parte tan importante del plan de Dios.

Véase también “Las familias pueden ser eternas”, Canciones para los niños, pág. 98.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 23:1, 5

Puedo escudriñar las Escrituras diligentemente

  • La instrucción del Salvador en 3 Nefi 23 demuestra lo importante que las Escrituras son para Él. Para ayudar a los niños a descubrir eso, podrías leer 3 Nefi 23:1, 5 en voz alta y pedirles que presten atención a una palabra que se repite tres veces. ¿Cuál es la diferencia entre escudriñar y tan solo leer?

  • Quizás los niños y tú podrían escribir algún versículo favorito de las Escrituras y esconderlo. Luego podrían turnarse para buscar el pasaje escondido de cada uno, leerlo juntos y hablar sobre por qué esos versículos son significativos.

3 Nefi 24:8–12

Pagar el diezmo abre las ventanas de los cielos

  • Ayuda a los niños a escudriñar 3 Nefi 24:8–12 para hallar maneras de completar esta frase: Si pago el diezmo, el Señor… . También podrías relatar una experiencia en la que hayas sido bendecido por haber pagado el diezmo. Si te resulta útil, considera escribir algunas cantidades de dinero y ayudar a los niños a calcular cuánto sería el diezmo (diez por ciento) que se debe dar por cada cantidad.

  • La hoja de actividades de esta semana puede ayudar a los niños a hablar sobre algunas de las maneras en que el Señor utiliza el diezmo para bendecir a los miembros de Su Iglesia. Tal vez podrían hacer dibujos (o buscar imágenes en las revistas de la Iglesia) de las formas en que el diezmo los bendice.

3 Nefi 25:5–6

El Padre Celestial quiere que aprenda en cuanto a mis antepasados

  • ¿Cómo inspirarás a los niños a buscar a sus antepasados y aprender sobre ellos? ¿Cómo puedes alentarlos a efectuar ordenanzas por sus antepasados cuando sean mayores? Considera ayudarlos a examinar 3 Nefi 25:5–6 en busca de algo que habría de suceder en los últimos días. Los niños más pequeños podrían llevarse la mano al corazón cada vez que escuchen la palabra “corazón” mientras tú lees estos versículos. También podrían leer cómo se cumplió esa profecía en Doctrina y Convenios 110:13–16 (véase también Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 95). Cuéntales de qué modo tu corazón se ha vuelto a tus antepasados. Por ejemplo, podrías relatar alguna experiencia que hayas tenido al leer sobre tus antepasados y al efectuar las ordenanzas del templo por ellos.

  • Ayuda a los niños a llenar un árbol familiar con los nombres de sus padres y abuelos. ¿Qué historias podrías relatar sobre alguno de tus antepasados? Muestra fotografías, si es posible. También podrían cantar juntos “Las familias pueden ser eternas” (Canciones para los niños, pág. 98) y hablar sobre por qué las familias son importantes en el plan del Padre Celestial.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús leyendo los registros nefitas con Nefi
Hoja de actividades: Pagar el diezmo edifica el Reino de Dios

21 – 27 octubre: “No podía haber un pueblo más dichoso”

3 Nefi 27 – 4 Nefi

Jesús ya resucitado, enseñando a personas

Las enseñanzas de Jesucristo son mucho más que una bella filosofía en la que podemos meditar; tienen el propósito de inspirarnos a llegar a ser como Él. El libro de 4 Nefi nos muestra cuán completamente el evangelio del Salvador puede cambiar a las personas. Tras el breve ministerio de Jesús, llegaron a su fin siglos de contención entre nefitas y lamanitas. Dos naciones conocidas por sus disensiones y por su orgullo llegaron a ser “uno, hijos de Cristo” (4 Nefi 1:17), y comenzaron a tener “en común todas las cosas” (4 Nefi 1:3). El “amor de Dios […] moraba en el corazón del pueblo […] y ciertamente no podía haber un pueblo más dichoso entre todos los que habían sido creados por la mano de Dios” (4 Nefi 1:15–16). Así es como las enseñanzas del Salvador cambiaron a los nefitas y los lamanitas. ¿De qué modo te están cambiando a ti?

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

3 Nefi 27:1–12

La Iglesia de Jesucristo lleva Su nombre

A medida que los discípulos del Salvador comenzaron a establecer Su Iglesia por toda la tierra, surgió una pregunta que para algunos podría parecer de menor importancia: ¿Cuál había de ser el nombre de la Iglesia? (Véase 3 Nefi 27:1–3). De la respuesta que dio el Salvador en 3 Nefi 27:4–12, ¿qué aprendes acerca de la importancia de este nombre?

El Salvador reveló el nombre de Su Iglesia para la época actual en Doctrina y Convenios 115:4. Medita en cada una de las palabras del nombre. ¿De qué modo nos ayudan estas palabras a conocer quiénes somos, en qué creemos y cómo debemos actuar?

Véanse también Russell M. Nelson, “El nombre correcto de la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 87–89; “Jesucristo declara el nombre de Su Iglesia y Su doctrina” (video), Biblioteca del Evangelio.

3 Nefi 27:10–22

La Iglesia de Jesucristo está edificada sobre Su evangelio

Después de explicar que Su Iglesia debe estar “edificada sobre [Su] evangelio” (3 Nefi 27:10), el Salvador describió lo que es Su evangelio. ¿Cómo resumirías lo que Él dijo en 3 Nefi 27:13–22? En base a esa definición, ¿qué significa para la Iglesia —y para ti— el estar edificado sobre Su evangelio?

Anota lo que aprendes. Observa lo que el Salvador enseñó a Sus discípulos en 3 Nefi 27:23–26. ¿Por qué es importante llevar un registro de las experiencias espirituales? ¿Qué te sientes inspirado a registrar al estudiar el ministerio del Salvador en 3 Nefi?

3 Nefi 28:1–11

“¿Qué es lo que deseáis…?”

Si el Salvador te preguntara, como lo hizo a Sus discípulos, “¿[q]ué es lo que dese[as] de mí?”, ¿qué responderías? (3 Nefi 28:1). Piensa en ello mientras lees 3 Nefi 28:1–11. De las respuestas de los discípulos a Su pregunta, ¿qué aprendes sobre los deseos que ellos albergaban en el corazón? ¿De qué manera cambian tus deseos conforme vives el evangelio de Jesucristo?

Los himnos expresan deseos sinceros; “Más santidad dame” es un buen ejemplo de ello (Himnos, nro. 71). Considera buscar algún himno que refleje tus deseos.

3 Nefi 29–30

El Libro de Mormón es una señal de que se está cumpliendo la obra de Dios de los últimos días

Piensa en las señales que te avisan que algo sucederá. Por ejemplo, ¿cómo sabes que está por llover o que la estación está cambiando? De acuerdo con 3 Nefi 29:1–3, ¿cómo sabes que la obra de Dios de recoger a Su pueblo “ya empieza a cumplirse”? (Véase también 3 Nefi 21:1–7). También puedes observar, en 3 Nefi 29:4–9, las cosas que la gente negaría en nuestros días. ¿De qué modo el Libro de Mormón fortalece tu fe en estas cosas?

4 Nefi 1:1–18

Seguir las enseñanzas de Jesucristo conduce a la unidad y la felicidad

¿Cómo habría sido vivir en los años que siguieron a la visita del Salvador? Al estudiar 4 Nefi 1:1–18, considera anotar las bendiciones que el pueblo recibió. También podrías marcar u observar las decisiones que tomaron que los condujeron a esa vida bendecida. ¿Qué les enseñó Jesús que pudo haber inspirado sus decisiones rectas? A continuación se dan algunos ejemplos, pero tal vez tú encuentres más: 3 Nefi 11:28–30; 12:8–9, 21–24, 40–44; 13:19–21, 28–33; 14:12; 18:22–25.

Medita en lo que puedes hacer para ayudar a tu familia, tu barrio o tu comunidad a vivir con mayor unidad y felicidad. ¿Qué puedes hacer para ayudar a que se superen las divisiones y en verdad llegar a ser “uno” con otros hijos de Dios? ¿Qué enseñanzas de Jesucristo te ayudan a cumplir esta meta?

Lamentablemente, la sociedad de Sion que se describe en 4 Nefi con el tiempo se volvió inicua. Al leer 4 Nefi 1:19–49, observa cuáles fueron las actitudes y las conductas que dieron fin a su felicidad y unidad. ¿Qué puedes hacer para eliminar esas actitudes y conductas?

Véanse también Moisés 7:18; D. Todd Christofferson, “Sociedades sostenibles”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 32–35; Reyna I. Aburto, “Unánimes”, Liahona, mayo de 2018, págs. 78–80; Temas del Evangelio, “Belonging in the Church of Jesus Christ [Pertenecer a la Iglesia de Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

3 Nefi 27:3–8

Pertenezco a la Iglesia de Jesucristo

  • Para establecer la importancia del nombre de la Iglesia de Jesús, habla con los niños sobre sus propios nombres. ¿Por qué es importante nuestro nombre? Luego podrían leer juntos 3 Nefi 27:3 en busca de la pregunta que los discípulos de Jesús tenían. Ayuda a los niños a hallar la respuesta en 3 Nefi 27:5–8. ¿Por qué es importante el nombre de la Iglesia?

  • También podrías ayudar a los niños a pensar en los diferentes grupos a los que pertenecen, tales como su familia o la clase de la Primaria. Pregúntales qué les gusta de pertenecer a cada grupo. Luego podrían cantar juntos “La Iglesia de Jesucristo” (Canciones para los niños, pág. 48) y hablar sobre por qué están agradecidos de pertenecer a la Iglesia del Salvador.

3 Nefi 27:13–16

La Iglesia de Jesucristo está edificada sobre Su evangelio

3 Nefi 27:30–31

El Padre Celestial se regocija cuando Sus hijos regresan a Él

  • Considera jugar algún juego en el que alguien se esconda y los demás traten de encontrarlo. Eso podría dar pie a una conversación sobre el gozo que sentimos cuando encontramos a alguien que estaba perdido. Después de leer 3 Nefi 27:30–31, podrían hablar sobre cómo pueden ayudarse unos a otros a mantenerse cerca del Padre Celestial para que “ninguno […] se pierd[a]”.

4 Nefi

Seguir a Jesucristo me da gozo

  • A fin de ayudar a los niños a aprender acerca de la felicidad del pueblo que se describe en 4 Nefi, podrías mostrarles imágenes de personas felices. Luego, mientras leen juntos los versículos 2–3 y 15–17 (o “Capítulo 48: Paz en América”, Historias del Libro de Mormón, págs. 136–137), podrían señalar las imágenes cuando en el relato se mencione algo que brinde gozo.

  • A fin de ayudar a los niños a practicar lo que se enseña en 4 Nefi 1:15–16, podrías presentarles situaciones en las que las personas estén enojadas unas con otras. Invítalos a hacer una dramatización de cómo sería la situación si tuviéramos el “amor de Dios” en el corazón.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús hablando con los tres discípulos nefitas
Hoja de actividades: Pertenezco a la Iglesia de Jesucristo

28 octubre – 3 noviembre: “Si tan solo pudiera persuadiros a todos […] a que os arrepintieseis”

Mormón 1–6

Mormón escribiendo en planchas de oro

Mormon Abridging the Plates [Mormón hace un compendio de las planchas], por Tom Lovell

Mormón no nos da una “relación completa” de la “terrible escena” de iniquidad y derramamiento de sangre que presenció entre los nefitas (Mormón 2:18; 5:8), pero lo que registró en Mormón 1–6 basta para recordarnos cuán bajo pueden caer las personas que alguna vez fueron rectas. En medio de tal iniquidad generalizada, nadie podría culpar a Mormón si se hubiese sentido cansado o incluso desalentado. No obstante, pese a todo lo que vio y experimentó, nunca perdió su entendimiento de la gran misericordia de Dios ni la convicción de que el arrepentimiento es la vía para recibirla. Y aunque el pueblo de Mormón rechazó sus invitaciones implorándoles que se arrepintieran, Mormón sabía que tenía una audiencia aún mayor que persuadir. Declaró: “… he aquí, escribo a todos los extremos de la tierra”. En otras palabras, te escribió a ti (véase Mormón 3:17–20), y el mensaje que te comunica hoy es el mismo que pudo haber salvado a los nefitas en su día: “… que creáis en el evangelio de Jesucristo […], que os arrepint[táis] y os prepar[éis] para comparecer ante el tribunal de Cristo” (Mormón 3:21–22).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mormón 1–6

Puedo seguir a Jesucristo sin importar lo que hagan otras personas

Para el momento en que tenía unos diez años, Mormón era notablemente diferente de las personas que lo rodeaban. A medida que leas Mormón 1–6, observa las maneras en que la fe en Jesucristo que Mormón tenía lo hizo singular y le dio oportunidades de servir y bendecir a los demás. Los siguientes versículos podrían servirte para empezar:

Mormón 1:2–3, 13–17

¿Qué diferencias observas entre Mormón y su pueblo? ¿Qué cualidades tenía él que lo ayudaron a mantenerse espiritualmente firme en una época tan difícil?

Mormón 2:18–19

¿Qué palabras utilizó Mormón para describir el mundo en el que vivía? ¿De qué modo mantuvo la esperanza a pesar de su entorno?

Mormón 3:12

¿Qué sentía Mormón por las personas que lo rodeaban? ¿Qué puedes hacer para desarrollar la clase de amor que él tenía?

¿Qué otros versículos de Mormón 1–6 resaltan la fe que Mormón tenía en Jesucristo? ¿Qué oportunidades tuvo gracias a que decidió permanecer fiel?

Considera estudiar el mensaje del presidente Thomas S. Monson titulado “Sean un ejemplo y una luz” (Liahona, noviembre de 2015, págs. 86–88) en busca de las razones por las que es importante que los seguidores de Jesucristo se distingan o sean diferentes de los demás. ¿Cómo completarías oraciones como las siguientes? “ fue un ejemplo para mí cuando . Eso me ayudó a querer ”.

Mormón podría haber sentido que su ejemplo no marcaba la diferencia en su pueblo. Si tuvieras la oportunidad de hablar con Mormón, ¿qué le dirías en cuanto a cómo su ejemplo ha marcado una diferencia en tu vida?

Véanse también David A. Bednar, “Prestos para observar”, Liahona, diciembre de 2006, págs. 14–20; “Algo diferente en nosotros: Ejemplo” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Living the Gospel of Jesus Christ [Vivir el evangelio de Jesucristo]”, Biblioteca del Evangelio.

Ayuda a los demás a compartir lo que aprenden. Cuando las personas comparten lo que han aprendido, fortalecen su propia fe y la de los demás (véase Doctrina y Convenios 88:122). Trata de preguntar a tu familia o clase qué experiencias tuvieron mientras estudiaban la palabra de Dios.

Los nefitas y lamanitas luchando entre ellos

Mormón 2:10–15

La tristeza que es según Dios me conduce a Cristo y a cambios perdurables

Cuando Mormón vio a su pueblo afligido, tuvo esperanzas de que se arrepintieran. Sin embargo, “su aflicción no era para arrepentimiento” (Mormón 2:13); no era la tristeza que es según Dios, sino la tristeza del mundo. Para entender la diferencia, considera registrar lo que aprendas de Mormón 2:10–15 en un cuadro como este:

Tristeza que es según Dios

Tristeza del mundo

Vienen a Jesús (versículo 14)

Maldicen a Dios (versículo 14)

¿Cómo sabes si tu tristeza es según Dios o del mundo? Si sientes la tristeza del mundo, ¿qué puedes cambiar para que sea según Dios?

Véanse también 2 Corintios 7:8–11; Michelle D. Craig, “El descontento divino”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 52–55.

Mormón 3:3, 9

“No comprendieron que era el Señor el que los había librado”

Mormón observó que los nefitas no reconocían las maneras en que el Señor los había bendecido. Al leer Mormón 3:3, 9, podrías meditar en cuanto al modo en que reconoces la influencia de Dios en tu vida. ¿Qué bendiciones recibes cuando reconoces Su influencia? ¿Cuáles son las consecuencias de no reconocerlo a Él? (Véanse Mormón 2:26; Doctrina y Convenios 59:21).

Véase también Henry B. Eyring, “¡Oh, recordad, recordad!”, Liahona, noviembre de 2007, págs. 66–69.

Mormón 5:8–24; 6:16–22

Jesucristo me espera con los brazos abiertos para recibirme

Si alguna vez te sientes desalentado por tus pecados, la descripción que Mormón hace del Salvador esperando “con los brazos abiertos para recibiros” podría brindarte tranquilidad. Al leer Mormón 5:8–24 y 6:16–22, ¿qué aprendes en cuanto a los sentimientos que el Padre Celestial y Jesucristo tienen por ti, aun cuando pecas? ¿De qué maneras has sentido que Jesucristo se acerca a ti con los brazos abiertos? ¿Qué te sientes inspirado a hacer como resultado de ello?

Véase también “Venid a Cristo”, Himnos, nro. 60.

Ideas para enseñar a los niños

Mormón 1:1–3; 2:1, 23–24; 3:1–3, 12, 17–22

Al igual que Mormón, puedo seguir a Jesucristo

  • Debido a que Mormón era bastante joven cuando desarrolló la fe en Cristo, puede ser una inspiración para los niños. Tal vez podrías leerles Mormón 1:1–3 para que sepan qué edad tenía Mormón cuando Ammarón le dio una misión especial. También podrías ayudarlos a buscar en esos versículos las cualidades que Ammarón vio en Mormón. ¿De qué manera nos ayudan esas cualidades a seguir a Jesucristo?

    Mormón de jovencito
  • Debido a que Mormón seguía a Jesucristo, se le dieron oportunidades de servir y bendecir a otras personas. Podrías invitar a los niños a leer uno o más de los siguientes pasajes y ayudarlos a expresar lo que aprendan sobre Mormón: Mormón 1:1–3; 2:1, 23–24; y 3:1–3, 12, 20–22 (véase también “Capítulo 49: Mormón y sus enseñanzas”, Historias del Libro de Mormón, págs. 138–142). ¿De qué modo seguía él a Jesucristo? ¿De qué forma su fe en Jesucristo ayudaba o bendecía a los demás? ¿De qué modo puede nuestra fe ayudar a las personas que conocemos?

Mormón 2:8–15

La tristeza que es según Dios me conduce a Cristo y a cambios perdurables

  • Mientras los niños leen Mormón 2:8, 10–15, quizás podrías hacer un cuadro como el que se muestra en “Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia”, a fin de ayudarlos a entender la diferencia entre la tristeza del mundo y la tristeza que es según Dios. Luego también podrían buscar en Mormón 2:12 las razones por las que el arrepentimiento debería hacer que nuestros “coraz[ones] […] [se] regocij[en]”. ¿Cómo podemos asegurarnos de que el pesar que sintamos por nuestros pecados nos conduzca a procurar la ayuda de Dios para cambiar?

Mormón 3:3, 9

El Padre Celestial me da muchas bendiciones

  • Una buena manera de ayudar a los niños a sentir gratitud por Dios es invitarlos a hacer una lista (o hacer dibujos) de algunas cosas por las que están agradecidos a Dios. Después que hayan hecho la lista, podrías leer Mormón 3:3, 9 y explicar que el Padre Celestial también había bendecido a los nefitas, pero ellos no lo habían reconocido. ¿Qué podemos hacer para mostrar que estamos agradecidos al Padre Celestial por nuestras bendiciones?

Mormón 3:12

El Padre Celestial desea que ame a todos

  • Aunque los nefitas eran inicuos, Mormón jamás dejó de amarlos. Ayuda a los niños a buscar las palabras “amado” y “amor” en Mormón 3:12. También podrían entonar juntos alguna canción sobre amar a los demás, tal como “Ama a todos, dijo el Señor” (Canciones para los niños, pág. 39), mientras muestras imágenes de niños de todo el mundo. Testifica del amor de Dios por todos Sus hijos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Planchas de oro
Hoja de actividades: Puedo amar a todos

4 – 10 noviembre: “Os hablo como si os hallaseis presentes”

Mormón 7–9

Moroni escribiendo en las planchas de oro

Moroni Writing on Gold Plates [Moroni escribe en las planchas de oro], por Dale Kilborn

Moroni sabía lo que significaba estar solo en un mundo inicuo, en especial, después de la muerte de su padre en batalla y de la destrucción de los nefitas. “… yo quedo solo”, escribió, no tengo amigos ni adónde ir” (Mormón 8:3, 5). La situación puede haber parecido desalentadora, pero Moroni halló esperanza en Jesucristo y en su testimonio de que “los eternos designios del Señor han de seguir adelante” (Mormón 8:22). Además, Moroni sabía que una parte clave de esos eternos designios sería el Libro de Mormón, el registro que él estaba completando diligentemente, el mismo que un día llevaría a muchas personas “al conocimiento de Cristo” (Mormón 9:36). La fe de Moroni en estas promesas hizo posible que pudiera declarar a los futuros lectores del libro: “os hablo como si os hallaseis presentes” y “sé que tendréis mis palabras” (Mormón 8:35; 9:30). En la actualidad, ciertamente tenemos sus palabras y la obra del Señor sigue adelante, en parte, porque Mormón y Moroni fueron fieles a su misión, aun cuando estaban solos.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Mormón 7

“Cree[d] en Jesucristo” y “asíos [a Su] evangelio”

Después de compendiar los anales de su pueblo, Mormón dio su mensaje final en Mormón 7. ¿Por qué crees que eligió ese mensaje? ¿Qué significa para ti “as[irse] al evangelio de Cristo”? (Mormón 7:8).

Véase también “Creo en Cristo”, Himnos, nro. 72.

Mormón 7:8–10; 8:12–16; 9:31–37

El Libro de Mormón es de gran valor

El presidente Russell M. Nelson preguntó. “Si se les diera a elegir entre diamantes y rubíes o el Libro de Mormón, ¿qué escogerían? Con toda honestidad, ¿cuál es de mayor valor para ustedes?” “(El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 61).

¿Qué encuentras en Mormón 7:8–10; 8:12–22 y 9:31–37 que te ayude a entender por qué el Libro de Mormón es de valor en nuestros días? ¿Por qué es de valor para ti? Puedes hallar ideas adicionales en 1 Nefi 13:38–41; 2 Nefi 3:11–12; y Doctrina y Convenios 33:16; 42:12–13.

Ejemplares del Libro de Mormón en distintos idiomas

Mormón 8:1–11

Puedo guardar los mandamientos, aun cuando los demás no lo hagan

En ocasiones, es posible que te sientas solo en tus esfuerzos por guardar los mandamientos. ¿Qué puedes aprender del ejemplo de Moroni que te pueda ayudar? (Véase Mormón 8:1–11). Si le pudieras preguntar a Moroni cómo pudo mantenerse fiel, ¿qué crees que diría?

Véase también “Que todos puedan conocer la verdad: La promesa de Moroni” (video), Biblioteca del Evangelio.

Mormón 8:26–41; 9:1–30

El Libro de Mormón se escribió para nuestros días

Jesucristo mostró a Moroni lo que ocurriría en la época en que el Libro de Mormón saldría a la luz (véase Mormón 8:34–35), lo que lo llevó a expresar claras advertencias para nuestros días. A medida que leas Mormón 8:26–41 y 9:1–30, medita sobre cómo sus palabras podrían aplicarse a ti. Por ejemplo, en estos versículos, Moroni hace veinticuatro preguntas. ¿Qué evidencias ves en esas preguntas de que Moroni vio nuestra época? ¿De qué modo puede el Libro de Mormón ayudarnos con los desafíos que Moroni vio de antemano?

Escucha al Espíritu. Presta atención a tus pensamientos y sentimientos, aun cuando no parezca que estén relacionados con lo que estés leyendo. Esas impresiones pueden ser lo que tu Padre Celestial quiere que aprendas. Por ejemplo, ¿qué impresiones tienes luego de meditar en las preguntas que Moroni hace en Mormón 9:1–30?

Mormón 9:1–25

Jesucristo es un Dios de milagros

Moroni concluyó los escritos de su padre con un potente mensaje para las personas de nuestros días que no creen en los milagros (véanse Mormón 8:26; 9:1, 10–11). ¿Por qué crees que se necesita creer en los milagros hoy en día? Examina Mormón 9:9–11, 15–27 y Moroni 7:27–29 y medita sobre preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué aprendo acerca del Salvador en estos versículos?

  • ¿Qué aprendo sobre los milagros, tanto los pasados como los presentes?

  • ¿Cuáles son los beneficios de creer que Jesucristo es un Dios de milagros? ¿Cuáles son las consecuencias de no creer en ello?

  • ¿Qué milagros, pequeños y grandes, ha efectuado el Salvador en mi vida? ¿Qué me enseñan esos milagros acerca de Él?

El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Nuestro Salvador y Redentor, Jesucristo, llevará a cabo algunas de Sus obras más maravillosas entre ahora y cuando vuelva de nuevo. Veremos indicios milagrosos de que Dios el Padre y Su Hijo, Jesucristo, presiden esta Iglesia en majestad y gloria” (“Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96). ¿Cuáles piensas que podrían ser algunos de esos milagros? ¿Qué puedes hacer para ayudar al Salvador a llevarlos a cabo?

¿Qué aprendes en cuanto a la fe y los milagros por medio de las experiencias de los santos de Samoa, Tonga, Fiyi y Tahití cuando el presidente y la hermana Nelson los visitaron? (Véase Russell M. Nelson “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 101–104).

Véanse también Ronald A. Rasband, “He aquí, soy un Dios de milagros”, Liahona, mayo de 2021, págs. 109–112; Temas del Evangelio, “Milagros”, Biblioteca del Evangelio.

Ideas para enseñar a los niños

Mormón 7:8–10

El Libro de Mormón y la Biblia testifican de Jesucristo

  • A fin de recalcar la relación entre la Biblia y el Libro de Mormón, como lo hizo Moroni, podrías realizar con los niños algún juego como el siguiente: Pídeles que digan “Antiguo Testamento, Nuevo Testamento” cuando sostengas en alto un ejemplar de la Biblia, y “Otro Testamento” cuando sostengas en alto un ejemplar del Libro de Mormón. También podrías elegir varios acontecimientos de los cuales testifican tanto la Biblia como el Libro de Mormón —tales como el nacimiento, la muerte y la resurrección de Jesús— e invitar a los niños a buscar ilustraciones de esos sucesos (por ejemplo, en el Libro de obras de arte del Evangelio).

  • A fin de ayudar a los niños a aprender el octavo Artículo de Fe, podrías escribir cada palabra de este en diferentes hojas de papel. Invítalos a trabajar juntos para poner las palabras en el orden correcto y repítanlo varias veces.

Mormón 8:1–7

Puedo guardar los mandamientos, aun cuando me sienta solo

  • El ejemplo de Moroni podría inspirar a los niños a obedecer los mandamientos de Dios, aun cuando se sientan solos. Después de leer Mormón 8:1–7 con ellos, podrían expresar cómo se habrían sentido si hubieran sido Moroni. En los versículos 1, 3 y 4, ¿qué se le mandó hacer a Moroni, y de qué modo obedeció? ¿Cómo podemos ser más como Moroni?

  • Tal vez los niños y tú podrían hablar sobre situaciones en las que ellos deban escoger entre lo bueno y lo malo mientras nadie los observa. ¿Cómo nos ayuda el tener fe en Jesucristo en esas situaciones? Alguna canción como “Defiende el bien” (Canciones para los niños, pág. 81) podría enriquecer el análisis.

Mormón 8:24–26; 9:7–26

Jesucristo es “un Dios de milagros”

  • Si lo deseas, podrías explicar a los niños que un milagro es algo que Dios hace para mostrar Su poder y bendecir nuestra vida. Luego podrías leer las frases de Mormón 9:11–13, 17 que describan algunos de los milagros de Dios, y los niños podrían pensar en otros milagros (las imágenes del Libro de obras de arte del Evangelio, tales como los nros. 26, 40, 4183, pueden ser de ayuda). Habla sobre los milagros que Dios ha efectuado en tu vida.

  • Muestra alguna receta a los niños, y explica qué sucedería si omitieras algún ingrediente esencial. Lean juntos Mormón 8:24 y 9:20–21 en busca de los “ingredientes” que puede conducirnos a los milagros de Dios.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Moroni observando la destrucción de los nefitas
Hoja de actividades: El Libro de Mormón y la Biblia testifican del Salvador

11 – 17 noviembre: “Rasg[ad] ese velo de incredulidad”

Éter 1–5

Los jareditas viajando por el desierto

The Jaredites Leaving Babel [Los jareditas abandonan Babel], por Albin Veselka

Si bien es cierto que los caminos de Dios son más altos que los nuestros y que siempre debemos someternos a Su voluntad, Él también nos alienta a que pensemos y actuemos por nosotros mismos. Esa es una lección que aprendieron Jared y su hermano. Por ejemplo, la idea de viajar a una nueva tierra que fuese “la más favorecida de toda la tierra” pareció comenzar con Jared, y el Señor concedió su petición, diciéndole al hermano de Jared: “Y así obraré contigo, porque me has suplicado todo este largo tiempo” (véase Éter 1:38–43). Asimismo, cuando el hermano de Jared necesitaba luz en el interior de los barcos que los llevarían a la tierra prometida, el Señor le hizo una pregunta que por lo general nosotros le hacemos a Él: “Qué quieres que yo haga… ?” (Éter 2:23). Él desea escuchar nuestros pensamientos e ideas, y nos escuchará y nos dará Su confirmación o nos aconsejará otra cosa. En ocasiones, lo único que nos separa de las bendiciones que procuramos es nuestro propio “velo de incredulidad”; y si podemos “rasg[ar] ese velo” (Éter 4:15), puede que nos sorprendamos de lo que el Señor está dispuesto a hacer por nosotros.

Véase también “The Lord Appears to the Brother of Jared [El Señor se aparece al hermano de Jared]” (video), Biblioteca del Evangelio.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Éter 1:33–43

Conforme suplique al Señor, Él tendrá compasión de mí

En Éter 1:33–43, se habla de tres oraciones que hizo el hermano de Jared. ¿Qué aprendes de la respuesta del Señor a cada una de ellas? Piensa en alguna ocasión en la que hayas sentido la compasión del Señor al clamar a Él en oración. Podrías registrar esa experiencia y compartirla con alguien que necesite escuchar tu testimonio.

Véase también “Secreta oración”, Himnos, nro. 80.

Éter 2; 3:1–6; 4:7–15

Puedo recibir revelación para mi vida

El presidente Russell M. Nelson dijo: “… les suplico que aumenten su capacidad espiritual para recibir revelación […]. Elijan hacer el trabajo espiritual que se necesita para disfrutar del don del Espíritu Santo y oír la voz del Espíritu con mayor frecuencia y claridad” (“Revelación para la Iglesia, revelación para nuestras vidas”, Liahona, mayo de 2018, pág. 96).

Al estudiar Éter 2; 3:1–6; 4:7–15, ¿qué aprendes sobre “el trabajo espiritual” del que habló el presidente Nelson? Podrías marcar con un color las preguntas o inquietudes que tenía el hermano de Jared y lo que hizo al respecto, y con otro color cómo el Señor lo ayudó y le dio a conocer Su voluntad.

Aquí hay algunas preguntas para que medites al estudiar:

  • ¿Qué te llama la atención sobre la forma en que el Señor contestó las preguntas del hermano de Jared en Éter 2:18–25?

  • ¿Cómo podrías utilizar Éter 3:1–5 para ayudar a alguien que está aprendiendo a orar?

  • ¿Qué podría evitar que recibas revelación del Señor? (Véase Éter 4:8–10). ¿Cómo puedes recibir revelación de Él con más frecuencia? (Véase Éter 4:7, 11–15).

  • ¿Qué crees que significa “rasg[ar] [el] velo de incredulidad” en tu vida? (Éter 4:15).

¿Qué otra cosa aprendes del hermano de Jared en cuanto a la revelación personal?

El élder Dale G. Renlund enseñó sobre “El marco de la revelación personal” (Liahona, noviembre de 2022, págs. 16–19). Considera dibujar el marco de un cuadro y escribir los cuatro elementos del marco a cada lado. ¿De qué modo este marco puede ayudarte a “aument[ar] [t]u capacidad […] para recibir revelación”?

Véase también Temas del Evangelio, “Revelación”, Biblioteca del Evangelio.

Éter 2:14–15; 3:1–20

Mediante Su amonestación, el Señor me invita a arrepentirme y a venir a Él

Hasta un gran profeta como el hermano de Jared necesitó que le Señor lo amonestara. ¿Qué aprendes de Éter 2:14–15 acerca de la amonestación del Señor? Piensa en cómo la amonestación del Señor y la respuesta del hermano de Jared pudieron haberle ayudado a este a prepararse para la experiencia que tuvo en Éter 3:1–20.

Éter 2:16–25

El Señor me preparará para atravesar mi “gran mar”

En ocasiones, atravesar el “gran mar” es la única manera de cumplir con la voluntad de Dios para nosotros. ¿Ves en Éter 2:16–25 algunas semejanzas con tu vida? ¿Cómo te ha preparado el Señor para tus desafíos? ¿Qué te pide Él que hagas ahora a fin de prepararte para lo que necesita que hagas en el futuro?

Véase también L. Todd Budge, “Confianza constante y resiliente”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 47–49.

Pon en práctica lo que aprendas. El estudio del Evangelio debe inspirarnos a cambiar nuestra vida. Después de leer Éter 4:11–12, podrías enumerar algunas de las influencias en tu vida y considerar si te persuaden a hacer lo bueno. ¿Qué cambios te sientes inspirado a hacer?

Éter 5

Varios testigos declaran la veracidad del Libro de Mormón

Mientras lees la profecía de Moroni en Éter 5, reflexiona sobre el propósito del Señor al preparar muchos testigos del Libro de Mormón. ¿Qué experiencias te han inspirado a creer que el Libro de Mormón es la palabra de Dios? ¿De qué modo el Libro de Mormón te ha demostrado “el poder de Dios y también su palabra”? (Éter 5:4).

Ideas para enseñar a los niños

Éter 1:33–37; 2:16–25; 3:1–6

El Padre Celestial escucha y contesta mis oraciones

  • Si conoces algún idioma que los niños no conozcan, dales algunas instrucciones sencillas en esa lengua (o reproduce una grabación en otro idioma). Puedes valerte de ello para explicar por qué el hermano de Jared oró en busca de ayuda en Éter 1:33–37. Haz hincapié en lo que el Señor sintió en cuanto a su oración y cómo respondió (véase también “Capítulo 50: Los jareditas salen de Babel”, Historias del Libro de Mormón, págs. 143–144).

  • Los niños podrían hacer de cuenta que construyen un barco mientras lees Éter 2:16–17. Luego podrían leer juntos en cuanto a los problemas que los jareditas tuvieron con los barcos (véase Éter 2:19) y las diferentes maneras en las que el Señor contestó las oraciones del hermano de Jared (véanse Éter 2:19–25; 3:1–6). La ilustración y la hoja de actividades que están al final de esta reseña podrían ayudarlos a contar la historia. ¿Qué aprendemos del hermano de Jared en cuanto a la oración? Considera relatar alguna experiencia en la que hayas orado en busca de ayuda y el Padre Celestial te haya ayudado.

Éter 3:6–16

Fui creado a la imagen de Dios

  • A medida que crezcan, los niños se encontrarán con muchos mensajes falsos en cuanto a Dios, ellos mismos y su cuerpo físico. Podrías pedirles que te ayuden a buscar verdades sobre esos temas en Éter 3:6–16. A fin de hacer hincapié en la verdad que se enseña en Éter 3:13, 15, podrían ver juntos alguna ilustración del Salvador y podrías invitar a los niños a señalar diversas partes de Su cuerpo. Luego podrían señalar las mismas partes en su propio cuerpo. Además, podrían entonar juntos una canción relacionada con nuestro cuerpo, tal como “El Señor me dio un templo” (Canciones para los niños, pág. 73), y hablar sobre por qué están agradecidos por su cuerpo.

niño corriendo en un campo

Éter 5

Tres testigos testificaron del Libro de Mormón

  • Moroni profetizó que los Tres Testigos ayudarían a establecer la veracidad del Libro de Mormón. A fin de enseñar lo que es un testigo, podrías pedir a los niños que describan algo que hayan visto o experimentado y que otras personas no. Luego, a medida que lean juntos Éter 5, podrían hablar sobre por qué Dios utiliza testigos en Su obra. Asimismo, podrían decirse unos a otros cómo saben que el Libro de Mormón es verdadero y de qué modo pueden compartir su testimonio con los demás.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesús tocando las dieciséis piedras en la presencia del hermano de Jared
Hoja de actividades: El Padre Celestial contestó la oración del hermano de Jared

18 – 24 noviembre: “Para que sea destruido el mal”

Éter 6–11

Los barcos de los jareditas en el mar

I Will Bring You Up Again out of the Depths [Yo os sacaré otra vez de las profundidades], por Jonathan Arthur Clarke

Cientos de años después de que los jareditas fueran destruidos, los nefitas descubrieron las ruinas de su antigua civilización. Entre las ruinas hallaron un registro misterioso: planchas de “oro puro” que estaban “llenas de grabados”, y los nefitas “estaban deseosos en extremo” de leerlo (Mosíah 8:9; 28:12). Hoy en día, tienes la compilación de ese registro, que se llama el libro de Éter. Cuando los nefitas lo leyeron, “se llenaron de tristeza” al enterarse de la trágica caída de los jareditas; “no obstante, les proporcionó mucho conocimiento, y en esto se regocijaron” (Mosíah 28:18). Tú también encontrarás momentos de tristeza en este libro, pero asimismo puedes regocijarte en este don de conocimiento. Moroni escribió: “… está en la sabiduría de Dios que se os muestren estas cosas […] para que sea destruido el mal, y llegue el tiempo en que Satanás no tenga más poder en el corazón de los hijos de los hombres” (Éter 8:23, 26).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Éter 6:1–12

El Señor me guiará a lo largo de mi travesía terrenal

Hallarás conocimiento espiritual al comparar el viaje de los jareditas a través del océano con tu trayecto por la vida. Por ejemplo, ¿qué ha proveído el Señor que ilumine tu travesía como las piedras en las embarcaciones jareditas? ¿Qué podrían representar los barcos, o los vientos que “sopla[ban] […] hacia la tierra prometida”? (Éter 6:8). ¿Qué aprendes de las acciones de los jareditas antes, durante y después del viaje? ¿De qué manera te está guiando el Señor hacia tu tierra prometida?

“[C]ant[a] alabanzas al Señor”. Los jareditas expresaron su gratitud y amor hacia Dios por medio del canto y la alabanza (véase Éter 6:9). Podrías buscar o crear oportunidades para utilizar la música y el testimonio sincero para alabar a Dios en el hogar y en la Iglesia. Por ejemplo, al estudiar Éter 6:1–12, podría ser apropiado cantar un himno de alabanza como “Oh, creaciones del Señor” (Himnos, nro. 31).

Familia jaredita adentro de su barco

Éter 6:5–18, 30; 9:28–35; 10:1–2

“Andar humildemente delante del Señor”

Aunque el orgullo y la iniquidad parecen predominar en la historia jaredita, también hay ejemplos de humildad en esos capítulos, en especial en Éter 6:5–18, 30; 9:28–35 y 10:1–2. Meditar en las siguientes preguntas te ayudará a aprender de esos ejemplos: ¿Por qué fueron humildes los jareditas en esas situaciones? ¿Cómo demostraron su humildad? ¿Cómo los bendijo Dios gracias a ello? Considera lo que puedes hacer para “andar humildemente delante del Señor” de forma voluntaria (Éter 6:17), en lugar de verte obligado a ser humilde (véanse Mosíah 4:11–12; Alma 32:14–18).

Véase también Dale G. Renlund, “Haz justicia, ama la misericordia y humíllate para andar con Dios”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 109–112.

Éter 7–11

Puedo llegar a ser un líder semejante a Cristo

Los capítulos 7–11 de Éter abarcan al menos veintiocho generaciones. Aunque se pueden dar pocos detalles en tan poco espacio, enseguida se aprecia un patrón reiterativo en cuanto a las consecuencias de los líderes rectos y los inicuos. ¿Qué aprendes sobre el liderazgo por medio del ejemplo, tanto negativo como positivo, de los reyes que se mencionan a continuación?

El élder Dieter F. Uchtdorf dio consejos útiles sobre el liderazgo en su mensaje titulado “El mayor entre vosotros” (Liahona, mayo de 2017, págs. 78–81). Considera estudiar ese mensaje, en especial las historias que él relata, en busca de principios o modelos de liderazgo semejantes a los de Cristo. ¿En qué ocasiones has visto que las personas que nos dirigen han mostrado esos principios o patrones?

Al meditar en lo que has aprendido, piensa en las oportunidades que tengas de liderar o de influir en otras personas en el hogar, la comunidad, tu llamamiento en la Iglesia, etc. ¿Cómo puedes desarrollar las cualidades del liderazgo semejante al de Cristo, aunque no tengas una asignación específica de liderazgo?

Véanse también Temas del Evangelio, “Serving in Church Callings [Servir en llamamientos de la Iglesia]”, Biblioteca del Evangelio; “Los principios de liderazgo en la Iglesia”, Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 4.2 (ChurchofJesusChrist.org).

Éter 8:7–26

El Señor no obra en la oscuridad

Cuando las personas conspiran para mantener en secreto sus hechos inicuos, se involucran en una combinación secreta. Además de las combinaciones secretas que se describen en Éter 8:7–18, se pueden ver otros ejemplos en Helamán 1:9–12; 2:2–11; 6:16–30; Moisés 5:29–33. Considera comparar esos versículos con 2 Nefi 26:22–24, en donde Nefi describe la forma en que el Señor lleva a cabo Su obra. ¿Por qué crees que a Moroni se le mandó escribir sobre las combinaciones secretas?

¿Qué has aprendido en el libro de Éter que pueda ayudarte a obtener las bendiciones descritas en Éter 8:26?

Ideas para enseñar a los niños

Éter 6:1–12

Puedo confiar en que el Padre Celestial me consolará cuando tenga miedo

  • Todos tenemos días difíciles, aun los niños pequeños. Tal vez podrías ayudar a los niños a buscar palabras y frases en Éter 6:1–12 que demuestren de qué manera los jareditas confiaron en Dios durante algunos días realmente difíciles y atemorizantes. Si quieres, pide que unos a otros se relaten experiencias en las que Dios los haya ayudado durante momentos difíciles de la vida.

Éter 6:9, 12, 30; 7:27; 10:2

El recordar lo que el Señor ha hecho brinda gratitud y paz

  • Después de llegar a la tierra prometida, los jareditas se sentían tan agradecidos que “vertieron lágrimas de gozo” (Éter 6:12). Podrías inspirar a los niños a sentir gratitud por las bendiciones de Dios al ayudarlos a encontrar frases de Éter 6:9, 12 que muestren la forma en que los jareditas expresaron su agradecimiento a Dios. Quizá les guste entonar, como lo hicieron los jareditas, una canción que exprese gratitud, tal como “Mi Padre Celestial me ama” (Canciones para los niños, págs. 16–17). Pide a los niños que te hablen de algunas cosas por las que se sienten agradecidos.

  • Tal vez los niños podrían leer Éter 6:30; 7:27 y 10:2 y hallar lo que estos reyes justos recordaron. ¿Cómo influyó en la manera en que lideraron a su pueblo? Los niños y tú podrían hablar sobre algunas maneras de recordar lo que Dios ha hecho por ustedes. Por ejemplo, quizás podrían escribir o hacer dibujos al respecto. Podrías sugerir que adopten el hábito regular de anotar las bendiciones que noten que el Señor les ha dado (véase “Oh recuerda, recuerda” [video], Biblioteca del Evangelio).

Éter 7:24–27

Soy bendecido cuando sigo al profeta de Dios

  • Tal vez los niños y tú disfruten de hacer una dramatización de algunas de las cosas que el profeta nos ha enseñado que debemos hacer. Hasta podrían convertirlo en un juego en el que adivinen lo que las acciones representan. Aquello podría preparar a los niños para analizar por qué es importante seguir al profeta de Dios. Luego podrían leer Éter 7:24–27 para averiguar qué sucedió cuando el pueblo obedeció al profeta de Dios. ¿De qué manera somos bendecidos al seguir al profeta hoy en día?

Éter 9:28–35; 11:5–8

El Señor es misericordioso cuando me arrepiento

  • Buscar patrones reiterativos es una provechosa técnica de estudio de las Escrituras. El libro de Éter contiene un modelo repetitivo que recalca la misericordia del Señor. A fin de ayudar a los niños a reconocer ese modelo, invítalos a leer Éter 9:28–35 y Éter 11:5–8 en busca de similitudes entre los dos relatos. ¿Qué aprendemos de estos relatos? Tal vez podrían buscar en el Libro de obras de arte del Evangelio imágenes de otras personas de las Escrituras que se arrepintieron y fueron perdonadas.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Los barcos de los jareditas en el mar
Hoja de actividades: El Padre Celestial ayudó a los jareditas a construir barcos

25 noviembre – 1 diciembre: “Por medio de la fe todas las cosas se cumplen”

Éter 12–15

Éter entrando en una cueva

Ether Hiding in the Cavity of a Rock [Éter se oculta en el hueco de una roca], por Gary Ernest Smith

Las profecías de Éter a los jareditas fueron “grandes y maravillosas” (Éter 12:5); “les habló de todas las cosas, desde el principio del hombre” (Éter 13:2); vio anticipadamente “los días de Cristo” y la Nueva Jerusalén en los últimos días (Éter 13:4); también habló de la “esperanza de un mundo mejor, sí, aun un lugar a la diestra de Dios” (Éter 12:4). No obstante, los jareditas rechazaron sus palabras por las mismas razones que las personas rechazan a menudo las profecías de los siervos de Dios en la actualidad: “porque no las ve[n]” (Éter 12:5). Se requiere fe para creer en las promesas o amonestaciones en cuanto a lo que no vemos, así como Éter necesitó fe para profetizar “cosas grandes y maravillosas” a un pueblo incrédulo. Moroni necesitó fe para confiar en que el Señor podía tomar su “debilidad [al] escribir” y convertirla en una fortaleza (véase Éter 12:23–27). Esa es la clase de fe que nos hace “seguros y firmes, abundando siempre en buenas obras, siendo impulsados a glorificar a Dios” (Éter 12:4), y es la clase de fe por la cual “todas las cosas se cumplen” (Éter 12:3).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Éter 12

La fe en Jesucristo puede conducir a milagros

En la actualidad es común, como lo era en los días de Éter, que la gente desee ver evidencias antes de creer en Dios y en Su poder. ¿Qué aprendes de Éter 12:5–6 sobre esa idea?

Al leer Éter 12, podrías tener en cuenta cada mención de la palabra “fe” y considerar lo que cada caso enseña sobre la fe. Preguntas como las siguientes podrían ser de ayuda: ¿Qué es la fe? ¿Qué significa ejercer la fe? ¿Cuáles son los frutos de la fe en Jesucristo? Podrías anotar tus reflexiones en cuanto a los testimonios que has obtenido “después de la prueba de [tu] fe” (Éter 12:6).

Véase también Russell M. Nelson, “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 101–104.

Permite que los demás participen y, en ocasiones, enseña. Las personas aprenden mejor cuando tienen oportunidades de compartir lo que están aprendiendo o incluso enseñar en un entorno formal. Ya sea en el hogar o en la Iglesia, considera la posibilidad de permitir que otras personas, incluso los jóvenes, enseñen una parte de la lección.

Éter 12:1–9, 28, 32

Jesucristo nos da “una esperanza más excelente”

Además de ofrecernos profundas enseñanzas sobre la fe, Éter 12 también enseña mucho acerca de la esperanza. Permite que estas preguntas guíen tu estudio:

  • ¿Qué razones tenía Éter para tener “esperanza de un mundo mejor”? (Véase Éter 12:2–5).

  • ¿Cuál es el propósito de las anclas? ¿Qué produce la esperanza en el alma que sea similar a lo que un ancla representa para un barco? (Véase Éter 12:4).

  • ¿En qué debemos tener esperanza? (Véanse Éter 12:4; Moroni 7:41).

  • ¿De qué manera el evangelio de Jesucristo te ha brindado “una esperanza más excelente”? (Éter 12:32).

Véanse también Moroni 7:40–41; Jeffrey R. Holland, “Un fulgor perfecto de esperanza”, Liahona, mayo de 2020, págs. 81–84.

Éter 12:23–29

Jesucristo puede convertir mi debilidad en fortaleza

Cuando leemos los elocuentes escritos de Moroni, es fácil olvidar que a él le preocupaba su “debilidad en escribir” y que temía que las personas se burlaran de sus palabras (véase Éter 12:23–25). Si alguna vez te ha preocupado tu debilidad, lee sobre las dificultades de Moroni y la respuesta del Salvador en Éter 12:23–29. También podrías meditar sobre las ocasiones en que Jesucristo te haya ayudado a reconocer tu debilidad y te haya hecho fuerte, aun cuando no haya eliminado la debilidad por completo. Asimismo, piensa en las debilidades con las que luchas actualmente. ¿Qué debes hacer para recibir la promesa del Salvador de que Él “har[á] que las cosas débiles sean fuertes”? (Éter 12:27).

Considera examinar los siguientes pasajes para ver cómo otras personas de las Escrituras cobraron fuerza mediante la gracia de Jesucristo:

Véanse también Temas del Evangelio, “Gracia”, Biblioteca del Evangelio; “Jesús es mi luz”, Himnos, nro. 42.

Éter 13:13–22; 14–15

Rechazar a los profetas del Señor me pone en peligro espiritual

Según lo que dicta la historia, ser rey de los jareditas era algo peligroso. Aquel fue el caso particularmente de Coriántumr, ya que muchos “hombres poderosos […] intentaron destruir[lo]” (Éter 13:15–16). En Éter 13:15–22, observa lo que hizo Coriántumr para protegerse y lo que el profeta Éter le aconsejó hacer en lugar de eso. A medida que leas el resto del libro de Éter, medita en las consecuencias de rechazar a los profetas. ¿Qué les sucede a las personas cuando “el Espíritu del Señor [deja] de luchar con ell[as]”? (Éter 15:19). ¿Qué querrá el Señor que aprendas de estos relatos? Piensa en lo que harás para seguir a Sus profetas.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Éter 12:6–22

La fe es creer en cosas que no puedo ver

  • Considera ayudar a los niños a repetir contigo la frase “la fe es las cosas que se esperan y no se ven” (Éter 12:6). Quizás disfruten de ver imágenes que representen los ejemplos de fe que se dan en Éter 12:13–15, 19–21 (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 7885, y la hoja de actividades de esta semana). Pide a los niños que expliquen lo que sepan sobre cada historia. Las siguientes son algunas preguntas que pueden ayudarte a analizar esos ejemplos de fe:

    • ¿En qué tenían esperanza estas personas?

    • ¿De qué manera se puso a prueba su fe?

    • ¿Qué ocurrió como resultado de su fe?

    También podrías relatar tus propias experiencias de ocasiones en las que hayas ejercido la fe.

Éter 12:4, 32

La esperanza es como un ancla para mi alma

  • Para entender lo que Éter 12:4 enseña sobre la esperanza, los niños y tú podrían ver alguna imagen de un barco y un ancla. ¿Por qué necesitan anclas los barcos? ¿Qué le sucedería a un barco que no tuviera ancla? A medida que lean juntos Éter 12:4, hablen acerca de la forma en que la esperanza nos ayuda tal como un ancla ayuda a un barco. Invita a los niños a dibujar un barco y un ancla para que puedan enseñar a otras personas en cuanto a la esperanza.

  • Si los niños necesitan conocer la definición de esperanza, ayúdalos a buscarla en la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Esperanza” (Biblioteca del Evangelio). Según esa definición y Éter 12:4, 32, ¿en qué debemos tener esperanza? (Véase también Moroni 7:40–42). Ayuda a los niños a pensar en palabras que sean sinónimos de esperanza, junto con palabras que signifiquen lo opuesto de esperanza. También podrían hablar entre sí de algunas verdades del Evangelio que les den esperanza.

Éter 12:23–29

Jesucristo puede ayudarme a volverme fuerte espiritualmente

  • Al igual que Moroni, los niños en ocasiones afrontan situaciones en las que se sienten débiles. Ayúdalos a descubrir por qué Moroni se sentía de esa manera en Éter 12:23–25, y pregúntales si alguna vez tuvieron sentimientos similares. Luego invítalos a leer los versículos 26–27 a fin de averiguar cómo el Señor ayudó a Moroni.

  • Quizás los niños podrían hacer un dibujo de algo débil y de algo fuerte. Luego podrían agregar al dibujo algunas palabras y frases de Éter 12:23–29 que les enseñen sobre la forma en que el Salvador puede convertir nuestras debilidades en fortalezas. Insta a los niños a pensar en alguna debilidad que tengan y a luego buscar la ayuda del Salvador para llegar a ser fuertes. También podrías relatar una experiencia en la que el Salvador te haya ayudado a ser lo suficientemente fuerte para hacer algo difícil.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Éter arrodillado a la entrada de una cueva
Hoja de actividades: Las personas del Libro de Mormón tenían fe en Jesucristo

2 – 8 diciembre: “Para guardarlos en la vía correcta”

Moroni 1–6

Alma bautizando gente en las aguas de Mormón

Minerva Teichert (1888–1976), Alma Baptizes in the Waters of Mormon [Alma bautiza en las aguas de Mormón], 1949–1951, óleo sobre masonita, 91 x 122 cm. Museo de Arte de la Universidad Brigham Young, 1969.

Después de concluir el registro que hizo su padre de los nefitas y tras compilar el registro de los jareditas, Moroni creyó haber terminado su labor con los anales (véase Moroni 1:1). ¿Qué más había que decir sobre las dos naciones que habían sido enteramente destruidas? No obstante, Moroni había visto nuestra época (véase Mormón 8:35) y fue inspirado a “escrib[ir] unas cuantas cosas más, que tal vez sean de valor […] en algún día futuro” (Moroni 1:4). Sabía que se acercaba una apostasía generalizada, la cual traería confusión en cuanto a las ordenanzas del sacerdocio y la religión en general. Esa parece ser la razón por la que dio detalles esclarecedores sobre la Santa Cena, el bautismo, el conferimiento del don del Espíritu Santo y las bendiciones de congregarse con otros creyentes “para guardar[nos unos a otros] en la vía correcta […], confiando solamente en los méritos de Cristo, que era el autor y perfeccionador de [nuestra] fe” (Moroni 6:4). Conocimientos preciados como esos nos dan motivos para agradecer que el Señor preservara la vida de Moroni de modo que pudiera “escrib[ir] unas pocas cosas más” (Moroni 1:4).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Moroni 1

Puedo seguir a Jesucristo a pesar de la oposición

Al leer Moroni 1, ¿qué hallas inspirador en cuanto a la fidelidad de Moroni al Señor y a su llamamiento? ¿Cuáles son algunas de las maneras en las que alguien podría “nega[r] al Cristo”? (Moroni 1:2–3). Medita sobre cómo puedes ser fiel a Jesucristo, incluso cuando afrontes pruebas y oposición.

Moroni 2–6

Las ordenanzas del sacerdocio deben administrarse como lo manda el Señor

Moroni huía para salvar la vida cuando escribió estos capítulos. ¿Por qué se tomaría el trabajo de escribir sobre detalles administrativos como la forma de efectuar las ordenanzas? Medita sobre eso a medida que leas Moroni 2–6. ¿Por qué crees que esos detalles son importantes para el Señor? A continuación figuran algunas preguntas que podrían orientar tu estudio:

La confirmación (Moroni 2; 6:4)

¿Qué aprendes de las instrucciones del Salvador en Moroni 2:2 sobre la ordenanza de la confirmación? ¿Cómo explicarías lo que significa que “el poder del Espíritu Santo había obrado en ellos y los había purificado”? (Moroni 6:4).

La ordenación al sacerdocio (Moroni 3)

¿Qué encuentras en este capítulo que podría ayudar a alguien a prepararse para ser ordenado al sacerdocio? ¿Qué encuentras allí que podría ayudar a alguien a prepararse para efectuar una ordenación?

La Santa Cena (Moroni 4–5; 6:6)

¿Qué puedes hacer para que la Santa Cena sea el momento espiritual más importante de tu semana?

El bautismo (Moroni 6:1–3)

¿Qué estás haciendo para seguir cumpliendo con los requisitos del bautismo?

Una mujer joven recibiendo una bendición

Basándote en lo que has aprendido, ¿cómo cambiarás tu forma de pensar en cuanto a estas ordenanzas, en cuanto a participar en ellas o en cuanto a preparar a otras personas para ellas?

Véase también Doctrina y Convenios 84:20.

Hacer dramatizaciones. Una gran manera de recordar lo que aprendes es explicárselo a otras personas. Por ejemplo, puedes hacer dramatizaciones de situaciones como la siguiente: Una amiga no está segura de estar lista para ser bautizada. ¿Cómo utilizarías Moroni 6 para ayudarla?

Moroni 4–5

Tomar la Santa Cena me ayuda a acercarme más a Jesucristo

Es probable que hayas escuchado muchas veces las oraciones sacramentales, sin embargo, ¿cuán a menudo piensas con detenimiento en el significado de sus palabras? Tal vez podrías tratar de escribir las dos oraciones sacramentales de memoria, y después comparar lo que hayas escrito con Moroni 4:3 y 5:2. ¿Notas algo en las oraciones que no habías notado antes?

Considera incluir algún himno sacramental en tu estudio, tal como “Nos reunimos, Padre, hoy” (Himnos, nro. 115).

Moroni 6:4–9

Los discípulos de Jesucristo cuidan de las almas los unos de los otros

La decisión de seguir a Cristo es individual, pero los demás creyentes pueden ayudarnos a que nos mantengamos “en la vía correcta” (Moroni 6:4–5). ¿Qué hacían los miembros de la Iglesia en la época de Moroni para fortalecerse unos a otros? Al leer Moroni 6:4–9, medita en las bendiciones que se reciben por ser “contados entre los del pueblo de la iglesia de Cristo” (Moroni 6:4).

También podrías pensar en las personas que asisten a tu barrio o rama. ¿Hay alguien que podría tener la necesidad especial de recibir tu amor, tal vez alguien que sea nuevo o que haya regresado recientemente? ¿Cómo podrías ayudar a que sus experiencias en la Iglesia sean más similares a las que describió Moroni? (Para obtener ideas, véanse Mi senda de los convenios o los videos de la colección “Cómo fortalecer a los nuevos miembros”, en la Biblioteca del Evangelio). Puedes encontrar inspiración en la sección I del mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “La necesidad de una Iglesia” (Liahona, noviembre de 2021, págs. 24–25).

A medida que medites en lo que significa ser “nutrid[o] por la buena palabra de Dios” (Moroni 6:4), podría ayudarte el pensar en cómo una semilla o un bebé necesitan ser nutridos, y qué sucede si se los descuida. Examina Moroni 6:4–9 en busca de ideas sobre cómo puedes “nutrir” espiritualmente a los demás. ¿De qué modo otros discípulos han ayudado a nutrirte?

No todos comprenden claramente por qué es importante ser “contados entre los del pueblo de la iglesia de Cristo” y “reun[irse] a menudo” en la Iglesia. ¿Cómo explicarías por qué estás agradecido de ser miembro de la Iglesia de Jesucristo? (Véanse las otras secciones del mensaje del presidente Oaks titulado “La necesidad de una Iglesia”).

Véase también Temas del Evangelio, “The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints [La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días]”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Moroni 2–6

El Espíritu Santo es un don sagrado

  • En Moroni 2–6, se menciona varias veces al Espíritu Santo. Tal vez podrías pedir a los niños que busquen cada versículo que lo mencione, que lean esos versículos y hagan una lista de lo que aprendan sobre el Espíritu Santo. También podrían relatarse unos a otros experiencias en las que hayan sentido la influencia del Espíritu.

Moroni 4–5

Tomo la Santa Cena para mostrar que siempre recordaré a Jesucristo

  • El leer las oraciones sacramentales con los niños podría dar pie a un análisis sobre cómo podemos tener más experiencias significativas durante la Santa Cena. Podría ayudarlos imaginar que un amigo va a asistir a la reunión sacramental por primera vez. ¿Cómo le explicaríamos a nuestro amigo qué es la Santa Cena y por qué es sagrada? Alienta a los niños a utilizar algo de Moroni 45 en sus explicaciones. Los más pequeños podrían usar la hoja de actividades de esta semana o Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 108.

  • Considera entonar juntos alguna canción que ayude a los niños a pensar en el Salvador (tal como “Con quietudCanciones para los niños, pág. 11). También podrían practicar cómo sentarse con reverencia durante la Santa Cena.

Moroni 6:1–3

Puedo prepararme para ser bautizado

  • ¿Quién puede bautizarse? Ayuda a los niños a hallar respuestas a esta pregunta en Moroni 6:1–3. ¿Qué significa tener “un corazón quebrantado y un espíritu contrito”? (Moroni 6:2). ¿De qué modo nos prepara eso para el bautismo? Considera contarles a los niños cómo te preparaste para tu bautismo.

Moroni 6:4–6, 9

Vamos a la Iglesia para tomar la Santa Cena y apoyarnos unos a otros

  • ¿Saben los niños por qué te gusta ir a la Iglesia? Leer Moroni 6:4–6, 9 puede darte la oportunidad de analizar juntos algunas de las cosas que hacemos en la Iglesia. Quizás podrían dibujarse a sí mismos haciendo esas cosas (por ejemplo, orando, enseñando, cantando y tomando la Santa Cena).

  • Luego de leer juntos Moroni 6:4, los niños y tú podrían ver imágenes o ejemplos de alimentos nutritivos y comparar el nutrir el cuerpo con ser “nutridos por la buena palabra de Dios”. También podrían ver el video “Niños compartiendo el Evangelio” (Biblioteca del Evangelio).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Moroni oculto en una cueva
Hoja de actividades: La caridad es el amor puro de Cristo

9 – 15 diciembre: “Cristo te anime”

Moroni 7–9

Moroni escribiendo en las planchas de oro

Minerva Teichert (1888–1976), Moroni: The Last Nephite [Moroni: El último nefita], 1949–1951, óleo sobre masonita, 88 x 120 cm. Museo de Arte de la Universidad Brigham Young, 1969.

Antes que Moroni concluyera con sus palabras finales los anales que conocemos hoy en día como el Libro de Mormón, compartió tres mensajes de su padre, Mormón: Un discurso dirigido a “los pacíficos discípulos de Cristo” (Moroni 7:3) y dos cartas que Mormón había escrito a Moroni. Puede que Moroni incluyera esos mensajes en el Libro de Mormón porque previó las similitudes que habría entre los peligros de su época y los de nuestros días. Cuando escribió esas palabras, el pueblo nefita se estaba alejando del Salvador. Muchos de ellos habían “perdido su amor, el uno para con el otro” y se deleitaban “en todo menos en lo que es bueno” (Moroni 9:5, 19). No obstante, Mormón aún tenía motivos para sentir esperanza, lo cual nos enseña que la esperanza no consiste en ignorar los problemas del mundo ni ser ilusos al respecto; más bien, la esperanza consiste en tener fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, cuyo poder es mayor y más perdurable que esos problemas. Consiste en “aferr[arse] a todo lo bueno” (Moroni 7:19); en permitir que la expiación de Jesucristo “y la esperanza de su gloria y de la vida eterna, reposen en tu mente” (Moroni 9:25).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Moroni 7:12–20

La luz de Cristo me ayuda a discernir la verdad del error

Muchas personas se preguntan: “¿Cómo puedo saber si una impresión proviene de Dios o de mis propios pensamientos?” o “Con tantos engaños que existen en la actualidad, ¿cómo puedo saber qué está bien y qué está mal?”. Las palabras de Mormón en Moroni 7 nos enseñan varios principios que podemos emplear para responder estas preguntas. Búscalos especialmente en los versículos 12–20. Podrías valerte de estas verdades para que te ayuden a evaluar la información que recibas y las experiencias que tengas esta semana.

Véanse también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Luz, luz de Cristo”, Biblioteca del Evangelio; “Modelos de luz: Distinguir la luz” (video) Biblioteca del Evangelio.

Moroni 7:20–48

Gracias a Jesucristo, puedo “aferr[arme] a todo lo bueno”

Mormón plantea una pregunta que parece tener especial relevancia en la actualidad: “… ¿cómo es posible que os aferréis a todo lo bueno?” (Moroni 7:20). Luego enseñó acerca de la fe en Jesucristo, la esperanza y la caridad. A medida que leas los versículos 20–48, observa cómo cada atributo te ayuda a hallar y “aferrarte” a lo bueno que proviene de Jesucristo. ¿Por qué son esenciales esos atributos para los discípulos de Jesucristo?

Véase también “Mormon’s Teachings about Faith, Hope, and Charity [Las enseñanzas de Mormón sobre la fe, la esperanza y la caridad” (video), Biblioteca del Evangelio.

Moroni 7:44–48

“La caridad es el amor puro de Cristo”

Mormón señaló que nuestra fe y esperanza en Jesucristo nos llevan a tener caridad. Pero, ¿qué es la caridad? Podrías escribir La caridad es… y luego leer Moroni 7:44–48 en busca de palabras y frases que puedan completar la frase. Cuando termines, considera reemplazar la palabra caridad por el nombre Jesucristo. ¿Qué te enseña eso sobre el Salvador? ¿Cómo ha demostrado Jesucristo Su amor puro? Piensa en ejemplos de las Escrituras y de tu propia vida.

El presidente Dallin H. Oaks observó: “La razón por la cual la caridad nunca deja de ser y es más grande que aun el acto más significativo de bondad […] es que la caridad, ‘el amor puro de Cristo’ [Moroni 7:47], no es un acto sino una condición o estado del ser […]. La caridad es algo que uno llega a ser” (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 42). Con esta declaración en mente, podrías leer el mensaje del élder Massimo De Feo titulado “El amor puro: La verdadera señal de todo verdadero discípulo de Jesucristo” (Liahona, mayo de 2018, págs. 81–83). ¿De qué forma influye la caridad en tu discipulado? ¿Cómo puedes “[a]llega[rte] […] a la caridad”? (Versículo 46).

Véanse 1 Corintios 13:1–13; Éter 12:33–34; “Amad a otros”, Himnos, nro. 203; “Caridad: Un ejemplo de los creyentes” (video), Biblioteca del Evangelio; Temas del Evangelio, “Caridad”, Biblioteca del Evangelio.

Enseña lecciones prácticas. El pensar en un banco de tres patas quizás puede ayudarte a entender mejor la relación entre la fe, la esperanza y la caridad (véase Dieter F. Uchtdorf, “El poder infinito de la esperanza”, Liahona, noviembre de 2008, págs. 21–24).

Moroni 9:3–5

La ira conduce al pesar y al sufrimiento

A diferencia del mensaje de amor que Mormón da en Moroni 7:44–48, la segunda epístola de Mormón a Moroni contiene advertencias sobre algo contra lo que muchas personas luchan en la actualidad: la ira. Según Moroni 9:3–5, ¿cuáles fueron algunas de las consecuencias de la ira de los nefitas? ¿Qué advertencias recibimos en los versículos 3–5, 18–20, 23?

Véase también Gordon B. Hinckley, “Tardos para airarse”, Liahona, noviembre de 2007, págs. 62–66.

Moroni 9:25–26

Puedo tener esperanza en Cristo a pesar de mis circunstancias

Después de describir las iniquidades que había presenciado, Mormón le dijo a su hijo que no se afligiera. ¿Qué te llama la atención del mensaje de esperanza de Mormón? ¿Qué significa para ti que “Cristo te anime”? ¿Qué atributos de Cristo y qué principios de Su evangelio “repos[an] en tu mente” y te brindan esperanza? (Moroni 9:25).

Véase también Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 81–84.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Moroni 7:33

Si tengo fe en Jesucristo, puedo hacer cualquier cosa que Él necesite que haga

  • Considera ver juntos algunas imágenes que muestren a alguien de las Escrituras realizando algo importante (por ejemplo, Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 19, 70, 7881). ¿En qué forma tener fe en Cristo marcó la diferencia en esos ejemplos? Los niños y tú luego podrían leer Moroni 7:33 en busca de lo que podemos hacer cuando tenemos fe en Jesucristo. También podrían relatarse experiencias el uno al otro de ocasiones en las que Dios los haya bendecido con poder para hacer Su voluntad.

Moroni 7:41

Creer en Jesucristo me puede brindar esperanza

  • Mientras les lees Moroni 7:41, tal vez los niños podrían levantar la mano cuando escuchen algo en lo cual Mormón haya dicho que debemos tener esperanza. Háblales de la esperanza que sientes gracias a Jesucristo.

  • Los niños y tú también podrían pensar en alguien que pudiera tener dificultades con algo. Quizás podrían hacer un dibujo para esa persona que le recuerde tener esperanza en Jesucristo.

Moroni 7:40–41; 9:25–26

Puedo tener esperanza en Jesucristo, incluso durante las pruebas difíciles

  • A fin de enseñar a los niños en cuanto a la esperanza en Jesucristo, podrías llenar un recipiente transparente con agua y dejar caer dos objetos en él: uno que flote y otro que se hunda. Mientras leen juntos Moroni 7:40–41 y 9:25–26, los niños podrían tratar de reconocer el modo en que la esperanza influye en nosotros. Luego podrían comparar el objeto que flota con alguien que tiene esperanza en Cristo. ¿De qué manera Él nos “anim[a]” cuando afrontamos pruebas difíciles? Ayúdalos a pensar en formas en las que puedan mantener al Salvador y Sus enseñanzas alentadoras “en [s]u mente para siempre”.

Moroni 7:45–48

“La caridad es el amor puro de Cristo”

  • Alguna canción que hable del amor, tal como “Amad a otros” (Canciones para los niños, pág. 74), podría dar pie a hablar sobre qué es la caridad. Podrías leer o resumir Moroni 7:47 e invitar a los niños a hacer dibujos de ellos mismos mostrando amor a alguien. Invítalos a colocar el dibujo en algún lugar donde este les recuerde amar a los demás como Jesús lo hace.

  • ¿Cómo puedes inspirar a los niños a procurar y desarrollar el amor puro de Cristo en su vida? Tal vez podrías ayudarlos a pensar en las formas en que Jesús mostró caridad (véanse, por ejemplo, Lucas 23:34; Juan 8:1–11; Éter 12:33–34). ¿Cómo podemos seguir Su ejemplo?

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Jesucristo
Hoja de actividades: La caridad es el amor puro de Cristo

16 – 22 diciembre: “Venid a Cristo, y perfeccionaos en él”

Moroni 10

Jesús se aparece a los nefitas

That Ye May Know [A fin de que sepáis], por Gary L. Kapp

El Libro de Mormón comienza con la promesa de Nefi de que él nos mostrará “que las tiernas misericordias del Señor se extienden sobre todos aquellos que, a causa de su fe, él ha escogido” (1 Nefi 1:20). El libro concluye con una invitación análoga de Moroni: “record[ad] cuán misericordioso ha sido el Señor” (Moroni 10:3). ¿Qué ejemplos de la misericordia del Señor has visto en el Libro de Mormón? Podrías pensar en la forma misericordiosa en que Dios condujo a la familia de Lehi por el desierto y al cruzar las grandes aguas; las tiernas misericordias que Él manifestó a Enós cuando su alma tenía hambre de perdón; o la misericordia que tuvo para con Alma, un enconado enemigo de la Iglesia, quien llegó a ser uno de sus defensores más osados. Tus pensamientos también podrían centrarse en la misericordia que el Salvador resucitado manifestó al pueblo cuando sanó a sus enfermos y bendijo a sus pequeñitos. Quizás lo más importante sea que todo eso puede recordarte “cuán misericordioso ha sido el Señor” contigo, porque el Libro de Mormón se escribió para invitar a cada uno de nosotros a recibir la misericordia de Dios, una invitación expresada con sencillez en las palabras de despedida de Moroni: “… venid a Cristo, y perfeccionaos en él” (Moroni 10:32).

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Moroni 10:3–7

Puedo saber la verdad de todas las cosas por el poder del Espíritu Santo

La promesa que está en Moroni 10:3–7 ha cambiado la vida de millones de personas de todo el mundo. ¿De qué modo ha cambiado la tuya? Al leer Moroni 10:3–7, considera hacerlo prestando mayor atención de la que hayas prestado en el pasado. Podrías examinar cada frase y hacerte preguntas como estas: ¿Qué significa esto? ¿Cómo puedo hacer eso mejor? ¿Qué experiencias he tenido en cuanto a esto?

Al reflexionar sobre tu búsqueda personal de la verdad espiritual, podría serte de ayuda saber cómo otras personas han hallado la verdad por el poder del Espíritu Santo. El élder Mathias Held describió su experiencia como miembro nuevo de la Iglesia (véase “Buscar conocimiento mediante el Espíritu”, Liahona, mayo de 2019, págs. 31–33). El élder David F. Evans describió su experiencia como alguien que creció en la Iglesia pero que aun así tenía preguntas (véase “La verdad de todas las cosas”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 68–70). Considera leer uno o ambos mensajes y anotar lo que aprendas de sus búsquedas de la verdad que te ayude a ti con la tuya.

También podrías examinar lo que Dios ha enseñado acerca de la verdad al leer algunos de los pasajes que aparecen en “Verdad”, Guía para el Estudio de las Escrituras (Biblioteca del Evangelio). ¿Qué pasajes te parecieron especialmente reveladores? Tal vez podrías escoger uno y compartirlo con alguien que también esté buscando la verdad por medio del Espíritu.

Véanse también Henry B. Eyring, “La fe para pedir y entonces actuar”, Liahona, noviembre de 2021, págs. 74–76; “Deja que el Espíritu te enseñe”, Himnos, nro. 77; Temas del Evangelio, “Seek Truth and Avoid Deception [Buscar la verdad y evitar el engaño]”, Biblioteca del Evangelio.

Anota las impresiones. Convertirse al evangelio de Jesucristo significa conocer el Evangelio y vivirlo. Es más probable que pongas en práctica lo que aprendes si lo escribes. Si enseñas, invita a las personas a quienes enseñes a anotar sus impresiones espirituales.

Moroni 10:8–25

Dios me ha dado dones espirituales

Hay muchas maneras en que una persona puede “neg[ar] los dones de Dios” (Moroni 10:8). Algunos niegan hasta la existencia misma de dichos dones; otros niegan sus dones al descuidarlos o al no desarrollarlos. A medida que leas Moroni 10:8–25, busca las verdades que te ayudarán a descubrir tus dones espirituales y a usarlos para bendecir a los hijos de Dios. Preguntas como las siguientes podrían ser de ayuda: ¿Qué son los dones espirituales? ¿A quiénes se les conceden? ¿Por qué se otorgan? ¿Cómo los recibimos? ¿Se te ocurren ejemplos de personas que utilicen los dones que se mencionan en Moroni 10:9–16?

Moroni 10:30–33

Puedo ser perfeccionado mediante la gracia de Jesucristo

El consejo de Moroni de “veni[r] a Cristo” va más allá de aprender de Él y pensar en Él. Se trata más bien de una invitación a venir a Cristo en el sentido más completo posible: llegar a ser como Él es. Al leer Moroni 10:30–33, observa las frases que te ayuden a entender lo que significa venir a Cristo, cómo es posible y cuáles son los resultados de hacerlo.

Recuerda tu estudio del Libro de Mormón de este año, y medita en lo que has sentido y aprendido sobre Jesucristo. Por ejemplo, ¿de qué modo te ha ayudado el Libro de Mormón a venir a Él? ¿De qué modo te ha ayudado a confiar en Su gracia más completamente? ¿Cómo te ha ayudado a “no neg[ar]” el poder del Salvador? Considera expresar tu testimonio del Libro de Mormón a alguien que necesite escucharlo, incluso a seres queridos y amigos que no conozcan su mensaje.

Véase también “Moroni invita a todos a venir a Cristo” (video), Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Moroni 10:3–4

Puedo saber por mí mismo que el Libro de Mormón es verdadero

  • ¿Cómo puedes ayudar a los niños a aceptar la invitación de Moroni de preguntar a Dios si el Libro de Mormón es verdadero? Considera darles tiras de papel que tengan escritas las palabras Leer, Recordar, Meditar y Preguntar. Los niños podrían buscar esas palabras en Moroni 10:3–4. ¿Qué es lo que debemos leer, recordar, meditar y preguntar para obtener o fortalecer nuestro testimonio del Libro de Mormón? Los niños podrían buscar semejanzas entre estos versículos y la canción “Escudriñar, meditar y orar” (Canciones para los niños, pág. 66).

  • Podrían utilizar la imagen que aparece al final de esta reseña para hablar de cuando Moroni enterró las planchas de oro (véase también “Capítulo 54: La promesa del Libro de Mormón”, Historias del Libro de Mormón, pág. 156). A los más pequeños podría gustarles hacer de cuenta que son Moroni, y que escriben en las planchas y las entierran. Compartan unos con otros su testimonio del Libro de Mormón.

Moroni 10:8–19

El Padre Celestial me da dones espirituales

  • Para enseñar a los niños en cuanto a los dones espirituales, podrías escribir los números del 9 al 16 en diferentes hojas de papel y envolver cada papel como si fuera un regalo. Los niños podrían turnarse para abrir los regalos y leer versículos de Moroni 10:9–16 que correspondan a los números, y determinar cada don espiritual. Podrías hablar en cuanto a que el Padre Celestial quiere que utilicemos esos dones para bendecir a Sus hijos. También podrías ayudar a los niños a reconocer los dones que el Padre Celestial les haya dado.

Moroni 10:32–33

Jesucristo quiere que venga a Él

  • ¿Saben los niños lo que significa “veni[r] a Cristo”? Quizás podrías leer Moroni 10:32 e invitarlos a repetir la frase contigo. Luego podrían cerrar los ojos mientras tú colocas una lámina de Jesús en alguna parte de la sala. Entonces diles que abran los ojos, que busquen la lámina y se reúnan alrededor de ella, y que hablen de las maneras en las que podemos venir a Cristo. Tal vez sería de ayuda escribir la pregunta: ¿Qué significa venir a Cristo? Ayúdalos a examinar Moroni 10:32–33 en busca de posibles respuestas (véase también Artículos de Fe 1:3–4). Juntos, hagan una lista de lo que Cristo quiere que hagamos y lo que promete hacer por nosotros.

  • A los niños podría gustarles hacer y decorar distintivos en forma de corazón que digan “Amo a Dios con todo mi poder, mente y fuerza” (véase Moroni 10:32). Mientras lo hagan, habla con ellos acerca de cómo mostramos a Dios que lo amamos.

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Moroni enterrando las planchas de oro
Hoja de actividades: El Libro de Mormón enseña sobre Jesucristo

23 – 29 diciembre: “[Él] vendrá al mundo para redimir a su pueblo”

Navidad

José, María y el Niño Jesús en un establo

Behold the Lamb of God [He aquí, el Cordero de Dios], por Walter Rane

Desde Nefi hasta Moroni, cada profeta del Libro del Mormón se dedicó al propósito sagrado que se resume en la portada del libro: “… convencer [a todas las personas] de que Jesús es el Cristo”. Un profeta lo vio como espíritu preterrenal, mientras que otro vio Su ministerio terrenal en una visión. Uno proclamó desde una muralla las señales de Su nacimiento y de Su muerte, y otro se arrodilló ante Su cuerpo resucitado y palpó las heridas en Sus manos, pies y costado. Todos ellos sabían esta verdad esencial: “… no hay otra manera ni medio por los cuales el hombre pueda ser salvo, sino por la sangre expiatoria de Jesucristo, que […] viene para redimir al mundo” (Helamán 5:9).

Así que, durante esta temporada navideña, mientras los creyentes de todo el mundo celebran la bondad y el amor de Dios al enviarnos a Su Hijo, medita en la forma en que el Libro de Mormón ha fortalecido tu fe en Cristo. Al pensar en Su nacimiento, medita en la razón por la que vino y en cómo Su venida te ha cambiado la vida. Entonces podrás experimentar el verdadero gozo de la Navidad: La dádiva que Jesucristo te da.

Ideas para aprender en el hogar y en la Iglesia

Jesucristo nació para ser mi Salvador

En la época navideña, es tradicional leer la historia del nacimiento del Salvador en el Nuevo Testamento, pero también encontrarás profecías conmovedoras de ese sagrado acontecimiento en el Libro de Mormón. Por ejemplo, hay profecías del nacimiento del Salvador y de Su ministerio en 1 Nefi 11:13–36; Mosíah 3:5–10 y Helamán 14:1–13. ¿Qué impresiones recibes sobre Jesucristo al leer estos pasajes y al contemplar el simbolismo de las señales de Su nacimiento? ¿De qué modo los testimonios de estos profetas fortalecen tu testimonio de Cristo y de Su misión?

Aquí hay otras sugerencias para ayudarte a que te centres en Jesucristo durante la época de Navidad:

  • ¿Sabías que en la Biblioteca del Evangelio se pueden ver los devocionales de Navidad de la Primera Presidencia anteriores? Búscalos en la colección “Videos de Navidad”. Considera compartir esos mensajes y esa música a fin de difundir la alegría de la Navidad.

  • A ti y a tu familia también podría agradarles escuchar selecciones de la colección “Música de Navidad” de la Biblioteca del Evangelio.

  • Considera planificar actividades que tú o tu familia puedan realizar en los días previos a la Navidad para sentir el Espíritu de Cristo; actividades tales como prestar servicio a alguien o cantar himnos navideños juntos. Obtén más ideas en IluminaElMundo.org.

Véanse también Mateo 1:18–25; 2; Lucas 2; 3 Nefi 1:4–22; “Jesús en pesebreHimnos, nro. 125.

Jesucristo es el Redentor del mundo

La razón principal por la que celebramos el nacimiento de Jesucristo es Su sacrificio expiatorio. Gracias a ese sacrificio, Él puede salvarnos del pecado y de la muerte, consolarnos en las aflicciones, y ayudarnos a “perfecciona[rnos] en Él” (Moroni 10:32). ¿Qué has aprendido del Libro de Mormón este año en cuanto al poder del Salvador de redimirte? ¿Hay algún relato o enseñanza que te haya llamado la atención? Piensa en lo que puedes aprender sobre la misión redentora del Salvador en los siguientes pasajes: 2 Nefi 2:6; Alma 7:7–13; 11:40 y Helamán 5:9; 14:16–17. ¿Qué te sientes inspirado a hacer para mostrarle gratitud?

El Libro de Mormón testifica de Jesucristo

“Otro Testamento de Jesucristo” es más que solo el subtítulo del Libro de Mormón; es una declaración de su propósito divino. Medita en lo que aprendes de los siguientes pasajes de las Escrituras sobre la misión del Libro de Mormón de testificar de Cristo: 1 Nefi 6:4; 19:18 y 2 Nefi 25:23, 26; 33:4, 10.

Podrías escribir en tu diario personal sobre cómo el haber estudiado el Libro de Mormón este año te ha acercado más a Cristo. Las siguientes sugerencias pueden serte útiles:

  • “Algo nuevo que aprendí o sentí acerca del Salvador este año fue…”

  • “Aprender en cuanto al Salvador en el Libro de Mormón cambió la forma en que yo…”

  • “Aprendí de mi personaje [o de mi relato] favorito en el Libro de Mormón que el Salvador…”

Tal vez haya alguien que sea bendecido al saber lo que sientes por el Libro de Mormón. ¿Cómo podrías compartir tus experiencias y tu testimonio? Quizás te sientas inspirado a regalar un ejemplar del libro como regalo de Navidad. La aplicación del Libro de Mormón hace que sea sencillo compartirlo.

El obispo Gérald Caussé mencionó varias verdades del Libro de Mormón acerca de Jesucristo (véase “Un testigo viviente del Cristo viviente”, Liahona, mayo de 2020, págs. 39–40). Podrías ver esa lista y meditar en cómo cada una de esas verdades te ha cambiado —o podría cambiarte— la vida.

Véase también Temas del Evangelio, “Libro de Mormón”, Biblioteca del Evangelio.

Para obtener más ideas, consulta los ejemplares de este mes de las revistas Liahona y Para la Fortaleza de la Juventud.

Ideas para enseñar a los niños

Jesucristo es la dádiva del Padre Celestial para mí

  • Para ayudar a los niños a centrarse en la dádiva que el Padre Celestial nos ha dado al enviar a Su Hijo, podrías envolver alguna ilustración de Jesucristo como si fuera un regalo de Navidad. Los niños y tú podrían hablar de sus regalos navideños favoritos que hayan recibido o que esperan recibir. Después podrían desenvolver la ilustración de Cristo y hablar de cómo Él ha sido una dádiva [un regalo] preciada para nosotros. Alguna canción como “Mandó a Su Hijo” (Canciones para los niños, págs. 20–21) podría enriquecer el análisis. Ayúdalos a hallar frases de la canción que describan las bendiciones que tenemos gracias al nacimiento de Jesús.

Jesucristo nació para ser mi Salvador

  • A los niños tal vez les agrade contarte lo que sepan sobre el nacimiento de Cristo. El Libro de obras de arte del Evangelio tiene varias imágenes que podría ayudarlos a relatar la historia (véanse los nros. 28, 29, 3031). También podrían ver ilustraciones que representen la vida y el sacrificio expiatorio del Salvador. ¿Por qué el Padre Celestial envió a Jesucristo?

  • A los niños también podría agradarles hacer sus propios dibujos del nacimiento y ministerio de Jesús. Tal vez podrían dibujar lo que se describe en 1 Nefi 11:13–23; Mosíah 3:5–10; Helamán 14:1–13; y 3 Nefi 1:4–22. Después podrían explicarte lo que sus dibujos enseñan acerca de Jesucristo.

  • A fin de hacer hincapié en que tanto la Biblia como el Libro de Mormón enseñan sobre el nacimiento de Jesús, podrías hacer una lista de los sucesos que se describen en Lucas 2:4–14; Mateo 2:1–2 y 3 Nefi 1:15, 19–21. Luego los niños podrían examinar esos pasajes de las Escrituras para determinar si los acontecimientos tuvieron lugar en Belén, en el continente americano o en ambos lugares. ¿Por qué estamos agradecidos de tener el Libro de Mormón como un segundo testimonio del nacimiento de Jesús?

A los niños les encantan los relatos. Los relatos son una de las mejores maneras de ayudar a los niños a aprender y a recordar verdades. A medida que relates la historia del nacimiento de Jesús, considera contar también anécdotas de tu vida que te hayan ayudado a fortalecer tu fe en el Salvador.

El Libro de Mormón testifica de Jesucristo

  • Al concluir el estudio del Libro de Mormón este año, puede ser una buena oportunidad para que los niños y tú compartan mutuamente sus relatos o pasajes favoritos de ese libro sagrado. El mirar algunas de las imágenes que se encuentran en Ven, sígueme o en Historias del Libro de Mormón podría ayudarlos a recordar lo que han aprendido este año. Ayúdalos a reconocer lo que esos relatos nos enseñan acerca de Jesucristo.

  • También podrías dar a los niños alguna imagen de Jesús o pedirles que lo dibujen. Invítalos a sostener su dibujo o imagen en alto cada vez que escuchen el nombre de Cristo mientras lees 2 Nefi 25:23, 26. Testifica que el Libro de Mormón fue escrito para ayudarnos a “creer en Cristo” (2 Nefi 25:23).

Para obtener más ideas, consulta el ejemplar de este mes de la revista El Amigo.

Un ángel mostrándole la Virgen María a Nefi en una visión
Hoja de actividades: Los profetas del Libro de Mormón enseñaron sobre la misión de Jesucristo

Apéndice A

Para los padres: Cómo preparar a sus hijos para toda una vida en la senda de los convenios de Dios

Debido a que Él te ama, confía en ti y conoce tu potencial, el Padre Celestial te ha brindado la oportunidad de ayudar a tus hijos para que entren en Su senda de los convenios y progresen en ella, pues es la senda hacia la vida eterna (véase Doctrina y Convenios 68:25–28). Eso incluye ayudarlos a prepararse para hacer y guardar convenios sagrados, tales como el convenio del bautismo y los convenios que se hacen en el templo. Mediante esos convenios, tus hijos se ligarán en unión al Salvador, Jesucristo.

Hay muchas maneras de preparar a tus hijos para ese trayecto por la senda de los convenios, y el Padre Celestial te ayudará a descubrir la mejor manera de ayudarlos. Al procurar inspiración, ten en cuenta que no todo el aprendizaje ocurre durante lecciones programadas. De hecho, parte de lo que hace que el aprendizaje en casa tenga tanto poder es la oportunidad de aprender por medio del ejemplo y de momentos pequeños y sencillos: la clase de momentos que suceden de manera natural en el curso de la vida cotidiana. Así como seguir la senda de los convenios es un proceso constante y de toda la vida, lo mismo sucede con el aprendizaje en cuanto a dicha senda (véase “El hogar y la familia”, Enseñar a la manera del Salvador, 2022, págs. 30–31).

Una madre con su hijo

A continuación, se ofrecen algunas ideas que podrían dar pie a más inspiración. Encontrarás más ideas para enseñar a los niños en edad de la Primaria en “Apéndice B: Para la Primaria: Cómo preparar a los niños para toda una vida en la senda de los convenios de Dios”.

El bautismo y la confirmación

Nefi enseñó que “la puerta por la cual deb[emos] entrar” en la senda de los convenios “es el arrepentimiento y el bautismo en el agua” (2 Nefi 31:17). Tus esfuerzos por ayudar a tus hijos a prepararse para el bautismo y la confirmación pueden hacer que ellos planten los pies firmemente en dicha senda. Tales esfuerzos comienzan al enseñar en cuanto a la fe en Jesucristo y el arrepentimiento. También incluyen enseñar sobre la manera en que renovamos nuestros convenios bautismales al tomar la Santa Cena cada semana.

Algunos recursos que podrían ayudarte son: 2 Nefi 31; una edición especial sobre el bautismo de la revista El Amigo; Temas del Evangelio, “Bautismo”, Biblioteca del Evangelio.

  • Cada vez que tengas alguna experiencia que fortalezca tu fe en el Padre Celestial y en Jesucristo, compártela con tu hijo. Ayúdela a entender que la fe es algo que puede ir fortaleciéndose a lo largo de la vida. ¿Qué cosas podría hacer tu hijo para desarrollar una fe más firme en Cristo antes de bautizarse?

  • Cuando tu hijo tome alguna mala decisión, habla con gozo en cuanto al don del arrepentimiento. Y cuando tú tomes alguna mala decisión, expresa el gozo que se recibe al arrepentirse. Testifica que, debido a que Jesucristo sufrió y murió por nuestros pecados, Él nos ha dado el poder de cambiar. Cuando tu hijo busque el perdón, perdónalo sin reservas y con gozo.

  • Háblale a tu hijo sobre tu bautismo; muéstrale fotos y comparte los recuerdos que tengas. Habla de lo que sentiste, la forma en que tus convenios bautismales te han ayudado a llegar a conocer mejor a Jesucristo y la manera en que siguen bendiciendo tu vida. Alienta a tu hijo a hacer preguntas.

  • Cuando haya algún bautismo en la familia o en el barrio, lleva a tu hijo para que lo vea. Luego conversen sobre lo que vieron y sintieron. Si es posible, habla con la persona que se bautiza y hazle preguntas como las siguientes: “¿Cómo tomaste esta decisión? ¿Cómo te preparaste?”.

  • Siempre que observes que tu hijo haga algo que haya prometido hacer, elógialo con sinceridad. Señala que cumplir con los compromisos que hacemos nos ayuda a prepararnos para guardar los convenios que hacemos al bautizarnos. ¿Qué prometemos a Dios al ser bautizados? ¿Qué nos promete Él? (Véase Mosíah 18:8–10, 13).

  • Cuando tú y tu hijo tengan alguna experiencia sagrada juntos (tales como en la Iglesia, al leer las Escrituras o al prestar servicio a alguien), exprésale los sentimientos o las impresiones espirituales que tengas. Invítalo a decir lo que siente. Menciona los diversos modos en que el Espíritu puede hablar a las personas, en especial, las maneras en que te habla a ti en particular. Ayuda a tu hijo a reconocer los momentos en que podría estar sintiendo la influencia del Espíritu Santo.

  • Vean juntos algunos de los videos de la colección de la Biblioteca del Evangelio titulada “¡Escúchalo!”. Hablen de las distintas formas en que los siervos del Señor escuchan Su voz. Invita a tu hijo a hacer un dibujo o un video sobre la manera en que él escucha la voz del Salvador.

  • Menciona el modo en que llegar a ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días te ha bendecido. ¿De qué manera te has acercado más al Padre Celestial y a Jesucristo conforme has servido a los demás y otras personas te han servido a ti? Ayuda a tu hijo a pensar en las formas en las que puede servir y fortalecer a otras personas como miembro de la Iglesia.

  • Haz que la Santa Cena sea un acontecimiento sagrado y gozoso para la familia. Ayuda a tu hijo a pensar en maneras de centrarse en Jesucristo durante la Santa Cena. ¿Cómo mostramos que la Santa Cena es sagrada para nosotros?

  • Muchos ejemplares de la revista El Amigo contienen artículos, relatos y actividades que ayudan a los niños a prepararse para el bautismo y la confirmación. Permite que tu hijo escoja algunos de ellos para leerlos y disfrutarlos contigo. (Véase también la colección “Prepararse para el bautismo”, en la sección para niños de la Biblioteca del Evangelio).

    Bautismo de un niño

El poder, la autoridad y las llaves del sacerdocio

El sacerdocio es la autoridad y el poder de Dios por medio de los cuales Él bendice a Sus hijos. En la actualidad, el sacerdocio de Dios se encuentra en la tierra en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Todos los miembros de la Iglesia que guardan sus convenios, entre ellos, los niños, son bendecidos con el poder del sacerdocio de Dios en el hogar para fortalecerse a sí mismos y fortalecer a sus familias (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 3.5, Biblioteca del Evangelio). Ese poder ayudará a los miembros a llevar a cabo la obra de salvación y exaltación en su propia vida y en sus familias (véase Manual General2.2).

Recibimos las ordenanzas por la autoridad del sacerdocio. Cuando los hombres y las mujeres sirven en llamamientos de la Iglesia, lo hacen con autoridad del sacerdocio, bajo la dirección de aquellos que poseen las llaves de este. Todos los hijos del Padre Celestial —Sus hijos y Sus hijas— serán bendecidos a medida que lleguen a entender mejor el sacerdocio.

Para averiguar más sobre el sacerdocio, véanse Russell M. Nelson, “Tesoros espirituales”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 76–79; Russell M. Nelson, “El precio del poder del sacerdocio”, Liahona, mayo de 2016, págs. 66–69; “Los principios del sacerdocio”, capítulo 3 del Manual General.

  • Haz que las ordenanzas del sacerdocio sean una parte constante de la vida familiar. Por ejemplo, ayuda a tu hijo a prepararse espiritualmente para la Santa Cena cada semana. Aliéntalo a pedir bendiciones del sacerdocio cuando se encuentre enfermo, o necesite consuelo o guía. Adquiere el hábito de señalar las maneras en que el Señor bendice a tu familia por medio del poder del sacerdocio.

  • Al leer las Escrituras juntos, presta atención a las oportunidades de analizar la forma en que Dios bendice a las personas a través de Su poder. Cuenta tus experiencias de ocasiones en que Dios te haya bendecido mediante Su sacerdocio. Para ver ejemplos de las bendiciones que recibimos de Dios por medio del sacerdocio, véase Manual General, 3.23.5.

  • Averigua cuál es la línea de autoridad del sacerdocio de alguien de la familia (para recibir una copia de la línea de autoridad, los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec pueden enviar un mensaje de correo electrónico a LineofAuthority@ChurchofJesusChrist.orgChurchofJesusChrist.org). Habla de por qué es importante saber que la autoridad del sacerdocio proviene de Jesucristo mismo. ¿Por qué la comparte con nosotros?

  • Enseña a tu hijo o hija que, después del bautismo, puede recibir el poder del sacerdocio al guardar el convenio bautismal. Repasen juntos el mensaje del presidente Russell M. Nelson titulado “Tesoros espirituales” (Liahona, noviembre de 2019, págs. 76–79). Señala a tu hijo la forma en que las ordenanzas del sacerdocio han traído el poder de Dios a tu vida. Para consultar una lista de algunas maneras en que somos bendecidos por el poder del sacerdocio, véase Manual General3.5.

  • Analicen la pregunta: “¿Cómo es un siervo del Señor?”. Lean juntos Doctrina y Convenios 121:36–42 y busquen respuestas. Siempre que observes que tu hijo (u otra persona) ponga en práctica alguno de los principios o atributos mencionados en esos versículos, dilo.

  • Cuando tú o tu hijo utilicen llaves para abrir alguna puerta o poner en marcha un automóvil, dedica un momento a comparar esas llaves con las llaves que poseen los líderes del sacerdocio (para ver la definición de las llaves del sacerdocio, véase Manual General3.4.1). ¿Qué “abren” o “ponen en marcha” las llaves del sacerdocio en nuestro favor? Véanse también Gary E. Stevenson, “¿Dónde están las llaves y la autoridad del sacerdocio?”, Liahona, mayo de 2016, págs. 29–32; “¿Dónde están las llaves” (video), Biblioteca del Evangelio.

  • Cuando seas apartado a algún llamamiento, invita a tu hijo a estar presente, si es posible. Permite que vea la manera en que cumples con el llamamiento. Quizás hasta podrías buscar maneras apropiadas en que pueda ayudarte. Describe de qué modo sientes el poder del Señor en tu llamamiento.

Asistir al templo: Los bautismos y las confirmaciones por los muertos

Los templos son parte del plan que el Padre Celestial tiene para Sus hijos. En el templo, hacemos convenios sagrados con el Padre Celestial al participar en ordenanzas sagradas, todas las cuales señalan hacia Jesucristo. El Padre Celestial ha proporcionado la manera de que todos Sus hijos hagan convenios y participen en ordenanzas, incluso aquellos que no las recibieron en esta vida. Desde el comienzo del año en que tu hijo cumpla doce años, tendrá la edad suficiente para ser bautizado y confirmado en el templo a favor de antepasados fallecidos.

  • Asistan al templo con tanta frecuencia como sus circunstancias lo permitan. Dile a tu hijo por qué van y cómo el templo te ayuda a sentirte más cerca del Padre Celestial y de Jesucristo.

  • Repasen y analicen juntos las preguntas de la recomendación para el templo. Háblale de lo que sucede en la entrevista para la recomendación para el templo. Dile por qué el tener la recomendación para el templo es importante para ti.

  • Lean juntos Malaquías 4:6. Hablen de la manera en que su corazón puede volverse hacia sus antepasados. Para averiguar más sobre sus antepasados, examinen juntos su historia familiar en FamilySearch.org. Busquen a los antepasados que necesiten ser bautizados y confirmados. Un consultor de templo e historia familiar del barrio puede ayudarles.

  • Repasa “Cómo preparar a su hijo o hija para hacer bautismos y confirmaciones en el templo” en ChurchofJesusChrist.org.

Recibir la bendición patriarcal

La bendición patriarcal puede ser una fuente de guía, consuelo e inspiración. Contiene consejos personales del Padre Celestial para nosotros y nos ayuda a entender nuestra identidad y propósito divinos. A fin de ayudar a tu hijo a prepararse para recibir la bendición patriarcal, enséñale el significado y la naturaleza sagrada de las bendiciones patriarcales.

Para averiguar más sobre el tema, véase Temas del Evangelio, “Bendiciones patriarcales”, Biblioteca del Evangelio.

  • Cuéntale a tu hijo tu experiencia al recibir la bendición patriarcal. Podrías mencionar cosas como la manera en que te preparaste para recibirla, la forma en que te ha ayudado a acercarte más a Dios y el modo en que utilizas la bendición en tu vida. También podrías invitarlo a hablar con otros familiares que hayan recibido la bendición patriarcal.

  • Dediquen tiempo a ver juntos algunos de los recursos que se encuentran en Temas del Evangelio, “Bendiciones patriarcales”. Para averiguar el proceso que se sigue para recibir la bendición patriarcal, véase Manual General18.17.

  • Si tus antepasados recibieron la bendición patriarcal, podría ser inspirador leer algunas de ellas con tu hijo. Para solicitar la bendición de antepasados que hayan fallecido, inicia sesión en ChurchofJesusChrist.org, haz clic en el ícono de cuenta, en la esquina superior derecha de la pantalla, y selecciona “Bendición patriarcal”.

  • Después de que tu hijo haya recibido la bendición patriarcal, invita a los familiares que hayan estado presentes a anotar lo que sintieron y a compartirlo con tu hijo.

Asistir al templo: La investidura

Dios desea investir, es decir, bendecir, a todos Sus hijos con “poder de lo alto” (Doctrina y Convenios 95:8). Vamos al templo para recibir nuestra propia investidura solamente una vez, pero los convenios que hacemos con Dios y el poder espiritual que Él nos da como parte de la investidura pueden bendecirnos cada día de la vida.

  • Pon alguna imagen del templo en tu casa. Expresa a tu hijo lo que sientes en el templo. Habla a menudo sobre el amor que sientes por el Señor y Su casa, y sobre los convenios que has hecho ahí.

  • Consulten juntos temples.ChurchofJesusChrist.org. Lean juntos artículos como “Sobre la investidura del templo” y “Prepararse para ir al templo”. Permite que tu hijo haga cualquier pregunta que tenga respecto al templo. Para recibir guía en cuanto a lo que puedes decir fuera del templo, consulta el mensaje del élder David A. Bednar titulado “Preparados para recibir cuanto fuere necesario” (Liahona, mayo de 2019, págs. 101–104; presta particular atención a la sección “El aprendizaje centrado en el hogar y apoyado por la Iglesia y la preparación para el templo”).

  • Cuando tú y tu hijo participen o presencien otras ordenanzas (como la Santa Cena o alguna bendición de salud), dediquen un momento a analizar el simbolismo que la ordenanza conlleva. ¿Qué representan los símbolos? ¿De qué forma testifican de Jesucristo? Eso puede ayudar a tu hijo a prepararse para reflexionar en cuanto al significado simbólico de las ordenanzas del templo, que también testifican de Jesucristo.

  • Ayuda a tu hijo a darse cuenta de la manera en que guarda el convenio bautismal que se describe en Mosíah 18:8–10, 13. También ayúdale a darse cuenta de la forma en que el Señor le bendice. Infúndele confianza en su propia capacidad de guardar los convenios.

  • Habla de manera franca y frecuente en cuanto al modo en que los convenios del templo guían tus decisiones y te ayudan a acercarte más a Jesucristo. Podrías valerte del Manual General27.2, para repasar los convenios que hacemos en el templo.

Servir en una misión

El élder David A. Bednar enseñó: “[L]o más importante que pueden hacer para prepararse para el llamamiento a servir es llegar a ser misioneros antes de ir a la misión […]. La cuestión no es ir a la misión; más bien, es llegar a ser misioneros y servir a lo largo de nuestra vida con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza […]. [S]e están preparando para toda una vida de obra misional” (“Llegar a ser misioneros”, Liahona, noviembre de 2005, págs. 45–46). Las experiencias que tu hijo tenga al llegar a ser misionero lo bendecirán por la eternidad, no solamente durante el período de tiempo en el que pueda servir en una misión.

Para averiguar más en cuanto al tema, véanse Russell M. Nelson, “Predicar el Evangelio de paz”, Liahona, mayo de 2022, págs. 6–7; M. Russell Ballard, “El servicio misional bendijo mi vida para siempre”, Liahona, mayo de 2022, págs. 8–10; Preparación misional: Adaptarse a la vida misional, Biblioteca del Evangelio.

  • Sé un ejemplo de cómo compartir el Evangelio de maneras naturales. Siempre está atento a las oportunidades de compartir con los demás tus sentimientos en cuanto al Padre Celestial y el Salvador, y las bendiciones que recibes como miembro de Su Iglesia. Invita a otras personas a acompañar a tu familia en actividades relacionadas con la Iglesia o con la familia.

  • Busca oportunidades de que la familia interactúe con los misioneros. Invítalos a enseñar a tus amigos u ofréceles que enseñen en tu casa. Pregunta a los misioneros en cuanto a experiencias que estén teniendo y a la forma en que el servicio misional les ayuda a acercarse más a Jesucristo. También pregúntales qué hicieron (o desearían haber hecho) a fin de prepararse para ser misioneros.

  • Si serviste en una misión, habla de forma franca y frecuente sobre las experiencias que tuviste. O bien, invita a amigos o familiares que hayan servido en una misión para que hablen al respecto. También podrías hablar de maneras en las que hayas compartido el Evangelio con los demás a lo largo de tu vida. Ayuda a tu hijo a pensar en las formas en que podría compartir el Evangelio.

  • Bríndale oportunidades de enseñar a la familia los principios del Evangelio; además, podría practicar cómo compartir sus creencias con otras personas. Por ejemplo, podrían analizar preguntas como “¿Cómo explicaríamos el Libro de Mormón a alguien que nunca haya escuchado de él?”, o “¿cómo describiríamos la necesidad de un Salvador a alguien que no sea cristiano?”.

  • Ayuda a tu hijo a sentirse cómodo al hablar con la gente. ¿Cuáles son algunas buenas formas de comenzar una conversación? Alienta a tu hijo a aprender a escuchar lo que otras personas dicen, a entender lo que estas tengan en el corazón y a compartir verdades del Evangelio que puedan bendecirles la vida.

  • Busca oportunidades de que tu hijo aprenda sobre otras culturas y religiones. Ayúdale a reconocer y a respetar lo bueno y los principios verdaderos que haya en las creencias de los demás.

Asistir al templo: El sellamiento

En el templo, el esposo y la esposa se pueden casar por la eternidad, lo cual sucede en una ordenanza llamada sellamiento. Aunque dicha ordenanza esté a muchos años de distancia para tus hijos, las cosas pequeñas, sencillas y constantes que ustedes hagan juntos durante esos años los ayudarán a prepararse para esa maravillosa bendición.

  • Lean juntos “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” en la Biblioteca del Evangelio. ¿Qué enseña la proclamación sobre la felicidad en la vida familiar y sobre los matrimonios que logran tener éxito? Con tu hijo, elijan uno de los principios que se mencionan en la proclamación a fin de estudiarlo. Podrían buscar pasajes de las Escrituras relacionados con ese principio en la Guía para el Estudio de las Escrituras. También podrían ponerse metas con el fin de poner en práctica dicho principio de forma más plena en la familia. Conforme trabajen en las metas, analicen juntos el efecto que el vivir tal principio tiene en la vida familiar.

  • Lee con tu hijo el mensaje del presidente Dieter F. Uchtdorf titulado “Un elogio a los que salvan” (Liahona, mayo de 2016, págs. 77–80). Al llegar a la sección “Una sociedad de artículos desechables”, podrían buscar en casa cosas que sean desechables y otras que no lo sean. Hablen de cómo tratamos las cosas de manera distinta cuando queremos que duren mucho tiempo. ¿Qué nos sugiere eso en cuanto a cómo deberíamos tratar las relaciones matrimoniales y familiares? ¿Qué más aprendemos del mensaje del presidente Uchtdorf en cuanto a la forma en que el Salvador puede ayudarnos a edificar matrimonios y familias fuertes?

  • Si estás casado, sé franco con tu hijo en cuanto a las cosas que sientes que están haciendo bien con tu cónyuge, las cosas que están aprendiendo y las maneras en que están tratando de mejorar. Si tú y tu cónyuge se han sellado en el templo, muestra a tu hijo mediante el ejemplo el modo en que te esfuerzas por guardar los convenios que han hecho el uno con el otro y con el Señor. Dile a tu hijo cómo te esfuerzas por hacer que el Padre Celestial y el Salvador sean el centro de tu relación y de qué forma Ellos te ayudan.

  • Cuando hayan que tomar decisiones sobre la familia, tengan consejos familiares y conversaciones en familia. Asegúrate de que se escuchen y valoren las opiniones de todos los miembros de la familia. Ve esas conversaciones como una oportunidad de mostrar por el ejemplo lo que es la comunicación sana y la bondad en las relaciones familiares, aunque no todos vean las cosas del mismo modo.

  • Cuando haya desacuerdos o conflictos en la familia, muestra paciencia y compasión. Ayuda a que tu hijo vea cómo el afrontar los conflictos de maneras semejantes a las de Cristo puede ayudarle a prepararse para tener un matrimonio feliz. Lean juntos Doctrina y Convenios 121:41–42 y hablen de la manera en que los principios mencionados en esos versículos se pueden poner en práctica en el matrimonio.

Apéndice B

Para la Primaria: Cómo preparar a los niños para toda una vida en la senda de los convenios de Dios

En los meses que tengan cinco domingos, se alienta a los maestros de la Primaria a reemplazar la reseña programada de Ven, sígueme del quinto domingo por una o más de estas actividades de aprendizaje.

Principios y ordenanzas del evangelio de Jesucristo

La doctrina de Cristo nos enseña la forma de regresar a Dios

Cuando Jesucristo se apareció al pueblo de las Américas, les enseñó Su doctrina. Dijo que podemos entrar al Reino de Dios si tenemos fe, nos arrepentimos, somos bautizados, recibimos el Espíritu Santo y perseveramos hasta el fin (véanse 3 Nefi 11:31–40; Doctrina y Convenios 20:29). Las actividades que figuran a continuación pueden ayudarte a enseñar a los niños que estos principios y ordenanzas nos ayudarán a acercarnos más al Salvador a lo largo de nuestra vida.

Para aprender más en cuanto a la doctrina de Cristo, véase 2 Nefi 31.

Posibles actividades

  • Entrega a los niños láminas que representen la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo y la confirmación (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 1, 111, 103105). Lean o reciten con los niños el cuarto Artículo de Fe y pídeles que sostengan en alto las láminas cuando se mencione el principio u ordenanza que estas ilustren. Ayúdalos a entender la forma en que cada uno de esos principios y ordenanzas nos ayudan a llegar a ser más como el Padre Celestial y Jesucristo.

  • ¿De qué manera puedes ayudar a los niños a entender que la fe, el arrepentimiento, el bautismo y la confirmación no son acontecimientos de una sola vez, sino que influyen en nuestro crecimiento espiritual a lo largo de la vida? Por ejemplo, podrías mostrarles alguna imagen de una semilla y de un árbol grande (o dibujarlos en la pizarra). Invítalos a pensar en cosas que ayudan a la semilla a crecer hasta convertirse en un gran árbol, tales como el agua, la tierra y la luz del sol. Ayúdales a darse cuenta de que esas son cosas como las que hacemos para acercarnos más a Dios a lo largo de la vida: edificar la fe en Jesucristo, arrepentirnos todos los días, vivir nuestros convenios bautismales y escuchar al Espíritu Santo.

  • Comparte con los niños el relato sobre el cohete [petardo] que se encuentra en el mensaje del élder Dale G. Renlund titulado “¿Cómo puede el arrepentimiento ayudarme a sentirme feliz?” (Liahona, diciembre de 2017, págs. 70–71; véase también el video “El arrepentimiento: Una gozosa elección” [Biblioteca del Evangelio]).

    En diversos momentos durante el relato, invítalos a pensar en cómo se habrá sentido el élder Renlund. ¿Por qué sentimos gozo cuando nos arrepentimos? Expresa a los niños el gozo y el amor que has sentido cuando le has pedido al Padre Celestial que te perdone.

El bautismo

Jesucristo me dio el ejemplo cuando se bautizó

Aun cuando Jesús no cometió ningún pecado, se bautizó para dar un ejemplo perfecto de obediencia al Padre Celestial (véase 2 Nefi 31:6–10).

Para aprender más en cuanto al bautismo, véanse Doctrina y Convenios 20:37; Temas del Evangelio, “Bautismo”, Biblioteca del Evangelio.

Posibles actividades

  • Muestra una lámina del bautismo del Salvador y del bautismo de otra persona (o bien, véanse Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 35 y nros. 103104). Pide a los niños que expresen cuáles son las diferencias y las semejanzas entre las dos láminas. Lean juntos Mateo 3:13–17 o “Capítulo 10: El bautismo de Jesús” en Relatos del Nuevo Testamento, págs. 26–29, o vean el video correspondiente en la Biblioteca del Evangelio.

    Permite que los niños señalen las cosas en las láminas que se mencionen en la lectura o en el video. Háblales sobre el amor que le tienes al Salvador y el deseo que tienes de seguirlo.

  • Escuchen o entonen alguna canción que hable del bautismo, tal como “Cuando Jesús se bautizó” (Liahona, febrero de 2015, pág. 73). ¿Qué aprendemos acerca del bautismo en la canción? Lee 2 Nefi 31:9–10 e invita a los niños a prestar atención a fin de descubrir por qué Jesucristo se bautizó. Invítalos a hacer un dibujo de ellos mismos en el día de su bautismo.

Puedo escoger hacer un convenio con Dios y bautizarme

Prepararse para el bautismo significa mucho más que prepararse para un acontecimiento de una vez. Significa prepararse para hacer un convenio y luego guardarlo durante toda la vida. Medita sobre cómo puedes ayudar a los niños a entender el convenio que harán con el Padre Celestial cuando sean bautizados, el cual incluye las promesas que Él les hace a ellos y las que ellos le hacen a Él.

Posibles actividades

  • Explica que un convenio es una promesa entre una persona y el Padre Celestial. A medida que nos esforzamos por guardar las promesas que le hemos hecho a Dios, Dios promete bendecirnos. Anota en la pizarra Mis promesas a Dios y Las promesas que Dios me hace a mí. Lean juntos Mosíah 18:10, 13 y Doctrina y Convenios 20:37, y ayuda a los niños a hacer una lista de las promesas que encuentren debajo del encabezamiento correspondiente (véase también Dallin H. Oaks, “Tu convenio bautismal”, Amigos, febrero de 2021, págs. 2–3). Habla con los niños de la manera en que el Padre Celestial te ha bendecido a medida que te has esforzado por guardar tu convenio bautismal.

  • Muestra a los niños imágenes de cosas que Jesucristo hizo cuando estuvo en la tierra (para ver algunos ejemplos, véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 33–49). Permíteles que hablen sobre lo que Jesús está haciendo en cada imagen. Lee Mosíah 18:8–10, 13 e invita a los niños a prestar atención a fin de determinar lo que prometen hacer al bautizarse (véase también “El convenio bautismal”, Liahona, febrero de 2019, suplemento Amigos, pág. A3). ¿De qué manera influirán esas promesas en nuestras acciones cada día? Invita a los niños a hacer un dibujo de sí mismos ayudando a alguien de la manera en que Jesús lo haría; o bien, podrías confeccionar un distintivo sencillo con el nombre del Salvador que los niños puedan llevar en el pecho.

    Bautismo de un niño

Confirmación

Cuando soy confirmado, llego a ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Llegar a ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días conlleva muchas bendiciones, incluso oportunidades para que los niños sean participantes activos en la obra de Dios.

Para aprender en cuanto a la confirmación y el don del Espíritu Santo, véanse Gary E. Stevenson, “¿Cómo te ayuda el Espíritu Santo?”, Liahona, mayo de 2017, págs. 117–120; Temas del Evangelio, “Espíritu Santo”, Biblioteca del Evangelio.

Posibles actividades

  • Invita a alguien que haya sido bautizado y confirmado recientemente a venir a la clase y compartir cómo fue la experiencia de ser confirmado. ¿Qué significado tiene para esa persona llegar a ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días? Ayuda a los niños a pensar en maneras en que puedan guardar su convenio bautismal como miembros de la Iglesia (tales como prestar servicio a los demás, invitar a otras personas a aprender más en cuanto a Jesús, hacer oraciones en las reuniones, etc.). Expresa cómo el hacer esas cosas te ha ayudado a sentir el gozo de ser miembro de la Iglesia de Cristo.

  • Muestra una lámina del pueblo junto a las aguas de Mormón (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 76) y pide a los niños que describan lo que ven en la imagen. Relata la historia de cuando Alma y su pueblo fueron bautizados en ese lugar (véanse Mosíah 18:1–17; “Capítulo 15: Alma enseña y bautiza”, Historias del Libro de Mormón, págs. 43–44, o el video correspondiente en Biblioteca del Evangelio).

    Repasa Mosíah 18:8–9 e invita a los niños a hacer movimientos que les ayuden a recordar lo que las personas estuvieron dispuestas a hacer como miembros de la Iglesia de Cristo. Comparte alguna experiencia en la que hayas sido testigo de cómo los miembros de la Iglesia prestan servicio de esas maneras.

Cuando soy confirmado, recibo el don del Espíritu Santo

Cuando somos bautizados y confirmados, el Padre Celestial promete que “siempre p[odemos] tener su espíritu [con nosotros]” (Doctrina y Convenios 20:77). Ese maravilloso don de Dios se llama el don del Espíritu Santo.

Posibles actividades

  • Lee Doctrina y Convenios 33:15 y pide a los niños que presten atención a fin de determinar cuál es el don especial que el Padre Celestial nos da cuando nos bautizamos y confirmamos. A fin de contribuir a que aprendan más en cuanto a la forma en que el don del Espíritu Santo los ayudará, repasen juntos Juan 14:26; Gálatas 5:22–23; 2 Nefi 32:5; 3 Nefi 27:20. También podrían repasar el artículo “El Espíritu Santo es…” (Liahona, junio de 2019, suplemento Amigos, págs. A12–A13).

  • Antes de la clase, pide a los padres de uno o más de los niños que compartan de qué modo han sido bendecidos gracias a tener el don del Espíritu Santo. ¿Cómo les ayuda el Espíritu? ¿Cómo escuchan Su voz?

  • Entonen juntos alguna canción que hable sobre el Espíritu Santo, tal como “El Espíritu Santo” (Canciones para los niños, pág. 56). Ayuda a los niños a entender lo que la canción enseña sobre cómo el Espíritu Santo nos puede ayudar.

El Espíritu Santo puede hablarme de muchas maneras

Los niños que sepan reconocer la voz del Espíritu estarán preparados para recibir revelación personal que los guíe a lo largo de su vida. Enséñales que hay muchas maneras en que el Espíritu Santo nos puede hablar.

Posibles actividades

  • Ayuda a los niños a pensar en diferentes maneras en que podríamos hablar con un amigo que vive lejos, tales como escribir una carta, enviar un correo electrónico o hablar por teléfono. Enséñales que el Padre Celestial puede hablarnos por medio del Espíritu Santo. Utiliza el mensaje del presidente Dallin H. Oaks titulado “¿De qué manera nos habla el Padre Celestial?” para ayudar a los niños a entender las diferentes maneras en que el Espíritu Santo puede hablarnos a la mente y al corazón (Liahona, marzo de 2020, suplemento Amigos, págs. A2–A3).

  • Comparte alguna experiencia en la que el Espíritu Santo se haya comunicado contigo, ya sea mediante pensamientos en tu mente o mediante un sentimiento en el corazón (véanse Doctrina y Convenios 6:22–23; 8:2–3; véase también Henry B. Eyring, “Abre el corazón al Espíritu Santo”, Liahona, agosto de 2019, suplemento Amigos, págs. A2–A3). Testifica a los niños que el Espíritu Santo puede ayudarlos de maneras similares.

  • Ayuda a los niños a pensar en ocasiones en las que pueden haber sentido el Espíritu; por ejemplo, al cantar alguna canción que hablara del Salvador o al hacer algo amable por otras personas. Ayúdalos a reconocer los sentimientos espirituales que el Espíritu Santo brinda. ¿Por qué creen que el Espíritu Santo nos da esos sentimientos? Ayuda a los niños a pensar en lo que tenemos que hacer para escuchar al Espíritu Santo cuando nos habla. Comenta lo que tú haces para escuchar más claramente al Espíritu.

La Santa Cena

Cuando tomo la Santa Cena, recuerdo el sacrificio del Salvador y renuevo mis convenios

El Salvador nos dio la Santa Cena para ayudarnos a recordar el sacrificio que Él hizo por nosotros y para renovar nuestros convenios. Gracias a esa ordenanza semanal, podemos continuar disfrutando las bendiciones de nuestro bautismo a lo largo de la vida.

Para aprender más, véanse Mateo 26:26–30; 3 Nefi 18:1–12; Doctrina y Convenios 20:77, 79.

Posibles actividades

  • Invita a los niños a colorear “Jesús instituye la Santa Cena entre los nefitas” en Libro para colorear de relatos de las Escrituras: Libro de Mormón, 2019, pág. 26. Pídeles que señalen con el dedo lo que las personas están pensando en la ilustración. Léeles partes de 3 Nefi 18:1–12 o de “Capítulo 45: Jesucristo enseña sobre la Santa Cena y la oración”, Historias del Libro de Mormón, págs. 126–127, o bien vean el video correspondiente en ChurchofJesusChrist.org. ¿Qué podemos hacer para recordar a Jesucristo durante la Santa Cena?

  • Pide a los niños que te digan algunas cosas que siempre deben recordar hacer, tales como amarrarse los zapatos o lavarse las manos antes de comer. ¿Por qué es importante recordar esas cosas? Léeles Moroni 4:3 e invítalos a prestar atención a fin de determinar lo que prometemos que siempre recordaremos cuando tomamos la Santa Cena. ¿Por qué es importante recordar a Jesucristo? Ayuda a los niños a entender cómo el pan y el agua de la Santa Cena nos ayudan a recordar lo que Jesús ha hecho por nosotros (véanse Moroni 4:3; 5:2).

  • Escribe en la pizarra: “Prometo…” y lee a los niños las oraciones sacramentales (véase Doctrina y Convenios 20:77, 79). Cuando escuchen alguna promesa que le hacemos a Dios, haz una pausa y ayúdalos a completar la oración de la pizarra con la promesa que han escuchado. Ayúdalos a entender que cuando tomamos la Santa Cena, hacemos las mismas promesas que hicimos cuando fuimos bautizados.

  • ¿Qué significa tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo? Para ayudar a los niños a responder esa pregunta, da un ejemplo de algo en lo que pongamos nuestro nombre. ¿Por qué ponemos nuestro nombre en esas cosas? ¿Por qué querría Jesucristo poner Su nombre en nosotros? Considera compartir esta explicación del presidente Russell M. Nelson: “Tomar sobre nosotros el nombre del Salvador incluye declarar y testificar a otras personas —mediante nuestras acciones y nuestras palabras— que Jesús es el Cristo” (“El nombre correcto de la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 88).

El poder, la autoridad y las llaves del sacerdocio

Dios bendice a Sus hijos mediante el poder del sacerdocio

Todos los hijos de Dios —hombres y mujeres, jóvenes y mayores— reciben el poder de Dios conforme guardan los convenios que han hecho con Él. Hacemos esos convenios cuando recibimos ordenanzas del sacerdocio tales como el bautismo (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 3.5, Biblioteca del Evangelio). Para aprender más, véanse Russell M. Nelson, “Tesoros espirituales”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 76–79; “Los principios del sacerdocio”, capítulo 3 del Manual General.

Posibles actividades

  • Ayuda a los niños a notar las bendiciones que reciben gracias al sacerdocio. Para darles algunas ideas, podrían ver el video “Las bendiciones del sacerdocio” (Biblioteca del Evangelio).

  • Considera hacer una lista de esas bendiciones en la pizarra. ¿Por qué son importantes para nosotros esas bendiciones? Testifica que recibimos esas bendiciones gracias a Jesucristo y a Su poder del sacerdocio.

  • Escribe los siguientes encabezamientos en la pizarra: Poder de Dios y Poder y autoridad de Dios dados a los hombres en la tierra. Pide a los niños que coloquen imágenes bajo el primer encabezamiento que nos ayuden a entender cómo Dios ha utilizado Su poder para bendecirnos, por ejemplo, al crear el mundo, al guiarnos y dirigirnos, al demostrarnos que nos ama y nos conoce, y al escuchar y contestar nuestras oraciones (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 3, 68, 90111). Pídeles que pongan imágenes bajo el segundo encabezamiento que nos ayuden a entender la forma en que hombres dignos en la tierra utilizan el poder y la autoridad de Dios para bendecirnos, por ejemplo, al bendecir a los enfermos, bautizar, confirmar, administrar la Santa Cena y sellar a las familias (véase Libro de obras de arte del Evangelio, nros. 46, 104, 105, 107120). Expresa por qué te sientes agradecido por el sacerdocio y las bendiciones que brinda.

  • Una de las principales maneras en que recibimos las bendiciones del poder de Dios en nuestra vida es mediante las ordenanzas del sacerdocio (véase Doctrina y Convenios 84:20). Para ayudar a los niños a aprender esa verdad, podrías escribir los siguientes pasajes de las Escrituras en la pizarra: 3 Nefi 11:21–26, 33 (bautismo); Moroni 2 (confirmación); Moroni 4–5 (Santa Cena). Cada niño podría escoger uno de los pasajes y determinar qué ordenanza describe. Invita a los niños a compartir la manera en que han sido bendecidos en lo individual al recibir las ordenanzas del sacerdocio.

  • Ayuda a los niños a entender que recibirán poder de Dios conforme se bauticen y guarden su convenio bautismal. Pregúntales de qué manera ese poder podría ayudarles.

La obra de Dios se dirige por medio de llaves del sacerdocio y se lleva a cabo mediante la autoridad del sacerdocio

Los varones miembros de la Iglesia que sean dignos pueden ser ordenados a un oficio del sacerdocio. Además, cuando una persona es apartada para un llamamiento o cuando se le da la asignación de ayudar en la obra de Dios, él o ella puede ejercer autoridad delegada del sacerdocio. El uso de toda autoridad del sacerdocio en la Iglesia es dirigido por personas que poseen llaves del sacerdocio, tales como el presidente de estaca, el obispo y los presidentes de cuórum. Las llaves del sacerdocio son la autoridad para dirigir el uso del sacerdocio al llevar a cabo la obra del Señor.

Posibles actividades

  • Lee junto con los niños Marcos 3:14–15 y muéstrales alguna imagen del acontecimiento que allí se describe (tal como Libro de obras de arte del Evangelio, nro. 38). Pregúntales si alguna vez han visto a alguien ser ordenado a algún oficio del sacerdocio o ser apartado para algún llamamiento (o cuéntales las experiencias que hayas tenido). ¿En qué sentido se asemeja a lo que el Salvador hizo con Sus apóstoles? Ayuda a los niños a enumerar en la pizarra oficios del sacerdocio o llamamientos que los miembros de la Iglesia pueden recibir, tales como maestro o líder de alguna organización. Junto a cada oficio o llamamiento, podrías anotar lo que la persona que tenga ese oficio o llamamiento tiene autoridad para hacer. Diles a los niños cómo te ha ayudado a servir el haber sido apartado por alguien bajo la dirección de las llaves del sacerdocio.

  • Invita a los niños a pensar en algo para lo que se necesite una llave, tal como un auto o una puerta. ¿Qué sucede si no tenemos la llave? Lean juntos Doctrina y Convenios 65:2 y expresa tu testimonio sobre la importancia de tener las llaves del sacerdocio en la tierra. También podrían ver el video “¿Dónde están las llaves?” (Biblioteca del Evangelio) y prestar atención a lo que el élder Stevenson enseña sobre las llaves del sacerdocio.

  • Pide a alguien del barrio que posea llaves que vaya a la clase y comparta con los niños lo que poseer llaves del sacerdocio significa. Invítalo a describir sus responsabilidades. ¿Qué aspectos de la obra del Señor dirige? ¿De qué manera lo ayuda el Salvador?

El templo y el plan de felicidad

El templo es la Casa del Señor

Los templos son parte del plan que nuestro Padre Celestial tiene para Sus hijos. En los templos hacemos convenios sagrados con Él, somos investidos con poder del sacerdocio, recibimos revelación, llevamos a cabo ordenanzas por nuestros antepasados fallecidos y somos sellados a nuestra familia por la eternidad. Todo ello es posible gracias a Jesucristo y Su sacrificio expiatorio.

¿De qué manera puedes contribuir a que los niños a quienes enseñas reconozcan el carácter sagrado de la Casa del Señor y se preparen para ser dignos de participar en las ordenanzas del templo? Considera repasar estos recursos: Doctrina y Convenios 97:15–17; Russell M. Nelson, “Palabras de clausura”, Liahona, noviembre de 2019, págs. 120–122; “¿Por qué los Santos de los Últimos Días construyen templos”, temples.ChurchofJesusChrist.org.

Jóvenes en el exterior de un templo

Posibles actividades

  • Pon a la vista una o más láminas de templos y pregunta a los niños qué es lo que hace que el templo sea un lugar especial. Señala que en cada templo se encuentra esta inscripción: “Santidad al Señor: La Casa del Señor”. Pregúntales qué piensan que signifique “Santidad al Señor”. ¿Por qué al templo se le llama la Casa del Señor? ¿Qué nos enseña eso acerca del templo? Si algunos de los niños han ido a algún templo, también podrían expresar cómo se sintieron cuando estuvieron allí. Si has estado en el templo, comparte de qué manera has sentido allí la presencia del Señor y habla sobre la razón por la que el templo es un lugar sagrado para ti.

  • Lean juntos Doctrina y Convenios 97:15–17. Pide a los niños que presten atención a fin de determinar lo que el Señor espera de aquellos que entren en Su santa casa. ¿Por qué debemos ser dignos para entrar en Su casa? Como parte de esta conversación, habla con los niños sobre las recomendaciones para el templo, incluso cómo se reciben. Podrías invitar a un miembro del obispado a compartir con ellos cómo es la entrevista para obtener la recomendación para el templo y las preguntas que se hacen en ella.

En el templo hacemos convenios con Dios

El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Jesucristo nos invita a seguir la senda de los convenios de regreso a casa con nuestros padres celestiales y con aquellos a quienes amamos” (“Ven, sígueme”, Liahona, mayo de 2019, pág. 91). Ayuda a los niños a entender que la senda de los convenios incluye el bautismo, la confirmación y la investidura y el sellamiento del templo.

Posibles actividades

  • Pide a los niños que te ayuden a repasar el convenio que hacemos con Dios cuando somos bautizados y que renovamos cuando participamos de la Santa Cena (véanse Mosíah 18:10; Doctrina y Convenios 20:77, 79). Muestra una lámina de algún templo y explica que el Padre Celestial tiene más bendiciones, las cuales desea darnos en el templo.

  • Dibuja una puerta que conduzca a una senda. Pregunta a los niños por qué piensan que nos ayuda el tener una senda por la cual caminar. Lean juntos 2 Nefi 31:17–20, donde Nefi compara el convenio del bautismo con una puerta y nos invita a continuar en la senda después del bautismo. Hay más convenios que hacer después del bautismo, entre ellos, los convenios que se hacen en el templo. Explica que el presidente Nelson ha llamado a esa senda la “senda de los convenios”.

En el templo, podemos ser bautizados y confirmados por antepasados que han fallecido

El evangelio de Jesucristo hace posible que todos los hijos de Dios regresen a vivir con Él, aun cuando mueran sin conocer el Evangelio. En el templo, podemos ser bautizados y confirmados miembros de la Iglesia de Jesucristo a favor de ellos.

Posibles actividades

  • Habla sobre alguna ocasión en la que alguien haya hecho algo por ti que tú no podrías haber hecho por ti mismo. Invita a los niños a relatar experiencias similares. Explica que cuando vamos al templo, podemos recibir ordenanzas sagradas como el bautismo a favor de otras personas que han fallecido. ¿En qué sentido somos como Jesús cuando estamos llevando a cabo la obra por los muertos? ¿Qué ha hecho Él por nosotros que no podíamos hacer por nosotros mismos?

  • Invita a uno o más jóvenes que hayan sido bautizados a favor de sus antepasados a compartir sus experiencias al respecto. Pregúntales cómo fue su experiencia en el templo y aliéntalos a compartir cómo se sintieron al realizar esa obra a favor de sus antepasados.

  • Dibuja un árbol en la pizarra, incluso las raíces y las ramas. Pide a los niños que piensen en qué sentido la familia es como un árbol. Rotula las raíces Antepasados, las ramas Descendientes y el tronco del árbol . Lean juntos esta oración de Doctrina y Convenios 128:18: “Pues sin ellos [nuestros antepasados] nosotros no podemos perfeccionarnos, ni ellos pueden perfeccionarse sin nosotros”. Haz preguntas como las siguientes: “¿Por qué necesitamos a nuestros antepasados? ¿Por qué nuestros antepasados nos necesitan a nosotros? ¿De qué manera nos han ayudado nuestros padres, abuelos y otros antepasados?”. Invita a los niños a buscar en el resto de Doctrina y Convenios 128:18 alguna frase que describa cómo podemos ayudar a nuestros antepasados.

  • Colaborar con los padres de cada niño a fin de buscar el nombre de un antepasado que el niño pueda llevar al templo (véase FamilySearch.org).

Apéndice C

Para la Primaria: Instrucciones para el Tiempo para la música y para la Presentación de los niños en la reunión sacramental

Niños y maestra cantando

Las canciones de la Primaria son una herramienta poderosa para ayudar a los niños a aprender sobre el plan de felicidad del Padre Celestial y las verdades fundamentales del evangelio de Jesucristo. A medida que los niños canten sobre los principios del Evangelio, el Espíritu Santo les testificará de su veracidad. La letra y la música permanecerán en la mente y el corazón de los niños a lo largo de su vida.

Procura la ayuda del Espíritu a medida que te prepares para enseñar el Evangelio por medio de la música. Comparte tu testimonio acerca de las verdades sobre las que canten; ayuda a los niños a ver cómo la música se relaciona con lo que están aprendiendo y experimentando en casa y en las clases de la Primaria.

Pautas para la Presentación en la reunión sacramental

Bajo la dirección del obispo, la presentación de los niños en la reunión sacramental se lleva a cabo, por lo general, durante el cuarto trimestre del año. Como presidencia de la Primaria y en conjunto con el líder de música, trabajen con el consejero del obispado asignado a la Primaria para planificar la presentación.

La presentación debe permitir que los niños presenten lo que ellos y su familia hayan aprendido del Libro de Mormón en el hogar y en la Primaria, incluso las canciones de la Primaria que hayan cantado durante el año. Conforme planifiquen la presentación, piensen en maneras en que esta pueda ayudar a que la congregación se centre en el Salvador y en Sus enseñanzas.

Las unidades que tengan poca cantidad de niños podrían considerar diferentes maneras en que los integrantes de la familia puedan participar con sus hijos. Un miembro del obispado puede concluir la reunión con unas breves palabras.

Al preparar la presentación, recuerden las pautas que figuran a continuación:

  • Los ensayos no deben requerir innecesariamente tiempo de las clases de la Primaria ni de la familia.

  • Las ayudas visuales, los disfraces y las presentaciones multimedia no son apropiados para la reunión sacramental.

Véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días12.2.1.2.

Instrucciones para el Tiempo para cantar

5 minutos (presidencia de la Primaria): Primera oración, pasaje de las Escrituras o Artículo de Fe, y un discurso

20 minutos (líder de música): Tiempo para cantar

La presidencia de la Primaria y el(la) líder de música seleccionan canciones para cada mes que reafirmen los principios que los niños estén aprendiendo en sus clases y en el hogar. En esta guía se incluye una lista de canciones que reafirman esos principios.

A medida que enseñes las canciones a los niños, invítalos a compartir lo que hayan aprendido sobre los relatos y los principios doctrinales que enseñan las canciones. Invítalos a compartir lo que piensan y lo que sienten sobre las verdades que se encuentran en las canciones.

El libro Canciones para los niños es el recurso básico para la música en la Primaria; los himnos del himnario y las canciones de la revista El Amigo también son apropiados. El uso de cualquier otra música en la Primaria lo debe aprobar el obispado (véase Manual General12.3.4).

niños cantando

Música para el Tiempo para cantar

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

Utilizar música para enseñar la doctrina

El tiempo para cantar tiene como objeto ayudar a los niños a aprender las verdades del Evangelio. Las siguientes ideas podrían inspirarte al planificar maneras de enseñar los principios del Evangelio que se encuentran en los himnos y en las canciones de la Primaria.

Leer pasajes de las Escrituras relacionados con el tema. Muchas de las canciones del libro Canciones para los niños y del himnario contienen referencias de pasajes de las Escrituras que se relacionan con el tema. Ayuda a los niños a leer algunos de esos pasajes y hablen sobre cómo se relacionan con la canción. También podrías anotar en la pizarra algunas referencias de las Escrituras e invitar a los niños a hacer corresponder cada referencia con alguna canción o con la estrofa de alguna canción.

Llenar el espacio en blanco. Escribe una estrofa de la canción en la pizarra dejando espacios en blanco en el lugar de varias palabras clave; luego pide a los niños que entonen la canción y que presten atención para encontrar las palabras que faltan en los espacios en blanco. A medida que llenen cada espacio en blanco, analicen qué principios del Evangelio aprenden de las palabras que faltaban.

Líder del tiempo para cantar

Testificar. Expresa un breve testimonio a los niños de las verdades del Evangelio que se encuentran en la canción de la Primaria. Ayuda a los niños a entender que cantar es una forma en la que pueden dar testimonio y sentir el Espíritu.

Ser testigos. Invita a los niños a turnarse para ponerse de pie y compartir lo que aprenden de la canción que estén cantando o lo que sienten en cuanto a las verdades que se enseñan en la canción. Pregúntales cómo se sienten cuando cantan la canción y ayúdalos a reconocer la influencia del Espíritu Santo.

Utilizar ilustraciones o dibujos. Pide a los niños que te ayuden a crear dibujos o a encontrar imágenes o ilustraciones que se relacionen con las palabras o frases importantes de la canción. Invítalos a expresar de qué forma se relacionan las imágenes o dibujos con la canción y con lo que esta enseña. Por ejemplo, si estás enseñando la canción “La barra de hierro” (Himnos, nro. 179), podrías poner imágenes por el salón o debajo de las sillas que representen palabras importantes de la canción (tales como barra de hierro, palabra de Dios, guiar, tentación y Libro de Mormón). Pide a los niños que junten las imágenes o dibujos y que los sostengan en el orden correcto al entonar juntos la canción.

Enseñar lecciones prácticas. Podrías utilizar un objeto para inspirar el análisis de una canción. Por ejemplo, la canción “La fe” (Canciones para los niños, págs. 50–51) menciona una semillita. Podrías mostrar a los niños una semilla y hablar de cómo demostramos fe cuando la plantamos, lo cual podría llevar a un análisis sobre las formas en que demostramos fe en Jesucristo, tal como lo describe la canción.

Invitar a que compartan experiencias personales. Ayuda a los niños a relacionar los principios que se enseñan en la canción con experiencias que hayan tenido con esos principios. Por ejemplo, antes de cantar “Me encanta ver el templo” (Canciones para los niños, pág. 99), podrías pedir a los niños que levanten la mano si han visto un templo. Invítalos a que mientras canten piensen en cómo se sienten cuando ven el templo.

Hacer preguntas. Hay muchas preguntas que podrías hacer mientras entonan canciones. Por ejemplo, puedes preguntar a los niños lo que aprenden de cada estrofa de la canción, o puedes pedirles que piensen a qué preguntas brinda respuestas esa canción. El hacerlo puede dar pie a un análisis sobre las verdades que se enseñan en ella.

Utilizar movimientos sencillos con las manos. Invita a los niños a pensar en movimientos sencillos con las manos que les ayuden a recordar la letra y los mensajes de la canción. Por ejemplo, cuando canten la segunda estrofa de “Mi Padre Celestial me ama” (Canciones para los niños, págs. 16–17), podrías invitar a los niños a que se señalen los ojos, a actuar como mariposas y a ahuecar las manos detrás de las orejas. Pídeles que se coloquen las manos sobre el corazón cuando canten “Sí, mi Padre me ama, lo sé”.

Apéndice D

Para los cuórums del Sacerdocio Aarónico y las clases de las Mujeres Jóvenes: Agenda de reunión

Fecha de la reunión:

Dirige (un miembro de la presidencia de la clase o del cuórum):

Apertura

Himno (opcional):

Oración:

Repetir el lema de las Mujeres Jóvenes o el lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico.

Deliberar en consejo

Lo dirige la persona que conduce la reunión, la clase o el cuórum; dedica de cinco a diez minutos a deliberar en consejo sobre sus responsabilidades en la obra de salvación y exaltación. Es una oportunidad para que la presidencia de la clase o del cuórum dé seguimiento a los asuntos que se hablaron en la reunión de presidencia o en la reunión del consejo de barrio para la juventud.

La persona que dirige también podría hacer una o más de las siguientes preguntas:

Vivir el Evangelio

  • ¿Qué experiencias recientes han fortalecido nuestro testimonio de Jesucristo y de Su evangelio?

  • ¿Qué estamos haciendo para acercarnos más al Salvador? ¿De qué modo estamos procurando ser más semejantes a Él?

  • ¿De qué manera hemos sentido la guía del Señor en nuestra vida?

Cuidar de los necesitados

  • ¿A quién nos hemos sentido inspirados a ayudar o servir? ¿Qué asignaciones hemos recibido del obispado para ayudar a alguien que lo necesite?

  • ¿Cómo podemos apoyarnos unos a otros en las dificultades que atravesamos?

  • ¿Se ha mudado alguien a nuestro barrio o alguien se ha unido a la Iglesia recientemente? ¿Cómo podemos ayudarlos a sentirse bienvenidos?

Invitar a todos a recibir el Evangelio

  • ¿Qué podemos hacer para ayudar a otras personas a sentir el amor de Dios?

  • ¿Qué actividades vamos a tener próximamente a las que podamos invitar a nuestros amigos?

  • ¿Qué planes para compartir el Evangelio se han abordado en las reuniones del consejo de barrio para la juventud? ¿De qué manera puede participar nuestra clase o cuórum?

Unir a las familias por la eternidad

  • ¿Cuáles son algunas de las formas en que podemos conectarnos mejor con nuestros familiares, entre ellos, nuestros abuelos y primos?

  • ¿Qué estamos haciendo para buscar los nombres de nuestros antepasados que necesitan las ordenanzas del templo? ¿Qué podemos hacer para ayudar a los demás a buscar los nombres de sus antepasados?

  • ¿Cómo podemos participar más en la obra del templo, de forma individual y como clase o cuórum?

Aprender juntos

Un líder adulto o un miembro del cuórum o de la clase dirige la enseñanza sobre la lectura de esta semana de Ven, sígueme. Esa persona utiliza las ideas para el estudio de Ven, sígueme — Para el hogar y la Iglesia. La idea para el estudio que tiene este ícono concuerda con Seminario y es especialmente relevante para los jóvenes. Sin embargo, se puede utilizar cualquiera de las ideas para el estudio. Esta parte de la reunión por lo general lleva de 35 a 40 minutos.

Cierre

La persona que dirige la reunión:

  • Testifica de los principios que se enseñaron.

  • Analiza cómo la clase o el cuórum pondrán en práctica lo que aprendieron, ya sea como grupo o individualmente.

Oración:

Logotipo de la Iglesia Código de barras